El pasado 17 de enero, vimos en concierto a la banda tributo belga Curtis durante su fecha en Madrid, parte de una gira española que también pasó por Valencia y Barcelona. El concierto, que tuvo lugar en la sala Nazca, tuvo como teloneros a el dúo The Low Flying Panic Attack, que nos sorprendieron gratamente. Solo pudimos escuchar los tres últimos temas, pero no nos sonaron nada mal.
Tras la típica pausa en la que cambiaron el equipo, llegó el turno de Curtis, banda que se formó para el estreno de la película Control. Desde entonces, han seguido tocando, siendo esta la cuarta ocasión en la que pisaban España. Tuvimos la suerte de que hacía 40 años de una mítica actuación del grupo Joy Division en Bruselas, en la sala Plan K. Era la segunda vez que el grupo de Ian Curtis actuaban en la capital belga, tras otro concierto en octubre de 1979. En esa fecha, Digital Dance fueron los teloneros y no es difícil encontrar algún bootleg del concierto. Yo por aquellos tiempos acababa de cumplir tres años y me encontraba viviendo en una punta de África, con lo que tristemente no pude asistir. Aprovechando el aniversario, la banda tocó casi entero el setlist que los mancunianos realizaron 40 años antes.
Como aquella mítica noche, Curtis comenzaron con la potente “Dead Souls”, en la que ya nos pudimos ver los puntos favorables de la banda: una capacidad de crear atmósferas impresionantes, un guitarrista sobresaliente, un gran front-man con una voz distinta pero que se amoldaba perfectamente a los temas de Joy Division y gran actitud de todos los miembros de la banda que no intentaba imitar sino reinterpretar los temas. Y bueno, el temario impresionante de una de las bandas más personales de la historia de la música popular. Ya con este primer tema, el público, bastante numeroso, se empezó a animar. Continuaron con dos temas del Unknown Pleasures “Wilderness” e “Insight” que tocaron con la potencia justa, seguidos de unos temas del Closer (recordemos que se publicaría unos meses después del concierto en Bélgica, el 18 de julio de ese 1980) como “Colony”, “Twenty Four Hours” y una estremecedora “Means to a End”. Tuvimos la suerte de grabar en vídeo (se puede ver en nuestro canal de YouTube) 15 de los mejores minutos del concierto, cuando el grupo encadenó una potente “Transmission” con Atmosphere y “Love will tear us apart”. Mientras escuchaba este último, no pude dejar de compararlo con la vez que vi a New Order, ya sin Peter Hook, en el 2012 destrozando ese mismo tema, en parte por culpa de la ya famosa dejadez de Bernard Sumner. Continuaron con un par de temas de la época en la que se podía sentir todavía la energía punk del grupo, y que Curtis consiguió reproducir perfectamente, como “Digital”, y “Warsaw”. Se iba acercando el final del concierto que consistió en “Shadowplay” donde el guitarrista verdaderamente se lució, “Atrocity Exhibition” y, para terminar, la versión del “Sister Ray” de la Velvet Underground.
El público claramente quería más y la banda volvió para tocar una tremenda “No Love Lost”, “These days”, la siempre emotiva “Heart and Soul”, y Ceremony, tema que tanto Joy Division como New Order y que vi tocando a Peter Hook, en el 2016 también en Milán, dentro un kilométrico set en el que tocó 26 temas de Joy Division, pero en el en ningún momento tuve la impresión de ver a una banda, sino a Mr. Cook rodeado de sicarios con miedo de robarle unos segundos de protagonismo a su jefe. Tras ponernos los pelos de punta con “New Dawn Faces”, la banda cerró, esta vez de verdad, con “Isolation”.
Mientras salía de la sala, no pude evitar el pensar, que, cuarenta años después, había estado muy cerca de aquella mítica noche de enero en el Plan K de Bruselas.