Kelly Moran con su último disco ha conseguido una notoriedad y respecto poco habituales en el mundo de la electrónica. La han entrevistado en El Mundo, Pitchfork ha alabado sus últimos discos y ha tocado en el Primavera Sound, Electrónica en Abril y próximamente en el Sónar. Ultraviolet, su última obra, actualiza el legado de John Cage, sonando a la vez personal e innovador. Escucha su música, ve a uno de sus conciertos: hará que vendas tu Mac y tus platos y te compres un piano.
—He leído que empezaste escuchando rock clásico y metal, algunos artistas como Yes o Yngwie Malmsteen se inspiran en la música clásica para sus temas, ¿te gustaban? También has hablado de la conexión entre Black metal y minimalismo, ¿nos puedes explicar esto?
—Las bandas que más escuchaba cuando estaba creciendo fueron Led Zeppelin, The Beatles, Metallica, Tool y The Smashing Pumpkins. Escuchaba un montón de música rock y ¡tocaba en bandas cuando era una adolescente! Después en el instituto, empecé a interesarme por muchas bandas de la segunda oleada de Black metal. Creo que el Black metal tiene muchos rasgos básicos que son similares al minimalismo – un pulso constante, fidelidad a la tonalidad, repetición de notas/ trémolos para construir melodías, etc. Creo que, si orquestas una canción de Black metal para un cuarteto de cuerda, sonaría como Steve Reich o Philip Glass.
—¿Cómo fue tu experiencia con las bandas con las que tocabas antes, Cellular Chaos y Voice Coils? La primera hacia no-wave y la segunda Avant-rock, ¿verdad?
—En ninguna de las dos bandas tenía un rol significativo en la creación de las canciones que tocábamos. En Cellular Chaos reemplacé al bajista que se había transferido fuera de Nueva York, así que simplemente aprendí las partes que ella había escrito y las toqué. En Voice Coils, toda la música estaba escrita por uno de los chicos del grupo, así que solo tocaba las partituras que me daba. Fue, definitivamente, esta falta de participación creativa y control lo que me llevó a dejar estos proyectos y centrarme en mi propio trabajo.
—En tu primer disco, Microcosms, ¿tocas todos los instrumentos? Fue publicado hace nueve años, ¿cambiarías algo si grabases el disco ahora?
—Microcosms es dentro de mi discografía, uno de los pocos discos en el que tocan otros músicos. Mis colegas de la universidad Jake Saunders y Josh Holcomb tocan el violoncello y la viola en unos temas, y mi amiga Aya Yamamoto hizo un dúo de piano conmigo en el último tema. Pero toqué el resto de los instrumentos (piano, vibráfono, guitarra, clarinete, las partes electrónicas). Realmente me gusta ese disco, no creo que cambiaría nada porque el proceso me ayudó mucho a crecer como compositora y ayudó a descubrir cuánto me gusta hacer discos.
—Para tu segundo disco, Movement, usaste tu experiencia en la universidad donde compusiste piezas de piano experimental para acompañar espectáculos de danza. ¿Cómo es trabajar con un coreógrafo? ¿Vas a repetir la experiencia?
—¡Me encanta trabajar con coreógrafos! Componer para danza fue una importante parte de mi vida hace unos años y solo dejé de hacerlo porque acabé consiguiendo un trabajo como acompañante de un grupo de danza en Nueva York, así que necesitaba más separación entre mi vida laboral y mi vida creativa. Ahora que estoy componiendo a tiempo completo y no hago acompañamiento más, espero que pueda colaborar con coreógrafos de nuevo. Me encanta trabajar con bailarines porque es muy satisfactorio el ver a gente dando cuerpo a tu música. Es muy gratificante. Mi tesis fue sobre la relación colaborativa entre coreógrafos y compositores y cómo puede desarrollarse la relación laboral durante el proceso creativo. Es algo en lo que estoy muy interesada y a lo que espero poder volver algún día si encuentro el proyecto y el colaborador adecuado con el que trabajar.
—¿Qué es exactamente tu siguiente disco, One of one, ¿una grabación en directo de otra colaboración con Randall Smith?
—One on One fue un disco en directo tocado con Tara Sheena en el Shapeshifter Lab de NYC en 2012. Es la grabación de un concierto donde yo toco mis temas arreglados para piano solo mientras Tara baila al ritmo de ellos.
—Has dicho que pasabas un muy mal tiempo mientras escribías Optimist. ¿Crees que escribir el disco te ayudó a superar el periodo?
—Lo hizo, realmente. Estaba en una mala situación, mentalmente, pero estaba tan determinada a salir de mi cabaña y publicar ese año algo de música. Hacer ese disco fue la única cosa que me motivaba a salir de la cama cada día. Estuve muy deprimida durante el otoño, pero me desperté en octubre y pensé “Tuve un triste septiembre, ahora necesito un octubre optimista.” Pensé que adoptar a la fuerza una mentalidad optimista me ayudaría a creer que las cosas al final saldrían mejor, incluso si no sabía segura que lo harían. Sobre todo, la experiencia fue realmente catártica y me enseñó que puedo canalizar mis emociones de una forma positiva- mi tristeza no tiene que ser siempre destructiva.
—Bloodroot fue un punto decisivo en tu carrera, incluso Pitchfork publicó una crítica de él. ¿Crees que estar en un sello ayudó a la difusión o que finalmente tocaste la tecla adecuada?
—Bloodroot fue la primera vez que publicaba música en un sello. En el pasado había simplemente subido los discos a Bandcamp y los había compartido con mis amigos. Pero la música no puede llegar más lejos cuando te auto editas y nadie sabe quién eres, así que pensé que para Bloodroot debería intentar que estuviese propiamente editado. Honestamente, el sello tenía muy pocas expectativas porque era un sello muy pequeño, de nicho, que no era conocido y nadie me conocía a mí tampoco. Además, el álbum fue rechazados muchas veces y me dijeron que era demasiado experimental o diferente para la gente para que lo entendiesen, así que yo personalmente no esperaba que llegase tan lejos. El éxito del disco vino como una gran sorpresa para mí y para el sello -ninguno pensaba que tendría ninguna calada. Creo que tuve suerte porque hice algo que era único y le sobresalió a la gente que lo escuchó.
—Asistí a tu concierto en Electrónica en Abril donde tocaste entero Ultraviolet. ¿Cómo ves tus conciertos en el futuro, vas a tocar discos completos o vas a hacer selecciones de tus discos?
—Para el ciclo de este disco, quería tocar el disco entero en directo, del comienzo al final porque siento que cuenta la historia de lo que el disco significa y de cómo la trayectoria emocional de la música debe sentirse. ¡No sé lo que haré después de Ultraviolet! No he empezado aún a escribir mi siguiente disco porque mi agenda de conciertos ha estado tan ocupada, pero quiero mantener una mente abierta sobre cómo estructuraré mis conciertos en el futuro. No lo sabré hasta que no haga nueva música – cada proyecto es único, así que la preparación para la actuación puede ser completamente diferente en el futuro. Para mí, Ultraviolet es un disco tan cohesivo que tiene sentido el tocarlo completo y me gusta porque me permite el espacio para construir un mundo al que puedo llevar conmigo a la audiencia.
—Tengo que hacerte la típica pregunta sobre el piano preparado ¿cuándo empezaste a estar interesada en esta técnica?
—Empecé a estar interesada cuando vi a uno de mis profesores de universidad tocar las sonatas e interludios de John Cage en un concierto durante mi primer año. Era alucinante porque la técnica transformaba un instrumento que había tocado durante toda mi vida en algo que apenas podía reconocer. Me encantó cómo de distinto y único sonaba el piano con los preparativos y quería saber más de ello. Empecé a aprender las piezas de John Cage y tocar muchos de sus trabajos para piano preparado cuando era todavía estudiante, aunque me llevó varios años adquirir el coraje para escribir mi música para piano preparado.
—¿Cómo eliges el nombre de tus temas? En Optimist nos encontramos con dos que nos han sorprendido, “Strangers Are Easy To Look At, Loved Ones Are Museums Of Brutality” y “Nyght Spel”. ¿Qué historia hay detrás?
—“Strangers are easy to look at…” está tomado de un poema que mi amigo Abeer escribió. Es una frase que te golpea y verdaderamente quería usarla como un título de canción porque sonaba brutalmente honesta. Pero normalmente puedo ser bastante aleatoria cuando toca ponerles nombres a los temas y no siempre significa algo profundo. Nunca le pongo nombre a los temas hasta que están completamente terminados y normalmente me lleva un buen tiempo el encontrar palabras que sienta que sean apropiadas para el tema. ¡Cada uno es diferente!
—¿Qué público va a tus conciertos, uno más interesado en la música clásica o en la electrónica?
—Encuentro que mi audiencia presenta una gran mezcla de diferentes clases de oyentes, pero el rasgo unificador es que todos parecen tener la mente abierta y ser un poco nerd, ¡lo que me encanta!
—Si pudieras hacer la banda sonora de una película ¿qué género crees que es más apropiado para tu música?
—No tengo ni idea! Diría cualquier cosa que no sea terror o que diese mucho miedo porque personalmente no veo muchas de esas pelis. Cualquier cosa que no sea violenta.
—¿Cómo ha influido a tu música el trabajar con Oneohtrix Point Never?
—Trabajar con OPN ha tenido una gran influencia en cómo estructura mis conciertos, realmente. Girar con él y ver cómo están hechos sus conciertos me ha hecho dar un paso y crear un espectáculo en directo que es realmente especial, que es por lo que siempre requiero unas pantallas tan grandes para mis proyecciones. Me gusta que Dan piense de forma original en la presentación de los conciertos y muestre que le puedes dar a la audiencia una experiencia maravillosa y única, simplemente haciendo las cosas de forma distinta -cómo usa las pantallas fracturadas para MYRIAD que se han convertido en un elemento distintivo de sus conciertos. Lo mismo conmigo, el alcance inmersivo de las proyecciones y el gran piano en medio se han convertido en un elemento visual distintivo.
—Has comentado que el fichar con Warp fue fantástico, y nosotros somos grandes fans del sello. ¿Crees que ha vuelto a ser uno de los sellos más interesantes tras sus últimos fichajes? Lorenzo Senni, Yves Tumor y tú sois muy buenas incorporaciones.
—Creo que Warp es absolutamente uno de los más interesantes sellos en el negocio musical, si no el mejor. Me gusta que no haya fórmula para la clase de artista que fichan, el único rasgo unificador es que cada uno es extremadamente único y con visión de futuro. Hay tantos artistas que admiro y respecto en el sello por lo innovadores que son y porque siempre están llevando un poco más lejos los límites de la música.
—Y para terminar, ¿cómo valoras el papel del piano en la música moderna de baile?
—No estoy segura de cómo responder a esa pregunta! Pero creo que es muy importante.