En una escena tan difícil como la nuestra es muy complicado que una banda prospere y tenga una larga carrera. Por eso es encomiable que una formación llegue a cumplir los quince años sobre el escenario, como hacen este año ITCN, que en este 2024, celebran su década y media siendo una banda “de verdad”. Acaban de publicar un nuevo EP y darán un concierto muy especial el sábado 11 en el festival DarkMad que como su nombre indica, se celebra en Madrid.
—Vuestro nombre viene de Intercliner, una empresa de transporte de mercancías. ¿Qué os llevó a llamaros así?
—Una noche de fiesta nos hicimos una foto junto a una furgoneta de esta empresa, entre risas comentamos que parecíamos un grupo de música y el rótulo de la furgoneta fue el que nos bautizó. Para más glamour te diré que la empresa no era de transporte sino de limpieza, afortunadamente, al tiempo, uno de los que aparecíamos en la célebre foto (Albert S.) tuvo la brillante idea de abreviarlo y transformarlo en ITCN.
—Víctor, empezaste tu carrera musical como DJ, ¿verdad? ¿Qué pinchabas entonces?
—Así es, aunque ya ha llovido o incluso nevado mucho desde entonces. Eran los comienzos del año 92 cuando empecé a pinchar en el mítico Brujas de Madrid. En función de la hora pinchábamos un poco de todo aunque en el tiempo que estuve pinchando allí, el 90% era básicamente Gothic Rock, vamos el Siniestro de la época… The Cure, Sisters, Mission, Bauhaus, Nephilim, Christian Death… Luego vinieron otras salas y todavía de vez en cuando pincho en algún “after show” pero cuando pincho ahora suele ser todo electrónica.
—¿Cómo se os ocurre formar la banda? He leído que empezó como una broma entre amigos en una noche de farra. ¿Nos podéis contar más?
Tras la fatídica foto junto a la furgoneta de Intercliner, decidimos continuar la broma y darle bombo en algunos foros y en MySpace, pero la realidad es que era un proyecto ficticio, un “fake” en toda regla. En la página que creamos de MySpace colgábamos cuatro loops mal pegados para que pareciera algo serio, hasta que un día decidimos subir el nivel y meter voces a los loops y así fue como nació nuestro primer tema “Mindless”.
—Vuestros primeros temas tuvieron cierta repercusión. La primera demo fue publicada por una revista alemana y la segunda apareció en un recopilatorio del colectivo Gente Gótica. ¿Creéis que antes era más fácil conseguir algo de repercusión internacional que ahora que, en teoría, estamos más conectados? ¿Vendéis muchos discos fuera de España?
—Sorprendentemente este primer tema “Mindless” fue el que se incluyó en un CD de Synthetic Magazine, una revista alemana que si te soy sincero tenía una muy reducida tirada, no creo que vendieran muchas más de las dos o tres que compramos nosotros, pero aun así fue todo un subidón.
En cuanto a la repercusión, nacional o internacional, creo que es más fácil hoy que hace 15 años. La industria musical dio un giro tremendo hace ya bastante tiempo con el boom del mp3 y el P2P, desde entonces se han desarrollado múltiples plataformas y medios que hacen que desde el sofá de tu casa puedas conseguir que alguien en la otra punta del mundo pueda escuchar tu música. Es verdad que hoy en día que, como bien dices estamos más conectados, la capacidad de atención es menor, pero aun así considero que hoy es más sencillo.
Recientemente hemos conseguido sobrepasar el millar de oyentes en Spotify, hace 15 años pretender que nos escucharan 1.200 personas desde Singapur a Canadá, hubiera sido imposible.
Hilando con esto, los formatos físicos están totalmente en desuso, por una moda nostálgica el vinilo e incluso el cassette han resurgido y supongo que también por nostalgia seguimos sacando nuestros trabajos físicamente. Nuestro único punto de venta internacional es la web de “Poponaut”, las ventas son mayores que en España, pero básicamente generan para cubrir los gastos de las ediciones y poco más.
—Habéis comentado que os influye toda clase de electrónica, y habéis nombrado discos de bandas como Depeche Mode, And One o Necessary Response como vuestras favoritas. ¿Qué clase de electrónica os gusta en estos momentos? ¿Algún artista que os haya sorprendido especialmente últimamente?
—Los tres tenemos gustos musicales en común pero también otros muy dispares, grupos como Depeche Mode o And One que nombras y unos cuantos más son afines a los tres, pero luego Julio puede entrar en bucle con Kite, Julián con Blume y yo con Orange Sector por ponerte un ejemplo cualquiera. Es cierto que la mayoría de lo que escuchamos y nos gustan está dentro de un mismo paraguas, pero dentro o incluso fuera de ese paraguas la influencia puede acabar viniendo de cualquier lado.
En mi caso últimamente estoy escuchando más EBM, pero esto va por rachas y estados de ánimo, mañana me puede dar el punto y pegarme dos semanas escuchando únicamente a Spandau Ballet.
En cuanto a sorpresas agradables… probablemente por culpa mía llevo una racha en la que no descubro nada que me haga levantarme de la silla, pero por citarte alguno, Priest de vez en cuando me han dado alguna sorpresa positiva. hace poco Julio me comentó también acerca de Zola Jesus.
—Todos vuestros temas son muy bailables. ¿Es una parte de la composición que cuidáis particularmente?
—Sinceramente no me había parado a pensarlo nunca, pero creo que nos sale de manera natural. Alguna vez hemos estado dándole vueltas a un medio tiempo y sin darnos cuenta se ha ido a 130 BPM’s. Supongo que es lo que todavía nos pide el cuerpo.
—La música de ITCN se mueve entre los mundos de la EBM, el electro dark y el synth pop. ¿Te identificas más con alguno de estos géneros o son los tres parte de tus influencias al igual?
—Como comentaba antes, todo lo que escucho o escuchamos es susceptible de dejar una impronta. Los tres géneros son mayoritariamente la base de ITCN, aunque en ocasiones incluso detalles de producción de géneros totalmente opuestos te pueden dar ideas. En mi caso últimamente tiro más al EBM, pero eso no quiere decir que el próximo disco tenga que ser Old School… o sí… ¿quién sabe?
—Subisteis al escenario por primera vez en un concierto de Debod, que eran amigos vuestros y también os remezclaron. De eso hace quince años ahora. ¿Cómo fue la experiencia de ese concierto?
—Por culpa de Debod (que más tarde acabarían formando parte de ITCN) se cerró la etapa de la “fake band”. Julio y Jose fueron los responsables de hacer que metiera voces a los loops prefabricados del primer “Mindless” y con el clásico “no hay huevos” obligarme a dar muchos pasos que de otro modo no hubiera dado.
Minutos antes de subirnos al escenario, Julián y yo estábamos a punto de salir corriendo, pero para ser la primera vez que hacíamos esto en directo creo que estuvimos relativamente dignos. Tocamos sólo tres canciones, pero se nos hicieron eternas. Nos bajamos del escenario jurando que una y no más y míranos ahora, quince años después seguimos buscando cualquier excusa para tocar en directo.
—Os habéis auto producido todos los discos desde el EP inicial Attack! ¿Es duro ser una banda autoproducida? También os encargáis de la promoción, ¿verdad?
—En el panorama en el que ITCN se ha desarrollado, encontrar una discográfica era una labor muy complicada y lo que tenía claro era que las canciones no iban a envejecer en un cajón sin ver la luz así que era autoproducirse o frustrarse por no decir morir.
Afortunadamente, Julio tiene un don especial para la producción (aparte de para otras cosas) y suple la falta de medios técnicos que un estudio profesional nos puede ofrecer.
Efectivamente autoproducirse, autoeditarse y autopromocionarse es duro, no te encargas de componer canciones y ya está, hay una labor detrás que en ocasiones te hace emplear más tiempo que en la propia música, pero lamentablemente es el pan de cada día de todas las bandas minoritarias.
Curiosamente para el último disco Survivor surgió la oportunidad de firmar con dos discográficas, pero en el último momento se decidió no romper con las tradiciones y volver a autoeditarlo.
—Para el décimo aniversario de vuestro primer EP lo volvisteis a grabar. ¿Queríais grabarlo con más medios o solo modernizar el sonido?
—Básicamente hacer algo especial con motivo del aniversario y aprovechar para modernizar el sonido. Debo decir que la idea era también grabar las voces de nuevo, pero por una serie de circunstancias no se pudo hacer en ese momento. Quién sabe si para el 20 aniversario se vuelve a abrir ese melón…
—Vuestro segundo disco, Fight! fue publicado en el 2015. Con títulos como ese y “Nation” intentabas expresar tu filosofía vital. ¿Crees en el poder de cambiar a la gente a través de la música?
—Por supuesto que creo que la música puede cambiar a la gente, ¿es la intención de ITCN? No. Ni me creo ni me veo en la posición de tener esa capacidad, sería demasiada responsabilidad si así fuera. Como mucho el conseguir que alguien analizando una letra le pueda dar una vuelta o una pensada, pero, por suerte o por desgracia, no creo que tengamos ese poder.
—En una entrevista comentabas que te inspirabas en la gente y sus obsesiones a la hora de escribir las letras. ¿Qué clases de comportamientos o mentalidades te inspiran?
Esto suena más profundo de lo que realmente es y va a ser la primera vez que lo destripe en profundidad, aunque la respuesta pueda hasta decepcionar porque es mucho más simple y sencillo de lo que parece.
Una obsesión no deja de ser una idea fija o recurrente. ¿Qué nos ronda por la cabeza de modo fijo o recurrente?
La respuesta abre un abanico infinito, múltiples respuestas por cada ser humano.
Las más frecuentes pueden ser las relaciones personales, la vida, la muerte, el amor, el desamor, el odio, el éxito, el fracaso, el sentido de nuestra existencia, fobias, miedos… pero además están vivas y según el momento o el lugar varían incluso en función del entorno: guerra, política, pandemia…
Puedes encontrar una letra de ITCN que hable de guerra o genocidio o acoso y otra de la necesidad de conseguir “likes” en las redes sociales. En definitiva y parafraseando a Mr. Gore todo va “about the world we’re living and life in general”.
—En Epilogue metiste cinco temas nuevos, tres remezclas y tres versiones. ¿Por qué el nombre de epílogo, pensabais dar carpetazo al proyecto con ese disco?
—En aquel momento hubo repetidas ocasiones en las que el dar carpetazo era una opción. Afortunadamente acabó siendo un punto de inflexión por lo que el considerarlo un epílogo también resultó acertado.
—En Refurbish me llama la atención que llamasteis a varios temas a base de adverbios interrogativos. ¿Cómo surgió esto?
—En Epilogue aparecía un tema titulado “Why?” y para el primero que surgió en Refurbish el mejor título posible era “What?” y para el segundo “When?” tampoco le iba mal, así que no nos hizo falta mucho para tirar por la calle de en medio y cerrar el círculo componiendo incluso un segundo “Why?” para el disco.
Cuando creíamos haberlo cerrado, Nacho, un amigo nuestro nos dijo que nos faltaba “Which” así que, gracias a él, el disco acabó teniendo un tema más.
—”Where” tiene unos coros gregorianos y unos toques de este estilo. ¿Cómo os surgió la idea de probar algo así? ¿Escuchando a Enigma?
—La idea fue de Julio, quería romper la estructura o la tendencia de la canción y con uno de esos argumentos imposibles de rebatir… “¿qué nos impide hacerlo?”
De las opciones que probamos, el gregoriano era la que mejor encajaba, pero podría haber sido también un aria o ruido ambiental de tráfico. Teóricamente no tuvo nada que ver Enigma, aunque ahora que los nombras tal vez consideramos que era lo que mejor encajaba porque nos sonaba familiar.
—Con la publicación de Refurbish pedisteis a la gente que se bajase el disco una donación para Cruz Roja Española para afectados por el Covid. Algo realmente ejemplar. ¿Crees que en el mundo de la música debería haber más comportamientos como este?
—El disco lo teníamos preparado a falta de la fabricación de los CDs cuando estalló todo, así que otra vez más decidimos no dejarlo envejecer y lanzarlo en ese momento. La situación entonces en España era dramática, tanto por la cantidad de casos Covid como por el confinamiento. Quisimos pensar que podíamos aportar algo positivo a ambas situaciones. No recuerdo el importe exacto, no sería mucho más de 300 €, nos hubiera gustado que hubiera sido más, evidentemente, pero fue de agradecer, y mucho, la respuesta de nuestros incondicionales aportando en algunos casos más de lo que un simple CD podía costar.
En cuanto a si debería haber más comportamientos similares, por supuesto, aunque ya los haya por parte de algunos artistas, eso nunca está de más.
—En vuestro último disco, cada tema viene precedido de un año en el que pasó algo importante. ¿Cómo elegisteis este concepto para el disco?
—Surgió por una mera concatenación. Después de la pandemia estaba ya decidido que el disco se iba a titular Survivor, el primer tema compuesto precisamente fue “Baggage” que estaba almacenado en una carpeta nombrada “2020” con otros proyectos de ese año, el resto vino sólo… únicamente quedaba decidir qué etapas, situaciones o acontecimientos elegir.
Una vez seleccionados, he de reconocer que a nivel lírico ha sido el disco más sencillo de componer por mi parte.
—Comentabas cuando publicasteis el primer disco que tú te encargabas de la composición. En el último tenemos temas compuestos también por Julio, ¿Trabajáis más ahora juntos en cuanto a arreglos o composición o cada uno por su cuenta?
—Desde Epilogue Julio está aportando también en el ámbito de la composición. En los tres últimos trabajos han entrado dos temas suyos por disco y la verdad es que, en mi opinión, con mucha más calidad que los míos, lo que ha ido provocando que el listón fuera subiendo con cada trabajo.
Normalmente en la composición trabajamos cada uno por nuestra cuenta, vamos compartiendo lo que vamos haciendo y vamos opinando o decidiendo si el enfoque es acertado o no. Es ya para la fase final de la producción cuando nos sentamos todos y finiquitamos los temas.
—El año pasado teloneasteis a China Crisis, un grupo un poco alejado de la escena dark en la que normalmente tocáis, ¿cómo fue la experiencia?
—Contra todo pronóstico fue espectacular. Desde el primer momento pensamos que no íbamos a encajar bien precisamente por lo que comentas, pero hay que reconocer que el público estuvo entregadísimo y con muy buena actitud, sinceramente uno de los mejores conciertos que recuerdo. Al acabar el concierto Eddie nos felicitó y nos dijo que le habíamos recordado a un grupo alemán de su época que se llamaba D.A.F.
¡¡¡No nos cabía una paja en el culo!!!!
—Vuestro último trabajo es un EP con versiones de The Cure, Depeche Mode y And One y un tema original, titulado “XV”. En este tema cantas: “ We had a lot of fun pretending to be a band”. ¿Cómo definirías estos 15 años? ¿Principalmente diversión?
—En la canción “XV” hago un breve repaso de nuestra historia, evidentemente desde mi personal punto de vista. La frase que citas corresponde justo a los orígenes de ITCN, cuando entre bromas fingíamos ser una banda.
Después de todo este tiempo seguimos en esto por pura pasión, los ingresos que hemos podido generar no han servido ni para cubrir la décima parte de lo que hemos invertido en tiempo, equipamiento o cualquier otro tipo de gastos. Es por ello que si no nos divirtiéramos no lo haríamos.
A pesar de ello siempre hemos intentado ser lo más profesionales posible. Con el tiempo lo somos más que antes, claro está, pero eso no quita que no nos divirtamos haciendo lo que hacemos.
—Habéis grabado unas cuantas versiones de Rammstein a Depeche Mode, DAF, Kraftwerk, The Cure o Nitzer Ebb. ¿Para vosotros es una forma de pagar tributo a una banda que os gusta? ¿Hay alguna versión que os gustaría hacer en el futuro?
—Bien para disco o para directo, las que nombras y unas cuantas más…
Como bien apuntas es nuestra forma de pagar tributo a bandas que nos gustan o que admiramos.
Bajo esta premisa todavía nos quedarían unos cuantos por tributar. Me encantaría versionar a Ultravox o Peter Murphy o Alphaville por nombrar algunos, pero tienen un registro vocal sumamente complicado.
Para XV acabamos de grabar tres… veremos cuál es la siguiente, todavía no lo tenemos decidido.
—Dieciséis años después todavía estáis aquí ¿Cómo veis que ha cambiado la escena? Mucha gente se ha quedado en el camino ¿no?
—Creo que la escena, más que cambiar como tal lo que ha hecho ha sido envejecer, y eso provoca que nos hemos vuelto más cómodos en todos los sentidos y por ende apenas se arriesga. Fiestas Remember de salas cerradas hace 20 o 30 años, los mismos clásicos una y otra vez, las mismas bandas de siempre en directo… Afortunadamente hay excepciones que ofrecen otras propuestas y bandas, como puede ser el mismo DarkMad de este año, sin ir más lejos, pero no suele ser lo habitual.
En este entorno es normal que haya bajas. Hablamos de estilos musicales minoritarios, sin apenas apoyo lo normal es frustrarse y tirar la toalla. Es una pena porque hemos tenido proyectos muy interesantes a nivel nacional pero es totalmente comprensible.
—¿Qué pasa con Uncover el proyecto de Julio?
Afortunadamente sigue en marcha, para finales de año debería tener un nuevo trabajo en la calle. He tenido la suerte de escuchar algunas cosas en las que está trabajando y tiene muy buena pinta, no voy a desvelar nada pero en lo que he oído hay una evolución muy sorprendente, para bien, claro.
—Este año es vuestro decimoquinto aniversario del primer directo, ¿qué planes tenéis aparte del concierto y del EP?
—EP, concierto y trabajar en el próximo disco.
Nos gustaría salir de España pero es algo complicado que no depende únicamente de nosotros.
—¿Qué podemos esperar de vuestro concierto en el DarkMad?
—Le doy la vuelta a la pregunta y te contesto lo que esperamos nosotros… que el público disfrute y se lo pase bien, así que de nosotros se podrá esperar todo lo que esté en nuestras manos para que eso ocurra. Eso y un setlist lleno de melocotonazos, por supuesto.