Si alguna vez acabáis en un programa tipo Gran Hermano o en un caso más hipotético tenéis la suerte de optar al título de Miss España y maliciosamente os preguntan qué sabéis de Turquía, he aquí otra posible respuesta que sumar a a) son los creadores del kebab (aunque este dudoso honor se lo disputan con los alemanes) b) hicieron el Star Wars turco c)ahí se encuentra la Capadocia d) hay una iglesia famosa llamada Santa Sofía. Junto a todos estos logros, Turquía puede presumir de ser la patria de Gençlik Ile Elele, obra de Mustafa Özkent y uno de los discos más originales de funk setentero, rescatado gracias a la arqueológica labor del sello Finders Keepers Records de Andy Votel.
El disco, publicado en 1973 y cuya simiesca portada promete Blues ‘n’ Jazz, Rythm n’ Soul, Rock ‘n’ Pop y Folc (sic) entrega generosamente funk sobre una base de folkore turco. Grabado con dos músico turcos ya fallecidos (Umit Aksu al Hammond y Cahit Oben, que logró cierta fama en solitario, a la guitarra), la obra cumbre de Mustafa Özkent es un disco original, que aunque suene fruto de su tiempo y lugar, es muy disfrutable y bailable.
Mustafa, originario de Ankara, comenzó su carrera en una banda llamada los Teenagers (que como su nombre apuntaba, eran realmente adolescentes) y pronto logró una gran reputación como músico de sesión, arreglista y productor. Grabó varios discos donde unía improvisaciones de jazz con pop y algo de psicodelia. La psicodelia fue grande en Turquía, como en Italia por ejemplo lo fue el progresivo, y se puede comprobar, por ejemplo, en el recopilatorio dedicado a este país de la serie Love, peace and poetry. La recientemente rescatada Selda o Bariş Manços (con el que estudió en Bruselas) son dos grandes representantes del género.
El disco que nos ocupa hoy comienza con un tema, “Üsküdara Giderken” que puede parecer incluso ye-ye al inicio, y que contiene un precioso solo de Hammond en mitad. Que estás escuchando algo turco es más evidente en “Burçak Tarlaları”, o en “Karadır Kara” esta última con un ritmo que pide a gritos ser sampleado. La frenética “Emmoiğlu” sería la música que esperaría escuchar en el bar de Star Wars. La obra más famosa de Mustafa Özkent, completamente instrumental (algo inaudito en la música turca del momento) y con canciones bastante cortas, es un soplo de aire fresco para cualquiera que se acerque a él sin prejuicios.
La obra permaneció en la oscuridad hasta su reedición por parte de Finders Keepers Records y la recuperación de la figura de Mustafa ha continuado con un par de conciertos, acompañado porla belga Belçika Orkestrasi en el Le Guess Who y el Europalia Arts Festival.