Descubrimos a La Main de una forma bastante original: en un foro de música, un amigo se puso de avatar la cara rosada y sin ojos que encontramos en L’heure De Salir, y unos días después, echándole un vistazo al catálogo de Unknown Pleasures Records, vimos que era la portada de un disco que, sin dudarlo, compramos. Como nos gustó el disco, en cuanto pudimos nos pillamos esta nueva obra, La mélodie du sombre. La Main es el proyecto de Joann Guyonnet, quien, influido por la nueva ola francesa comenzó su carrera discográfica con Ton Nom, disco autoeditado del 2012. Un par de años después publicó un EP de versiones, y en el 2015 Nous Ne Serons Plus Rien que junto al disco anteriormente señalado y un disco acústico completan su discografía. Lo puedes escuchar y comprar aquí.
Hay que ser valientes para ser La Main, no solamente cantan en francés en un mundo dominado por el inglés, sino que hacen una synth wave/ minimal synth glacial de una densidad que parece que imposible que pueda quedar contenida en un solo CD. Y aun así, consiguen grabar uno de los discos del año.
Cuando empiezo a escribir este texto, un 11 de agosto en Madrid, el cielo se ha puesto negro y ha comenzado a llover. Parece como si el tiempo se hubiera contagiado del ambiente lúgubre y oscuro de este disco. Comenzamos con “Un Festin” con cadencias lentas en un comienzo relativamente amable pero tan frío como un helado que te regala un desconocido. El disco se acelera en “Et J’ai hurlé” con un ritmo marcial que nos invita al movimiento maquinal, aunque no podemos estar más lejos de la discoteca. Nos encontramos ritmos pesados, casi industriales, en “La Mélodie du sombre”, un tema sombrío, que transmite una sensación de soledad y abandono pocas veces sentidas. De lo mejor del disco. “Silence” continúa el mismo sendero triste y dramático, aunque va acelerándose un poco al final con un increíble trabajo de sintetizadores. “Dans Le Coin” con sus cambios de ritmo tiene la energía del post-punk pero sigue helándonos la sangre.
Llegamos a lo que sería la segunda cara con “Le Goût Du Sang” con una bonita melodía pero logrando otro pico en el arte de la melancolía. En “Caché Sous le Draps” nos encontramos unos teclado lúgubres que suenan como el gran órgano de una iglesia. Vamos terminando el disco y se acelera en “Vif” donde encontramos uno de los momentos más rabiosos del disco mientras que “Plus Le Temps” destila dramatismo, especialmente en los teclados. “Cet Hiver” te indica ya en nombre que nos encontramos antes un disco frío, invernal, por si después de estos nueve pedazos de hielo no nos hubiéramos enterado. Para un español, el tema suena embriagadoramente francés, con esa pasión descarnada que parece llegar de la chanson y décadas después haber sobrevivido entre glaciales. La Main han entregado un disco para escuchar con calma, para sumergirte en él, un disco que recordaremos como una de las cosas destacables de este maldito 2020.
