Un sonido machacón y una mezcla de rabia. Una destilación musical de la vida y los amores de dos hombres que viven en la otra punta del mundo. Máquinas de ritmo repetitivas, y por supuesto, guitarras saturadas y gritos. Tal es el salvaje universo de Stephen y Michael, los dos miembros del grupo de metal industrial australiano No Names. Su LP I Surrender to the Void as of Now I Am the Void marca el tono ya en la primera nota, en el primer impacto. Compuesto de cuatro temas y de cuatro remezclas, desde el 28 de agosto de este 2020 está disponible en formato casete, digital o en vinilo.
La estética de No Names recuerda aquella de otro grupo de metal industrial, Ministry. En ella encontramos la utilización de samplers, la programación de secuencias y la deformación de la voz. La repetición es igualmente un principio constante. El tema “The Thread” es un perfecto ejemplo de la textura y la fortaleza inherentes al metal. En “Tedium”, ese principio de repetición se caracteriza por el martilleo incesante de la caja en todos los tiempos. La utilización de disonancias agudas en los estribillos es muy interesante. Dan un halo de luz glacial a una materia sombría y compacta. La introducción de “Fake Faith”, casi terrorífica, da la impresión de estar escuchando un viejo vinilo torturado. Eso aporta variedad en la elección de timbres vocales. El tema es áspero. El tiempo es más lento y más pesado y confiere a “Fake Faith” un aura pesada de cólera y de rabia. En cuanto a “Manufacturing desires”, es muy interesante ya que tiende a romper con el orden repetitivo establecido en los temas precedente por medio de equivalencias y por la reducción de valores rítmicos en el último cuarto del tema a favor de una aceleración frenética.
Se le podría reprochar una falta de variedad en los cuatro temas, ya que riffs y ritmos idénticos se encadenan incansablemente y los finales se producen de la misma manera: seca y brutalmente. Sin embargo, el conjunto es perfectamente coherente y esas repeticiones acaban por hacer la escucha frenética y dichosa. Las remezclas son extremadamente bienvenidas porque ofrecen una nueva visión de “The Thread” y de “Fake Faith” a través de otras sonoridades y géneros que se asocian perfectamente con el metal industrial de No Names.