Har Belex, el dúo formado por by Manix Salazar (Pail) y Salva Maine (Culture Kultür) acaba de publicar su segundo disco, titulado Campo de Urnas en el que continúan su exploración del neofolk. Tras Chandelle del 2014 y el split con Fragile Times Does Not Forgive, también de ese año, vuelven con este disco de diez temas que publica Caustic Records, sello de Manix.
Ambos artistas, bastante conocidos en la escena EBM/industrial se desenvuelven a la perfección en este nuevo estilo, y verdaderamente parece que se hayan dedicado a él durante toda su carrera. Aunque hay algún toque electrónico en la forma de baterías programadas, en la música de Har Belex priman las guitarras acústicas y los instrumentos como la melódica y el violín. El disco me ha parecido, que aparte de contar con un buen puñado de buenas composiciones, tiene bastante buen gusto general en la instrumentación: suena folk, pero no a verbena pagana, como tristemente les pasa a ciertas formaciones.
Pasemos a adentrarnos en este Campo de Urnas en el que los dos músicos nos muestran su amor por la naturaleza y las tradiciones locales. El disco presenta temas cantados tanto en español como en inglés, y aunque todos me han parecido de gran calidad, creo que he conectado más con los cuatro en castellano. Aunque es verdad que, en general, las composiciones son muy buenas y es difícil destacar unas por encima de otras.
El tema que abre el disco, “The End of The Summer” se caracteriza por las acústicas y el uso de la melódica. Tanto este como “Lo Invisible” son dos canciones que te entran a la primera, con unas melodías pegadizas y adictivas. “Jentilarri” tiene ese tono épico de vieja leyenda olvidada mientras que “La Tumba” es uno de los momentos emotivos del disco. En este tema hacen una adaptación del poema de Robert Blair, The Grave, con una instrumentación elegante. La cara A termina con “Waves”, que cuenta con el violín de Lucas Valera y que consigue dejarte en un estado de gran paz interior
En la cara B, tenemos “One More Nail” que nos llama la atención por lo contundente de la baterías programadas, de una gran pegada. La melodía también es de las mejores del disco. El violín de Lucas vuelve a aparecer en “War”, un tema solemne y triste, tanto por las guitarras como la melodía. Salva derrocha pasión en “El Corazón del Bosque” y vuelven a dar completamente en el clavo con “Premonición”, otra gran composición. Y el disco termina muy bien con “The Lat Trench” y su percusión de marcha militar. Un disco muy recomendable.