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Entrevista a Tempers

por François Zappa

Hasta hace poco, Tempers era la banda de Jasmine Golestaneh y Eddie Cooper, pero como descubrimos durante esta entrevista, ahora es solamente Jasmine la que está al frente de este proyecto oriundo de Nueva York. Tras varios años al frente de la banda de folk psicodélico Seasick, Jasmine comenzó su andadura como Tempers con un primer single publicado hace unos once años, en un muy lejano 2013. Tras ese impactante Strange Harvest, continuaron con su primera obra larga en aufnahme+ wiedergabe en la época en la que referencial sello alemán todavía no estaba centrado en la electrónica. Services fue una increíble carta de presentación donde ya con algunos de los temas emblema de la banda, como “Undoing” y “Hello Hottline”. Tres años después, nos sorprendieron con Junkspace, un trabajo más experimental, basado en un ensayo de Rem Koolhaas sobre los centros comerciales. Tras ese curioso álbum, que tuvo su continuación en la obra artística de Jasmine (creadora de collages que han acompañado algunas ediciones de sus discos) ficharon con Dais Records, sello que, como ellos mismo comentan, les ha dado toda la libertad artística posible. Allí han publicado dos discos tan redondos como Private Life y New Meaning en el que mezclan synth pop, post punk, shoegaze y electrónica. Sin duda, Tempers es uno de los nombres a seguir en esta época de innumerables lanzamientos musicales. Hemos tenido una corta charla con Jasmine que intentaremos ampliar en el futuro. La suya es una de las actuaciones que no queremos perdernos del festival madrileño Santuario, que tendrá lugar este mismo sábado en la sala Groove.

—Como influencias has señalado, entre otras, el shoegaze, el post-rock y a Nirvana. Pero, aunque hayas nombrado estas influencias provenientes mayoritariamente de los noventa, logras crear una música con un sonido muy moderno. ¿Cómo ha marcado a Tempers el que crecieras en los noventa? 

Esa música de los noventa fue creada por artistas que priorizaban la integridad artística por encima de todo, así que, más que otra cosa he tomado esos valores en mi vida adulta. No estoy interesada en crear en sonido nostálgico pero si en mantener los valores de autenticidad y pureza que son, para mí, son realmente importantes.  

New Meaning es el nombre de tu último disco, publicado hace dos años por Dais Records. ¿Cómo piensas que Tempers evolucionó musicalmente con este disco? Siempre has intentado meter diferentes estilos en cada álbum, de post punk a synth pop, shoegaze, darkwave… ¿Crees que ahora se te da mejor la mezcla de diferentes sonidos dentro del álbum? 

Me encanta escuchar discos en los que las canciones suenan diferentes entre ellas y hay una variedad de escenarios y mundos, así que eso es lo que siempre me he esforzado en hacer con Tempers. La mezcla es siempre intencionada. En el nuevo disco que acabo de terminar realmente voy todavía más lejos y hay una instrumentación más variadas: guitarras de doce cuerdas, harpa, violín, violonchelo además de los melancólicos sintetizadores, guitarras y ritmos electrónicos.   

—Te negaste a tocar en el último SXSW porque tenía patrocinio militar. ¿Crees que los músicos y el público deberían intentar ser más conscientes de quién está detrás de los festivales y eventos a los que acude y empezar a actuar en consecuencia? 

SXSW anuló sus patrocinios militaras y armamentísticos, así que el boicot tuvo su impacto. Creo que tanto los artistas como la audiencia se merecen transparencia así pueden hacer elecciones con conocimiento de causa.

—Has hablado en varias ocasiones del lado subversivo de tu música. Para ti, ¿cuál es la cosa más subversiva que Tempers ha hecho hasta ahora? 

Creo que ser fiel a mí misma es lo más subversivo que he hecho y que continuo a hacer. Eso significa decir que no a un montón de cosas, tocar elecciones arriesgadas y no ir a lo seguro, pero creo que eso es lo que mantiene al arte con vida. 

—El último lanzamiento de Tempers es una versión del Ghost Rider del dúo neoyorkino Suicide. ¿Por qué elegiste este tema? Te gustan otras versiones del tema como la de Anna Calvi? ¿O quizás la de Henry Rollins que apareció en la banda sonora de El Cuervo?

—Suicide fue una influencia fundamental cuando empecé Tempers, y “Ghost Rider” ha sido siempre uno de mis temas favoritos. Creo que su letra sobre el tumultuoso estado de América es tan relevante hoy como lo era en los setenta. No he escuchado las otras versiones, ¡pero lo haré! 

—¿Qué planes tienes para el futuro? ¿Nos puedes contar algo más de este nuevo disco? 

Acabo de terminar de grabar un nuevo disco con el productor Jorge Elbrecht, ¡estoy muy ilusionada! 

 

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