Nos sentimos realmente triste cuando leímos que Fémur, el sello madrileño regentado por Aitor Arch, se tomaba un descanso. Para nosotros, el sello ha supuesto un gran número de alegrías, once precisamente, en la que el dj y promotor ha puesto todo su amor. Fémur empezó como una fiesta en el 2011, celebrada en el legendario local madrileño Specka. Por aquellos años yo ya estaba fuera de España y por eso no fue hasta un encuentro casual entre Vio y Aitor que el hueso más largo del cuerpo entró en nuestras vidas. Unos meses después, tras poner en Facebook un aviso de que le quedaban pocas copias del Señales de Geistform, nos pillamos uno de los vinilos que nos entregó en casa (vivimos cerca) poco después. A partir de ahí hemos comprado regularmente todo lo que publicaba e intentado conseguir los que nos faltaba.
La despedida de Fémur se llama からくり人形 (Karakuri ningyō, unos muñecos autómatas japoneses) y está firmada por Martin Matiske, productor alemán que debutó a los quince años en el prestigioso sello International Deejay Gigolo. El precioso vinilo transparente contiene seis temas del mejor electro, de los cuales, nos quedamos con la ensoñadora “Manifesuto nashi” y la imaginativa “Rubikon” aunque reconocemos que el resto también vale la pena.
Desde el largamente agotado Diseases de Frak en el 2017 hasta este último EP de Martin Matiske, Fémur nos ha mimado con muy buenos trabajos nacionales como los de Rafael Martinez Espinosa con sus AKAs Geistform y Univav o el Despojos Cósmicos de Julio Tornero. Pero también ha brillado con una gran selección internacional que incluye al francés Cold Colors, los suecos Celldöd (que publicó además con su otro AKA Skuggministeriet) y Kord (el proyecto en solitario de dungeon synth de un miembro de Frak), el holandés Roberto Auser y los suizos Savage Grounds (donde nos encontramos a uno de los fundadores del sello Lux Rec).
En estas once referencias hemos tenido mucho electro, pero también EBM, darkwave, un poco de industrial y bastante experimentación. Esta última referencia presentaba algunos cambios en el diseño de la colección: por primera vez la carpeta es personalizada, en vez de la clásica que compartían los diez primeros discos y el diseño de la galleta también cambió.
Durante la pandemia, pudimos disfrutar además de unas fiestas organizadas en el Specka por Aitor en las que tuvimos como invitados a varios de los sellos y djs más importantes e interesantes de la capital. Fueron unas tardes muy enriquecedoras ya que aprendimos mucho del underground de una ciudad que volvía a ser la nuestra. Esperemos que nuestro hueso favorito nos vuelva a hacer bailar en el futuro, ya sea en algún club o en el salón de nuestra casa.