Enzo Kreft grabó dos casetes de minimal wave a comienzos de los ochenta que acabaron siendo obras de culto y reeditadas en el 2016. Desde entonces ha reactivado su carrera con tres nuevos discos, muy recomendables para cualquier amante de la electrónica. Estará tocando en el W-Fest el 22 de mayo, en el Olivier Daout Stage. Nosotros no nos lo vamos a perder.
—¿Cómo surgió tu nombre artístico (lo siento si has tenido que responder esto varias veces) ¿Nunca has tenido miedo de ser confundido con un cantautor italiano?
—Encontrar un seudónimo fue el punto de partida simbólico para mi proyecto musical. Quería un hombre que apelara a la imaginación. Justo desde el comienzo tenía en mi mente el nombre Enzo, no me preguntes por qué… Uno de mis antiguos amigos usaba continuamente la palabra en dialecto ‘kreften’, que significa gruñón y siempre me sonó muy graciosa. Una vez, después de salir de marcha, de repente lo supe: ¡Enzo Kreft! Me gustaba, me sonaba bien, un poco italo-germánico, tipo krautrock. Así que no tengo miedo de ser confundido con un cantautor italiano 🙂
—¿Qué nos puedes contar de la portada de tu primera casete, Me Is! publicada en 1983? Es realmente icónica. Toda la parte gráfica la hacías tú, ¿verdad?
—Si, la hice. Hago esto con todos mis discos. En ese periodo, comienzos de los ochenta, no podías hacerte selfies con la misma facilidad con la que puedes ahora, así que le pedí a un buen amigo que viniese y me sacase fotos mientras yo dirigía el evento. En ese periodo, había comprado un abrigo negro en una tienda de segunda mano y quería llevarlo durante la sesión de fotos. Tuvo la idea de ser fotografiado mientras estaba tumbado en el suelo, como una persona ya fallecida. La foto fue tomada en el pasillo del apartamento donde vivía. Todavía tengo ese famoso abrigo y ¡me lo pongo durante los conciertos!
—¿Qué equipo usaste para grabar ese disco?
—Te lo puedo asegurar: ¡era muy primitivo! Usé una Yamaha CS01 (un pequeño monosintetizador analógico), una caja de ritmos Sound Master SR-88, una máquina generadora de delays Boss DM-100, una guitarra eléctrica barata, un viejo micrófono, una mini mezcladora Sound Master y dos grabadoras de casetes. Todo tocado manualmente, no se usaron secuenciadores…
—En este disco, hiciste una versión de The Human League, ¿Qué otras bandas electrónicas de principios de los ochenta escuchabas? ¿Quizás Fad Gadget?
—Escuchaba a muchos artistas y bandas. Para mencionar algunos: Kraftwerk, David Bowie, Gary Numan, John Foxx, Dark Day, Jeff and Jane Hudson, Fad Gadget, Cabaret Voltaire…
—Cicatrice (1984) parece mucho más profesional y tiene un tema, “Something’s Coming.” que podría haber sido un éxito. ¿Cómo fue recibido en aquellos días? ¿Era difícil que te hicieran una crítica de uno de tus discos en un fanzine o en una revista de música?
—Por aquellos tiempos ni siquiera sabía si había fanzines o revistas musicales. Simplemente hacía mis cosas, todo pasó en una escala pequeña. Mis cintas solo eran conocidas por pocas personas, especialmente en el circuito underground, y ocasionalmente las pinchaban algún amigo DJ en fiestas pequeñas. “Something’s Coming” no fue un tema muy conocido en aquellos días. De todas formas, no me importaba mucho, estaba particularmente encantado con poder hacer música en mi pequeño estudio casero.
—Esta música está basada en el sistema de overdubbing, dice tu segundo casete. Verdaderamente ¿qué querías decir con esto?
—Grababa mis temas capa a capa. Cada nueva capa era mezclada en la cinta donde había grabado las capas anteriores, desde una mesa de mezclas a una segunda cinta. Y así continuaba. Normalmente terminaba con la grabación de las voces.
—¿Tocaste en directo en los ochenta?
—Sí, lo hice, pero no con mi proyecto Enzo Kreft. Participé como teclista en varias bandas locales en los ochenta y toqué en directo con algunas de ellas.
—¿Por qué no publicaste más música en los ochenta después de estos dos discos?
—Para ser honesto, no tuve la necesidad. Me estaba divirtiendo con algunas bandas y tenía además un proyecto con mi primo: grabamos un montón de temas en mi estudio casero, todo sonaba bastante experimental, pero nunca lo publicamos… quizás lo haga más tarde, nunca se sabe.
—En unas entrevistas has dicho que algunos temas no estaban lo suficientemente elaborados, pero ¿no crees que eso es parte de su encanto?
—Algunos de los temas antiguos podrían haber estado, de hecho, más elaborados. La imperfección era, a menudo, debida a una falta de posibilidades técnicas. Comprendo, ¡que esta imperfección puede tener su sentido también!
—¿Estabas interesado en la música belga de los ochenta? ¿Te interesaba la EBM o el New Beat?
—Conocía la EBM bastante bien y escuché un buen número de las bandas al comienzo, como Front 242, The Neon Judgement… El New Beat se me escapó un poco. El primer New Beat, menos famoso, me pudo fascinar, pero cuando el género se hizo demasiado comercial, lo dejé.
—¿Cómo fue tu vida después de esos años? Seguías en el mundo de la música, ¿verdad?
—Después de los ochenta, seguía, de hecho, haciendo música, pero no con mi proyecto Enzo Kreft. Fue, principalmente, un periodo de experimentación, de búsqueda de nuevos sonidos. Estaba también fascinado por el aspecto cinematográfico de la música e hice un número de piezas instrumentales. Durante esos años, también me expresé creativamente a través de otros canales: dibujé mucho, pinté, hice aguafuertes, esculpí e hice vídeos. La música, mi primera gran pasión, nunca estuvo lejos. Todavía oigo música cuando estoy creando imagines y veo imágenes cuando estoy haciendo música.
—Creaste tu sello ZAK en los ochenta y Enzo Kreft Music en los 2010s para publicar tu música. ¿Cómo ha cambiado la auto edición en estos años?
—Siempre he preferido un enfoque DIY. Quiero ser independiente y mantener el control artístico en mis grabaciones y canciones. Ese sello, ZAK, no era un sello oficial, solo un nombre divertido que inventé y para mí, más me parecía una declaración de intenciones de que era un disco auto editado. Con el sello Enzo Kreft Music de los 2010s las cosas realmente han cambiado un montón, ¡internet ha hecho las cosas mucho más fáciles! Como un artista DIY, tienes la posibilidad de distribuir y vender en Internet, puedes informar a la gente de nuevos proyectos y eventos, ¡esto era inimaginable en los ochenta!
—Tu vuelta como Enzo Kreft, fue en parte, gracias al recopilatorio Dark Matter. ¿Quién eligió los temas? ¿Vamos a tener alguna vez una reedición de los dos discos completos (En el recopilatorio falta la versión de The Human League de Me is!, supongo que por temas de derechos de autor).
—Seleccioné los temas con Lieven De Ridder, el propietario del famoso sello Walhalla Records en el que se publicó Dark Matter. No sé si habrá reedición de los dos discos que salieron en casete, me han preguntado eso muchas veces y todavía tengo que pensármelo. “Being Boiled” no apareció, de hecho, por temas de derechos de autor.
—Hablando del oscuro futuro que describes en tu música, ¿crees que está más cerca ahora que en los ochenta?
—¡Definitivamente! Estamos viviendo una época extraña… las cosas se han vuelto incluso peor. Siento la necesidad de expresar mi insatisfacción con la forma en la que los líderes hablan en el nombre de la democracia, pero abusan de su poder y se convierten en extremadamente peligrosos. Quiero escribir canciones sobre la forma en la que las masas son engañadas, como si la humanidad no aprendiera nada de la historia. Tenemos que lidiar con cambios climáticos, el miedo a la aniquilación, con la posibilidad de un mundo distópico en el que la humanidad se convierta en un esclavo de la tecnología, etc.
—¿Cómo surgió la idea de sacar un nuevo disco en el 2016 y cómo fue trabajar en él?
—En el 2015, De Ridder el propietario de Walhalla Records, me propuso reeditar mi música de los años ochenta en el recopilatorio en vinilo Dark Matter. En esos momentos, me motivó a comenzar de nuevo con el proyecto Enzo Kreft. No tardé mucho en escribir nuevos temas. Por esa razón Turning Point, estaba terminado poco tiempo después de la aparición de Dark Matter. Trabajar en el nuevo disco, fue un objetivo y un reto para mí. Por una parte, estaba música y temáticamente buscando una conexión con mis discos de los ochenta, por otra parte, quería que fuese un disco actual, relevante con los tiempos presentes.
—Wasteland del 2017 fue un disco conceptual basado en el concienciarse con el cambio climático. ¿Cómo sueles trabajar en estos casos? ¿Buscan primero el tema y luego compones la música o al revés?
—Desde el comienzo, tenía la idea de hacer un disco conceptual sobre este tema. No tengo un sistema fijo o un guion para escribir mis temas. Normalmente las cosas suceden de una forma muy intuitiva. Algunos temas están precedidos por un periodo de pensarse las cosas, algunas veces tengo una idea concreta de pronto. Hay letras que sirven de base para la música y hay piezas musicales que surgen como punto de partida para letras.
—Control, tu último disco del 2019, es bastante interesante tanto en letras como en música. Uno de los temas habla sobre el experimento de Milgram, del que habla también un tema de Peter Gabriel. ¿Te gusta la canción del ex-Genesis? ¿Cómo surgió la idea de escribir sobre esto?
—Conozco la canción de Peter Gabriel, me gusta mucho y siento la conexión con el tema. Control es un disco sobre las formas en las que la gente son controladas y manipuladas. Intento mirar en el futuro, estoy observando el presente, pero también estoy volviendo al pasado para entender los mecanismos. En mi opinión, el experimento de Milgram encaja perfectamente con este tema del control. El experimento del psicólogo Stanley Milgram es de comienzos de los sesenta. Milgram quería investigar cómo fue posible que los nazis ignoraran sus convenciones morales para matar a millones de personas. En el experimento, los sujetos de prueba eran incentivados a dar shocks eléctricos a otros y ellos, simplemente lo hacían. En esa clase de experimento piensas: ¡eso yo nunca lo haría! El experimento ha sido repetido durante los años y ha demostrado: ¡que la humanidad no ha cambiado ni una pizca en estos cincuenta años! Todavía sigue órdenes sin preocuparse y no se siente responsable por sus acciones.
—En estos días, muchas bandas buscan inspiración en los 80s, ¿crees que hay alguna banda haciendo algo similar a lo que hacías?
—Creo que no es una pregunta simple porque cada banda tiene su identidad y cada historia está escrita de forma diferente. Las posibilidades técnicas y el contexto actual en el que las nuevas bandas se forman son diferentes de aquellos de principios de los ochenta. Hay muchas bandas nuevas que encuentro interesante, pero no sé si su historia es similar a la mía. Por ejemplo, uno de los interesantes proyectos salidos de Bélgica es la banda de un solo hombre HerrNia.
—¿Cómo de diferente es tu forma de componer comparada con cómo lo hacías en los ochenta?
—¡Increíblemente diferente! Trabajo con mi ordenador para grabar mis canciones. En mi estudio casero, tengo infinitamente más opciones de las que tenía. En el pasado, era imposible modificar los temas una vez grabados. Ahora, tengo muchos temas disponibles y puedo refinarlos, mezclarlos y producirlos hasta el más pequeño detalle. Estoy seguro de que, si hubiera tenido las posibilidades técnicas en los ochenta, las hubiera usado seguramente.
—Nos puedes contar algo de tu futuro concierto en el W-Fest?
—Parece demasiado pronto para hablar de ello. La gente que ya ha visto mis actuaciones en vivo sabe que además de a la música, doy mucha importancia a mis visuales. Para mi concierto en el W-Fest, estoy trabajando en ello también, voy a hacer que sea un espectáculo intenso y excitante. ¡Estoy deseando tocar allí!