A pesar de este comienzo de año catastrófico, la música continúa a reservarnos bellas sorpresas. Algunas con cierto retraso, pero, como dice el viejo adagio, mejor tarde que nunca. Hoy os presentamos Linsay, el primer disco de Sômbre, grupo fundado en el 2011 por el cantante Cédric Manine y el productor e instrumentalista Axel Wursthorn.
Escuchando el disco, uno adivina rápidamente que el dúo toma su inspiración del post-punk y la coldwave de los años 80. Sin embargo, escuchamos, a veces, un toque de rock gótico e incluso de trip hop en unas composiciones realizadas a la perfección. Algunas presentan también un lado más electrónico, para alegría de nuestros oídos.
Preparaos: del post-punk de “Black Skin Twins”, pasamos a la angustia de “Down” donde el coro lleno de emociones os golpeará en pleno corazón, y también a “New Creatures” donde, en ciertos pasajes, tenemos la impresión de escuchar a unos Depeche Mode que habían decidido meterse a hacer trip hop. Es también el tema que introduce el lado electrónico de Sômbre. Para “ALF”, el grupo lo ha clavado: el tema no solamente lleva el nombre de uno de mis extraterrestres preferidos, pero es que además es un auténtico temazo al ritmo de un animado dark electro. El contraste con el tema siguiente, “Linsay”, es, por lo menos, sorprendente: para nuestro placer, Sômbre nos regala un dueto entre Regina Sosinski (Mira) y Cédric. La harmonía que reina entre sus dos voces te llegará a lo más profundo.
Quizás mi cerebro me hace escuchar lo que quiero escuchar, pero “The Master” me recuerda, a ratos, el “Machine Gun” de Portishead. La ligera saturación de la voz en la estrofa, que me ha casi hecho creer por un instante que era otro el que cantaba, crea un efecto interesante con la atmósfera sombría del coro. Volvemos a un sonido más rock con ”False Illusions”. Me gusta particularmente la forma en la que está construida “Find the Light”: una línea electrónica que parece, a veces, cambiar de tonalidad, acaba introduciendo un coro a lo Duran Duran, que presenta una magnífica harmonía. Finalmente, “We Will Coalesce” retorna a un ambiente más post-punk, puntuado por pasajes con un toque de trip hop. El álbum termina con una excelente versión del “Kids in America” de Kim Wilde.
Para terminar, hace falta señalar la belleza de la voz de Cédric: cristalina, parece crear un vínculo entre los distintos temas. Su timbre, colorido y profundo, ofrece cierta dinámica y calidez a los temas más sombríos. Añadiría igualmente, una última cosa: gracias Sômbre por haber iluminado, o al menos, atenuado, mi lúgubre comienzo de año.