Los fans de Vukovar estamos de enhorabuena: The Body Abdicator es otra pequeña obra maestra del grupo que tantas alegrías nos ha dado. Ellos saben que no son la banda más fácil de planeta, y ahí está parte de su encanto, pero en este nuevo disco vuelven a esa capacidad de enamorar que tenían en Cremator. Además, para hacer todo menos complicado Oher Voices hacen ahora sus envíos desde Austria, con lo que no tendremos que esperar tanto.
The Body Abdicator es la tercera parte del tríptico Eternity Ends Here, dedicado a la memoria de Sam Morris, y que se completa con The Colossalist y The Great Immurement, dos discos que os recomendamos en su momento. A los controles volvemos a tener, junto a la banda, a Phil Reynolds garantía de que el disco sonará como tiene que sonar. ¿Qué seguirá ahora? Solo la misteriosa formación puede saberlo.
“Little Deaths/Little Lights” empieza con la dulce voz de Gea Philes como perdida en otra dimensión, pero cuando arranca nos encontramos con una de las composiciones mas pop de la banda, bastante menos lúgubre de lo esperado en un disco con esta temática. Un gran comienzo que sigue sonando a Vukovar pero los veo algo más accesibles. En cambio, “Empting Tide” es otra maravilla misteriosa y onírica, una conversación con otro mundo. “Whatever comes next will be better” grita la voz y por un momento no lo dudamos. Seguimos en el mismo plano con “Thoughtstream”, que suena como si hubieras sintonizado la radio de un mundo desolado, industrial y deprimente y de donde nos llega el sonido con interferencias. “The Sheltering Sky” es un tema más convencional y, a la vez, desolado, con un fondo bastante minimalista que por momentos toma un protagonismo aterrador.
Seguimos con “Who Is The One Who Is Living Me Now?” que no precisa de mucho para ser otra muestra de la maestría compositiva de la banda: una voz dolorida, un teclado y algún que otro ruido construyen un tema sorprendente. “This Will Absolve” me suena como synthpop de otra dimensión, con algo de dulzura, pero muy oscuro y ruidoso. Otro de los grandes momentos del disco. Seguimos con “Place to Rest”, que nos recuerda un poco la vitalidad de los temas New Order y demuestra que saben escribir buenos temas más pop. En cambio, “St. Malthus In Fields Of Frost Flowers” es un tema algo más atmosférico y experimental, con capas de sonido y spoken word que hasta los tres últimos minutos no se convierte en una bonita canción. Terminamos con una versión del “Those First Impressions” de The Associates sin el melodrama de la original y convertido en un tema extraño y onírico, desolado y triste, que parece de otro mundo y que cuenta de nuevo con Gea Philes, remitiéndonos de nuevo al comienzo del disco.