Siempre he sido muy fan de los domingos del Primavera. Los primeros años (al menos para mí) eran en el Parc de la Ciutadella, en un entorno bastante chulo y permitiendo ver, en conciertos más íntimos y, tristemente más cortos, a artistas que me había perdido antes en el festival. Y después, siempre había algo interesante en la sala BARTS. Pero las cosas cambiaron hace unos años, pasando la programación gratuita a ser en el CCCB y desapareciendo la opción de BARTS. Los dos primeros años tuvimos grandes nombres acompañados de artistas del Pro y de artistas que daban una segunda sesión aquí. Este año se ha reducido considerablemente la propuesta de conciertos gratuitos del domingo y solo hubo tres artistas del Pro que tocaron bastante pronto. Después tocaban otros dos artistas que, sinceramente no me interesaban nada, así que no entré en el CCCB hasta las 18:20.
Filthy Friends, mi principal razón para acercarme al CCCB, es un supergrupo con Peter Buck y Corin Tucker junto a miembros de Young Fresh Fellows. Puntuales, comenzaron con “November Man”, seguido de “The Arrival” y del primer single del grupo “Despierta”. Los temas del nuevo disco de la banda Emerald Valley (“Pipeline”, “The Elliot”, “Angels”, “Only Lovers Are Broken” o la titular) se mezclaron con temas del primer disco como “Not Forgotten Son”, “Any Kind of Crowd” o “Windmill”. Como bien me comentaron: para lo que son podrían dar más de sí.
Seguimos con Christina Rosenvinge a la que se le escuchaba igual de mal desde fuera del recinto que desde dentro. El público, que parecía que ya estaba esperando el siguiente concierto, no paró de hablar. Tocó tres temas de su Lo Nuestro, que me parece un disco bastante bueno: “Alguien tendrá la culpa”, “La muy Puta” y “Romeo y los demás”. El resto del setlist lo completó con temas de su nuevo disco, Un Hombre Rubio, como la inicial “Niña Animal”, “El pretendiente” o “Romance de la Plata”. Como concierto no estuvo mal, pero no nos enteramos nada de lo que cantaba la Rosenvinge.
Le di una segunda oportunidad a Cupido, después de ver media canción en el Primavera Club. Había mucha gente, bastante animada. La música no estaba mal, pero tras un par de temas, acabé bastante cansado de tanto auto-tune, ya en la jornada gratuita del miércoles había tenido suficiente para todo el festival. Me largué.
Después de cenar fui a la Apolo a ver a The Beths, que fue, sin duda, el mejor concierto del día. Los de Nueva Zelanda dieron una lección de energía que puso la sala patas arriba. Tocaron casi todos los temas de su primer disco, publicado el año pasado, Future Hates Me, de los que destacamos el tema titular y “Little Death”. Estábamos un poco cansados y enfermos por el frío de la noche anterior, así que tristemente nos perdimos a Amyl and the Sniffers, los cuales habían dado un gran concierto en el fòrum según me habían dicho.
En resumen, una jornada por la que no valió la pena quedarse un día más en Barcelona: un muy buen concierto de The Beths, ver por tercera vez a Christina Rosenvinge y por primera a los Filthy Friends no fue suficiente para el gasto y el cansancio que acabé acumulando. Una forma un poco triste de cerrar un festival que los tres días antes había tenido conciertos muy memorables.
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