Del último concierto de Martial Canterel en Madrid, todos salimos con una sonrisa en la cara. Fue una actuación, en la sala Specka que contó además con un DJ set de Arch, amigo del artista que nos ha ayudado en la confección de algunas preguntas. Sean McBride, ya sea con su proyecto en solitario o junto a Liz Wendelbo como Xeno and Oaklander, ha creado algunos de los discos más apasionantes de la minimal wave moderna. Hemos tenido una pequeña charla con él y Liz, a los que podremos ver en directo en el Ombra Festival que tendrá lugar en Barcelona del 25 al 27 de noviembre.
—¿Cuándo y cómo te llegaste a interesar en la música electrónica?
—Crecí en los ochenta, así que era imposible no escuchar sintetizadores, sin que importase qué música estabas oyendo. Recuerdo que a muy temprana edad me entusiasmaron enormemente el vocoder y la línea de bajo del “Let’s Groove” de Earth, Wind and Fire y ese icónico arpeggio aleatorio de Jupiter 4 en el “Rio” de Duran Duran. En los primeros años de mi adolescencia, descubrí a The Cure y estaba particularmente atraído por los dulces sintetizadores de cuerdas que apuntalaban temas como “The Forest” o “The Holy Hour”. Eso me condujo naturalmente a otros territorios más oscuros como Front 242, Front Line Assembly, SPK o Chris and Cosey. El continúo “escarbar más profundamente” buscando más y más de esta música formó mi primera consciencia musical.
—En una entrevista dijiste que entre 1978 y 1984, hubo una edad dorada en la música electrónica y que intentas reproducir ese momento. ¿Qué encuentras tan especial en ese determinado periodo?
—A posteriori parece ser una edad de oro porque fue el periodo en el que cualquier persona se podía costear un sintetizador. Ya fuese tu hobby o fueses un músico de fin de semana. La banda punk podía intercambiar sus guitarras y batería y explorar una nueva y extensa paleta de sonidos. Naturalmente, debido a la naturaleza de los aparatos electrónicos analógicos se conservaba un sentido de aspereza y de imprecisión, que, aunque era una cosa electrónica, mantenía algo de lo humano todavía audible en él. Esto en su mayoría desapareció con la llegada y la popularidad generalizada de los sintetizadores digitales y del sampling.
—Comenzaste tu carrera musical con el AKA Moravagine y grabaste algunas demos que más tarde se convertirían en tu primer disco auto editado. ¿Cómo recuerdas esa época?
—Esos primeros tiempos fueron extremadamente apasionantes y quizás para mí de los más productivos y prolíficos. Para el primer conjunto de temas (2002) usé un viejo secuenciador Roland MC500 MIDI de 1984 y lo compuse ayudado de un conversor de MIDI a CV para controlar monosynths, un Prophet 600 y un Jupiter 6. Luego, tomé la decisión consciente de usar solo los protocolos de interfaz y control (CV/Gate) implementados en esos sintetizadores de finales de los setenta: Arp Odyssey, System 100, MonoPoly y evité el uso de MIDI.
—¿Cuándo te fuiste a vivir a Nueva York y por qué? ¿Algún recuerdo especial de aquellos días?
—Me fui a vivir a Nueva York en 1999 con mi amigo Cheyney (Epee du Bois). Fue esta mudanza la que hizo que conociera a Pieter Schoolwerth, Gilles Leguen, Glenn Maryansky y Phil Painson. Nos reuníamos en las noches de los martes en una discoteca casi vacía llamada Blu Lounge en Williamsburg para escuchar rarezas compuestas por sintetizadores seleccionadas por Gilles y Glenn. Este periodo resultó ser el comienzo de lo que más tarde serían las fiestas Weird.
—Hasta ahora como Martial Canterel has publicado tres volúmenes de Navigations con rarezas y apuntes de canciones. ¿Todavía tienes más? ¿Fueron grabadas algunas cuando todavía te llamabas Moravagine?
—Algunas son de la época de Moravagine, algunas son de lo que vino justo después. Definitivamente, hay más cosas que podrían ver la luz del día.
—¿Por qué cambiaste el nombre del proyecto a Martial Canterel?
—El sello discográfico con el que publiqué mi primer disco, Genetic Music, me avisó del hecho de que había una banda italiana de punk con el mismo nombre, así que cambié el mío. He sido durante años fan del periodo y de los escritos de Raymond Roussel, así que fue una decisión fácil.
—Aunque eres americano, se suele hablar del vínculo de tu música con un cierto sonido europeo. Además, hablas algo de italiano y húngaro, ¿verdad? ¿Qué te ata al viejo continente?
—Me encantan las lenguas, pero debo decir que cuando no las usas o si no estás continuamente estudiándolas, se desvanecen, como me ha pasado con el húngaro, aunque mi italiano se está haciendo más fuerte ya que mi novia es de Italia. En cuanto al Viejo Mundo, supongo que es la música de las personas que crecieron rodeadas del gran número de historias y artes de las que Europa está repleta. Y no hace falta decir que esto se percibe en la música.
—Tu música ha sido descrita como el sonido de recuerdos perdidos, del pasado. ¿Te obsesiona el pasado? ¿Te consideras una persona nostálgica?
—El pasado ha sido, ciertamente, un santuario para el contemporáneo. No hace falta decirlo.
—A partir de 2006, empiezas a publicar temas y luego álbumes en el sello Wierd tanto como Martial Canterel como con X&O. ¿Cómo era tu relación con Pieter Wierd y qué recuerdas de las fiestas del Wierd Club de las que hablabas antes?
—Como mencioné antes, conocí a Pieter en el 2000 en el Blu Lounge, y tuvimos muchas conversaciones musicales, noches de música, fiestas y divagaciones decadentes. Todo esto comenzó en el 2001 y culminó en las fiestas Weirds de Home Sweet Home en el 2007. Las fiestas Weird fueron realmente únicas, eran realmente un hachís de todas clases de excentricidades y formas de vivir, nunca se limitaban a un solo aspecto o sonido, sino que engendraron un amplio espectro de conectividad general y anhelo de lo humano en la vida nocturna.
—¿Crees que tu disco del 2011 You Today fue un movimiento hacia una música más sentimental? Incluso tu voz suena un poco menos robótica.
—You Today fue realizado en dos semanas, simplemente me propuse grabar un LP y me senté y junté las piezas. Resume un momento particular en el tiempo. Nunca he pensado en él como algo más sentimental en relación con mis otros trabajos. A propósito, en mi música nunca he estado interesado en robótica, cibernética o tecnologías post-humanas.
—En Gyors, Lassù, publicado tres años después, reconoces influencias de la escena rock como Ride o los primeros My Blood Valentine. ¿Encuentras alguna conexión entre el shoegaze y tu música?
—Me di cuenta de que trabajando con un particular grupo de osciladores podía muy fácilmente producir esos timbres que suenan como un muro de sonido de guitarras, parecidos a los de MBV o a algunos de los viajes de Ride, así que los exploré.
—¿Cómo se puede sonar barroco y minimal al mismo tiempo?
—Barroco en este caso implica modos harmónicos particulares, cadencias, etc y minimal define los medios por con los que se ha logrado.
—He oído que tienes un buen montón de sintetizadores, ¿cuáles son los más valiosos?
—Un ’79 Series Serge Modular y un Roland System 100 (101, 102, 104)
—Y seguimos hablando de sintetizadores. Ahora mismo, ¿cuántos Sh-0101 posees?
—Tengo cuatro Sh 101s.
—Tienes una relación especial con Valencia, ¿verdad?
—Me encanta Valencia y los muchos amigos que tengo allí. Me abrieron sus corazones a mí y mi música como en ningún otro lugar.
—¿Cómo nació la idea tras el disco Places We Think We Know? Está basado en fotos de Mary McIntyre, ¿verdad? ¿Tienes planeados más trabajos en esta dirección más “clásica”?
—Me pidieron que escribiese música para unos trabajos fotográficos hechos por Mary. Estaba escuchando mucho a Ravel, Debussy, y Skriabin y algunos aspectos de estos compositores pasaron a mi vocabulario musical. Estoy planeando otro proyecto con Mary y Frédéric Huska siguiendo unas líneas similares.
—Pasamos ahora a las preguntas sobre Xeno And Oaklander. Liz, conociste a Sean en una fiesta. ¿Qué es lo que te llamó la atención de él para que empezarais a colaborar?
—LW: Nos enamoramos y el amor es el más grande motor creativo.
—Sentinelle, el primer disco de Xeno And Oaklander fue grabado completamente en directo, según las notas de vuestro Bandcamp. ¿Habéis continuado grabando vuestros discos de esta forma? ¿Cuál es para vosotros la ventaja de este método?
—Toda la música de Martial Canterel y Xeno And Oaklander se graba en directo en una toma porque la naturaleza de las interconexiones de los sintetizadores necesita que sea así.
—Me gustaría detenerme en el concepto detrás de Par Avion, vuestro disco del 2014: sinestesia. Liz, ¿sueles percibir la música a través de otros sentidos? Supongo que la idea del álbum perfumado proviene de aquí.
—LW: El sonido me hace pensar en una fragancia, que me hace pensar en una imagen, que me hace pensar en cierta clase de luz. Eso es lo que sinestesia significaba en este disco. Había un insert en el vinilo con aroma a perfume de rosa oscura. Vi/deo, nuestro último trabajo juega con la misma idea.
—Literalmente hablando, la palabra vídeo significa “lo que ves”. Así que estuvo bien añadir un componente de fragancia al disco con insert perfumado también en el vinilo rojo. Azafrán, rosa óxido e incienso. Y luego, la música y los colores de una imagen de vídeo, el rojo, verde y azul.
—Los dos volúmenes de Movements son vuestros trabajos más experimentales como Xeno and Oaklander. El primero fue comisionado por el National Center for the Arts de Grenoble. ¿Cómo abordáis esta clase de proyectos? ¿Es fácil mantener la marca X&O en un trabajo como este?
—Esencialmente el mismo proceso que los temas, simplemente de forma más larga y con una mayor paleta de sonidos. Por ejemplo, usamos más elementos no tonales.
—Según tus propias palabras, “Musicalmente, Hypnos es una vuelta a la polifonía tras varios años usando estrictamente sintetizadores monofónicos”. ¿Por qué este cambio? ¿Queríais añadir más complejidad a la música del dúo?
—Efectivamente. Creo que el hecho de que Ravel estaba sonando en mi subconsciente fue un gran factor para esto.
—¿Cómo crees que la música de Xeno and Oaklander ha cambiado desde el primer disco hasta Vi/deo?
—Han pasado 18 años de crecimiento musical.
—Sean, ¿sueles usan las fragancias de Liz? ¿Cuál nos recomendarías?
—Las uso, también un perfume llamado Horizon LTD que ella hizo para mí y que todavía no se ha dado a conocer al público.
—¿Qué le depara el futuro a Martial Canterel y Xeno and Oaklander?
—Muchas cosas van a llegar….
—¿Qué podemos esperar de vuestros dos conciertos?
—Pozos de melancolía, muros de felicidad.