Pedro Peñas Y Robles se dio a conocer como DJ, para más tarde empezar a crear música tanto en solitario con el alias de HIV+ o con proyectos como Adan & Ilse o Fluxus. Además, fundó en el 2013 el sello Unknown Pleasures Records, que durante sus siete años de vida fue sinónimo de calidad y desde donde ahora publicará sus libros, el último sobre Nitzer Ebb. ¿Podemos hablar de un auténtico hombre del Renacimiento? No, más bien del Gótico.
—Empezaste a pinchar en 1987, ¿cierto? ¿Qué te inspiró en hacerlo? ¿Qué escuchabas en esa época?
—Empecé a salir por discotecas New Wave/Goth del sur de Francia cuando tenía unos diecisiete años. En aquella época, tenía la costumbre de ir a una sala de conciertos punk/goth cuya capacidad de 300 personas le permitía funcionar como club, llamado La Guinguette du Rock, cerca de Avignon. Allí asistí a los conciertos de Christian Death, The Neon Judgement, Fields Of the Nephilim, Jad Wio, Siglo XX etc… Cuando empecé mi primer curso en la escuela de Bellas Artes en 1986, ya poseía una pequeña colección de vinilos de New Wave, Cold Wave, Punk y E.B.M. Un día, el propietario del club me preguntó si era capaz de hacer bailar a la gente durante toda la noche. En aquel momento, me puse detrás de los platos y es así como empecé mi carrera de DJ. Después, para mis estudios universitarios, me fui a vivir a Aix-en-Provence en 1993 y me contrataron en una gran discoteca de Marsella, el Trolleybus, igualmente como DJ residente, del 1993 al 2000. Eso de pinchar fue para mí la realización de una pasión de juventud que se volvió realidad a mis 19 años y que se convirtió en mi principal tarea hasta los 32 años. La música es verdaderamente toda mi vida, el resto solo son ilusiones u obligaciones.
—Al final de los ochenta, viajaste a Valencia y visitaste la famosa Ruta del Bakalao. Ahora parece que la gente vuelve a interesarse en ese momento de nuestra historia. ¿Qué recuerdos tienes de esa época?
—Sería un poco pesado de contarlo otra vez aquí, pero me refiero a esa época en mi biografía del grupo Nitzer Ebb (la versión en inglés de mi libro se ha publicado en Unknown Pleasures Records). Lo cuento siguiendo el estilo de periodismo “gonzo” del famoso periodista americano Lester Bangs. Relato en mi libro una revolución musical a través de lo que yo mismo he podido experimentar y pongo frente a frente mis recuerdos con aquellos de otros protagonistas mucho más famosos (The Hacker, Terence Fixmer, David Carretta…), que me han dado su testimonio al lado de miembros de Nitzer Ebb y de otros artistas o fans. El resultado de esas conversaciones es un relato bastante vivo, una biografía que se desarrolla en forma de ensayo sociológico sobre el movimiento Electronic Body Music. Pero antes de responder a tu pregunta, te invito a leer mi libro o este artículo que he redactado para la revista francesa Gonzaï. En el artículo estamos precisamente en 1987 en Valencia, ese mismo año me convertí en DJ y descubrí las raves españolas y la Ruta del Bakalao:
La Ruta Destroy, quand l'Espagne inventait la Rave
A la fin des eighties, l'Acid House ou l'Electro de Détroit je n'en avais rien à foutre.
En esa época, esa clase de sonidos significaban una ruptura, un renacimiento. Ante nosotros se desarrollaba un futuro incierto, un futuro algo sombrío, y la música Techno acompañaba perfectamente esas incertidumbres y las exorcizaba a través del hedonismo de las raves, de los BPM y del éxtasis. A eso no lo llamo “Summer of Love” (Inglaterra), pero más bien la “Primavera Europea”. Al final de los años ochenta, por todas partes del continente europeo se iniciaron movimientos electrónicos que se extendieron masivamente al comienzo de los noventa. ¡Una auténtica locura!
Creo que ha habido en la historia reciente dos grandes periodos de revoluciones sociales de la juventud, fuertemente unidas a unas prácticas de toma de drogas colectivas: en primer lugar, los años 60/70, y luego los años 90/2000. Por casualidad, esos fueron los periodos más ricos musicalmente hablando, en el resto no ha habido más que revivales o plagios. Desafortunadamente hoy, salvo alguna rara excepción, el Techno se ha transformado en un movimiento mainstream e inofensivo que ya no conlleva como finalidad el convertirse en la banda sonora de una juventud antisistema, sino más bien se ha transformado en música de grandes marcas oportunistas que apuestan por el aspecto unificador del Techno para vender sus productos capitalistas manufacturados. Ese movimiento nacido en Detroit al comienzo de los años ochenta y fuertemente desarrollado en Inglaterra, Bélgica, Alemania, España o Francia, se ha vuelto muy rápidamente un negocio como los otros, un medio bastante repugnante dirigido por las mafias del booking, los dj estrellas y una prensa corrupta. Pero como en todos los movimientos musicales importantes, siempre ha habido nidos de resistencia creativa. Incluso hoy, lo que me interesa apasionadamente es ir a ver lo que se cuece en esos resquicios, en los sótanos y la clandestinidad.
Dicho esto, la situación ha cambiado, hoy en día, demasiada gente puede hacer discos. Ningún artista emprende su carrera pensando en permanecer en un sello durante un largo tiempo. Las bandas picotean un poco por todas partes, sacan un montón de EPs y de singles en las plataformas digitales, algunos cds, vinilos o casetes en series limitadas, se separan y luego desaparecen. El objetivo es sacar un gran éxito y ganar pasta rápidamente. Un pequeño cuarto de hora de gloria, un apretón de manos y adiós. Las discográficas multinacionales fabrican productos desechables para gente que no los escuchan de verdad. Es justo un fondo sonoro para que la gente no se aburra en el metro, para encontrar pareja, para seguir el ritmo con el pie mientras postean en Instagram su último selfie, al usar skype o mientras hagan cualquier otra cosa. La música en el 2020 se ha convertido en un sonido ambiente para acompañar otras tareas. Odio esos modos de consumición cultural, robotizados y aculturados. Para mí, la música industrial de los pioneros, el Techno de los inicios, el Punk y Post-Punk originales, el Techno de colectivos como los Spiral Tribe etc han sido siempre lo contrario de todo eso, era como escupir en la boca de los músicos virtuosos y de los promotores podridos.
—¿Cuándo empezaste a hacer música? El primer disco de HIV+ es del 2000, ¿cierto?
—Mi primer tema fue publicado en el recopilatorio en vinilo Trees On Oscillation (Divine Comedy, 2001), cuya fecha de concepción fue en el 2000. El título “Armageddon” se refería a mis fiestas industriales-fetichistas que marcaron la escena francesa oscura de los años 90. Yo, inmigrante e hijo de obreros agrícolas inmigrantes, tomé un avión por primera vez en mi vida en el 2004 para ir a actuar al otro lado del Atlántico, acompañado de un sampler y un pedal de guitarra Morley. Mi viaje fue pagado por los promotores, la estancia también, no me costó nada y he podido gozar de esa oportunidad en numerosas ocasiones gracias a mi música ruidosa y provocadora. El ruido también puede ser un arte, como lo atestiguan todos esos festivales industriales como el Atonal en Berlín, Wroclaw, Maschinenfest, Schlagstrom o Katharsis.
Igual que numerosos jóvenes iluminados de mi generación, aficionados a Philip K. Dick o a William Gibson, yo pensaba que el siglo que iba a venir sería apocalíptico, y lo peor es que ha ocurrido, como lo demuestra este año 2020 alucinante. Dicho esto, los existencialistas nihilistas de mi generación ya estábamos intelectualmente preparados para una sociedad más inhumana, más competitiva, más dura. Orwell, Huxley, Artaud, Guy Debord… conozco bien esa literatura. Siempre he sido un gran misántropo, a veces capaz de fases optimistas, claro. Pienso que la humanidad conseguirá salir de esta mierda actual cuando se dé cuenta de que hace falta erradicar todas las religiones para consagrarse principalmente a la tarea de preservar la naturaleza e imponer el reparto de las riquezas. Mientras esperamos la llegada de esa época, sin Dios ni dólares, creo que nuestra especie depredadora va a tener que sufrir mucho.
—Tus primeros discos eran más industriales, al principio ¿fue difícil encontrar un sonido que pudieras considerar como tuyo?
—Al principio solo sabía componer ruido, pero mi larga experiencia como DJ me permitió adquirir el arte de mezclar texturas y me puse a esculpir mis propios sonidos orgánicos para crear monstruos sonoros ruidosos bajo el nombre de HIV+. No saber tocar ningún instrumento al principio era para mí una presión, pero pude superar rápidamente esa fase. Durante mucho tiempo consideré la técnica como un freno para la creación. Reproduces lo que ya has aprendido u oído, y eso se convierte en un problema si aspiras a crear universos sonoros únicos. En la práctica, me convertí en un “músico” a partir del momento en el que empecé a grabar mis voces para Adan & Ilse. Antes de eso, solo manipulaba sonidos brutos, construía las estructuras sobre los samples y mezclaba texturas sucias. Simple, Minimal. Eficaz.
Mis grandes héroes no eran realmente músicos, Alan Vega, Genesis P-Orridge, Ian Curtis, Gabi Delgado etc… no sabían casi tocar ningún instrumento y sin embargo han contribuido fuertemente a cambiar el aspecto de la música contemporánea. ¡Nadie le ha reprochado jamás a Björk o a Madonna que no sepan tocar guitarra o piano!
—Como HIV+ has colaborado con un gran número de músicos. ¿Veías el proyecto como algo colectivo?
—Verdaderamente no me gusta trabajar colectivamente en mis proyectos musicales porque el consenso tiende a oscurecer cualquier visión artística. A pesar de eso, he trabajado con numerosos músicos y productores electrónicos. Considero mi sonido, y mi manera de cantar, como un concepto viral. La idea era contaminar otras esferas sonoras con mi música industrial, mis voces y mis letras. El industrial de HIV+ se ha visto mezclado con un montón de otras bandas o géneros musicales underground. Eso era parte de mi plan inicial, permitir al ruido que salga de su rutina underground e índole secreta para difundirse a gran escala en las sesiones de discotecas y en festivales. Me encanta compartir mi visión con otros, y continuaré a trabajar con gente proveniente de la escena Techno o industrial mientras sienta todavía la llama y algo que expresar.
—Acabas de publicar un album con tus temas más EBM, y también te he incluido en un libro alemán sobre el género. ¿Cómo te metiste en el estilo? ¿Qué te atraía de la Electronic Body Music?
—Voy a decirte algo un poco cliché: como muchas personas de mi generación es a través de la New Wave, y después la EBM de los años ochenta, que descubrí la música electrónica, los paraísos artificiales y las chicas. Cuando éramos jóvenes idealistas un poco marginales, esa forma de tríptico intenso podía parecer romántica. Yo era tan inocente como los otros y me lo creí. Pero me queda como recuerdo la energía y la potencia. Pinchar y bailar todos los fines de semana fue para mí una via de escape para soportar la realidad, y esa forma de música rítmica comunica con el cuerpo, lo pone en movimiento y le dirige un mensaje, un eslogan, una crudeza urbana. Es por esa razón que me encantan Nitzer Ebb o DAF, para mí es como escuchar a Sleaford Mods o Public Enemy. Los gritos de una juventud que quería desahogarse y a la que han mantenido clandestina porque se le ha prohibido reunirse y celebrar el baile, ese acto pagano por excelencia, a la vez un rito y una ceremonia.
El éxtasis o el éxtasis místico, finalmente ¿cuál es la diferencia?
En Francia hubiera sido fácil gestionar el movimiento como lo han hecho los ingleses, los alemanes o los españoles. Pero en Francia hemos pasado en 30 años del “Techno = Drogas” al “Techno = Dinero”.
En breve, la EBM para mí es algo parecido a lo que he encontrado en el movimiento Rave del principio, una catarsis y una urgencia que no son habituales en el mundo distópico actual. Hoy parece que vivimos en un videojuego, la realidad se ha convertido en algo peor que cualquier escenario de ciencia ficción. ¡Doce Monos era, de hecho, una película precursora!
—Querías escribir una autobiografía llamada Tel Epris Qui Croyait Éprendre, ¿verdad? ¿Qué pasó?
—Te voy a contar un secreto, aunque algunos de mis lectores ya lo han adivinado, pero en cuanto me ofrecieron la oportunidad de escribir mis libros para la famosa casa editorial francesa Camion Blanc (de nuevo, gracias a Faustine Sappa y Dom Franceschi), integré ahí voluntariamente mi biografía Tel Epris Qui Croyait Éprendre. Como narrador, he añadido casi un 80% de mi vida en la narración alrededor de la banda o del músico del que hablo. Me queda presentar una parte más dura y más impactante sobre el universo de las cárceles, pero no será publicada hasta que me jubile de la función pública, en el 2025. La primicia es que la suma de mis tres libros que han sido publicados por Camion Blanc constituye el cuerpo metatextual de mi propia biografía.
NITZER EBB The man, the soul and the machine (UPRbook01 - English Biography) by Pedro Peñas Y Robles from UNKNOWN PLEASURES RECORDS
NITZER EBB The man, the soul and the machine (UPRbook01 - English Biography) by Pedro Peñas Y Robles from UNKNOWN PLEASURES RECORDS, $33.00 USD. Before you read this book, there's something you should know. This is far more than a biography of a brilliant and iconic band.
CAMION BLANC : L'éditeur qui véhicule le rock !
Tel un Saturne affamé dévorant sa progéniture, le Rock a toujours aimé manger ses propres enfants et se nourrir de toutes sortes de mythes et de légendes pour mieux installer sa suprématie sur la jeunesse... Et vendre disques et t-shirts à l'effigie de ses héros soniques morts pour la cause.
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Écrire un livre sur Nick Cave, c'est tenter d'élucider la magie des mots et des notes que le prédicateur australien déverse sur le monde depuis une quarantaine d'années. La musique de Nick Cave et des Bad Seeds s'est insinuée un jour dans la vie de ses nombreux fans pour ne plus jamais les quitter.
—Uno de tus principales colaboradores ha sido Usher – Anton Shield, miembro de Norma Loy, ¿Cómo le conociste? Ya eras fan de la coldwave de los ochenta ¿verdad?
—Vi a Norma Loy por primera vez en 1990 en un club en el que yo era DJ. Después me los crucé otra vez en el backstage del Rockstore de Montpellier después de un excelente concierto de su banda (en 1991) pero no hablé con Usher en persona en aquella época. En el 2000 vi al cantante Chelsea en Marsella en una de mis fiestas Armageddon, pero hablemos de otras cosas y no de Norma Loy ya que en aquella época no existían. Más tarde, alrededor del 2006, me puse en contacto con Usher a través de MySpace porque sabía lo que hacía con Die Puppe (proyecto del que yo no era realmente fan), y más tarde, le propuse que Jérôme Soudan de Mimetic hiciera una remezcla de su viejo hit “Romance” para mi recopilatorio Electronic Manifesto II. Tras esto, nos convertimos rápidamente en verdaderos cómplices y trabajemos intensamente juntos del 2011 hasta el 2018. Éramos verdaderos amigos y estábamos muy ligados artísticamente, pero al montar el sello yo solo, empecé a volverme más exigente y un auténtico maniático del control con mis colaboradores.
Cuando el sello UPR empezó a hacerse más famoso en la escena dark europea, me volví cada vez más paranoico porque me decían que hablaban mal de mi a mis espaldas, e incluso si él y yo estábamos en simbiosis durante ese periodo, acabé por perder la confianza. Sobre el 2016, vi crearse una pequeña corte alrededor de nosotros, gente tan atraída por mi entusiasmo como por la presencia de Ushersan de Norma Loy. Todo el mundo sabe que tengo un cierto carácter, pero soy capaz de reconocer cuando me equivoco. Contrariamente a mí, que soy demasiado intransigente, Usher ha sabido siempre jugar perfectamente y con mucho tacto su rol de gurú o eminencia gris. Es un personaje instruido, culto y carismático, y sin duda domina intelectualmente a la mayoría de la gente con la que hemos colaborado en esta última década. El día en el que sentí que ya no había alma en lo nuestro, que muchos oportunistas querían aprovecharse de la brecha que nosotros abrimos en 2011/2012, tomé la decisión de separarme de Usher, y eso no le gustó mucho por lo que sé, pero mi temperamento ibérico es así de brutal, o vas conmigo o estás en contra de mí. Tal vez hice un error, desde el punto de vista musical, porque me encanta lo que hicimos en Adan & Ilse, y soy el mayor fan de los discos de Black Egg Legacy From A Cold World y Songs of Death and Deception, pero lo que funcionaba muy bien cuando trabajamos los dos, por supuesto, no funcionó cuando otras personas vinieron a acoplarse a nuestro proyecto. En amistad puedo ser muy exclusivo y fiel, pero la otra persona debe comportarse de la misma forma conmigo, sino me retuerzo tan rápidamente que prefiero separarme completamente de la persona antes de torturarme indefinidamente para intentar entender sus intenciones reales. Soy capaz de dar mucho de mi parte, pero la otra cara de la moneda es que mi misantropía termina por tomar la delantera si siento que se han intentado aprovechar de mi gentileza y de mi generosidad. Sin embargo, antes de que nuestra amistad desapareciese y que la duda me corroyese sobre una posible traición, creo que logramos alcanzar unos momentos de gracia.
Sinceramente, he apreciado nuestra forma de trabajar juntos, basada en la creatividad y la alquimia de nuestras dos personalidades, pero mi nihilismo tomó la delantera. Hemos producido algunas bellas obras musicales y algunos clásicos, poco importa que me haya costado amistades decepcionantes o engañosas, pero nuestra obra común tiene un sentido, porta un aliento, una profundidad, revela unas pasiones y sentimientos reales, la alegría, las lágrimas y la melancolía. Gracias a Usher, he podido crear mis más bellas melodías como cantante, ayudándonos de unos músicos amateurs (de los que Usher jamás había oído hablar anteriormente) con conocimientos técnicos y que dominaban perfectamente la producción con ordenadores, hemos podido dar nuestra propia visión de un Synth Pop original y pertinente sin concesiones. El hecho de que haya súbitamente decidido separarme de él, no impacta en nada en su genio como compositor y cantante en todo lo que emprendimos musicalmente en Unknown Pleasures Records.
—Etiquetabas a Adan & Ilse como “növö wave” y uno de tus trabajos con The Hacker lo has llamado “növö diskö”. ¿Qué querías decir con esto?
—Es una forma de homenaje al periodista francés Yves Adrien (y su libro Növö Vision), un extraterrestre que al final de los años 70 tenía como amigos a Genesis P. Orridge o a Richard H Kirk. Es una referencia también a la New Wave, un movimiento mucho más rico que lo que los hits de las radios de los ochenta nos pueden hacer creer. En “Növö Diskö” relato la salida de una pareja de homosexuales de un club en 1981, y su posterior noche de sexo en el hotel. Existe también una versión heterosexual (remezclada por Millimetric) en la que reescribí la letra, esta vez poniendo de protagonista a una chica bonita. Además, saqué una versión “sin género” remezclada por Alek Drive que es más contemporánea (risas). Grabamos ese tema en el 2006 en casa de Michel Amato/The Hacker para uno de mis recopilatorios, después se publicó en vinilo en el sello Oráculo Records en 2016. Este tema se ha convertido en un clásico de la Techno EBM durante la última década.
—Con ADAN & ILSE has publicado varios discos. ¿Cuál le recomendarías a alguien que quiere escuchar algo de este proyecto por primera vez?
—Creo que Cold Diamonds es el más logrado de nuestros cinco álbumes, incluso hicimos una versión de Joy Division con la verdadera voz de Ian Curtis procedente de una toma a capela que encontré en la web. Pero mi disco favorito de Adan & Ilse sigue siendo Birds Fallen From Heaven porque la mayor parte de los temas de ese album (excepto “Boys In Eyeliner” cuya sublime instrumentación fue compuesta por Peter) fueron escritos en el 2012 bajo el nombre de Ushersan & HIV+ para nuestro segundo disco de ese proyecto que estaba previsto en Signifier Records (Estados Unidos), pero que al final nunca fue publicado. Guardemos las maquetas por si en alguna ocasión… Poco después, un día me llegó un instrumental minimal wave de Ushersan, una cosa un poco flojita pero lo bastante bonita como para inspirarme una melodía vocal, y en un momento de ebriedad creativa, canté con voz muy aguda, casi desafinada. Ushersan encontró mi canto genial y me empujó a seguir así. Compuso muy rápidamente una docena de temas y construyó meticulosamente un marco alrededor de mis texturas vocales agudas o graves, disco tras disco. Después, con la preciosa ayuda del productor Peter Rainman acabamos haciendo algo bonito y estimulante.
En aquella época de los tres primeros discos estábamos perfectamente en fase musicalmente, pero en realidad fueron nuestras pequeñas fricciones las que nos permitieron elaborar algunas pequeñas perlas. La última época, con solo nosotros dos, grabando Chirurgie Plastique fue más fría, más difícil, yo mismo tuve que pagar a un ingeniero de sonido para hacer la mezcla y el mastering porque no éramos capaces de obtener el sonido analógico que yo quería, una síntesis de nuestros discos precedentes. Después, deseé aportar mi propia conclusión al proyecto con el último Adan+Ilse 2012/2019. Mantengo por el momento ese proyecto vivo, ya que tengo una pequeña revancha personal que satisfacer, y tengo planes para el sonido futuro de Adan+Ilse que será más acústico.
—Un disco que realmente me gusta es Le Chant Du Cygne Noir de A★I. ¿Has pensado en continuar el proyecto? ¿Qué nos puedes contar de ese disco?
—Llegando a un momento de cansancio común, al final del 2016, Ushersan y yo decidimos otorgarnos una pequeña pausa después del Chirurgie Plastique, pero en el fondo de mi interior, yo no la necesitaba realmente. De golpe, todavía obsesionado con la aventura de Adan & Ilse, le propuse a un viejo conocido (Phillipe M. aka Phllox al que conocí en un foro musical hace 15 años) de colaborar en una formación electrónica que llamé A★I. Phllox considera la música como un hobby, pero sabe crear un bello diseño sonoro. Es capaz, si está bien dirigido, de crear unos sonidos dignos de un compositor como Trent Reznor, y creo que logramos darle a ese proyecto una forma más abstracta sin la intervención directa de Ushersan (pero aparece en filigrana porque reutilizamos unos sonidos de sesiones de Adan & Ilse en tres canciones). Luego, Normotone nos realizó un excelente vídeo para ilustrar uno de nuestros temas. Pero eso no se reproducirá nunca más porque hoy en día, todo ese pequeño mundillo – Peter Rainman, Phllox y Normotone – trabajan para… Black Egg. Yo se los presenté a Ushersan y hoy se han convertido en sus instrumentos para continuar la existencia de Black Egg, que, en realidad, nunca fue un colectivo como tampoco lo es HIV+.
—Con Fluxus publicaste (Art of War) فن الحرب. una especie de declaración política. ¿Qué piensas de mezclar música y política? ¿Crees que la música debe o puede alcanzar la conciencia de la gente?
—La historia de la música nos enseña que Música e Historia andan unidas. Hay periodos en los que la música consiguió cambiar a la sociedad: el jazz de los años treinta, el periodo del rock americano de los cincuenta, aquel de los sesenta con los hippies, el glam psicodélico de los años setenta, la androginia de las formas de vestir futuristas de los fans de New Wave de los años ochenta, las Raves de los años noventa y la explosión de los festivales gigantes en los años 2000. Pero, contrariamente a Bono, no pienso que el mensaje de un músico, por sincero que sea, pueda tener cualquier impacto sobre nuestra sociedad. En cambio, un movimiento musical uniendo una parte entera de la juventud sí que puede cambiar la sociedad, esto ya se ha visto en Francia y en otras partes del mundo. Pero un Kanye West solito no tendrá ninguna incidencia sobre la sociedad que le rodea, porque él mismo es un puro producto de ella. Brevemente, ¿era esa tu pregunta? Jajajaja
Fluxus ha sido un soporte para expresar nuestros estados más borderline. El primer disco está basado en las enfermedades mentales (otra vez una influencia de mi trabajo en las cárceles) y el segundo en nuestra reacción a la omnipresencia del Estado islámico en la prensa de la época de su expansión. Me di cuenta de que esa barbaridad islámica retrógrada se veía apoyada completamente por una forma estética y gráfica, tal como la Rusia soviética constructivista o la Alemania de la propaganda nazi. La imagen negra de Daesh conlleva también un mensaje, ¡el mensaje del vacío! La entropía, un hoyo negro. El ser humano no existe ahí, solo es un instrumento de un Dios esperado por la mitad de la humanidad, y todos esos creyentes esperan que ese Dios, al borde de una crisis de nervios, se ocupe de los casos de cada pequeña hormiga humana. ¿Qué estupidez arrogante nos empuja a imaginar que seriamos más importantes para nuestro supuesto “creador” que el resto de las formas de vida que viven en el universo infinito?
Fluxus es la paleta negra de Pierre Soulages. Como está explicado bastante bien en un artículo de la revista francesa Beaux-Arts: “El negro es uno de los primeros tintes empleados por los artistas y desde la prehistoria, el negro no ha estado siempre asociado a la muerte o al caos. En Egipto, por ejemplo, se trataba del color de la tierra, de la fertilidad y de la regeneración. En la Biblia, al contrario, en las primeras líneas del Génesis, el negro aparece como mortífero y se opone a la luz. En la Edad Media, en occidente, está también atribuido al diablo y al infierno. En 1915, en la muestra “Última Exposición Futurista 0.10″ el pintor Kasimir Malévitch presentó su famosa Cruz Negra. Esa estética radical, que en la simplicidad de formas esconden a menudo profundas reflexiones, encuentra su culminación en las obras de Pierre Soulages sobre el ‘outrenoir’. El color se convierte entonces en un territorio infinito que no sabría limitarse al monocromo. A la vez abismal y luminiscente”.
Pourquoi les artistes sont obsédés par le noir
Au musée du Louvre-Lens, une grande exposition thématique retrace l'épopée du noir dans les arts. Qualifiée de non-couleur par Léonard de Vinci, il a longtemps été synonyme de vide et de mort... mais pas que ! Pourquoi donc les artistes broient-ils du noir depuis la nuit des temps ?
—Acabas de publicar todos tus discos de HIV+ gratuitamente, y has comentado que nunca viste un duro de ellos. Es un poco triste que pasen estas cosas, ¿no?
—No, porque también es mi culpa por no haberme preguntado a mí mismo sobre los royalties de ventas no materiales en el momento en el que mis temas empezaron a aparecer en las grandes plataformas digitales sin que yo haya sido jamás contactado para pedirme la autorización. Cansado, tras veinte años, he decidido ponerlas gratis en el Bandcamp de Unknown Pleasures Records. He superado las 2500 descargas en el modo «elige tu precio».
—Como ya has comentado eres funcionario de prisiones. ¿Te ha inspirado de alguna otra forma tu trabajo?
—Desde el 2004, efectivamente, empecé como funcionario después de abandonar mi trabajo en los clubs que ya empezaban a volverse cada vez más comerciales. He trabajado dos o tres años como profesor temporal de español, después me he encontrado sin trabajo en el 2003, tras haber sido echado de un colegio católico privado cuando supieron de mis actividades artísticas anexas. Parece que no apreciaron las imágenes vistas en internet de mis fiestas Armageddon, mi pseudo HIV+ y mi tatuaje del San Juan de Cruz de Salvador Dalí (ese tatuaje en mi espalda me lo han reprochado también en un examen oral de oposición de nivel A)… Y como por la época, con una niña pequeña, no tenía el lujo de pasar otra oposición u otro examen de profesor, elegí la opción más sencilla, aquella de las prisiones. Y mirando hacia atrás, no me arrepiento de nada, aprecio verdaderamente el medio carcelario: para empezar porque es un trabajo que me ha permitido mantener a mis hijas cuando me divorcié de su madre. Además, gracias al hecho de que tengo por fin un trabajo estable me he podido consagrar a hacer música por placer y sacar a la luz a un pequeño sello independiente que ha dejado su marca en un mundo saturado de producciones musicales oscuras. Recientemente, un preso que salía de prisión después de una larga pena por homicidio me dio las gracias por haberle hecho conocer la Literatura, la Pintura y el Teatro mientras estaba en chirona. Dijo que la cultura, incluso tras rejas, puede conducir a ciertos humanos a reflexionar sobre la condición humana y a reinsertarse en la sociedad.
Este medio profesional en el que curro me ha permitido también abrir los ojos sobre la realidad social, porque antes me conformaba con mi universo intelectual-artístico, así que mi trabajo en prisión, en contacto con la realidad y la violencia, ha influido en mi forma de concebir mi propia creación. La música para mí no es un simple divertimento, sino una voluntad constante de querer dar sentido a toda esa mierda que nos rodea. He encontrado mi equilibrio mental en la creación y la difusión de universos sonoros engañosos. Un sello no es nada sin sus artistas, lo contrario ya es más discutible.
Y para contestar a tu pregunta, un becario en la vieja prisión de Baumettes en Marsella en 2004 me ha inspirado el disco Univers Carcéral de HIV+ (un split CD con Mourmansk150) de puro drone noise del norte de Francia mezclado con mi industrial frontal.
—Con UPR has publicado más de 100 discos. Según tú opinion, ¿qué banda debería haber tenido más éxito o a cuáles deberíamos prestar especial atención en el futuro?
—Kill Shelter, Neon Electronics, David Carretta, Maman Küsters, Hausfrau, Ono Scream, Antipole, Lovataraxx, Japan Suicide, European Ghost, Norma Loy, Adan & Ilse, Vogue Noir, Larme Blanche, Blind Delon, Alice Botté… tuvieron las mejores ventas del sello y seguro que algunos de ellos contarán en el futuro. Pero he terminado cansado del Post-punk, Synth pop o retro. El futuro musical para nosotros es una mezcla estilística del disco de MonoB & NoroE (proyecto del realizador Marc Caro y Gaël Loison) y el de Chris Shape (ex-miembro del dúo Franz & Shape), así que ¡ojo con las próximas publicaciones de sub-sello +Closer²! Y ya que hablas de futuro, he leído un poco un artículo sobre la 6 G que me ha hecho flipar. El futuro cercano, ese del horizonte 2030 es fascinante, ese futuro ya está ahí y nosotros todavía no nos hemos dado cuenta (risas).
Dicho esto, estoy cansado de los clichés de la escena Post Punk, Cold y Dark actuales, he comprobado que nada ha cambiado desde el principio de los años ochenta. Tienes todavía a gente que se imagina que son genios de la música porque han publicado una casete de cuatro demos mal producida y grabada. También puede parecer increíble que hoy en el 2020 haya en el mundo más bandas de índole Post-Punk, Cold Wave, EBM o Synth Pop que en la edad de oro del periodo 1978 – 1983, antes de que las cosas se estropeasen. Hemos cambiado de siglo hace ya dos décadas y aun así nunca ha habido tantos discos que me recuerden las cosas que yo escuchaba hace ya 35 años.
Hay actualmente grupos Post-punk/Dark Wave que sobrepasan el millón de vistas en Youtube como The Soft Moon, The KVB, Whispering Sons, Drab Majesty, Cold Cave, Boy Harsher, King Dude, Chelsea Wolfe, Kælan Mikla, Ash Code, Rendez-Vous. Incluso en el dark techno, hay gente como Phase Fatale, I Hate Models, Ancient Methods y algunos otros que se han convertido en poco tiempo los suficientemente viables económicamente para llamar la atención de promotores de grandes festivales internacionales o de clubs, y giran regularmente por grandes salas por toda Europa, Rusia, Estados Unidos y América Latina e incluso más lejos.
—De entre todos los discos que has publicado, uno que nos gusta especialmente es el disco de versiones de Genesis P-Orridge. El dinero recaudado por el álbum fue mandado al recientemente fallecido músico. ¿Nos puedes contar algo más de esto?
—Cuando me enteré de que Genesis P-Orridge estaba enfermo y sin dinero, tuve la idea de un recopilatorio caritativo y propuse a artistas que aprecio (Peaches, Alice Botté, Marc Hurtado & The Hacker etc…) de hacerme una versión de Throbbing Gristle o Psychic TV. El resultado fue sobresaliente. ¡Gran arte que le encantó a Genesis! Es una bonita historia el haber podido enviarle 3 500 dólares gracias a nuestro recopilatorio. Le doy las gracias al público y a los artistas por habernos permitido realizar este magnífico tributo, el más vendido de UPR. Ha tenido dos ediciones y todavía me quedan unos ejemplares de la segunda…. tristemente el artista murió al comienzo de la pandemia.
—Siguiendo con los tributos, has tenido problemas con el de Death In June, ¿verdad? ¿Nos puedes contar algo más?
—Lo lancé con una buena intención: la de rendir homenaje a la música de un músico de culto, del cual no aprecio todas sus tomas de posicionamientos estéticos y políticos, pero del que aprecio la poesía y la potencia de las melodías. Se me hizo entender que tendría problemas si me empeñaba en hacer esas versiones y eso es lo que pasó. He sido convocado al Tribunal en París en noviembre porque el tipo que distribuye a Death In June en Francia se quejaba de difamación, e invocaba capturas de la pantalla de mi muro de Facebook donde explicaba a unos amigos que ese tio me había amenazado por mail en marzo (sin precisar bien seguramente de qué clase de amenazas se trataba, en este caso “judicial). Su abogado me reprocha también el haber escrito públicamente que era un gran gilipollas que no tenía dos dedos de frente y de haber manchado su reputación. Iré a defenderme al tribunal, así que evitaré hablar mucho de este asunto, que muestra un intento de hacerme cerrar la boca. Pero el recopilatorio es genial, escuchadlo si os gusta DI6, no os va a desilusionar. El Arte está muy por encima de las pequeñas peleas humanas.
—¿Por qué has decidido parar Unknown Pleasures? ¿Solo Coronavirus?
—En realidad, es la convergencia de dos cosas: primero el impacto de la pandemia sobre el mundo de la música me ha hecho reflexionar sobre mis prioridades, y he comenzado a tener, cada vez menos, ganas de cansarme y de perder mi tiempo y de intentar dar visibilidad y credibilidad a músicos que, hablando de algunos de ellos, no eran muy corporativos conmigo. Confieso además que la escena dark y sus clichés ridículos, a la larga me ha cansado. Yo ya tenía unos cuantos enemigos tanto como DJ como organizador de fiestas, pero entre el día que UPR ha nacido y hoy, creo que he triplicado el número de mis detractores (risas) y algunos son duros. Entonces, cuando las ventas han comenzado a descender entre marzo y mayo del 2020, he decidido concentrarme en la escritura y en proyectos más ambiciosos que desvelaré más tarde. Para resumir, estoy cansado de esta escena musical y de todos los esfuerzos que he podido hacer en estos últimos años por gente que no todos valían la pena.
Y si unimos a eso las crispaciones sociales, la explosión de violencia verbal sobre las redes sociales, donde algunas personas se sienten crecer alas y se permiten ser irrespetuosas, insolentes u odiosas. He sido recientemente insultando numerosas veces en Facebook por un escritor industrial que trabaja para la misma editorial que yo, un alcohólico que huele a mierda, porque no tengo el mismo punto de vista que él sobre la actualidad. El tipo, sintiéndose seguro delante de su pantalla, me ha tratado de “ciego gilipollas” y de “carcelero” porque no tenía el mismo punto de vista que él sobre la violencia social actual, y es esa gente con cerebros enfermos que se expresan sin tapujos en la web, y eso es lo que me hace perder el tiempo y la energía. Por otra parte, esa clase de cosas no me ocurre nunca en la vida real, jamás nadie me ha insultado mirándome a los ojos porque yo expresaba una opinión diferente. Aunque hago un trabajo peligroso en el que todos los días me cruzo con gente que sufre problemas mentales, con tipos ultraviolentos o asesinos, pero hay mil veces más sentido del respeto en la mayoría de los delincuentes encarcelados que en todos esos estúpidos del internet que no saben vivir y que gangrenan las redes sociales.
En cierto momento dado, todos esos inútiles que se sienten invencibles y que invaden los medios para criticar únicamente, y que encuentran un malvado placer en insultar, maldecir o amenazar, terminarán por cansarse o por desaparecer. He conocido a algunos, desde que empecé a trabajar en el mundo de la música y se han vuelto definitivamente al anonimato de sus vidas de mierda. Como inmigrante, habitualmente me han rechazado o fastidiado cuando era un chaval, ya he vivido cosas asi cuando llegué pequeñín a Francia, y esa clase de adversidad racista me ha permitido construir un caparazón sólido y de forjarme un carácter de pitbull. De todas formas, en el mundo en el que vivimos, o te endureces o te joden vivo. Claro que encontrarás siempre tres o cuatro enemigos o viejos colaboradores que te dirán que me comporto como un tirano, que soy demasiado controlador, terco o arrogante, etc.… pero yo no tengo la costumbre de transigir con mis principios justos para darle placer a algunos imbéciles incultos. Soy el único responsable de mi visión estética y de la calidad musical del sello, y no querer hacer concesiones antes egos exagerados, siempre me ha puesto en una posición poco envidiable de objetivo al que disparar. Al final, me he decidido a ocuparme únicamente de mis libros y de mi música, y enviar todo el resto al infierno.
—Llamar a tu sello paralelo +Closer² fue bastante lógico. ¿Qué nos puedes avanzar de futuras publicaciones, aparte de lo que has comentado antes? Nos gustaron mucho las tres primeros discos (justos los que hemos escuchado hasta ahora).
—El 2020 ha sido verdaderamente un año de mierda, como he dicho antes. Parece un episodio de Black Mirror, entre la aparición de la Covid19, el confinamiento mundial que le ha seguido y la toma absoluta de todos los gobiernos de una vigilancia incrementada y un control sobre los ciudadanos, hemos pasado largamente el escenario del 1984 de Orwell. Al mismo tiempo, el sistema de dominación actual está rematando definitivamente toda forma cultura marginal o underground, con el cierre por razones sanitarias de numerosos lugares de expresión musical, de clubs, de salas de conciertos, de bares musicales, de festivales anulados, etc Decenas de miles de músicos, de trabajadores de la noche y ocasionales se han encontrado en el paro por un periodo indeterminado. Tengo muchos amigos artistas y DJs profesionales que están en una situación muy difícil, sin ninguna certidumbre sobre el futuro. ¡El futuro ha muerto! A pesar de esto, la música permanece como la mejor aliada del alma en estos tiempos difíciles que estamos atravesando. Después del virus hará falta que nuestras vidas nocturnas y emocionantes vuelvan de nuevo.
—Aunque has hablado del libro antes, para terminar, dime por qué debería comprar ese libro (aunque, de hecho, la yo he comprado).
—Si te gusta esa banda inglesa, aprenderás muchas cosas que probablemente no sabías. Y si eres curioso o curiosa, poco importa tu edad, y quieres sentir un poco de las emociones que sentimos al bailar al son de esa música, entonces ese libro es para ti. ¡¡Come alive!!