El 27 de septiembre tuve la oportunidad de ver, por primera vez a la banda sueca de post-punk Then Comes Silence. Comandados por Alex Svenson (Sad Day for Puppets), el cuarteto ahora formado por Hugo Zombie (Los Carniceros del Norte y Naughty Zombies), Mattias Ruejas Jonson (A Projection) y Jonas Fransson confirmaron, enfrente de una sala Siroco completamente llena, su estatus de líderes del post-punk sueco. Gracias a unos temas perfectamente elegidos, tocados a un ritmo frenético con energía increíble, lograron encantar y deleitar a un público sorprendido con su actuación.
Después de una introducción instrumental, la banda apareció sobre el escenario y comenzó con “There’s a Sound.” No pasó mucho tiempo y ya nos dimos cuenta de que gran cohesión existía entre los miembros del grupo, la gran presencia que emanaba de ellos y su maestría: lejos de ser meros objetos, los instrumentos se convirtieron en verdaderas extensiones de los músicos. Alex, perfecto ejemplo de elegancia con su maquillaje oscuro, es un frontman excelente, y a veces parece que esté bailando con su bajo. En varias ocasiones, durante el concierto, Hugo y Mattias parecía que estaban cambiado algunos diálogos reales con sus instrumentos, y, para terminar, Jonas hizo un trabajo sensacional a la batería, dando rienda suelta a algunos sonidos muy poderosos. A la altura de “Flashing Pangs of Love,” la banda ya había comunicado su energía al público. Continuaron con temas como “The Dead Cry for No One,” o “Falling into the Void,” que destacó por la introducción estruendosa y un maravilloso diálogo entre los dos guitarristas. En “Good Friday,” Alex consiguió expresar al público todas sus emociones con su profunda y encantadora voz. La banda continuó con “Can’t Hide”, “Death by a Frozen Heart,” “The Rest Will Follow” y “Animals,” en la que Hugo giró sobre sí mismo.
Durante el tema siguiente, “Mercury,” el único reposo del repertorio, la calma antes de la tormenta, terminó en el suelo. A partir de este momento, llegamos a punto sin retorno. Con un balance perfecto entre ruido y melodía, la banda tocó “Deepest Darkest”, “Spinning Faster”, “Feed the Beast”, “Strangers”, “Warm Like Blood”, “Strange Kicks”, “My Bones” y parecían imparables, conduciéndonos en una espiral a su mundo de belleza fascinante y terrífico. Durante “Slowly Dragging You Down”, los acordes de guitarra son golpeados con frenesí, las luces caleidoscópicas nos hipnotizan. Desafortunadamente, el concierto ha terminado. Después de una pequeña pausa, la banda vuelve y nos deleitan con “Whispering About You”, “Sweet Curls” y “She Lies in Wait”. Cuando, terminaron de tocar, no nos podíamos creer, queríamos más y lo pedimos. Pero después de una actuación así, solo puede llegar el silencio para permitirnos procesar todo lo que había pasado delante de nuestros sorprendidos ojos.