Siempre le he tenido un especial cariño al festival de La Casa Encendida. He pasado grandes momentos en él y mi cultura musical siempre ha aumentado durante el mes de abril, desde esa primera edición a la que fui, en un lejano 2008, en la que el Dubstep invadió mis fronteras sonoras. Caí rendido ante el dj set de Boxcutter que abrió paso a la embestida de una Warrior Queen que sin ninguna clase de complejos y flanqueada por un certero The Bug incendió el patio. Y en el auditorio, el recientemente fallecido batería de Can, Jaki Liebezeit, nos recordó cuánto le debe la electrónica a su precisión matemática a las baquetas. La edición siguiente estará siempre marcada en mi memoria por el directo del enmascarado dúo Dopplereffekt, que con su estética sado nos inundaron de placer con el mejor electro-techno que había visto hasta la fecha. El 2010, fue el año en el que varios artistas no pudieron volar a Madrid por la erupción del volcán en Islandia, pero que aun así nos dejó grandes momentos: Leyland Kirby tomando unas cervezas mientras su música sonaba en el auditorio. Como directo dejó mucho que desear, pero el disco Sadly, The Future Is No Longer What It Was se convirtió en uno de mis favoritos. Al día siguiente, para compensar que apenas se había movido de su asiento, casi se cae encima de una amiga durante su actuación en el auditorio como V/Vm. Un par de horas después, en el patio pudimos ver al gran Cristian Vogel pinchando con unas ojeras de dos semanas.
En el 2011, pudimos ver a algunos de los artistas que no pudieron venir el año anterior, y así asistir a la tremenda combinación de Dan Deacon y Hudson Mohawke en una de las jornadas más divertidas del festival. Al año siguiente se celebraba el décimo aniversario y fue un gustazo poder ver a Manuel Göttsching tocando su mítico E2-E4 y como propina también a Laraaji, el mítico autor del Ambient 3. Pero si alguien se llevó el aplauso más generoso del festival fue el tío que corría sobre la cinta andadora durante el concierto de Hype Williams.
Doce meses después, tuvimos otra vez a Dean Blunt con otro proyecto, esta vez con un guardaespaldas como principal elemento decorativo y una sesión frenética de Traxman (¿cuántos temas pinchó?). El 2014, en cambio, fue el de la grata sorpresa de Actress y el del directo de Laurel Halo, que nos trasportó al cielo para después regresarnos a una Tierra donde tristemente era domingo. En la siguiente primavera entró en nuestra órbita la electrónica con tintes EBM de Powell, “the hardest working man in techno business” y conocimos la música de Marfox que con Niagara nos presentaron los ritmos del sello Príncipe Discos e introdujeron términos como Kuduro o Tarraxinha en nuestro vocabulario. El año pasado tristemente no pude asistir, pero pude ver en Milán el ambient de chaqueta hortera de William Basinski , el directo a base de clásicos de Hieroglyphic Being y la reconstrucción del sonido rave del cada vez más solicitado Lorenzo Senni y soñar que me encontraba una vez más en el patio de La Casa Encendida.
Este año, como buen festival de música avanzada que es, se adelanta hasta los últimos días de marzo, con la gran Holly Herndon actuando el jueves 30. Algunos amigos siempre dicen que en música todo está ya inventado pero yo la primera vez que la escuché pensé ¡joder, esto suena nuevo! No sabemos si será la Laurie Anderson de este siglo, pero estaremos ahí para comprobarlo.
Carla dal Forno abrirá el viernes desde el auditorio con su pop etéreo. Ella, junto a otras artistas como Grouper y Anna Van Hausswolff nos ha recordado que la palabra oscuridad es femenina. Ya en el patio, los ritmos orientales de Aïsha Devi (conocida anteriormente como Kate Wax) nos recordarán como la globalización ha llegado hasta a la electrónica. Poco después, Yves Tumor, tocando por primera vez en España, presentará su tremendo Serpent Music, tratado de soul futurista y experimental que seguramente no dejara indiferente a nadie. La noche la cerrará la sesión de Steve Lean, colaborador de PXXR GVNG, que aportará la nota trap a la edición.
El sábado sobresale Samuel Kerridge en el auditorio presentando The Mysterious Other. Es uno de esos productores que como Ben Frost o últimamente Roly Porter en su Third Low presentan un techno robustecido por su acercamiento a la música industrial. Su anterior disco fue presentado en la Atonal de Berlín, con lo que será un honor ver esto en el festival madrileño.
La obscuridad continuará con Demdike Stare, el dúo formado por Sean Canty, propietario de Finders Keepers con Andy Votel (ya hemos hablado de él en el post de Mustafa Özkent) y Miles Whittaker que nos presentarán su última obra, Wonderland con la que se alejan un poco del Dark Ambient que les ha hecho conocidos. Música difícil para tiempos difíciles.
Pero antes algo de luz por parte de Lone (artista que junto a GAIKA, formó parte de la siempre interesante selección de la Red Bull Music Academy en el Club to Club pasado), que empezando desde el hip hop abstracto se ha ido acercando al techno. Colaborará con él Know-Om-Pax a la batería. El Grime estará representado por el dj set de GAIKA, músico que el año pasado empezó a ser parte de la escudería WARP. Los sonidos urbanos mas modernos se mezclarán con algo de clásico Lovers Rock.
El festival terminará el domingo con la sesión de Jannis Stürtz, fundador del sello Habibi Funk que nos presentará disco, funk y electro del norte de África.