Soy hay un lugar donde los nostálgicos de los ochenta y los góticos conviven en armonía, y ese es el W-Fest. Este año, el festival emplazó su particular máquina del tiempo en la ciudad belga de Waregem, así que viajé hasta allí para volver a un tiempo en el que los payasos reinaban en la televisión (los payasos de verdad, no los de ahora). Pero algo salió mal y en vez de aparecer en la era dorada de Felipe González y Alfonso Guerra, aparecí en 1969, con unos collares hippies y unas gafas redondas. En el escenario, Irish Coffee empezaban a afinar sus instrumentos. ¡Coño, dije, si hoy es miércoles, esto no debe de ser Bélgica! Tenía razón. Estaba en Woodstock.
IRISH COFFEE
El viaje en el tiempo había creado algunos anacronismos y por eso solo pude reconocer a un solo miembro original, William Souffreau. Junto a él, cuatro muy buenos músicos le ayudaron a tocar el repertorio de la clásica banda belga. Comenzaron con “Tobacco Fields” y continuaron con “Crazy old Town” con un muy buen trabajo de guitarra. Siguieron con el hard rock de “Walking the Dog” y un poco después, el clásico “The Beginning or the End”, que todo el mundo celebró. Movimos nuestras caderas al ritmo de “The Show part 2” y realmente disfrutamos el concierto. Pero el Tiempo seguía jugándonos malas pasado y ya había llegado la hora en la que la banda tenía que abandonar el escenario, dejando de tocar temas de su setlist como una versión de “Helter Skelter”. Después de intentar hacer un bis, sin ningún resultado positivo, desaparecieron.
TWISTED NERVE
De pronto, estábamos a mediado de los ochenta, con la banda de after punk/gótico Twisted Nerve. Craig apareció con una de sus clásicas camisetas chillonas y empezaron con “Magik of Trance”. Continuaron con “Medusa” y “Yes Man”. En ese momento me di cuenta de qué gran banda es Twisted Nerve. Tienen un gran vocalista, un bajista muy cool, uno de los mejores guitarristas que vi en el festival y un batería endiablado. Y también tienen grandes canciones como “Strange Sensation”, “Seance, Twisted Nervosis” que tocaron esa noche con gran pasión. Después de una poderosa”Five Minutes of Fame”, terminaron con una versión del “Seach and Destroy” de The Stooges que fue el cierre perfecto. Un concierto alucinante.
THE TRIO EXPERIENCE
Pero en cuanto dejaron el escenario, el Tiempo empezó a jugar de nuevo con nosotros y de pronto, estábamos de nuevo en Woodstock. Y una versión alternativa del grupo de Jimi Hendrix, llamada The Trio Experience, empezó a tocar. Esta peculiar versión de la banda del primer guitar hero de la historia, tenía a un Jimi Hendrix blanco y bastante sano como vocalista, pero, joder, ¡sabían tocar sus instrumentos! Uno tras otro, todos los clásicos del trío que tristemente solo llegó a publicar tres discos, fueron tocados perfectamente. Después de varios temas, los miembros de Twisted Nerve aparecieron a nuestro lado, capturados en el mismo loop que nosotros y compartiendo la misma confusión que habíamos empezado a sentir.
LETZ ZEPPELIN
La siguiente banda fue Letz Zeppelin y esta vez, las semejanzas entre la banda de Jimmy Page y Robert Plant eran verdaderamente alucinantes. Tocaron con el mismo poder y energía que, supongo, tenía LZ en su día. Un gran setlist, centrado en los temas más rockeros de Led Zeppeling pero con espacio para la eterna “Stairway to Heaven”. Realmente buenos.
FLOYD
Y Floyd cerraron la velada, con un setlist verdaderamente intenso, como los reales Pink Floyd hubieran hecho. Pero quizás fue demasiado intenso para el que fue el último concierto y la audiencia ya cansada. Estuvo tocado muy bien, pero hubiera preferido un repertorio basado en los grandes éxitos. Claro que escuchamos “Money”, “Another Brick in the Wall” y muchas otras, pero el viaje en el tiempo verdaderamente nos cansó.
Así que día estaba llegando a su fin, y no había nada más que hacer que ir a dormir al camping, esperando despertarnos en la década adecuada.
