Mi final del 2020 estuvo marcado por el descubrimiento de Dover Lights y sus dos primeros singles que verdaderamente me fliparon. Este 15 de enero amaneció con su primer disco homónimo finalizado, una obra compleja tanto en lo musical como en lo lírico, difícil de clasificar, pero, sin duda, apasionante. La banda, que comparte nombre con un tema de The Men They Couldn’t Hang, reconoce influencias tanto de la psicodelia inglesa de los sesenta como de la música industrial o la americana. Dover Lights son Daniel Brinker y Andy Moore que han contado con la ayuda de Ben Smith a la percusión y Warren Dickey con el Buzuki.
El disco comienza con la increíble “Prisoners”, un tema dotado de ese sentido épico que podemos encontrar, por ejemplo, en “The Mercy Seat” de Nick Cave y que es parte de esa tradición de storytelling que se remonta a Dylan o Townes Van Zandt y que bandas ochenteras como And Also The Trees supieron continuar. La novedad es que aquí la historia se va desarrollando al ritmo de unas percusiones militares y unos disonantes teclados que van creando una sorprendente e inquietante atmósfera. ¡Vaya comienzo! “Terrors of the Night” es un tema rock más convencional, con sabor ochentero, con un bello estribillo y cantado con gran pasión. Básicamente lo que podría ser un gran single. “Memory Dissolves” ya la conocíamos y podríamos decir que suena como unos War on Drugs oscuros, revestidos de un sonido shoegaze, que cuadra perfectamente con la melancolía del tema. “Carrauntoohil I” es un corto evocador instrumental que precede a las guitarras acústicas de “Blue Fox”, donde también encontramos un rock/folk americano clásico y, de nuevo, de gran calidad. La enorme “Three Women” continúa, un tema cautivador y soñador que verdaderamente me pone los pelos de punta. Auténticamente maravilloso. “Howlin Man”, el tema “industrial del disco” termina como no podía ser de otra forma con un grito y es otra de las notas experimentales del disco. Aunque ambos temas tienen poco que ver, las guitarras acústicas de “Desolate Illinois” me recuerdan a ratos al “Crown of Thorn” de Mother Love Bone, aunque la canción de Dover Lights se encuentre más cerca del folk oscuro. “Stone” es uno de los temas más cortos del disco y destaca por sus potentes guitarras y un cierto aire irlandés. De los temas más extrañamente bellos del disco. Terminamos con la folky “Carrauntoohil II” que parece la contrapartida del primer tema y donde allí había caos aquí es paz. El tema tiene un falso final, así que no corráis a vuestros estéreos a ponerlo de nuevo sin haber escuchado el último minuto.
En esta vida he cometido miles de errores, pero pocas veces he estado tan acertado como cuando, tras escuchar “Three Women”, me di cuenta de que estábamos antes una banda muy especial. Y este primer disco demuestra que Dover Lights no solo pueden cumplir unas altas expectativas, sino que encima te pueden sorprender.