Hace muchos años tenía un grupo de amigos con los que hablaba mucho de música. Siempre intentábamos sorprender a los demás con algún grupo que nadie conociese, y uno de ellos, apodado Paco Nicotina, siempre sacaba a Trajedesaliva como su as, como la carta ganadora que ninguno de nosotros conocía. Eran tiempos en los que internet no estaba en todas las casas, así que teníamos que confiar en que la formación con tan sugerente nombre existiese. Más de veinte años después, veo que han sacado nuevo disco y me dispongo a escucharlo y escribir una crítica que es a la vez el reconocimiento de que mi amigo Paco en esta ocasión nos llevaba varias décadas de ventaja.
El grupo formado por Mon Ninguén y Una Vena lleva publicando material desde 1999, año en el que vio la luz el single El cuerpo y la ciudad. La banda gallega publicó un año después su primer largo titulado Mima, que fue seguido tres años después por Mima Blanca, trabajos en los que su música eminentemente experimental tenía un toque cercano al jazz ya que en esa época la música de la formación gallega incluía trompetas, acordeones y violines. Tras un un split con Chaos Condensed, tuvieron un hiato de quince años que se ha roto con la publicación de este cuarto disco del que os hablamos.
Al escuchar Ultratumba por primera vez, me pregunto: ¿cómo es que no les he prestado atención antes? La música del nuevo disco continúa sus derroteros experimentales, pero en esta obra se basa principalmente en sintetizadores, tirando más hacia el dark ambient y otras veces sonando más industrial. Temas como “Familia Ferro”, de lo más duro del disco, tiene un sonido industrial que me encanta. Por su parte, Una Vena entrega unos tenebrosos textos cargados de una gran melancolía, pequeñas viñetas de un pasado que todavía nos atormenta. Unos sintetizadores analógicos nos dan la bienvenida a Ultratumba, que tiene como puntos fuertes, el spoken world terrorífico de “A casa por la vías” y la inquietante “Arenas calientes”. “Mamá es un animal morado” nos aporta importantes claves en la trama mientras suena melancólico y triste, con ondas de ruido bañando el tema. En “Queremos verte” la sensación de peligro es constante, pero no podemos evitar seguir mirando. La muerte aparece ya desde el comienzo de la trágica “Ultratumba” que resuelve magníficamente el disco.