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Jean-Marc Lederman por Jean-Marc Lederman (2)

por François Zappa
Hoy estrenamos la segunda parte de las memorias de Jean-Marc Lederman en la que nos habla de su paso por Gene Loves Jezebel y The The. Os recordamos que también tocó con Fad Gadget y compuso música para el gran Alain Bashung. En solitario, ha grabado unos cuantos discos instrumentales realmente increíbles y también ha publicado fantásticos discos como 13 Ghost StoriesLetters To Gods en los que ha colaborado con una gran selección de cantantes. Ahora es parte del dúo Rohn-Lederman que ha publicado un par de discos que deberías escuchar lo antes posible. También es el capo del sello Les Disques De La Pantoufle que ha publicado el primer disco de Intrusive Pinky y en mayo editará el nuevo álbum doble de Rohn-Lederman.


Puntos de karma ( The Associates) 1980.

En 1980, había un disco que estaba en mi tocadiscos Lenco L75 todos los días de la semana durante las veinticuatro horas: el The Affectionate Punch de The Associates.
Era dramático, emocionante, culto, sofisticado, visionario y el cantante era simplemente alucinante.
En resumen, me encantaba y cuando leí en in Melody Maker que estaban buscando un teclista y un poco más tarde que iban a dar un concierto cerca de Londres, llamé a Peter Kent y le pregunté si podía quedarme en su casa durante un par de días.
Había mantenido el contacto con Peter Kent e incluso vino a mi casa en Bruselas con Peter Murphy (de Bauhaus) que durmió en la cama de mi madre (no estaba en Bélgica durante esos días).
Recuerdo que hice que Peter escuchara un par de demos. Dios mío, todavía me siento avergonzado, no eran canciones, eran simplemente…. demonios, vamos a olvidarnos de esto, por favor.
Llamé a Peter Kent y le hablé de la gira. Realmente no había escuchado nada de The Associates, solamente que habían publicado un álbum en Fiction Records. El concierto fue en el Queen Elizabeth College, en Clapham.
Hacía muuuuuyyyy mal tiempo, tan lluvioso y frío que le pedí a Peter que me llevase al sito, así que fuimos en su confortable Rover. Llegamos tarde y el concierto ya había empezado. No había demasiada gente y la sala no estaba para nada llena.
Hay bandas que tienen un sonido propio, que son fantásticas y que te encantan. También hay bandas cuya música desafía todo lo conocido y son totalmente propio, tienen un sonido que es únicamente suyo.
Y luego tienes a The Associates.
¡Esa voz! ¡Esa música! Podía ver que Peter también había caído bajo el hechizo.
Me sentía como un animal que ha sido atrapado por la noche por las luces de un coche: estupefacto, simplemente no me podía mover. Estos tíos estaban muy por encima de lo que yo pudiera pretender ser, eran algo más que músicos excelentes y no había ninguna forma de que pudieran estar interesados en mí.
Después del concierto, muy nerviosamente me acerqué a Billy y empezamos a hablar. O para ser exactos, él hablaba inglés con el acento escocés más cerrado posible y mi inglés no era realmente lo suficientemente bueno, así que estábamos hablando, pero yo no podía traducir nada así que asentí con la cabeza durante veinte minutos. Era la primera vez que me encontraba con un escocés. Parecía que un holandés borracho me estuviera hablando, no podía descifrar ni una palabra. Ni siquiera le pregunté sobre el puesto libre de músico: estaban claramente fuera de mi liga.
Peter los puedo descifrar muy bien y los fichó para su sello Situation 2 unos meses después. Llegaron a tener algún éxito después.
Me encontré con Billy unas cuantas veces después, tenía dos bonitos hurones y un lujoso Mercedes convertible. Tenía mucha clase, era gentil y dulce y cuando sonreía podías ver una porción de su alma a través de sus ojos.
Vi a Alan unas cuantas veces más tarde y llegó a producir un tema (nunca publicado) de un futuro proyecto mío (Kid Montana, en 1987).
Hizo algo que no había visto nunca antes y que no he vuelto a ver: colocó un código SMPTE en el tema, nada raro en esto, pero entonces se puso a contar treinta y seis compases y empezó a trabajar en una sección de treinta y dos compases: el estribillo.
Allí, en medio del silencio de la cinta, de pronto, un oasis de música.
No trabajaba en el tema de la forma que una canción se instala en ti: una intro, un par de estrofas y luego ¡bang! el estribillo, no, le prestaría atención a eso después. Pero primero hagamos un estribillo asesino. Para eso se requieren agallas.
Le pregunté por qué hacía eso y respondió: un estribillo tiene que aparecer entre los primeros cuarenta y cinco segundos y el minuto. Estaba muy concentrado pero sonreía. Es decir, uno sonreiría si pudiera tocar instrumentos como Alan: era un maestro.
Tocó todos los instrumentos en ese tema (en otra versión del “Love May Be Blind” de Kid Montana, hablaré más de eso más tarde).
A veces, el mundo es tan pequeño, y simplemente conectas o ayugas a conectar los puntos.
Peter llegó a ser una parte importante de mi futuro en Londres ya que gentilmente me presentó a muchas personas maravillosas o interesantes.
También me dijo que me callase y dejara de cantar. No le haría caso hasta 1985.

Gene Loves Jezebel (1982)

 

Peter había fichado a Gene Loves Jezebel para su sello Situation 2 y por alguna razón quería que me uniera a ellos. Todavía no sé lo que un sintetizador le podría añadir a lo que era una banda muy centrada en las guitarras, pero enseguida caí rendido antes JP AstonJulianne Regan. Amos eran divertidos y elocuentes y me sentía bien con ellos. Supongo que quizás Peter quería que intentara insuflara algo de disciplina (se me da bien la organización).

Jay y su hermano Michael vivían en un piso que tenía las cortinas echadas en todo momento y del que solo salían a primera hora de la tarde, justo a tiempo de ir a ensayar a los Blackwing Studios, sí, el mismo lugar en el que Mute Records llevaba a grabar a muchas de sus bandas (Depeche, Yazoo, Fad Gadget, Silicon Teens, etc…).
Ensayábamos dos veces a la semana durante unas cuatro o cinco horas cada vez, así que nos compenetrábamos bien aunque los temas tenían una tendencia para evolucionar por sí mismos y eso estaba bien. Nuestro sonido era muy anárquico, casi tribal en cierta forma eléctrica y los dos hermanos lamentándose eran la guinda del pastel. Los temas eran transformados regularmente y tomábamos la intro de una composición y la poníamos en otra y el puente de la otra servía luego de estribillo de un cuarto tema… a veces era difícil estar al día de los cambios.
Los gemelos discutían la mayor parte del tiempo y eso era bastante molesto y fue probablemente la razón por la que Julianne (que tocaba el bajo en GLJ) y yo dejásemos la banda juntos el mismo día tras haber tocado en el  Futurama 4 in Queensferry, norte de Gales.
Estábamos en la parte inferior del cartel del domingo del que The Damned eran los cabezas. Era la jornada gótica, eso estaba claro: Dead Or Alive, Southern Death Cult, Sex Gang Children (Dios mío, imaginad tener una banda con ese nombre ahora…), The March Violets.
Pero aunque pareciese un gran día, para una banda, estar en la parte baja del cartel era bastante duro: te soltaba en el escenario sin prueba de sonido y sonabas horriblemente durante la mayor parte de tu concierto hasta que el ingeniero finalmente lograba sacar un buen sonido. Entonces se terminaba tu concierto y tenías que dejar a la banda siguiente pasando más o menos los mismos problemas… Fuimos allí en la furgoneta de repartir la leche de James (batería de GLJ) y aunque el viaje fue divertido, fueron muchas molestias para tan poco resultado.
Pero también nos lo pasamos bien, ya sabes, cuando estás en un grupo a esa edad, estás seguro de que tus compañeros y tú sois la mejor banda que jamás haya existido y que nos iría muy bien. Excepto que la realidad era diferente: aunque ninguno de nosotros tenía un duro, los gemelos eran realmente pobres. Y lo que pensé que era un guiño a la moda, los agujeros en sus zapatos, era en realidad la triste realidad. Para mí, que venía de una familia de clase media y aunque trabajaba para quedarme en Londres, fue un portazo en mi cara: esta ciudad y esta forma de vivir también pueden acabar tragándote.
Pero también hubo buenos momentos, como cuando paseábamos por la King’s Road en Chelsea en las tardes de los miércoles, fumándonos un cigarrillo en un banco mientras tomábamos el sol. También estaba este sitio en King’s Road en el que había una tienda de discos y Youth (de Killing Joke) trabajaba allí algunas veces y me sentía sorprendido y honrado porque tenía el EP de Kid Montana allí y le encantaba y lo ponía a menudo. Unos cuantos meses después, me llegaría a pedir que me uniese a su banda Brilliant pero, no sé por qué, la oferta no siguió adelante.
Los gemelos discutían constantemente y algunos días eran peores que otros. Tras un ensayo final con más discusiones, Julianne y yo abandonamos GLJ (que llegaron a tener una carrera bastante importante).
En el futuro, trabajaría de nuevo con Jay (y Julianne) en varias ocasiones y su forma de tocar la guitarra y su voz ha mejorado hasta ser más que excelente.
Me encantó el tiempo que pasé con GLJ, parecía que era parte de algo fantástico que estaba a punto de suceder.

Matt Johnson y The The en directo en The Marquee (1983)


Al final de 1982, conocí a Fiona, Basia y Beverly que era un grupo de personas con otros intereses y discusiones completamente diferentes.
Todas estas chicas estaban interesadas en el diseño, la moda y el clubbing y estar con ellas era estimulante, y nuevo y rápido y excitante. Londres era una ciudad muy animada y solíamos ir a la Batcave o The Fridge en Brixton o al Zig Zag Club o al The Palace, todos estos lugares estaban llenos de gente joven de mi edad que pretendían ser adultos y todos éramos devorados por el amor a la vida (sí, incluso siendo introvertido, uno puede amar la vida). Recuerdo particularmente un concierto fantástico de Hunters and Collectors en The Palace.

También me encontraba de vez en cuando con Jo Murray, y su amiga Sarah, que había sido una de las

Foto: Julianne Regan

primeras fans de Fad Gadget y viajaba para vernos tocar ya a comienzos de 1980. Y Amanda Watt, una pintora irlandesa que vivía en Londres en esa época y que, más tarde, haría un par de portadas para mí.

Así que tenías todos estos clubs y las ocasiones de ver a bandas y era algo muy especial poder hablar con gente de nuestra edad que aparecían en Top of The Pops estaban en las listas de éxitos. Parecía que finalmente la buena música había comenzado a vender discos.
Fiona me presentó a su novio, el joven Matt Johnson, que había publicado un disco en 4AD como The The.
Matt era muy, muy divertido y le gustaban mucho las bromas, siempre listo para hacerte una inocentada y un comentario ingenioso. Matt siempre hacía bromas con mi acento y se ponía a cantar “Whaddis so romantic with Euuuurop'” (una frase de mi EP de Kid Montana) mientras lo exageraba con un acento francés. 🙂
Bueno, Matt era la comidilla de la ciudad y tenía cuatro fechas seguidas tocando como residente los jueves por la tarde en The Marquee, la legendaria sala del Soho. Me llamó y me preguntó si quería ir a tocar con él con unos cuantos amigos y me dio la dirección del local de ensayo. Para ser honestos, me sorprendió. Cuando llegué, allí estaban Matt y Jim Thirlwell y Zeke Manyiaka y Thomas Leer (que, casualmente, también tenía un Jupiter 4 así que acabamos usando el suyo en los conciertos).
Así que me senté allí y durante veinte minutos o así, Jim, Matt y Zeke estaban ocupados golpeando enormes barriles de gasolina y continuó un buen rato hasta que me aburrí y le pregunté a Matt algo como “quizás debería ensayar ahora, sabes, es solo una sugerencia”. 😉
Así que llegó el día del concierto y yo estaba en la parte “agresiva” de la banda (Matt había dividido la velada en dos: agresiva y dulce y yo estaba en la primera parte con Jim). Matt nos dio un pasamontañas para que nos lo pusiéramos al salir al escenario y la primera noche tuvimos a Marc Almond cantando en el primer tema, Stephan Mallinder de Cabaret Voltaire también vino. Los conciertos eran muy caóticos, especialmente la primera parte, pero, cuando un tema es bueno, lo es siempre y Matt siempre cumplía. Era bastante divertido y todo un logro, debo decir. Lo hicimos durante cuatro jueves, en marzo de 1983. Se me saltaron las lágrimas al final del último jueves, molaba tanto que Matt me hubiera invitado.
Me encontraría con Matt unas cuantas veces más. Había comprado los estudios The Garden (Ultravox, Siouxie, The Cure, etc…) y una vez que estaba haciendo una limpieza general, durante el proceso, me dio uno de los discos de platino que le habían concedido al estudio ya que Depeche Mode habían grabado Construction Time Again allí.
Matt también tenían un futbolín allí instalado y me morí de vergüenza cuando él y Johnny Marr me dieron una buena paliza en lo que es el deporte nacional belga. ¡Quiero la revancha! 🙂
Matt y Fiona vinieron a mi boda con Erica Hinyot, una increíble pintora y artista gráfica, el veintiséis de septiembre de 1992.

Londres, 1984

¿Te gustan Kratwerk, Brina Eno y Fela Kuti? ¡Vamos a formar una banda!
Ese fue, más o menos, el anuncio que puse en Melody Maker y no tuve ninguna respuesta, zilch, zero, nada, nill. Pero eso no me impidió buscar a músicos de mentalidad afín que quieran intentar algo diferente. Pensé que podría ser interesante mezclar estos sentimientos aparentemente opuestos en una sola banda: los salvajes antecedentes musicales de Eno y su sentimiento “amateur” con los sonidos electrónicos y las rígidas estructuras de Kraftwerk y los ritmos y comentarios políticos de Fela. Pero parece que estaba solo en esa forma de pensar o era demasiado “indirecto” para ser entendido adecuadamente.
Sin duda, había una escena para sonidos nuevos en Londres a comienzos de los ochenta, pero todavía había barreras y una inmensa competición ya que había miles de bandas aunque te podías ganar la vida tocando en directo y consiguiendo un contrato discográfico. Pero ese era el problema: todo el mundo se conocía, no tenías tiempo para que tu banda y tu música creciera, las demos eran escuchadas siempre por la misma gente y cualquier cosa que tuviera más de seis meses sin un contrato se podía considerar caso perdido y te sentías como si nunca fuera a tener éxito. El hecho de que pudiera tomarme una copa con un colega en un pub y al día siguiente estuviera en TOTP era una bendición emparejada con una maldición: todo el mundo podría tener éxito y todo el mundo lo estaba intentando. Empecé a pensar que Bruselas (y Bélgica) tenía un ritmo más lento que podía permitir que las bandas y la música más original se desarrollasen y crecieran mientras en Londres siempre sentías que alguien estaba en una aventura musical más nueva y excitante que la tuya. Pero ninguno de estos pensamientos me impidió intentarlo y esperar que algo sucediera.
Incluso hice cosas locas como ir a una prueba para Roxy Music que estaban buscando un teclista. Oh, era entretenido, pero cielos, ¿de dónde saqué la idea de que podía tocar para ellos?
Así que ese día, fui a la casa/estudio de Phil Manzanera en Chertsey (Surrey), The Gallery donde me dio la bienvenida Ian Little que unos pocos años después produciría el Seven And The Ragged Tiger de Duran Duran. Ian era muy simpático y hablamos de diversas cosas y luego nos pusimos a hablar de negocios y le expliqué a Ian lo que hacía y cuál era mi experiencia. Ian me miró y pasó a mi CV y dijo “bueno, Jean-Marc, lo último que Bryan quiere es otro Brian en la banda” y los dos nos reímos y eso fue todo. Así terminaron mis días con Roxy Music. 🙂
(Contrataron a un músico desconocido llamado Eddie Jobson, ¡maldición! Es una broma, Eddie es un músico increíble y ¿qué demonios estaba pensando yo al ir a The Gallery?).
También me contactó un tipo que tenía contactos en Japón y quería montar una “boys band”. Os dejo pensar sobre esto durante unos segundos.
Jean-Marc
en una boys band
en Japón
Ya sé, ya sé. ¿Qué estaba pensando?
Bueno, de todas formas, eso no duró más que un par de meetings pero ayudó a que me librara de mi acné juvenil ya que no comí nada más que uvas durante una semana (¡funciona!) para intentar dar la talla y ser lo suficientemente atractivo.
Ya que estamos hablando de Japón, creo que fue Haruko, quien me pidió que entrevistara a nadie más ni menos que a Sir Georges Martin en los Air Studios para la televisión japonesa.
No tengo ni idea de porqué me lo pidieron a mí, pero acepté diligentemente y ahí estaba, hablando con uno de los más importantes productores en la historia de la música pop. Era amable, muy locuaz y comprensible con que el inglés no fuese mi lengua materna. Hablamos durante unos treinta minutos y realmente me gustaría volver a ver ese reportaje. Me arrepiento de haberme quedado deslumbrado y no haber hecho el mejor trabajo posible en preguntarle las preguntas adecuadas. Recordando esto, lo que le hubiera preguntado hoy estaría más relacionado con la filosofía de la música más que el color de la guitarra que John usó en “Penny Lane”.
¿Por qué haces música?
¿Por qué sienta tan bien cuando un tema nos golpea con fuerza y penetra en nuestra cabeza?
¿Cómo es que los humanos somos tan sensibles a las harmonías creadas de la nada?
¿Qué hace que una melodía sea buena, a parte de la capacidad de hacer que la silbes más tarde?
La Polka, ¿por qué, por qué?
Pero la verdad es que Londres empezaba a perder su esplendor ya que había poco a poco empezado a trabajar como mensajero en moto (una agotadora y peligrosa forma de ganarse la vida) para permitirme quedarme allí.
Las cosas estaban haciéndose más difíciles, incluso en el plano personal, e ir a conciertos a ver bandas y conocer a gente estaba bien pero la ciudad me estaba empezando a pesar, cada vez más.
Y un día, cuando estaba de vuelta por unos días en Bruselas, me presentaron a Dudley Kludt, un joven americano encantador, inteligente y divertido con una voz espléndida. Una estrella, obviamente.

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