Desde principios de los noventa, Sheep On Drugs han ido entregando una gran serie de temazos perfectos para irse de fiesta, aunque la suerte no ha estado siempre de su lado, como puedes leer en esta entrevista. Tras ocho años sin grabar disco, han vuelto con nueva cantante, el inspirado Does Dark Matter y más ganas que nunca. Hablamos con Lee Fraser, que junto a su banda Sheep On Drugs tocará en el DarkMad, que tendrá lugar en Madrid el 15 y el 16 de Octubre.
—En una entrevista, dijiste que el nombre de la banda iba sobre el tener tu propia opinión sobre las drogas. ¿Como ha cambiado tu punto de vista sobre el uso de estas durante los años? Ha sido siempre un tema recurrente en tu música.
—Las drogas han sido un tema recurrente en mi vida, y por lo tanto en mi música. Realmente nunca he tenido una opinión sobre cómo usan las drogas los demás. Por lo que a mi me concierne, he decidido que todo está bien en moderación (aunque la lista de drogas que tomaría se ha reducido con los años). De hecho estoy llevando una vida bastante sana últimamente. He pasado de ser un drogadicto a un consumidor responsable.
—¿Cómo fueron los comienzos de Sheep on Drugs? ¿Cómo conociste a Duncan X y empezaste a hacer música?
—Conocí a Duncan en 1988, cuando me fui a vivir a la misma casa en la que él vivía en New Cross, Londres. Había comprado recientemente algunos instrumentos electrónicos porque había decidido que ya no quería trabajar con otros músicos nunca más (o no se presentaban a los ensayos o estaban demasiado borrachos para tocar bien), ya que mi experiencia trabajando con bandas no había sido muy buena. Duncan no era músico, tenía buena pinta y en general tenía algunas buenas ideas. A los dos nos interesaban las rarezas surrealistas y la expansión de la mente. También nos gustaba el acid house, pero estábamos decepcionados porque no había bandas tocando esta nueva música electrónica. Así que decidimos hacer la nuestra y así nació Sheep On Drugs.
—Entonces, ¿vuestras influencias provenían principalmente del Acid?
—Acid house en cuanto al tema de usar máquinas para hacer música, pero el punk como actitud, el rock por las guitarras y la música tribal por los sonidos de animales y el exotismo.
—Y ¿cómo era la escena rave inglesa de los noventa? Supongo que bastante salvaje.
—Me parecía bastante monótona. Parte de la música estaba bien, pero la gente eran todos autómatas puestos de E (MDMA) adorando los láseres. Todos hacían la misma cosa, como ovejas. Así es como tuvimos la idea para el nombre.
—¿Piensas que ese sentido de transgresión y al mismo tiempo de diversión que podemos sentir en tu música se ha perdido en la música electrónica de los últimos años? Hoy en día todo el mundo parece muy serio.
—De hecho. Sheep On Drugs era y todavía lo es un nombre con humor. Toda la idea de las estrellas/ídolos de la música rock y pop es ridícula. Somos una parodia de lo ridículo que es.
—¿Por qué llamaste tu primer disco Greatest hits? ¿Fue porque en él podíamos encontrar algunos de tus primeros singles o fue solo por diversión?
—Al llamar nuestro primer disco Greatest Hits, conseguimos entrar en la sección de grandes éxitos de las tiendas de discos, y a la vez, dábamos por sentado que teníamos éxito. No habíamos tenido hasta entonces ningún gran éxito, pero pensábamos que nuestras canciones podían serlo.
—¿Qué pasó con vuestro segundo disco? Cambiasteis de estilo, perdiendo un poco la frescura del primero. Quizás la influencia del dub haga que sea un disco más de bajón mientras que el primero es definitivamente un disco festivo.
—No creo que haya mucho dub en él …On Drugs, aunque fue nuestro difícil segundo disco. Tienes toda tu vida para escribir el primero y como dos años para escribir el segundo. Desafortunadamente, Island Records no nos dejó contar con Gareth Jones para producirlo, aunque él había producido Greatest Hits. Esto hubiera ayudado con la continuidad del “disco festivo”.
En cambio, mientras escribíamos nuestro segundo disco, no tuvimos nada de orientación por parte de Island Records. Dejados a nuestra suerte, se nos ocurrió hacer un álbum conceptual. Lo llamamos …On Drugs, así que era ’ Sheep On Drugs …On Drugs’ y seguimos el concepto. También era el experimental segundo disco. Así que nos pasamos a la experimentación. Tanto química como musical, sin ninguna dirección por parte de Island. Ya llegados a este punto, nuestro sueño perfecto había sido destrozado por haber trabajado con una multinacional. Un ejemplo (hubo muchos) de cómo te destrozan tus sueñas es que el sello estaba mandando chuletas de cordero de plástico con las promos de nuestros discos. ¡Qué hortera! ¡Qué equivocado! Y nada barato. Nos dimos cuenta en ese momento de que éramos sus marionetas con ningún control real, ni siquiera en cómo se gastaba nuestro dinero. Odiábamos eso. Quizás algo de nuestro descontento fue grabado en el disco. Todavía pienso que es bueno y que está infravalorado. Hay grandes temas en él. “Slim Jim”, “Slap Happy” y “Slow Suicide” son clásicos. Conseguimos una doble página en Melody Maker en la sección de Album Of The Week. Pero la fiesta todavía no había terminado. Terminó cuando nos involucramos con Invisible Records.
—Ya que hablamos de Invisible Records, ¿cómo conociste a Martin Atkins? ¿Era fácil trabajar con él? Colaboraste en varios de sus proyectos: Pigface, Rx and The Damage Manual.
—Lo que pasó es que Polygram había comprado Island Records. Todas las bandas que debían dinero (de anticipos) fueron expulsadas, resultando en que un gran número de bandas acabó en la calle. Acabábamos de tener nuestro top 40 en Inglaterra con “From A To H And Back Again”, así que el que nos expulsaran no tenía ningún sentido y no tenía nada que ver con nosotros. No sentimos que habíamos tenido nuestros 15 minutos de fama, así que formamos el sello ‘Drug Squad’ para continuar. Después de esto, apareció Martin Atkins. Creo que Duncan le conoció en algún concierto en Londres y él nos ofreció un contrato. Algo sospechoso, claro, que nosotros firmamos. Trabajar con MA era bastante fácil mientras le gustaba tu trabajo y sabías que él es el jefe. Siempre da la impresión de que es tu amigo, muy convincentemente, pero no lo es.
—Aprovechando que lo mencionas, ¿qué pasó con el sello Drug Squad? Finalmente solo publicaste un par de singles, ¿verdad?
—Creamos nuestro propio sello después de que nuestro trabajo para la multinacional terminase. En retrospectiva, pensar que Duncan y yo podíamos dirigir un sello discográfico es una falacia. Fue como sangrar dinero. No éramos muy buenos haciéndolo. Logramos publicar 2 E.Ps Suck y Strapped for Cash. Estas dos referencias fueron combinadas para hacer Double Trouble, nuestro primer disco en Invisible Records.
—Años después, ¿crees que formar parte de Invisible Records fue positivo o negativo para la banda?
—No fue bueno para la banda, eso seguro. Fue por trabajar con Invisible Records que Duncan dejó de tocar. Martin Atkins y su oficina de manager intentaron chantajearle para que firmara un nuevo contrato mientras estábamos de gira en 1998. Duncan no firmó (bien hecho) y por lo tanto no le pagaron. Como consecuencia, no pudo pagar el alquiler de su casa (lo que era un prerrequisito para él para hacer la gira de seis semanas). Él, junto a su pesadamente preñada esposa, estuvieron a punto de quedarse sin hogar, de quedarse en la calle. Nunca perdonó a Invisible Records por eso.
—Y la inevitable pregunta sobre Duncan, ¿cómo le va? Se retiró para dedicarse a los tatuajes, ¿alguno de los tuyos te lo ha hecho él?
—Duncan está bien, le veo casi cada semana. Ahora es un tatuador muy respetado. Ha hecho la mayoría de mis tatuajes.
—En One For The Money, hay una clara influencia del Drum ‘n’ bass. ¿Cómo te metiste en esa escena?
—Escuchaba las radios piratas de DnB a mediados de los noventa y pensaba que era una música muy psicodélica. Me atrajo y empecé a incorporarlo en el sonido de SOD en el disco One For The Money. Uno de mis temas favoritos de este disco es nuestra versión DnB del tema “Waiting For The Man” de la Velvet Underground.
—Continuando con el Drum ‘n’ bass, uno de tus proyectos paralelos es Bagman, con el que publicaste dos discos Wrap y Trax – ¿Qué nos puedes contar de ellos?
—Después de que Duncan abandonase SOD, no creía que pudiera continuar con la banda, así que comencé Bagman. Era un proyecto de DnB en solitario. Fue muy refrescante el poder trabajar solo, sin tener que grabar voces por cierto tiempo. Solo duró un par de discos ya que quería iniciar SOD de nuevo, ahora con otra voz. Sentía que SOD tenía un nombre con el que podría quizás atraer más remuneración fiscal que Bagman, que era (y quizás todavía es) muy underground. En ese momento no me di cuenta de que vendiendo música ya nadie haría dinero nunca más.
—En 1997, publicasteis un disco de remezclas titulado Never Mind The Methadone. En él, nos encontramos una remezcla hecha por Teho Teardo, un interesante artista italiano de música industrial. ¿Cómo tuvisteis la idea de contar con él para el disco?
—Eso vino de Martin Atkins. Sin duda Teho Teardo había hecho algún trabajo para él antes, así que lo involucraron para que hiciese una remezcla de nuestro tema.
—En ese disco hay un tema con Pigface, y tú fuiste parte de la banda, ¿verdad? ¿Cómo recuerdas la experiencia?
—Nunca fui oficialmente parte de Pigface aunque estuve en el escenario con ellos un par de veces. El tema en ese disco fue una versión del “Back In Black” de AC/DC. Fue idea de Martin Atkins lo de grabar un disco justo antes de salir de gira. Grabamos la música y las voces, y Martin hizo que lo mezclasen en su estudio mientras estábamos de gira.
—Grace Jones hizo una versión de uno de vuestros temas. ¿Te gustaba su música? Más tarde la conociste, ¿verdad?
—Me encanta Grace Jones y me sorprendió que quisiera hacer una versión de “Track X”, que retituló “Sex Drive”. Supongo que ayudó que habíamos sido fichados en Island Records por Chris Blackwell. Mi única decepción es que Sly and Robbie no tocaron en su versión. La conocimos. Tuve una llamada en el estudio de ensayo de Nueva Jersey. El tour manager me pasó el teléfono y me dijo que era Grace Jones! Era ella de verdad. Charlamos por unos minutos y quedamos en encontrarnos esa noche en su piso en Manhattan. Fui allí con Duncan y nuestro técnico de sonido. Permanecimos allí toda la noche, nos divertimos mucho y nos fuimos a la mañana siguiente para empezar nuestra gira por los Estados Unidos.
—En FUCK, te convertiste en el cantante principal de la banda. ¿Cómo te sentías en los conciertos al ser el centro de atención?
—El disco no se llama Fuck, eso es producto de tu sucia mente. Se llama F**K. Podría ser FUCK o FUNK o FORK…. Mientras era el foco principal, me di cuenta de todo por lo que Duncan tenía que pasar. Ser el front man es un trabajo mucho más duro, pero conseguí acostumbrarme a él. Todavía estoy al frente en algunos temas. El tener a la audiencia en la palma de tu mano es una sensación genial.
—Finalmente, conociste a Johnny en el 2006. Según tú, ¿cómo ha contribuido al sonido de la banda?
—Tiene mucha energía, toca bien el teclado y tiene una buena voz. Una voz femenina, algo que yo no puedo hacer. También es muy buena escribiendo letras.
—En Medication Time tienes un tema llamado “War on Drugs” (La guerra contra las drogas). Curiosamente, estos días estoy viendo Narcos México. ¿Qué piensas de la legalización, crees que puede ser una solución o algo negativo?
—La guerra contra las drogas no está funcionando, pero no sé si legalizar las drogas sería la respuesta. Imagina heroína legal de marca en las estanterías de los supermercados, o siendo anunciada en televisión. Habría un montón de nuevos adictos y un montón de nuevas sobredosis y muertes. ¿Puede quizás ser la despenalización el camino a seguir?
—¿Qué hiciste durante esos nueve años sin publicar material nuevo? He leído que te dedicaste a remezclar a otros artistas. ¿Nos puedes contar algo más de estos años?
—No fueron 9 años, pero ocho sí. Publicamos Club Meds en el 2011 y luego Does Dark Matter en el 2019. Para ser honesto, la industria musical me desilusionó. Desde que Napster empezó con la posibilidad de compartir archivos, la industria musical ha ido disminuyendo. La gente, consecuentemente, ha estado insistiendo en que la música sea gratis. En estos días, la industria discográfica apoya a un puñado de artistas, todos ellos de pop súper comercial. La gente, en la actualidad, generalmente escucha la música en Spotify, a menudo en la versión gratis. Así que ¿dónde está el dinero? ¿Cómo somos pagados los músicos? Los pagos por derechos de autor de los streaming son vergonzosamente pequeños, son una broma. Es por eso que los vinilos y las casetes están volviendo. Los músicos pueden unir su música gratis a estos formatos y vender el objeto físico. Es la única forma en la que los músicos pueden hacer algo de dinero de las ventas de discos. De otra forma, tan pronto como la música digital se publica, se sube a YouTube y allí está dada gratis.
—¿Cómo te sentiste al grabar Does Dark Matter después de tantos años sin publicar material nuevo?
—El grabar Does Dark Matter fue realmente inspirador. Siempre disfruto del tiempo en el estudio y tengo muchas ganas de que vuelvan a abrirlo de nuevo. Tenemos otro disco medio terminado, listo para ser grabado.
—He visto en vuestra página de Facebook que estáis trabajando en una novela gráfica sobre la banda. ¿Nos puedes contar algo más de esto?
—Aunque lo llamo novela gráfica, será más como un libro ilustrado de historias cortas. Historias del archivo de Sheep On Drugs. He empezado algunas de las ilustraciones y escrito por encima algunas de las historias. Todavía tardaremos en terminarlo, pero creo que puedo hacerlo. Estad atentos.
—¿Qué piensas de la industria musical inglesa actual?
—¿Qué industria musical inglesa? Es tan pequeña ahora que solo apoya a un puñado de artistas ultra comerciales. De los que no me gusta ninguno. No parece que haya mucho espacio/dinero en la industria musical para proyectos alternativos. Es una auténtica pena, nunca me gustó el pop ultra-comercial y eso es todo lo que parece que haya. Siempre he preferido la música underground, alternativa. Desafortunadamente, la industria musical inglesa no es lo suficiente lucrativa para poder financiar esa clase de bandas. Los sello “indies” que solían fichar esa clase de bandas (como SOD), ya no existen.
—¿Cómo has vivido la pandemia? Supongo que has tenido algunas giras canceladas. Al menos has podido publicar un nuevo single, ¿verdad?
—Esta pandemia es una pesadilla. Cuanto antes se termine, mejor. Hemos publicado un single online en verano, principalmente para recordarle a la gente que todavía estamos aquí. También hemos grabado un vídeo para casi todos los temas de nuestro último disco, Does Dark Matter para hacer que la gente nos tenga en su memoria hasta que podamos volver a tocar de nuevo. Tenemos todavía uno que hacer y entonces sí que tendremos un vídeo de cada tema de Does Dark Matter. Buena promoción para conseguir conciertos cuando comiencen de nuevo.
—¿Qué podemos esperar de Sheep on Drugs en un cercano futuro?
—Tenemos un disco medio terminado. Esperamos que esté completado para el año próximo, una vez que los estudios vuelvan a abrir. Contendrá algunos temas fantásticos. Tengo muchas ganas de empezar a mezclarlo.
—Y para terminar, ¿qué podemos esperar de vuestro concierto en el DarkMad?
—Un espectáculo fantástico. Tenemos tantas ganas de ser adorados de nuevo sobre el escenario que garantizamos que estará bien. No te de decepcionará.