The Sea At Midnight, proyecto californiano de ensoñadora darkwave, inundó nuestras vidas hace un par de años, dejando un reguero de melancolía que ya no supimos cerrar. Su primer disco, publicado a finales del nefasto 2020 fue de las pocas alegrías que tuvimos ese año, y entre tanta tristeza atisbamos un rayo de esperanza. Hoy, por fin, es el propio Vince Grant quien nos habla de su música en esta interesante y profunda entrevista. El uno de abril tendremos su nueva obra, que ha sido precedido por el fantástico EP Oceans.
Foto portada: Anastasia Paveloff
—En el pasado, tocaste en varias bandas, como has comentado en algunas entrevistas. ¿Nos puedes contar algo más de esta parte de tu vida? ¿Llegaste a grabar material con ellas?
—Estaba en el instituto cuando me uní a mi primera banda. No tenía ninguna experiencia musical. No tocaba ningún instrumento y no tenía entrenamiento vocal formal. Tomé clases de guitarra folk en el instituto, pero era muy malo. No tenía ninguna capacidad para ello y tampoco lo disfrutaba particularmente, así que cuando esa clase terminó, no continué tocando. Años después en la universidad estaba en un concierto y un tío se me acercó mientras estaba en la barra y me dijo “quiero que seas el cantante de mi banda”. Me pilló completamente por sorpresa. No tenía ni idea de quién era esta persona y no había cantado nunca en una banda. Que un completo extraño me pidiera que fuese el cantante de su banda me pareció algo bastante fortuito y me dejó confundido por un segundo. Cuando volví en mí mismo, respondí que no pensaba que yo fuese la persona justa para el trabajo, ya que nunca había cantado, al menos en público, pero me dijo que era una banda que hacía su propia música y necesitaban a alguien que escribiese las letras. Me preguntó si yo escribía poesía. Bueno, fue realmente más una afirmación que una pregunta. En esos tiempos, me gustaba llevar una gabardina verde caqui por el campus “a lo Ian Curtis” con un pin de Joy Division, así que creo que me etiquetó como un aspirante a poeta. Me contó también que los otros miembros de la banda me habían visto por la ciudad y el campus llevando camisetas de bandas que les gustaban, así que pensaron que encajaría. Respondí que, de hecho, escribía poesía, y me dijo que por qué no me traía el libro de poemas al sitio de ensayo y lo intentaba. Unos días después me presenté en el local de ensayo con mi libro de poemas y me encontré con que había un micrófono, dos guitarristas, un bajista y un batería. Tocaron sus temas propios y canté usando frases procedentes de mi libro de poemas, que serían la base para mis primeras letras. Después de esa sesión inicial me metieron en el grupo y así es como mi viaje musical empezó. Fue mi bautizo de fuego como compositor en esta mi primera banda e inmediatamente fui empujado al rol de letrista y compositor desde ese primer ensayo.
Después de la universidad volví de nuevo a Chicago, de donde soy originario y me uní a otra banda que hacía material propio solo como cantante. Sus temas ya estaban escritos, así que no necesitaban ninguna ayuda en esa área. Mi banda de la universidad había dado algunos conciertos con ellos en Chicago y me preguntaron si quería unirme ya que necesitaban un nuevo cantante. Tras la universidad, a la edad de 23, compré mi primera guitarra y empecé a escribir mis propias canciones mientras estaba en esta formación. Finalmente, les traje algunas de mis composiciones propias y empezamos a tocar un par de ellas en directo.
En cuanto a las grabaciones de mis primeros trabajos, por aquellos días, grababas “demos” y todo era en casete. Luego estuve en dos bandas que publicaron EPs en CD. Esto fue en la era de piedra anterior al streaming. Creo que hay algunas viejas casetes y CDs en algún lugar del sótano de mis padres.
—Viviste en Nueva York y en Los Ángeles a finales de los ochenta y comienzo de los noventa. ¿Cómo era tu vida entonces?
—Después de que la banda en Chicago se separara, tenía unos temas que había escrito y quería formar una banda para tocarlos. Se los había enseñado a mi hermano Chris, que es un gran guitarrista, y quería estar en la misma banda que yo, pero los dos nos queríamos ir de Chicago, así que nos largamos a Los Ángeles. Llegamos a Los Ángeles en 1989 y era algo salvaje. Por aquello tiempos el hair metal era lo último en LA y toda la escena musical dominante. Guns and Roses eran enormes y Sunset Strip parecía carnaval cada noche. Las bandas tocaban todas las noches y montones de rockeros deambulaban Sunset Strip entrando y saliendo del Whiskey-A-Go-Go, el Roxy, Gazarri’s, el Rainbow. Llegamos allí en mayo y ese mismo primer verano empezamos a tocar mis canciones en la calle en Venice Beach. Los dos tocábamos la guitarra acústica y Chris tocaba también un poco la armónica. Conseguimos un apartamento en Venice, aunque es sorprendente cuando piensas que en aquellos tiempos un par de músicos sin un duro podían permitirse vivir allí. Para un par de tíos de Chicago, de pronto vivir a seis bloques del océano era bastante surreal. La gente que nos vio tocar en la calle en las pasaderas de Venice nos contrató para unos conciertos acústicos en bares, cafeterías y fiestas. Una vez que entramos en el circuito acústico local, empezamos a conocer a otros músicos y formamos un grupo de rock de cinco miembros. Yo componía las canciones, pero en directo solo era el frontman, tocando la acústica en un par de temas más lentos. Nuestra banda se hizo de alguna forma popular y durante tres años tocamos como un centenar de conciertos al año e hicimos alguna gira regional. En una de ellas, tocamos 48 conciertos en 52 días. Durante esos días abrimos para los Gin Blossoms y otras bandas más grandes como los Sidewinders. Era un gran fan de los Plimsouls y también abrimos un par de veces para Peter Case. Además, grabamos un EP que llegó a la atención de IRS Records y acabaron distribuyéndolo. Se decía que era una prueba y que si nos iba bien podían ficharnos en el sello, pero cerraron el negocio ese mismo año.
Finalmente, la banda se rompió y desafortunadamente, en ese tiempo, yo era un alcohólico. Mi hermano me dijo: “Estoy cansado de que te bebas tu cheque con la paga” y decidió forjarse su propia vida en California sin mí. Yo estaba fascinado con Nueva York, especialmente con el East Village. Había estado allí antes y me encantó el sitio, así que cuando mi hermano y yo nos separamos, me fui a Nueva York. Por aquellos días, Nueva York todavía estaba sucia y era de alguna forma peligrosa. Fue antes de que Times Square fuera convertida en una Disneylandia para turistas. Todo estaba lleno de peep shows, bares sórdidos y traficantes de droga. Había conductores de taxi que se negaban a ir allí de noche. De nuevo, como Venice, es una locura el pensar que te podías permitir vivir en el East Village por aquellos tiempos sin mucho dinero. Todos eran músicos o artistas de cada clase. Tenía mi propio gran estudio más allá del Tompkins Square Park. Iggy Pop vivía a la vuelta de la esquina y lo veía paseando por el barrio.
En Nueva York ya no quería ser simplemente el cantante. Quería tocar la guitarra eléctrica en directo. De forma temporal, me uní a una banda como el cantante/guitarra rítmica y después me propuse formar mi propia formación. Había conocido a algunos músicos en el East Village y tocamos en un par de fiestas con mis temas. Después de más o menos un año en Nueva York, mi hermano y yo empezamos a hablar de nuevo. Estaba temporalmente limpio y él decidió trasladarse a Nueva York y unirse a mí. Creamos una banda, hicimos una demo y empezamos a tocar en bares y clubs de toda la ciudad. Era increíble. Entonces había tantas salas en las que tocar. Ser un músico que giraba en Nueva York fue uno de los periodos más memorables de mi vida.
A mi hermano realmente le daba igual Nueva York y finalmente acabamos los dos volviendo a Los Ángeles y formamos otra banda juntos de nuevo, pero tras un par de años, realmente echaba de menos Nueva York y me acabé trasladando ahí de nuevo solo. No formé ninguna banda, aunque toqué regularmente conciertos acústicos, muchos en los locales en los que había tocado durante mi anterior época viviendo allí. Desafortunadamente, esto coincidió con que el precio de los alquileres subió mucho en la ciudad y todo empezó a volverse prohibitivamente caro. Times Square se convirtió en lo que es ahora, limpiaron Greenwich Village y se respiraba que había dinero. Tras un tiempo, literalmente no podía permitirme el vivir allí. Durante esa estancia, me trasladé a Brooklyn y esto fue antes del éxodo en masa de Manhattan y Brooklyn estaba lejos de convertirse en lo que es ahora. No había locales en los que tocar, ni tiendas de discos o vida nocturna, a excepción de los bares locales que habían estado ahí desde siempre. Así que me volví de nuevo a Los Ángeles y mi hermano y yo formamos otra banda. Publicamos un EP en CD y terminamos haciendo giras regularmente por todo Los Ángeles. Tras unos años tocando, grabando, etc, la banda finalmente se separó. Piensa que colectivamente estábamos quemados tanto física como mentalmente. Cansados de golpear nuestras cabezas contra el muro de la industria, que no podíamos atravesar o escalar mientras teníamos que mantener trabajos de día para mantenernos a flote.
—Para ser americano, siempre citas un gran número de influencias inglesas (The Cure, Joy Division, Echo and the Bunnymen, New Order, Siouxsie and the Banshees). ¿Hay alguna banda americana que te haya influido?
—Me gustaban bastante Christian Death, Swans y Cruxshadows. Para mí, los primeros REM eran una banda gótica. Eran la banda gótica del sur de los Estados Unidos por antonomasia. El equivalente musical de William Faulkner. Me encantan los primeros trabajos de REM, especialmente los primeros dos discos y el EP. Me perdieron alrededor del quinto disco, pero todos los años atravieso una fase REM y escucho esos primeros discos. Para mí, hay algo de otro mundo y atemporal en esos primeros trabajos.
—Conociste a Chris King después de leer un anuncio en Craigslist. Por entonces ya conocías su banda Cold Showers, ¿qué te gustaba de su música?
—Primero, y más importante, los temas son alucinantes. Son la perfecta mezcla de darkwave, coldwave y shoegaze. Además, la producción de Chris King es tan exuberante, oscura y densa que me encanta tocar sus partes de guitarra. Es tan creativo y distintivo. Emparejado con la única voz de Jon, tienen un sonido inconfundible con el que realmente me identifico.
—En una entrevista decías que, en esos momentos pensabas que tus días formando parte de bandas ya habían terminado. ¿Por qué? ¿Estabas cansado de trabajar con otros músicos?
—No estaba cansado de trabajar con otros músicos. Más bien estaba cansado de la rutina de ser músico. El trabajar durante el día para conseguir llegar a fin de mes e intentar tocar música durante las noches y fines de semana. También de gastar la mayoría de mis ingresos disponibles en gastos musicales, mientras no ganaba nada de dinero de ello. Además, me estaba haciendo mayor y nunca había tenido una carrera profesional, solo una serie de trabajos para pagar el alquiler mientras te dedicas a la música y el darme cuenta de que el sueño musical probablemente se había esfumado me golpeó bastante fuertemente. Vendí todo mi equipo, dejé de tocar música completamente y llegado a un punto, durante cinco años, ni siquiera tuve guitarra. Incluso dejé de escuchar música durante un par de años porque era simplemente demasiado doloroso. Me sentía como un completo fracaso y eso me llevó a una profunda depresión que continuó durante varios años. Me sentía como si hubiera malgastado mi vida o algo así y necesitaba compensar el tiempo perdido. Me puse a estudiar para intentar entrar en la facultad de derecho, luego fui a clases nocturnas para convertirme en un enfermero, y más tarde volví a las clases nocturnas para dedicarme a algo en el campo de la justicia criminal, pero mi corazón no estaba en nada de ello, lo que exacerbó mi depresión aún más.
—El tema “Melancholia” es sobre esa depresión de la que hablas. ¿Consideras que el escribir es parte del proceso terapéutico?
—Escribir sobre la depresión es para mí definitivamente parte del proceso terapéutico. Escribo canciones para sobrellevar mis aflicciones. Los temas líricos de muchas de mis canciones giran alrededor de la depresión y mi lucha contra el alcoholismo y la adicción a las drogas. A veces sobre las tres.
—Volviendo a Chris King, fue él quien trajo a Brandon Pierce ¿verdad? He hecho la programación de la batería en el primer disco, ¿cómo fue trabajar con él? Es un baterista más centrado en el rock, ¿no?
—Chris King trajo a Brandon Pierce para que hiciera la programación de la percusión en el primer disco. Fue una gran alegría el trabajar con Brandon. Tras tocar en bandas durante tantos años y tratar con tantísimos músicos, Brandon fue de lejos, una de las mejores experiencias que he tenido en temas de colaborar con otros músicos. Además de ser inmensamente talentoso y maravillosamente creativo, es una persona increíblemente buena. Y encima de eso, tiene un maravilloso sentido del humor y no demostró ni una pizca de ego. Siempre quería hacer lo que era mejor para el tema y parecía genuinamente que quería hacerme feliz durante el proceso. La forma que teníamos de trabajar consistía en que Chris y yo grabábamos una versión acústica del tema y se la mandábamos por email a Brandon. Él nos mandaba una pista de batería y luego Chris y yo construíamos el tema a partir de ahí. Una vez, tras las mandarle la primera versión acústica de un tema, me contestó con una línea: “¿Te gustan Killing Joke?” Dije que sí y casi en nada de tiempo, nos mandó de vuelta una increíble pista de batería. Era simplemente perfecta. Para otro tema nos escribió: “Siento una atmósfera New Order/Manchester aquí”. Le dije que siguiera su instinto y nos mandó una pista de batería increíble. Puedes ver que sencillo era trabajar con Brandon. Me encantan todas sus pistas de batería en el debut.
En el nuevo disco, Chris hizo la programación de la percusión. Ha estado haciendo un montón de programación en su propio material y para otros clientes, así que me preguntó si podía darle un primer intento, pero que si no me gustaban o sentía que no tenía las ideas adecuadas, podíamos volver a involucrar a Brandon de nuevo. Pero al final acabamos usando todas las pistas de Chris. No me di cuenta mientras grabamos nuestro primer disco, pero resultó que ser un altamente cualificado programador de batería era otro de sus muchos talentos. Aportó increíbles patrones y luego me preguntaba sobre mi opinión, así que tuve la oportunidad de estar más involucrado en el tema de editar las baterías y hacer decisiones creativas en el segundo disco en cosas como fills, disposición de los platillos, ritmos, etc… Fue muy divertido. Por ejemplo, traía temas con, digamos, dos diferentes ritmos en una parte y me preguntaba cuál me gustaba más. O experimentábamos usando un platillo en una sección en contraposición a un ritmo de charles. Esa clase de cosas. Estuvo verdaderamente bien el poder ayudar.
—En el nombre de la banda, e incluso en bastantes de tus temas, usas el mar como metáfora. ¿Qué representa para ti?
—A veces me he preguntado qué representa para mí y porqué me siento tan atraído a él tanto físicamente como metafóricamente. Su pura belleza natural por alguna razón simplemente me transmite mucho. Su poder inmenso y su grandeza. La forma que tiene de parecer diferente a distintas horas del día. Al atardecer, al amanecer o bajo la luz de la luna. Alumbrado por una luna llena. Tiene tantos estados de ánimo. Puede estar calmado, sereno o tener suaves olas ondulantes que fluyen hasta la orilla en un patrón regular como si estuviera en un estado casi meditativo, o puede ser tormentoso, enfadado con olas que te golpean. Me produce una fascinación interminable el verlo con diferentes luces y condiciones meteorológicas. Me conmueve emocionalmente y a veces hace que sienta las cosas de una manera intensa.
—¿Fue fácil el componer el primer disco? ¿Cuánto tardaste?
—A veces el proceso de composición es fácil y aparece sin esfuerzo. En otros momentos es lento y tortuoso. Honestamente, no puedo recordar cuánto tardé. No pensé que estuviese componiendo un disco mientras escribía las canciones. Pensé que no volvería a grabar de nuevo y simplemente estaba escribiendo los temas como una salida creativa para dar rienda suelta a mis emociones. Cuando quedé por primera vez con Chris no tenía intención de grabar. Entonces, decidimos hacer un single juntos. Dos temas. Después de esto, nos propusimos hacer un EP de cinco temas y luego continuamos y terminamos con un álbum de ocho temas. Nunca hubo, ni siquiera un pensamiento de que estábamos escribiendo un disco. Simplemente surgió de forma orgánica.
—Creo que lo que hace de The Sea At Midnight un proyecto tan especial, es que puedes sentir emociones reales en tus temas. Algo que, tristemente, no ocurre tan a menudo. ¿Te es fácil el mostrar tus sentimientos en tus composiciones?
—Para mí, no es nada difícil compartir mis sentimientos en mis composiciones. Explorar mis emociones honestamente es la razón primaria por la cual escribo canciones. A veces es de forma terapéutica para lidiar con lo que físicamente me aflige y otras veces para expresar emociones positivas como la alegría.
—Para algunos de nosotros, tu música ha sido la banda sonora de esta época de pandemia. ¿Crees que, de alguna forma, tus temas tienen ese mismo sentimiento de tristeza y a la vez de esperanza que mucho de nosotros hemos compartido durante esos días?
—Tiendo a la melancolía. Parece que es la forma en la que estoy hecho. Nunca he huido de la tristeza. Me intriga. Como dije previamente, un montón de temas me retratan luchando con la depresión de toda la vida, pero hay también algo dentro de mí, una pequeña voz, que no concederá la completa derrota. En muchos de mis más oscuros temas, todavía hay un atisbo de esperanza.
—Algunas de tus canciones tratan de tu lucha contra el alcohol y las drogas. ¿Crees que pueden ayudar a otras personas con los mismos problemas?
—La gente realmente me ha dicho muchas veces que mis temas les han ayudado a lidiar con los problemas relacionados con el alcohol y la adicción a las drogas. Otros incluso han comentado que les han ayudado a entender mejor cómo sus seres queridos luchaban contra el alcohol y las drogas. Lo mismo con la depresión.
—“Medicine” es un tema sobre las formas que tenemos de superar y comportarnos con el daño emocional, como has dicho en una entrevista. Supongo que te refieres tanto a las drogas como a los tranquilizantes. Como una persona que ha tenido un pasado difícil, como antes has confesado, ¿crees que son necesarios a veces o es siempre mejor afrontar el dolor?
—Hubo un cierto momento en mi vida en el que las drogas y el alcohol eran necesarios para lidiar con el dolor emocional, pero entonces se volvieron contra mí y lo hicieron peor. Las sustancias que consumía para mitigar y escapar de mi dolor casi me matan. En ese momento, la única forma de salir de mis adicciones era afrontar el dolor. No puedo hablar por otras personas, pero para mí personalmente, fue un asunto de vida y muerte. O afrontar el dolor o arriesgarme a morir si seguía bebiendo y tomando drogas.
—“Edge Of The World” es uno de mis temas favoritos de los últimos años. Has dicho que trata del remordimiento que sentiste por algunas cosas que hiciste en el pasado. Así que podríamos decir que otra faceta de tu música trata sobre el rectificar. ¿Crees que el tema ha llegado a la gente con la que te has portado mal? ¿Se sienten mejor gracias a haberlo escuchado?
—Compensé directamente a la gente a la que hice daño y con la que me porté mal. Algunas personas a las que compensé escuchó “Edge Of The World” y en el momento supieron sobre qué trataba. No dijeron específicamente que se sintieran mejor por ello, pero pude sentir en algunos de ellos que la apreciaron. Notaban que estaba preocupado, a veces turbado, por mis acciones y algunos comentó la sinceridad de mis sentimientos. Nunca expliqué a nadie a quien tuviera o necesitase compensar el significado de la canción, tampoco la usé como forma de compensar. Entregar al mundo un tema como este, definitivamente, te pone contra las cuerdas. No puedes cantar una cosa y luego actuar de otra forma.
—Como escritores favoritos has nombrado a autores tan distintos como William Gibson, Steve Erickson y Denis Johnson. ¿Crees que han influido en tu forma de escribir? ¿Estás interesado en la ciencia ficción y la fantasía?
—El modo con el que veo y percibo el mundo explica por qué tengo cierta afinidad con esos escritores. Es por eso que me transmiten. Cuando era más joven, estaba interesado en la ciencia ficción y en la fantasía. Me encantaba la serie de Dune, El Señor de los Anillos, Forastero en tierra extraña y El Hobbit. Más tarde me interesé por autores como Ray Bradbury, Isaac Asimov, Philip K. Dick… Y de ahí pasé a más escritores más modernos como Andy Weir. Creo que descubrir a William Gibson me inclinó en la dirección del cyberpunk y desde entonces ya no puedo leer nada de ciencia ficción que tenga lugar en el espacio. No con la fascinación de Bezos, Musk y Branson y sus incursiones. Todo eso está basado en dejar atrás una Tierra moribunda. Estoy más interesado en cómo vamos a afrontar ciertas catástrofes climáticas. Los últimos libros que he leído han explorado este tema, El Ministerio del Futuro de Kim Stanley Robinson, Ciudad de las Nubes de Anthony Doerr, Termination Shock de Neal Stephenson, A Children’s Bible de Lydia Millet, The City Where We Once Lived de Eric Barnes, Road Out of Winter de Alison Stine, Leave The World Behind de Rumaan Alam. Estoy actualmente leyendo Anthem de Noah Hawley. Alison Stine ha publicado un nuevo libro llamado Trashlands y creo va a ser el próximo en el que me sumerja. He sido un ávido lector durante toda mi vida. Puede ser una maravillosa fuente de entretenimiento y escapismo, pero ahora busco libros que afronten el dolor que le hemos infligido a la Tierra y lo que eso significa para nosotros como especie.
—Publicaste una versión remasterizada de tu primer álbum solo unos meses después de ser publicado. ¿Nos puedes contar por qué?
—Sí, noté que cuando mis temas sonaban en la radio o aparecían en una playlist, sonaban a un volumen más bajo que las canciones anteriores y posteriores. Chris pensó que era un problema del mastering y recomendó ponerme en contacto con Patrick Hills de la Earthtone Recording Company. Después de consultarlo con Patrick, pensó que había un margen sónico para subir el volumen a los temas, así que dejé que remasterizara el disco. Las canciones volvieron de Patrick con un aumento significativo del volumen.
—Vas a tocar en el Darkness Calling Festival. ¿Será tu primer concierto con The Sea At Midnight?
—Realmente va a ser el primer concierto de The Sea At Midnight. Chris King va a toca la guitarra, Brandon Pierce estará a la batería y mi sobrino, Michael Baron, va a venir desde Chicago para tocar el bajo. Más o menos la formación de mis sueños. Iba a tocar la guitarra, pero finalmente solo voy a cantar. Me apetece bailar y disfrutar de la música. Esperemos que el público lo haga también.
—¿Es “Oceans” un tema sobre el sexo?
—Ja, ja, ja. Bueno, nunca he pensado específicamente de “Oceans” como una canción sobre el sexo. Recuerdo distintivamente el momento de escribirla. Era un viernes y había vuelto a casa del trabajo y me sentía solo. Me gustaba una chica del curro y realmente quería pedirle que saliera conmigo, pero no tenía ninguna forma de ponerme en contacto con ella, así que sabía que iba a estar pensando en ella durante todo el finde hasta que pudiera verla de nuevo el lunes. Sé que escribí el grueso de la letra durante la noche del viernes y estaba terminada al final de la semana. Sentí al escribirla que era sobre explorar la profundidad de mis sentimientos hacia ella. Que emocionalmente estaba siendo atraído hacia ella.
—Y “I can’t wait” parece una canción de amor, más o menos como “Afterglow” del primer disco. ¿Cómo afrontas este tipo de temas? ¿Son más genéricos o verdaderamente estabas pensando en alguien al escribirlos?
—A veces son más genéricas y no estoy especialmente pensando en nadie en particular mientras las escribo y otras veces surgen inspiradas en el mundo real. “I Can’t Wait” está realmente escrita desde la perspectiva de mi hermana pequeña. Fui a visitarla a Ohio donde iba a la universidad y en esos días realmente echaba de menos a su novio, que ahora es su esposo, y que estaba de vuelta en Chicago. La primera línea, “Well I’m stuck here in Ohio and it’s snowing on April Fool’s” realmente pasó. Me levanté en mi hotel con intención de ir a correr y cuando corrí la cortina, estaba nevando. Enormes copos de nieve cayendo lentamente. Apenas podías ver nada. Era el uno de abril. Y mi vuelo fue cancelado.
—¿Qué podemos esperar de tu segundo disco?
—Todavía tendrá, a falta de un término mejor, el sonido de The Sea Of Midnight que encontramos en el primer disco, pero, se podría decir que hemos expandido la paleta musical, y también hemos hecho algunas cosas diferentes en términos de producción. Francois dijo en su reseña del primer single “Oceans” que suena más shoegaze con prominentes guitarras distorsionadas, lo que era completamente acertado. Durante la grabación del segundo disco, tanto Chris como yo estábamos escuchando un montón de shoegaze, en particular Swervedriver, y también a Catherine Wheel, así que nos apetecían más partes de guitarras distorsionadas y ponerlas por delante en la mezcla. También hay coros femeninos en este tema, cortesía de Marisa Shirar, lo que es algo nuevo. Además, hay saxofón en el disco. He estado escuchando un montón de material de los primeros tiempos de los Psychedelic Furs mientras grababa el disco y me sorprendió que uno de los pioneros del post-punk tuviera a un saxofonista en la formación, así que tenemos saxo en unos cuantos temas, lo que es también algo nuevo.
Uno de los cambios más grandes en temas de producción es que yo quería las voces con más protagonismo en este disco. Pienso que en el debut estaban un poco enterradas. Eso fue mi fallo. Fue una decisión estilística, pero en este disco realmente quiero que estén más prominentes en la mezcla.
—¿Hay alguna posibilidad de que haya otra edición física de tu primer disco, solo editado en casete? ¿Y del nuevo?
—El primer disco está disponible en casete en Velouria Recordz. Lo puedes pedir en su página de Bandcamp. No estoy seguro de que pueda permitirme económicamente que se publique en formato físico. Mi música está completamente auto financiada. Pago por todas las grabaciones, mastering, promoción, etc, y acaba siendo bastante caro. Además, he comprado un montón de nuevo equipo musical. Una nueva guitarra, un montón de pedales, una pedalera y más equipo. Me gustaría conseguir un nuevo amplificador también, pero no estoy seguro de que tras la grabación y el mastering quedará presupuesto para ninguna clase de publicación física.