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Crónica del GetMad! 2018

por François Zappa

Por fin nos estrenamos en el GetMad, festival que había captado nuestro interés en sus primeras ediciones. El cambio de fechas (antes era en mayo) nos ha parecido perfecto, al ser septiembre un mes con menos eventos. El viernes no pudimos ver gran cosa, en parte por nuestra culpa (cuando quisimos comprar un upgrade, ya estaban agotados), en parte por culpa del retraso de mi vuelo con IsisJet. Pero vayamos a comentar los conciertos.

Viernes:

Solo vimos un concierto, pero ¡vaya conciertazo! Aunque nunca he sido especialmente fan de The Undertones, (tengo los discos, pero no los escucho tanto, no como otras bandas de new wave) el concierto me flipó. No me esperaba que estuviesen en tan buena forma y Paul McLoone es un frontman increíble. Aunque no es el cantante original, lleva con ellos desde el 99, y su voz se parece bastante a la del cantante original. Sonaron temas como “Family Entertainment”, “Jump Boys”, “Jimmy Jimmy”, la eterna “Teenage Kicks”, “Here Comes the Summer”, “You’ve My Number (Why Don’t You Use It!)” y “Get Over You” entre otras.

Fue algo más de una hora, con pogos (y cervezas voladoras) y esa permanente sonrisa que produce el buen power pop. Después del concierto, tristes por no poder seguir, pero también cansados y cargados con una pesada maleta, nos fuimos a casa a descansar. Después de un par de copas, claro.

Sábado:

Queríamos aprovecharlo al máximo y lo hicimos dentro de lo posible. Empezamos en la But con Spectrum, uno de los monikers de Sonic Boom, ídolo absoluto de los que escribimos aquí y al que ya habíamos visto hace unos años haciendo un concierto similar en la sala El Sol y anteriormente haciendo algo más experimental como E.A.R. Pero, para nosotros, como si se hace llamar Juanita la Cantaora: iremos religiosamente (y nunca mejor dicho) a verlo y a gozarlo. Empezaron con su versión de The Red Krayola (otra banda que nos flipa, si es que nos conoce el muy pirata), “Transparent Radiation”, siguieron con su “Lord I don’t even know my name” y no se olvidaron de tocar temas de los Spacemen 3 como “Let me down Gently” o la final “Big City (everybody I know can be found here)”, tema larguísimo con el que se pasaron de tiempo, pero él tan campante y nosotros gozándolo. Sonic Boom, a ratos con la guitarra y a ratos tocando botoncitos (pero muy bien tocados, eh) acompañaba su música con su pinta de yonki del espejo, que es lo que da calidad a su música. Me gustó más que la primera vez.  Deseando repetir.

A pesar del retraso de Spectrum, Melange salieron puntuales, y con mucho más público que había comenzado a llegar durante el concierto del primero. Los había visto en un Primavera Sound a las cinco de la tarde, y el cambio de horarios y circunstancias (al final somos nosotros y nuestras circunstancias) les sentó muy bien. Me parecieron muy buenos, muy profesionales y a esa hora su folk progresivo me entró muy bien. Me tengo que poner con los discos.

Sin cambiar de sala, esperamos a Luna, que como siempre mostraron ser unos sosainas en el escenario. Como me lo esperaba, y como su música no es para dar saltos, disfruté bastante del concierto, que arrancó con “Malibu Love Nest”. Tocaron dos versiones (porque, aunque tienen sus buenos temazos, les gustan las versiones, no les culpo) “Bonny and Clyde” de Gainsbourg y el “Indian Summer” de The Beat Happening (que nos hizo mucha ilusión), y en medio, temas como “SuperFreaky Memories”, “Moon Palace” o “Friendly Advice”. Salieron para un bis, que fue “Strange”. Y muy bien, les tenía ganas pero… Dean, amigo mío, júntate con Damon and Naomi y toca las canciones de Galaxy 500, porfa, que a los de nuestra generación nos han marcado, y sin ellos no es lo mismo. Terminado el concierto, felices, aprovechamos para beber un poco y comer, que no solo de música vive el hombre.

Llenos el buche, llegamos a la Wurli, unos minutos antes del comienzo de Mohama Saz. Vestidos con trajes morunos y con dos miembros de Melange en sus filas, recorrieron su disco Negro es el Poder y nos recordaron que haber vivido en un sitio fronterizo como Ceuta tuvo sus ventajas. Vienen a tocar a Milán dentro de poco y aprovecharé para adentrarme más en su mundo.

Seguimos con Matt Hollywood and the Bad Feeling, de nuevo en la misma sala. Matt había estado bastante cerca de nosotros en el concierto de The Undertones, y dio un buen concierto, quizás demasiado tranquilo para la hora que era. Mucha gente ya estaba demasiado borracha y siendo el último concierto, pasaban un poco de él. No me voy a incluir en ese grupo, por supuesto, yo era de los que estaban borrachos pero escuchando el concierto. Y me gustó.

Resumiendo, un festival muy disfrutable, donde si te lo montas bien, puedes ver buenos conciertos y en buenas condiciones. La selección nos pareció intachable, la organización impecable. Si algo hay que mejorar para el año que viene, por una vez, es de nuestra parte. Nos vemos, GetMad.

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