El Escape from Noise de Negativland fue uno de los primeros cds que compré con Amazon. Era una de esas bandas que había visto nombrada en varias revistas y tenía curiosidad por escucharlos. Eran otros tiempos, no conocía YouTube, no existía Spotify y no usaba Napster. Cuando lo recibí y ya en mi casa de Las Musas pude escucharlo, bueno, no era precisamente lo que esperaba. No estaba preparado algo tan distinto al indie pop-rock que escuchaba en aquellos momentos. Guardé el disco y no me acordé de ellos hasta que me compré unos años después la sesión de Swayzak para Fabric (grandes sesiones en caja de metal) y unos años después cuando mi amigo Hamid (ya hablaré de él en alguna ocasión) incluyó también su “Michael Jackson” en una de sus sesiones de house.
Negativland, hijos ilegítimos de Throbbing Gristle y de los Residents, sin ellos no se entenderían a los Avalanches, pero tampoco a DJ Shadow, o Coldcut o a cualquier grupo que al ser descrito utilice las expresiones cut n’ paste o collage sonoro. Con un sentido del humor tan cáustico como el de Frank Zappa y tomando el nombre de un tema de Neu!, Negativland empezaron a destacar con su disco de 1983, A Big 10-8 Place, especie de tratado sobre el Condado de Contra Costa que según las notas de la reedición les costó tres años de trabajo. La labor de corta y pega pre-digital en este disco lo hace una de las obras favoritas de sus fans (si existe algo así). Unos años después en 1987 apareció Escape from Noise, considerado su obra maestra donde aparece “Christianity is stupid”, el tema que inspiró su siguiente disco.
Helter Stupid, el disco del que quiero hablar aquí, nace de una broma: el 30 de febrero de 1988, David Brom fue arrestado por el asesinato de su padre, madre, hermano y hermana en Minnesota. El New York Times apuntó que quizás el motivo de la discusión que acabó en masacre, había sido una casete de música. Se apunta además que eran una familia cristina. El 3 de marzo del mismo año, Negativland cancelan el tour planeado tras el relativo éxito del disco anterior. Viendo que girando iban a perder dinero, mandan una nota de prensa a su entonces compañía discográfica, SST, diciendo que el oficial federal Dick Jordan les ha prohibido salir del país por los asesinatos Brom. La nota implica que han debatido sobre el tema “Christianity is stupid”. Cuando la nota se hace pública, varios medios intentar hablar con el grupo, pero estos se niegan, diciendo que no pueden hablar y haciendo referencias a cierta casete de música. La noticia se va difundiendo y algunos periódicos la hacen crecer todavía más al citar erróneamente otros medios. La crítica a los medios de comunicación, a como se construyen las noticias, y como estas crecen a partir de citar otras noticias, nunca verificadas, es la base de este disco, perfecto equilibrio entre el humor y la crítica.
En lo musical, Helter Stupid, se compone de un espectacular tema título, donde usando el “Spring Rain” de Silvetti como base, samples de Lenny Bruce, los Beatles (como no) e incluso de “Christiany is stupid” vaticinan lo que seran The Avalanches. La segunda parte del disco consiste en varias tomas de “The Perfect Cut”, su ataque a la industria musical y su intento de recuperar la música de los setenta. Para explicarme mejor, si hubieran sacado este disco diez años después, escucharíamos samples del anuncio de Burning Heart, esa joya de la tele tienda repleta de AOR y baladas ochenteras.
Tuve la suerte de poder verles en el Lo-Fi de Milán y su concierto fue la representación perfecta de lo que hacen en disco. No tan innovador como hace treinta años, el grupo ha sufrido varias perdidas, entre ellas, la más reciente, del miembro original Richard Lyons en abril. Su crítica en estos días de desinformación es tan vigente como en los años ochenta y su música tan disfrutable como reivindicable.