En el Garaje tenemos una lista en la que vamos apuntando las reseñas de los discos que nos llegan o que simplemente queremos reseñar. Tras publicar la crítica, borramos el nombre y apuntamos alguno nuevo. Un nombre omnipresente en la lista es el de Jean-Marc Lederman, ya que cuando nosotros terminamos de escribir sobre su último disco, ya tiene otro en el mercado. Y así estamos, y ya que no tuve tiempo de escribir nada sobre su The mysterious manuscript of Gabriel Garcia Marquez, aquí me encuentro escuchando The Bad-Tempered Synthesizer y pensando que me tengo que dar prisa ya que ya ha publicado un nuevo disco con Emileigh Rohn. Así que por una vez seré breve.
El disco se puede encajar dentro de su serie de trabajos conceptuales instrumentales hechos básicamente con sintetizadores como The Helpless Voyage Of The Titanic o Music For Dinosaurs. Encontramos doce piezas, once de ellas originales y la última una versión de Bach. El disco es un homenaje al The Well Tempered Synthesizer de Wendy Carlos publicado en 1969 en el que reinterpretaba al sintetizador algunos clásicos de Scarlatti, Bach o Händel. Dicho álbum, como muchos de los creados por la pionera de la música electrónica, no se puede encontrar fácilmente en streaming con lo que no he podido comparar ambas obras. Para The Bad-Tempered Synthesizer Lederman se ha puesto un reto y así cada tema tiene un semitono y cuatro bpms menos que el anterior. Así la primera composición tiene 92 bpms y la última 48. Curioso como mínimo.
The Bad-Tempered Synthesizer es, aunque pueda parecer lo contrario por la descripción, un disco fácil de escuchar, muy ameno y bastante variado. El segmento que comienza con el soñador tercer tema y continúa con el cuarto y el quinto nos ha parecido de lo mejor del disco. Curiosamente todos los temas impares nos han gustado mucho, y tanto “F#68 bpm”, como “E 60 bpm” y “D 52 bpm” nos han parecido sobresalientes. La versión de Bach me parece divertida, pero pierde un poco ante tanto temazo.