Poco más de un año tras su primer disco Nebenkörper, sin duda una de las obras más interesantes del 2021, Vlimmer el inclasificable proyecto de Alexander Leonard Donat vuelve a la carga con este Menschenleere. Como en el anterior disco, nos encontramos una obra que no es fácil de clasificar y que no deja de sorprender con ningún momento. Comparado con Nebenkörper, el nuevo disco es más bailable, cuenta con menos percusión tribal y y te pondrá menos los pelos de punta. Ha sido editado por el sello del artista, Blackjack Illuminist Records tanto en CD como en casete y digital.
Cuenta la leyenda que un novelista de la generación del 98, Unamuno aprendió danés para poder leer a Kierkegaard. Del mismo modo, a menudo me gustaría poder leer alemán para poder penetrar en el mundo lírico de Alexander Leonard Donat, pero mientras tanto me tendré que quedar con lo que transmite su voz y su música. Las once composiciones que dan forma a este Menschenleere no paran de mutar, sorprendiendo al oyente con cada nuevo giro y Leonard consigue cambiar de la alegría a la rabia de una estrofa a otra, siempre con cierta melancolía sobrevolando el conjunto.
El álbum comienza con “Erdgeruch”, el primer tema que se mueve dentro de la darkwave, con sintes que encantarán a la parroquia oscura. “Mathematik” es uno de esos temas con muchísimos detalles y con especial protagonismo de una melodía de teclados que ilumina la pieza, aunque mantiene los tonos oscuros y la forma peculiar que tiene Donat de cantar. “Zielzweifel” es un tema más alegre y pegadizo con un espíritu new wave. “Noposition” es un bastante original, con partes más melancólicas y otras más potentes y agresivas, con un comienzo más atmosférico y un final muy bailable. “Schädelhitze” empieza más synth pop melancólico y cuenta con una bonita parte electrónica. Mi favorita del disco. “Kronzeuge” es otro tema original con curiosa instrumentación y bonitos y pegadizos coros que, al final, parece ir desvaneciéndose. “Schwimmhand” tiene un sonido juguetón y a Leonard cantando apasionadamente.
“Stimmriss” es un tema lento, dolorido una con parte electrónica como de ensueño que para mí es como debería sonar el dark shoegaze. “Fatigo” es inquietante y divertida con una sorprendente parte electrónica acelerada. “Menschenleere”, el tema que da título al disco, empieza apasionada y tiene una parte electrónica muy trabajada, “Raynaud” es un tema que empieza delicado pero que cómo no podía ser de otra forma, tiene otras caras, aunque todas mantienen un sentimiento soñador.