Conocí a Algiers gracias a un pequeño festival de invierno, que organizaban los del Primavera Sound, en el que tocaban “bandas promesa”. Ellos fueron los absolutos ganadores de la segunda edición (en la que también estaba el genio del piano Lubomyr Melnyk) y tuvieron además la oportunidad de tocar en la edición primaveral del festival. Desde entonces, han publicado tres enormes discos y cimentado una merecida reputación en directo. Hemos hablado con Lee Tesche para conocer algunos detalles de tan singular formación. Estarán tocando mañana en el festival belga Sinner’s Day que tendrá lugar en la ciudad de Ostende.
—Aunque ya no estas viviendo en Atlanta, la banda siempre ha estado conectada a vuestra ciudad natal. ¿Cómo recuerdas vivir allí? Algunos de vosotros habéis dicho que no había escena y que fue solamente cuando dejasteis la ciudad que bandas como Deerhunter se hicieron famosas.
—Lee: Pasé la mayor parte del tiempo allí. Más que los otros, que se largaron rápidamente después del colegio. Estuve muy activo en la escena musical, tanto con Ryan y Franklin y luego continué cuando se fueron. Siempre ha habido una increíble escena musical en Atlanta. Creo que nuestro criticismo puede haber estado dirigido a la escena punk y diy que se desarrolló durante nuestros primeros años, ya que daba la impresión de ser muy exclusiva e insular. Nuestra banda, en aquellos tiempos era bastante rara y tenías que encajar en cierto molde para ser aceptado o conseguir conciertos. Eso creó un montón de bandas y músicos marginados y la mayoría de esa gente continuaron hasta que hicieron cosas más grandes, como los anteriormente citados Deerhunter. Aunque la escena de hip hop, en esos momentos, era vibrante e innovadora a nivel mundial. Pero simplemente no había mucha polinización cruzada entre ambas escenas. Hay un montón más ahora. Un montón de personas haciendo cosas interesantes.
—Ya que os llamáis Algiers, me gustaría preguntaros si habéis visto la película La batalla de Argel. Y a propósito, ¿cómo llegó la historia de la lucha en Argel a vuestras vidas?
—¡Sí! Es una de nuestras películas favoritas. Ryan estudia historia y fue la persona que nos introdujo en un montón de esas cosas. Él tenía el concepto y el nombre para la banda desde el comienzo.
—Ryan y tú, Lee formabais parte de una banda en Atlanta antes de que se fuese de la ciudad. ¿Me puedes contar algo más de ella? Se llamaba The Partisan, ¿verdad? Franklin era fan, según tengo entendido.
—Sí, es una banda que funcionó durante bastante tiempo. Hubo mucha gente en esa formación. Estuvimos influidos por Ornette Coleman’s Double Quartet y la banda de Dischord Black Eyes. Intentamos hacer dos secciones rítmicas en un contexto de punk rock. ¡A veces funcionaba! Fue definitivamente una influencia en cómo enfocamos esta banda. Franklin siempre venía a nuestros conciertos y era un gran fan. Cuando la banda se acabó, nosotros tres decidimos tocar juntos.
—Estabas interesado en la música que publicó SST y Dischord. Supongo que Minutemen pudieron ser una influencia en vuestra forma de combinar géneros musicales, mientras que del sello de Washington os pudo llegar la importancia del mensaje dentro de la música. ¿Estás de acuerdo con esto?
—Sí, esa es una buena comparación. Crecí obsesionado con la escena musical de DC y Dischord y estoy muy feliz de que conectara conmigo en una época tan impresionable. Definitivamente ha alimentado cómo percibo el operar dentro de la industria musical y cultural y cómo presentar tu arte en tus propios términos. Ha sido muy importante.
—Me gustaría preguntaros sobre dos bandas, la primera Throbbing Gristle, a los que habéis nombrado como influencia, la segunda ONO, famosos por mezclar gospel con industrial. ¿Cómo llegaron a influir en el sonido de Algiers?
—Las dos han sido grandes influencias sónicamente, pero con ONO con el tiempo nos hemos hecho amigos y todos ellos son gente maravillosa. Travis y P Michael son, simplemente, unos seres humanos increíbles que realmente hacen un arte innovador en una etapa más tardía de la vida. Ambos son buenos cocineros también.
—El primer single de la banda, Blood, fue publicado en el 2012, aunque el disco completo no llegó hasta el 2015. ¿Cómo fueron las cosas en los años durante esos años que no publicasteis nada?
—Estuvieron llenos mayoritariamente con otras cosas. Los tres estábamos todos trabajando a tiempo completo en oficinas y sólo nos podíamos dedicar a la música cuando teníamos algo de tiempo libre. Las cosas simplemente tardaron más tiempo. Firmamos con Matador al final del 2013/comienzos del 2014, así que en el periodo entre ese momento y la publicación de Blood, estuvimos simplemente escribiendo canciones. Creo que teníamos unos cinco o seis temas en los que trabajábamos. Un par de ellas no aparecieron hasta The Underside of Power.
—La banda ha quitado todos los aspectos religiosos del gospel y lo ha vuelto una forma de expresar vuestras ideas políticas. Aunque es verdad que la política y la religión están a veces demasiado cercanas. ¿Piensas que usar una forma de expresión como el gospel puede hacer vuestro mensaje más fácil de digerir?
—No, nada de eso es consciente. Todos nosotros hemos crecido con toda clase de estilos de música diferente, pero los cimientos de todo el Rock n Roll y R&B es el gospel y el blues y las canciones de trabajo y cosas como esas. Así que es algo que escucho en un montón de otros grupos y en música comunal. Puedes argumentar que tanto el punk como el hardcore comparten un montón de los mismos conceptos de comunidad y liberación.
—La banda se ha movido en territorios más electrónicos en temas como “Irony. Utility. Pretext.” o “Walk like a Panther”, habéis usado manipulación de cintas y confesado tener influencias de la música concreta. ¿Cómo llegasteis a este estilo de música y qué encontráis interesante en él?
—La raíz de esos temas está en el hip-hop. Eso es más o menos a lo que todo se remonta. La música experimental más temprana que escuchábamos es hip-hop. Es una extensión de la música concreta y la tape music. Samplear, la técnica de los cut ups y los sonidos encontrados, todos ellos usados para crear canciones, contar una historia. Todavía está en vanguardia de las producciones en estudio más experimental y rompedora.
—En el EP, Mute Sessions, en cambio, habéis quitado las partes electrónicas. ¿Qué querías logra? ¿Intentar ver cómo sonaban los temas “desnudos”?
—Realmente ya habíamos grabado un set para la serie Tiny Desk Concert de NPE que nunca vio la luz. Fue en nuestra primera gira por los Estados Unidos y estaba planeado para la mañana tras nuestro segundo o tercer concierto. No estábamos acostumbrados a tocar todas las noches y en ese momento estábamos muy cansados y no tuvimos la oportunidad de ensayar lo que estábamos haciendo. Así que nos quedamos casi media hora en el recibidor planeándolo con los instrumentos que tenían en la oficina junto a un par de cosas de nuestra furgoneta. La actuación de esa mañana no fue fantástica ya que la voz de Franklin todavía estaba resentida de la noche anterior. Pero la ideas que tuvimos en ese momento estaban muy bien, así que tomamos un poco de tiempo de nuestro programa más tarde para documentarlas en el estudio.
—Supongo que las dos giras más importantes (al menos en términos de visibilidad) fueron con Interpol y Depeche Mode. ¿Cómo te sentiste tocando en estadios? ¿Cómo reaccionó el público?
—Esos conciertos fueron estupendos. Los que tocamos con Depeche Mode. Los que hicimos con Interpol también lo fueron, pero esa fue nuestra primera gira y todavía estábamos aprendiendo qué hacer, así que fue otra cosa completamente. En esos momentos, todavía no habíamos publicado nuestro primer disco. Fue una gran experiencia de aprendizaje, pero recuerdo estar un poco nervioso. La gira con Depeche Mode fue divertida porque ya tocábamos realmente bien en esa época, así que nos sentíamos confiados. Los escenarios de los estadios eran peculiarmente estériles, así que costó acostumbrarse. Tocar en nuestros días libres para una audiencia de club pequeño fue mucho más íntimo e intenso. Pero la banda y su equipo nos trataron muy bien. No puedo decir suficientes cosas buenas de ellos. Todos estuvimos muy tristes cuando nos enteramos de que Andy Fletcher había fallecido hace unas semanas. Tanto él como su familia fueron muy amables con nosotros durante la gira.
—En el 2016, hicisteis una interesante gira que formó parte de la serie Burn To Shine con el volumen dedicado a Atlanta. ¿Cómo fue la experiencia? Además tú fuiste el curator ¿no? Una de las curiosidades de la serie es que se rueda en un edifico que al final acaba siendo demolido. ¿Fue difícil encontrar el edifico adecuado?
—Esta fue una experiencia surreal y que toca de pesada algunas de las cosas que has mencionado antes. Conseguí trabajar con unos de mis héroes de adolescencia, Brendan Canty de Fugazi. Antes comentaba cómo de influentes fueron Dischord y DC para mí y una parte enorme de eso fue la música y política de Fugazi. Fue además una oportunidad de verter algo de luz sobre todas esas bandas que estaban funcionando en ese particular momento de la historia de Atlanta y estaban apenas empezando a ser reconocidas. Y sí, nos costó bastante encontrar la casa. El proyecto se retrasó siete años después de que encontrásemos la casa, el negocio inmobiliario colapsó y la demolición se tuvo que retrasar por un largo tiempo.
—Me gustaría preguntaros, para terminar, sobre Nun Gun, un proyecto tuyo en el que también encontramos a Ryan y al artista visual Brad Feuerhelm. ¿Cuál es vuestro método de trabajo, primero la música y luego la parte visual? ¿Al revés?
—El proyecto es completamente conceptual y tuvimos primero el concepto y luego Brad editó las imágenes. Así que teníamos una narrativa completa que construir antes de que empezásemos a hacer los sonidos y la música. Luego, todo se convirtió en trabajar dentro del proceso que antes habíamos definido, que era samplear partes de películas y bandas sonoras y ralentizarla de forma similar al realizado por el linaje de Houston y JD Screw. Esas bandas sonoras eran fantásticas pero las películas problemáticas, así que era inteligente el jugar con esas ideas pero subvirtiéndolas.