Inicio » Entrevistas » Entrevista a Linear Movement

Entrevista a Linear Movement

por François Zappa

Sin duda, la saga Autumn/Linear Movement/Twilight Ritual, fue de las más fecundas e interesantes de lo que hoy en día llamamos minimal synth. Como nexo de las tres formaciones tenemos a Peter Bonne, que además fue parte de la etapa más creativa de A Split-Second. El año pasado deberíamos haberle entrevistado con motivo de su actuación en el Ombra tocando los temas de Twilight Ritual pero no nos dio tiempo, así que en esta entrevista compensamos nuestra falta hablando de todos sus proyectos. Linear Movement darán su primer concierto en cuarenta años en el Ombra Festival que tendrá lugar del uno al tres de diciembre en Barcelona. 

—¿Cómo te llegaste a interesar por la música de Klaus Schulze, Ashra Temple y Tangerine Dream? ¿Cómo crees que todos estos artistas han influido en tu forma de hacer música

—Fue a finales de los setenta: el uso de sintetizadores creó la música más innovadora e inspiradora de esa época (aparte del Hard Rock y la música Disco). Los que mencionas eran los más conocidos, pero había muchos grandes artistas trabajando en las sombras. Rastrearlos era toda una tarea, también encontrar sus discos e ir a sus conciertos cuando era posible. Las revistas musicales underground, algunas de ellas con casetes, difundieron el mensaje. Yo escuchaba esos casetes a todas horas, e incluso tuve un programa de tres horas por la noche en una radio local.

—Más tarde, conociste a Geert Coppens y creasteis Autumn. Ibais a clase juntos, ¿verdad? ¿Os hicisteis amigos porque compartíais un común interés en la música electrónica?

—Ese puede haber sido el caso. Estuvimos en la misma clase durante unos años. Yo tocaba un poco la guitarra, él tenía acceso a un bajo eléctrico y mi hermano tocaba el órgano. Eso no era poca cosa en esos tiempos. Así que empezamos a tocar juntos y compartir álbumes. Así empezaron las cosas.

—¿Cómo cambió la evolución de la tecnología la música que hacíais en esos momentos? ¿Llegó a suponer una limitación para ti? Al comienzo teníais que alquilar el equipo, ¿verdad? Según leí en una entrevista, fuisteis una de las primeras bandas en tener una Roland TR 808.

—Tuvimos la suerte de vivir una época en la que más o menos cada año un nuevo y revolucionario instrumento aparecía. Era impresionante, pero también frustrante porque eran muy caros. Si comprabas algo hoy, al año siguiente ya estaba obsoleto, y como éramos jóvenes, por supuesto que no teníamos dinero. Recuerdo visitar la tienda de instrumentos musicales para alucinar con los nuevos sintetizadores (Polymoog, ARP 2600), era todo un sueño. Nuestra primera grabación fue “She Says” con Geert y yo a las guitarras y voces, grabada en una casete de dos pistas en mi habitación. Todavía sin sintetizadores. Eso era moderno y a la última, ¿te lo puedes creer? Más tarde, llegó a mis manos un pequeño sintetizador, el Yamaha CS30, que puedes escuchar en todas las primeras grabaciones con su nítido secuenciador y sus sonidos monofónicos. A partir de ahí crecimos un poco, pero la mayoría de las cosas las conseguimos alquiladas o prestadas. Además, todavía usábamos una grabadora de dos pistas con sus dos micrófonos. Más tarde, conseguí hacer una buena compra que incluía la primera TR808 (en mi país, claro), que presté a Marvin Gaye durante un tiempo a cambio de una buena compra en la tienda. (PS – En la tienda también compró Marvin Gaye, que estaba viviendo en Bélgica en esa época para prepararse para su próximo lanzamiento Sexual Healing)

—Durante toda tu larga carrera, te has ido construyendo tus propios estudios. ¿Nos puedes contar algo más de esto?

—En el primer estudio más bien improvisamos la disposición, el equipo estaba organizado de forma que pudiéramos ensayar y grabar fácilmente. A partir del tercer estudio, ya era algo más profesional con doce canales y grabadora de cuatro pistas. Lo mantuvimos así, añadiendo sintetizadores y metiendo y sacando otras cosas hasta que me fui al Top Studio de Gante, que era un estudio de verdad. A partir de ahí fuimos aumentando en profesionalidad.

—¿Cómo viviste la cultura de los casetes de los 80s? ¿Estabas en contacto con otros músicos?

—Oh sí. Había una comunicación muy activa por todo el mundo entre los aficionados, los sellos especializados en casetes, otras bandas, etc. Tuve una comunicación bastante abundante durante los primeros ochenta. Eso hizo que nuestra música sonase en muchos recopilatorios que aparecieron en casete.

—En 1977, creasteis Micrart como una especie de organización sin ánimo de lucro. ¿Cuál fue vuestra intención al hacerlo?

—Al comienzo, era solo un nombre, una idea de Geert. Era una especie de iniciativa de chavales para agrupar todo lo que hacíamos juntos, pero más tarde la hicimos oficial como ‘vzw’, es decir, lo que en mi país es una organización sin ánimo de lucro. Nos permitía cierta organización como la propiedad de materiales y los derechos de publicación, etc.

—El evento más ambicioso de esa época con Autumn fue Hard Breakfast, ¿nos puedes contar algo más de él?

—Era ambicioso porque eran tres días de conciertos (en tres lugares distintos) con doce participantes y un montón de sintetizadores que no habíamos visto antes. Fue en 1981 y tenía diecisiete años. Una locura. La primera noche, pudimos contar con temas que habíamos compuesto antes e intentamos añadirle algo más usando el equipo adicional. El segundo día estuvo dedicada al material nuevo y esa grabación fue grabada completamente. Que pudiéramos ensayar durante todo el día anterior al concierto, realmente ayudó. Las mejores partes (la mayoría improvisadas) están en ese disco. Tuvimos proyecciones de vídeo, bailarines de jazz, flauta, ¡e incluso un pedal de delay!

—Uno de los aspectos más interesantes de Autumn era la capacidad de improvisación que surgió entre tú y Geert, que comentabas en la anterior respuesta. Algo que, hoy en día, rara vez se encuentra en la música electrónica. ¿La conseguisteis ensayando mucho o era algo natural entre vosotros dos?

—Cuando Geert y yo nos reuníamos, componíamos y grabábamos varios temas en un día. No había producción, edición o ninguna clase de arreglos. Solo nos poníamos a tocar y si estábamos de acuerdo sobre algo bueno, continuábamos con la idea hasta que decíamos: -vale, vamos a grabarlo. Tengo montones de cintas de dos pistas y casetes que están llenas de grabaciones como esas. Con el tiempo, las mejores grabaciones eran seleccionadas y editadas en casete, más tarde en CD y ahora en álbumes online. Hoy en día, de hecho, es problemático hacer esa clase de interacciones ya que todo está concentrado en un ordenador, un tema cada vez. Desafortunadamente es contra-intuitivo. Intentamos solventar eso usando dos ordenadores, así podemos crear nuestras ideas por nuestro lado y transferirlas al ordenador central en el momento adecuado

—Has comentado que el número de casetes repletas de grabaciones de Autumn es enorme, ¿tendremos más material en el futuro?

—Lo dudo. Llevaría mucho tiempo buscar alguna gema oculta que en su momento se me escapase. Pero siempre habrá nuevo material, al menos para TWR. No tenemos la intención de parar. Es solo que el ritmo ahora es un poco más lento porque, obviamente, tenemos también otras cosas que hacer.

—Por esa época conocisteis a Peter Koutstaal quién pasó a formar parte de Linear Movement. ¿Fue él quién añadió una sensibilidad más pop a las bandas?

—No necesariamente. Teníamos los proyectos AutumnTwilight Ritual, y Peter estaba ya involucrado en Autumn, en su última etapa. También era un compañero de instituto y un buen teclista y añadió su parte a los temas. Era realmente yo quién quería hacer algo más popero, mientras que Autumn era muy cósmico/experimental, y Twilight Ritual tenía un gran sentido del arte y de la cultura en sus venas. De hecho, el álbum Not Afraid To Die que fue publicado como Autumn, es un poco esquizofrénico: si le echas un vistazo a la mayoría de los temas, debería haber sido un lanzamiento de Linear Movement. De cierta forma mostró el camino en ese 1982 ya que la mayoría de material de LMO se hizo al año siguiente.

—Otro proyecto curioso fue Meditation Of The Lost, publicado como Autumn con el que diste unos conciertos acompañado de una bailarina de jazz, y en los que la música era más “new age”. ¿Nos puedes contar algo más del concepto detrás de esta otra propuesta?

—Siento decir que no había mucho concepto. Me sentía un poco perdido ya que una chica me había dejado y ¿cómo se sentiría un chico de dieciocho años? Así que, en mi caso, expresé eso tocando música y compuse un montón de temas que finalmente acabaron en unos conciertos: dos actuaciones de cuarenta y cinco minutos en las que iba acompañado solo por una bailarina de jazz que ya había estado presente en nuestro espectáculo Hard Breakfast. De ahí salieron dos CDs, uno con las piezas “pequeñas” y el otro con las versiones en directo mezcladas juntas.

—¿Crees que Experiments With Environments fue la obra maestra, la cima de lo que Autumn era?

—Puede ser, ya que es una colección de temas grabados en, más o menos, un año, y presenta a Autumn en sus múltiples facetas – experimental, muy melódico, tanto con sintetizadores como con guitarras. Es el único disco que no está asociado con un evento específico. Pero es difícil decir que fue la cima de lo que hicimos.

—¿Fue Not Afraid To Die un preludio o una influencia de lo que sería después Linear Movement? ¿O fue grabado al mismo tiempo?

— Sí, como apunté antes fue un preludio aunque todavía no lo sabíamos en esa época.

—Antes de la moda de hacer bandas sonoras para películas, hicisteis una para Metropolis. En el pasado ya habíais grabado música para unas películas de 8mm de Jan Verheyen. ¿Cómo fueron las experiencias? ¿Ayudaron a cambiar vuestra forma de componer? Tuvisteis problemas porque al mismo tiempo se publicó la famosa banda sonora de Metropolis con algunas horribles canciones de Queen y Pat Benatar, ¿verdad?

—Antes de nada, Jan Verheyen, hoy en día, es un exitoso director de cine. En cierto momento llegamos a estar en la misma clase. Estaba en el instituto experimentando y grabando su primera película y tuve la oportunidad de componer música para ella. La mayoría apareció en el disco I Invite. Solo teníamos diecisiete años. Gracias a eso, fui por primera vez a un estudio, que tenía el conjunto más alucinante de sintetizadores. Los puedes escuchar en “Pictures Theme” (adivina a qué película se refiere el título 😉 )

Lo de Metropolis es otra historia. Geert es historiador del arte y estaba fascinado con la escena de cine mudo de los años veinte, con las películas de los expresionistas, de la que Metropolis de Fritz Lang es la cima. Ya que solo existían viejas bandas sonoras muy tradicionales, quisimos asumir el reto de componer y tocar una banda sonora nueva. Cuando tocamos la banda sonora en directo, Jan estaba presente y acababa de llegar de un festival en el que presentaron la versión de Giorgio Moroder con temas de Queen, etc. Estaba convencido de que nuestra interpretación era mucho mejor. Desafortunadamente para nosotros, todos los derechos estaban ahora limitados y no podías tocar más sin el riesgo a alguna multa o de acabar en el juzgado. Nuestro disco se llama ahora Metropolis y ya no lleva explícitamente lo de “banda sonora de”. Muy mal ya que estuvimos unos seis meses preparándolo y eso, más o menos, acabó con Autumn.

—También creasteis un proyecto llamado Twilight Ritual (con el que tocasteis el año pasado en el Ombra). En palabras tuya, la música de TR tiene más espíritu y personalidad. ¿Nos puedes explicar esto?

—Twilight Ritual era la idea de Geer. Juntos hacíamos música sin que nos costase mucho esfuerzo. Pero Autumn tenía un estilo ya que él quería añadir más arte, cultura y cosas alternativas porque sus intereses están en esa dirección. Geert es un historiador del arte, así que eso encajaba bien. TWR somos solo él y yo y tiene un toque especial. Mientras que otros proyectos tienen menos “compromiso” y son libres en la interpretación, TWR busca un carácter y personalidad que estén más presentes en sus trabajos.

—Uno de los álbumes de Twilight Ritual fue publicado por el sello español Auxilio de Cientos, que también publicó algunos de vuestros temas en recopilatorios. ¿Cómo os contactaron? ¿Seguíais la música del sello?

—A través del correo internacional y conversaciones, Javier Marín y yo empezamos a escribirnos, y él quería publicar a TWR en su nuevo sello. Estábamos trabajando en el material más nuevo con Twilight Ritual y eso fue lo que apareció en el disco. En una muestra artística Geert encontró esta fantástica foto del puerto industrial de Gante que acabó siendo la portada. El disco se convirtió en objeto de coleccionismo con el tiempo y estamos orgullosos de ello. Probablemente es lo más singular que TWR haya hecho jamás. Todavía hoy en día comentamos que hubo ciertas personas que fueron influidas por este álbum y comenzaron a hacer música gracias a él. ¡Absolutamente alucinante!

—Después de un tiempo en el que te dedicaste completamente a A Split-Second, volviste a TR. ¿Te parecía la mejor forma de expresar tus ideas?

—Las cosas habían cambiado por motivos prácticos. Geert fue a la universidad en una ciudad, mientras que yo iba en otra. Eso hizo que continuar fuese un poco difícil. Además, tuve que trasladar mi “estudio” de nuevo. Esta vez acabé en el Top Studio de Gante, donde TWR habían realizado algunas grabaciones. Pero ya estaba involucrado con otro compañero de clase, de lo que salió A Split-Second. Acabó siendo tan exitoso que consumió mucho de mi tiempo. Geert todavía estaba involucrado ya que hizo la mayoría de nuestras portadas.

Entre 1990 y 1991, encontré una forma de construir un nuevo estudio, esta vez con material adecuado como una mesa de mezclas inline de 32 pistas y una grabadora de dieciséis pistas de una pulgada. Tener de nuevo mi propio espacio, permitió que TWR pudiese volver. Le dije a Geert que había pasado bastante tiempo, pero que podíamos intentar ver si todavía podíamos hacerlo. Y salió bien. Empezamos a trabajar en nuevos temas que acabaron formando parte de un nuevo disco de Twilight Ritual que se llamó Organic, un álbum con un título bastante acertado. TWR garantiza libertad artística, pero las letras y las melodías son siempre importantes. La libertad puede acabar también en un caos total y TWR no tiene nada que ver con eso. Tiene que tener calidad.

—¿Cómo fue trabajar de nuevo como Twilight Ritual en Organic?

—Fantástico. No podíamos volver a los viejos tiempos ya que la música ha evolucionado tanto como la tecnología. Así que reinventamos la banda y compusimos un nuevo grupo de temas completamente diferentes que finalmente acabaron formando parte de Organic pero siendo todavía 100% TWR.

—¿Tendremos nuevo material de Twilight Ritual en el futuro?

—Seguro. Hay un nuevo disco que ya está preparado para ser publicado ahora mismo. Probablemente sea oficial el 2024.

—El proyecto con el que vas a tocar este año en el Ombra, Linear Movement fue llamado al comienzo Pulse Music, ¿verdad? Con ese nombre publicasteis un casete en el 1982.

Pulse Music fue el título de nuestra primera casete C30, es decir, con quince minutos en cada cara. Eso era con todo lo que contábamos en esa época. Me guardé el título para un álbum posterior.

—Linear Movement fue tu proyecto más pop/orientado a las canciones. ¿Disfrutas más componiendo música experimental o temas pop?

—Personalmente he disfrutado de todos los proyectos que he realizado, ¿por qué los haría sino? Pero aquí está lo importante: hay sintetizadores en todas partes. Crear sonidos es todavía un desafío, pero el desafío mayor es hacer algo valioso con ello. En ese aspecto quería crecer con LMO: composición, producción, arreglos. Todo eso es lo que necesitaba aprender. No es que no lo hiciéramos antes, pero quería enfocarme más en eso yo mismo. Simplemente, fíjate en la complejidad de “Way Out Of Living”. Es bastante diferente del primer material de Autumn, ¿verdad?

—Recuperaste la música de Linear Movement en el 2003 con un recopilatorio publicado en Micrart, un par de años antes de que surgiera todo el interés en la escena minimal wave. ¿Llegaste a pensar que tu música estaría de moda de nuevo en algún momento?

—Para nada. Solamente quería mantener mi viejo material un poco vivo. Quería actualizar la forma en la que la música se compartía. Los discos de vinilos siempre habían sido difíciles, pero ahora se podían hacer CDs ad-hoc y ese fue el camino que tomamos. Es una pena que ya no puedas hacer eso. Pero creemos que allanó el camino para que ciertas personas conocieran la música y fueran fichadas por grandes sellos discográficos. Aunque es algo que nunca pensé que pasaría.

—Aunque supongo que fue el recopilatorio de Minimal Wave lo que os hizo más famosos. Veronica además publicó un disco de Autumn. ¿Cómo os contactó? ¿Colaborasteis en la selección de los temas?

—Creo que me mandó un email. Simplemente eso. Por aquellos tiempos, tenía su programa de radio en el East Village NY, en un lugar en el que tocamos unas cuantas veces A Split-Second unos años antes. Y sí, elegimos los temas juntos, aunque ella era la editora jefa. Parece que tuvo repercusión en la recientemente formada escena “minimal”. Fue una locura ver en una grabación de vídeo cómo sonaba “Night In June” en una discoteca de Costa Rica. Y nadie quería esos temas en los ochenta, ¡alucinante!

—¿Tenéis planeado publicar más material (viejo o nuevo) con el proyecto Linear Movement?

—Es muy tentador, pero todavía no lo sé. La mayoría o todo el material antiguo ya se ha publicado, así que no estoy seguro de qué haremos. Veamos primero cómo sale el concierto.

—Volviendo a tus otros proyectos, a mediados de los ochenta te centraste en A Split-Second. ¿Te ocupaba demasiado tiempo o te habías cansado de tus otros tres proyectos?

—Bueno, en esos momentos los demás proyectos estaban muertos. Especialmente desde que Geert se había ido demasiado lejos por sus estudios. Y además, A Split-Second consumía toda mi energía, aunque también me permitió un rápido crecimiento profesional. Ayudé a componer, producir, mezclar y remezclar. Experimentamos con los más nuevos samplers (la tecnología más moderna del momento) y efectos para hacer interesantes temas para la pista de baile. ¡Y lo logramos! Todo eso me lo llevé a los posteriores trabajos de TWR y Wasteland.

—¿Crees que “Flesh” fue un lanzamiento importante para el desarrollo del New Beat?

—La gente nos dijo que lo fue. Creo que no soy yo el que debe juzgar eso, pero si te consideran uno de los fundadores de único estilo musical famoso de este país, ¿quién soy yo para negarlo? Así que sí, dejó una huella, pero tengo sentimientos encontrados con ello. Solo ahora se le reconoce a A Split-Second por su verdadero valor, aparte del éxito del New Beat de aquellos días.

—Más tarde, tú mismo produjiste algunos singles de New Beat como Pick A Number y New Busters, aunque no te gustaba mucho el estilo, ¿verdad?

—Correcto, ayudé a unos cuantos amigos, participé en algunos proyectos paralelos, “por diversión”, pero nunca me gustó el New Beat. Si quieres mi opinión, era demasiado estúpido.

—¿Cuál es tu material favorito de A Split-Second?

—Esa es una pregunta difícil. Hay un par de temas que sobresalen: por supuesto “Flesh”, pero creo que “Rigor Mortis” es el tema imperecedero. Y por supuesto, “Mambo Witch”, “Firewalker”, “Colosseum Crash”, y “Drinking Sand” son eternas.

—¿Por qué abandonaste A Split-Second?

—Bueno, pasa que la gente difiera en sus visiones de lo que debería venir después y quiere caminos diferentes. Ahora estoy remasterizando los viejos temas y haciendo que, finalmente, estén disponibles en las plataformas de streaming.

—¿Crees que tu otro proyecto, Wasteland, mereció una mejor suerte? ¿Vas a volver a publicar esos temas de nuevo?

—Sí, claro, casi llegamos a lo más alto con Wasteland. Pero desaprovechamos un gran fichaje, lo dejamos pasar y eso fue el final de la historia. Desafortunadamente, porque todavía nos quedaban muchas opciones. Y sí, tengo pensado publicar todos los temas en algún momento. Tengo todos los derechos y también la oportunidad de remezclarlos. Creo que va a ser necesario ya que las viejas grabaciones empiezan realmente a sonar viejas. Y como tributo a mi viejo amigo que murió el año pasado, gran cantante y compositor Alain Allaeys.

—Otro de tus proyectos paralelos es Chayell Zen, con el que, como has comentado, has combinado tu primer amor hacia la música cósmica con tu intención de hacer dormir a niños. ¿Qué más nos puedes contar sobre esto?

—Bueno, eso es algo diferente. Sabes, he escuchado muchas veces que la mayoría de la música que he hecho es visual o que de alguna manera pertenece a una película. Soñar despierto es también algo visual, así que ¿por qué no? Por otra parte, puede que no sea “gratuito”. Cualquiera puede comprar un Mac, lanzar el Logic, y crear un tema soñador. Pero eso no es suficiente. Me gusta que tenga un giro, como un eco totalmente distorsionado sobre un suave piano.

—¿Qué podemos esperar de Peter Bonne en el futuro? ¿Quizás una gira tocando material de Autumn? ¿Quizás para el año que viene en el Ombra?

Linear Movement está planeado para el OMBRA de este año que será en diciembre del 2023. He encontrado a Lieve (que cantó en muchos temas en aquellos tiempos) y tiene ganas de unirse a nosotros de nuevo, y eso va a ser algo realmente único ¡¡ya que no hemos tocado juntos en 40 años!! Después de eso, ¿quién sabe?

—Para terminar, ¿cómo va a ser vuestro concierto en el festival Ombra?

—¡Fabuloso, por supuesto!

Dejar un comentario

* By using this form you agree with the storage and handling of your data by this website.

This website uses cookies to improve your experience. We'll assume you're ok with this, but you can opt-out if you wish. Accept Read More