El sello español Oráculo ha publicado recientemente un vinilo en el que reedita varios temas de las bandas de EBM Sigbefia Five y Format Defect, dos de las principales formaciones que grabaron para el sello alemán Impuls. Este lanzamiento ha sido muy importante para el propio dueño de Oráculo, Nico Cabañas, ya que conoció la electronic body music escuchando temas como el “X-Mas” de Sonic System que ponían en un after de Lloret llamado Red Sun. Por si quieres saber un poco más de este sello, hoy os presentamos esta entrevista en dos partes.
La primera parte de la entrevista es a Frank Habet, uno de los miembros de Sigbefia Five, trío de EBM que parece estar viviendo una segunda juventud. No solo son uno de los protagonistas del split de Oráculo, sino que también aparecen en The Brutality of Rhythm Part.1 que ha publicado Mecanica, y aún algunos de los principales djs de la escena utiliza su nombre como reclamo.
—Conociste a Carsten Barteczko y Sascha Bläser en una feria discográfica. ¿Qué impresión te dieron en ese momento?
—Bueno, ya que teníamos el mismo gusto en cuanto a música, estábamos buscando los mismos discos. Casi teníamos la misma edad, nos gustaban las fiestas y conciertos de música oscura y por eso sentimos una amistad directa.
—¿Habías tenido alguna otra experiencia musical antes de Sigbefia Five o fue tu primera banda?
—No, no tenía ninguna experiencia componiendo música antes de eso. Solo pinchaba en casa, y no fue hasta 1990, que empecé a poner música en fiestas de puro EBM y organizar fiestas de Depeche Mode. Por eso me sentí un poco abrumado cuando realicé mi primera sesión de grabación en 1989. Todo era nuevo para mí, así que me suponía una aventura de verdad.
—¿Cuándo empezaste a interesarte por la EBM? ¿Te gustaba también el New Beat o la música industrial?
—Siempre he tenido una debilidad por la música electrónica desde comienzos de los ochenta, empezando por DAF, Kraftwerk, Krupps, Throbbing Gristle, SPK, Cabaret Voltaire y terminando con Depeche Mode. Pero también escuchaba a bandas new wave como Bauhaus, Siouxsie y Joy Division. Así que, en los ochenta, mi gusto musical era bastante variado.
No había fiestas puramente de EBM o electro en aquellos tiempos. Escuchaba tanto EBM y New Beat como Industrial. También me gustaba la música del club de techno de Frankfurt de comienzos de los 90s. En esa época, ¡ya estaba abierto a casi toda clase de música electrónica! Pero la EBM era, y todavía es, mi género favorito.
—¿Por qué elegiste un nombre como Sigbefia Five?
—Esa es una buena pregunta. Quería un nombre individual que no fuese confundido con el de otras bandas. Sascha tenía un amigo en el colegio que había nacido en Ghana. Su nombre era “Winfried” y su apellido “Segbefia”. Me gustó mucho el apellido y lo cambié a Sigbefia. El “Five” proviene de una banda de en esos momentos me gustaba mucho, la banda belga de EBM Philadelphia Five.
—¿Cómo fue trabajar con Carsten y Sascha? En las notas interiores del disco, confiesas que grabasteis los tres temas durante un fin de semana sin dormir.
—Dado que Carsten y Sascha tuvieron que pedir equipo adicional para la grabación, tuvieron que trabajar contra reloj y sin poder dormir. No tuvimos mucho tiempo para trabajar los sonidos y las canciones como hubiera sido debido. Sin embargo, trabajar con Sascha y Carsten bajo las dadas circunstancias fue divertido y todo salió perfectamente.
—¿Estuviste involucrado en la grabación de los temas de Formal Defect?
—No, no estuve involucrado en la grabaciones de Formal Defect. Pero ya que querían mezclar sus propios temas de nuevo ese fin de semana con el mejor equipo de grabación, al menos estuve allí para, digamos, prestar un par de oídos adicionales.
—Dos de los temas que podemos encontrar en el split editado por Oráculo provienen del disco Electronic Techno Music, el último recopilatorio editado por el sello Impuls. Has comentado que estabas bastante orgulloso de ellos. ¿Crees que fue ahí donde encontrasteis vuestro propio sonido?
—Sí, ese era exactamente el nivel musical y sónico que deseaba desde el comienzo. Mi objetivo era que el sonido fuese tan personal como fuese posible y, por supuesto, que las canciones también fuesen muy bailables, lo que al final funcionó muy bien con esta producción.
—¿Por qué vuestro EP nunca fue publicado? ¿Por qué ya se veía cercano el fin de Impuls? ¿Lo intentaste con otros sellos como Zoth Ommog que era bastante popular en aquellos momentos?
—Impuls ya tenía problemas financieros. Esto se debía a ciertos errores de gestión y a la demanda que habían tenido. Sascha y Carsten entonces, pasaron la mayor parte de su tiempo intentado tener su nuevo sub-sello operativo, así que no había suficiente tiempo para terminar el LP de Sigbefia Five. Al final de año, estaba claro que no habría más lanzamientos de Impuls. Los cuatro temas que estaban más o menos terminados aparecieron en una edición de 50 con propósitos promocionales, pero desafortunadamente no salió bien. Con esto quiero decir que ¡casi la mitad de los discos tenían la galleta errónea en uno de sus lados. Después de eso, habíamos perdido la motivación para el proyecto S5, me retiré por un tiempo y me concentré en mi carrera profesional. Pero en aquel momento, no quería entregarle a otro sello los cuatro temas, todavía estaba demasiado unido emocionalmente a Impuls Records para hacer eso.
—¿Y a qué te has estado ocupando desde entonces? De nuevo eres DJ, ¿verdad?
—Con el final de Impuls Records en 1992, dejé de pinchar en clubs. No fue hasta el 2005 que empecé de nuevo y lo he estado haciendo desde entonces. Soy el cofundador de la sesión EBM Music Club y pincho regularmente en “Sleepwalker Night” en Colonia y en otros eventos como las fiestas de The Cure/Sisters. Incluso he fundado en el 2014 un pequeño sello llamado Frankahdafi Rec. y he publicado unos cuantos CDs en estos años. A mitad del 2020, reviví Sigbefia Five junto a Carsten y Marc Tater (Synaptic Defect) y si nada inesperado ocurre en un futuro cercano, pronto habrá algunos temas nuevos.
—¿Qué pasó con Sascha? ¿Tienes alguna idea de dónde se puede encontrar?
—Desafortunadamente, perdí el contacto con Sascha tras 1992. Se puso en contacto con Carsten de nuevo al final del 2020. De todas formas, Carsten perdió el contacto con él unas semanas después. Todo lo que sé es que Sascha ya no vive en Alemania.
Carsten Barteczko fue uno de los fundadores de Impuls Records y de la posterior Puls-Bit y ha formado parte de multitud de proyectos como The Chemical Death, Formal Defect o los propios Sigbefia Five. En esta segunda parte de la entrevista nos centramos en su carrera y en los problemas del mítico sello.
—Carsten, tu primer proyecto con material publicado fue The Chemical Death, ¿verdad? Con este nombre autoeditaste un casete, que presentaba tu vertiente más industrial/experimental. ¿Nos puedes contar algo más de tus primeros pasos en el mundo de la música? De esta formación hay algunos temas inéditos, ¿verdad?
—No, The Chemical Death no fue el primer proyecto con el que publiqué un disco. Fundé esta banda con Klaus Hahn solamente a finales de 1985. A los comienzos, solo hacíamos cosas industriales, simples y rítmicas con un MFB-501, un Braun CSV-60 y algunos artilugios electrónicos. En 1986, se nos unió Michael Erren, que era el responsable de la percusión metálica y de los coros. Esto nos llevó a un sonido similar al de los Einstürzenden Neubauten de comienzos de los ochenta. Un poco después publicamos nuestra primera demo. Hacia mediados de 1986 habíamos grabado un total de más de 18 temas e incluso habíamos dado un pequeño concierto en el garaje de Micha. El material inédito que tengo de The Chemical Death lo iré publicando gradualmente.
En 1980, con un par de osciladores sinusoidales caseros y un filtro multimodos, empecé a crear pasajes sónicos electrónicos al estilo de Klaus Schulze y Robert Schröder. Más tarde, conseguí una Yamaha HS-200 y luego la Roland SH-101, y grabé mis composiciones en casete por primera vez, y de esas grabaciones hice mi primera demo en 1981, que orgullosamente regalé a algunos de mis amigos. En esa época, de todas formas, nadie en mi círculo de conocidos estaba interesado en ese estilo de música y tampoco es que le gustase la demo a ninguno de ellos. Así que me sorprendió cuando, hace unos años, encontré el tema “Die Erlösung” procedente de esta casete en VK.COM, aunque allí se atribuía erróneamente a The Chemical Death.
—Y ¿qué nos puedes contar de C.B.M.E? Alrededor de 1983 grabaste unos temas con Michael Erren usando este AKA ¿verdad?
—Sí, junto a Michael Erren fundé C.B.M.E. a mitad de 1983. Con una caja de ritmos MFB-501 y un Crumar Stratus, hacíamos, más o menos, música del estilo de Deutsch-Amerikanische-Freundschaft. Al final de 1983, teníamos una demo nuestra con unas ocho canciones. Esta es una de las pocas casetes que me gustaría escuchar de nuevo hoy en día. Llevo buscándola unos cuantos años ya, pero hasta ahora solo he conseguido unas grabaciones de nuestros ensayos, y desafortunadamente, son de una calidad de sonido baja. Después de publicar la demo, nos unimos a una banda punk, y por eso cambié mi sintetizador Crumar por un bajo extremadamente desgastado.
—Fue entonces, supongo, cuando conociste a Sascha Bläser y creaste el proyecto Collage. ¿Cómo os conocisteis? ¿Cómo era la música de Collage? ¿Más minimal synth?
—Conocí a Sascha en 1985 en Dülken, creo que fue en una fiesta de cumpleaños. Nos entendimos muy bien desde el comienzo, gracias a nuestro gusto musical común y nuestro humor mórbido. En esa época, los dos teníamos la misma meta en la vida: largarnos del pueblo en el que vivíamos y trasladarnos a un gran ciudad. Un año después, Sascha y yo nos fuimos juntos a vivir a Colonia. No fue hasta el comienzo de 1987, después de que hubiera comenzado a trabajar en una tienda de discos, que pude volver a permitirme de nuevo un sintetizador, un Crumar BIT-One. Después de eso, finalmente conseguí que Sascha se interesase por hacer música. Entonces grabamos un casete de Collage con solo un sintetizador. En Demos I+II de Formal Defect puedes escuchar algunos pequeños exceptos de tres de estos temas de Collage en la canción “End Title”. Y sí, es la más extrema forma de electrónica minimalista, mezclada con una pizca de diletantismo.
—Leí que tras asistir a un concierto de SPK, empezaste a querer hacer música más dura. ¿Cómo fue el concierto y tu experiencia? ¿Te empezó a gustar la música industrial entonces o ya era una influencia?
—El concierto de SPK en Colonia fue, desafortunadamente, muy corto porque tuvo que ser parado tras el segundo o tercer tema. Algunos de los asistentes al concierto estaban muy decepcionados y enfadados por el hecho de que casi toda la música provenía de un casete. La ruidosa reacción de la audiencia hizo que el sustituto de Ne/H/il tuviera una rabieta. Entonces, lanzó uno de los dos barriles de metal, que habían servido previamente como batería, al borde frontal del escenario, y luego lo golpeó con un gran radial. Dirigió las chispas resultantes directamente hacia la audiencia, que estaba a solo un metro de distancia del escenario. Los invitados de las primeras filas salieron corriendo de la sala asustados, Graeme y Sinan se largaron a la pequeña sala de backstage y el maniaco entonces empezó a cortar con sierra el escenario. Solo la valiente intervención del propietario del Rose Club impidió que el club ardiera esa noche y nadie saliera herido. ¡Ni Sascha ni yo (y ciertamente nadie entre los presentes) habíamos nunca experimentado antes algo como esto! Todos estábamos conmocionados, pero al mismo tiempo muy impresionados. Solo unas pocas semanas antes habíamos formado una banda junto al casi desconocido DJ Boris Uenzen y en esos tiempos estábamos haciendo algo más cercano al synth-pop. Pero tras este concierto, no nos apetecía seguir con ese proyecto. En cambio, grabamos un casete de puro industrial unos días más tarde, durante un fin de semana, que publicamos unos meses después bajo el nombre de Nichtsdestoweniger a través de Rock’o’Rama en Colonia.
Ambos habíamos estado interesados en el industrial desde mediados de los ochenta. Especialmente el material de SPK, Lustmord, Boyd Rice y Throbbing Gristle, lo encontrábamos realmente fascinante. Por eso habíamos estado deseando ver a SPK en directo durante bastante tiempo.
—Después de esto, creasteis el proyecto de corta vida MASSENMØRDER con el que grabasteis una demo. La música era industrial, o al menos lo es el único tema que he conseguido escuchar (“Who’s the buddy”). ¿Hay algún plan de volver a publicar esta demo ahora que sellos como Vinyl on Demand están reeditando todo el material industrial de la época?
—Ya que ninguno de nosotros tiene actualmente una de las demos, no la podemos reeditar, claro. Aparte de que, ni Sascha ni yo estaríamos interesados hoy en día. Desafortunadamente, no sé exactamente cuantas copias hicimos de este casete, pero sí que recuerdo que pusimos a la venta la demo de MASSENMØRDER junto a la de Nichtsdestoweniger en Rock’o’Rama y que al final vendimos bastantes menos de diez copias. Así que si uno de tus lectores es lo suficientemente afortunado de poseer una o incluso las dos casetes, que se sienta libre de publicarlas en vinilo. ¡Sascha y yo estamos liberando los derechos de autor públicamente aquí y ahora!
—Finalmente, llegamos a Formal Defect. Con este dúo que creaste con Sascha, grabaste una primera casete autoeditado con tus demos. El sonido todavía era bastante industrial. ¿Cuándo empezaste a hacer música más rítmica? ¿Cuándo llegó la influencia EBM?
—Al comienzo, la música de Formal Defect no era muy diferente de la del proyecto MASSENMØRDER. En términos de sonido y música, solamente con la Yamaha CS-40M, el Roland CSQ-100 y el Korg KPR-77, no se podía hacer muchas más cosas. No fue hasta los comienzos de 1988, que conseguimos un Sequential Circuits DrumTraks, el Crumar DS-2 y el PPG 1002, que las cosas cambiaron un poco. Pero, aunque la música todavía era tan simple como en los dos proyectos anteriores, la casete Demos I+II de Formal Defect, vendió mucho más. Quizás fue que el diseño más elaborado de la carátula hizo que la cinta fuese vendida en Rock’o’rama al menos más de diez veces. Fue solo unos meses después, tras tener la oportunidad de pedir prestados algo más de equipo, que nuestro estilo cambió. La influencia del New Beat y la EBM vino al final de 1988 y fue influyente hasta el final de 1990.
—Y en 1988, junto a Sascha creaste Impuls Records. ¿Qué buscabas con el sello? ¿Simplemente publicar vuestro material?
—Crear nuestro propio sello fue realmente más o menos idea de Sascha. Echaba de menos, de alguna forma, algo parecido a una plataforma para las bandas y los músicos desconocidos del campo del industrial, de la EBM y de la música electro. Claro que Rock’o’Rama ofrecía a los artistas jóvenes independientes la oportunidad de vender sus discos pero desafortunadamente, no había apoyo para la producción de los discos o para la promoción. Sascha quería llenar ese hueco. Al final de 1988, empezó a establecer contacto con revistas de música, editores musicales y distribuidores y, poco tiempo más tarde, empezamos a construir IMPULS-RECORDS. Para mi disgusto, tuve que abandonar Colonia durante dieciocho meses para hacer mi servicio militar. Pero compré una workstation Yamaha V-50 con el propósito de, al menos, hacer unas cuantas pre-producciones y sonidos para Formal Defect y Sigbefia Five durante mi ausencia. Mientras tanto, Sascha buscaba nuevas bandas y artistas. Me visitaba regularmente y escuchábamos juntos las últimas casete-demos y seleccionábamos las bandas para nuestros próximos lanzamientos. Así que el sello no fue planeado ni fundado para publicar nuestra propia música.
—¿Cómo fue vuestra relación con otros sellos? ¿Solíais intercambiar material?
—Que yo recuerde, al inicio había contacto directo con Jochen Lange de Zns Tapes, con Sven Freuen de la revista musical Zillo, con un Jürgen cuyo nombre, desafortunadamente ya no consigo recordar, y algunos otros. Con sus ayudas, no solo conseguimos demos de otros músicos y bandas a finales de 1988, sino que pudimos publicar algunos de nuestros temas en Zns Tapes y Aspect d’une certaine industrie. También recuerdo recibir una carta de New Rose Records, pero ahora no sé exactamente de qué trababa. En general, desde el comienzo de 1989, Sascha tuvo que tomar el control de la administración del sello más o menos en solitario. No fue hasta el final de 1990, cuando volví a Colonia, que fui capaz de jugar un papel activo de nuevo y entonces me preocupé de montar nuestro estudio de grabación.
—El sello publicó tres recopilatorios: Forms of Elektronic Body Music, This is Body-Techno y Electronic Techno Music. Me recuerda a los nombres que Brian Eno daba a sus discos cuento intentaba definir su estilo (primero Discreet Music, más tarde Ambient). ¿Estabais buscando un nombre adecuado para la música que estabais publicando?
—Claro que lo intentamos, pero en esos tiempos no era realmente fácil para nosotros categorizar la música de las varias bandas que queríamos publicar juntas en un recopilatorio. No solo nuestras propias canciones, también aquellas de otros artistas, eran principalmente una mezcla de diferentes estilos musicales. Pero no podíamos o no queríamos crear un nuevo término para un estilo musical o una nueva categoría. En mi opinión, esa era y es una tarea para musicólogos más que para artistas o editores musicales.
—Supongo que queríais mezclar EBM y techno, alguno que en estos días es bastante popular. ¿Cómo se veía la fusión en esos días?
—No fue realmente a propósito. Cuando empezaron a emerger en Frankfurt las nuevas formas de música de baile electrónica a comienzos de 1990s, también llegaron a nuestros oídos. En cuanto a mí, siempre he estado abierto a cualquier cosa que fuese nueva en términos de música electrónica. Ya que consumíamos esta música de forma regular, naturalmente influenció nuestro propio desarrollo musical, del que no éramos conscientes, pero no nos importó. Aunque a la mayoría de seguidores de Formal Defect no le gustó este cambio musical mucho. Por ejemplo, sé de uno de nuestros fans que había dejado fuera la parte del comienzo de “Sunset” en su grabación casera porque, en su opinión, ese trozo destrozaba el carácter EBM de la canción…
—Supongo que el recopilatorio Electronic Techno Music fue un gran paso para el sello ya que contaba con grandes nombres como Beborn Beton, Lassigue Bendthaus y Placebo Effect. Por otra parte, fue la última referencia. ¿Cómo fue recibido en su momento? Aunque ahora algunos de los artistas son considerados clásicos, ¿eran tan famoso en ese momento?
—El recopilatorio Electronic Techno Music era ya de culto a poco de publicarse. Entonces, Lassigue Bendthaus, Beborn Beton y Placebo Effect ya tenían un considerable número de seguidores. Sigbefia Five, por el otro lado, era tan buena como desconocida y Time Zone Control, por supuesto que nadie podía conocerla porque era puramente un proyecto de estudio de Sascha y mío. Aun así, este recopilatorio fue el que tuvo más pre-orders, fue el que se agotó más rápidamente y acabó más a menudo en los platos de DJs que ningún lanzamiento de IMPULS-RECORDS antes.
—¿Puedes contarnos algo más de la demanda por derechos de 1991 que hizo que cambiaseis el nombre del sello a PULS-BIT?
—Vale, voy a intentar explicar esto de la forma más desapasionada posible. La compañía discográfica alemana más grande del momento, Ariola, tenía un sub-sello en los setenta especializado en música jazz con el nombre de Impulse. BMG Ariola München GmbH había registrado este nombre como una marca registrada protegida en el campo de la explotación musical y la había protegido en todas las formas comparativas. Sus abogados nos habían escrito a mediados del 1991 y explicado que podían reconocer una clara similitud (forma comparativa) entre la marca registrada protegida de su cliente y el nombre de nuestro sello y pedían que no solo retirásemos todos nuestros discos del mercado y los destrozásemos, sino que al mismo tiempo pedían una compensación financiera de 100,000 DM, ya que habíamos dañado considerablemente la reputación del sello de jazz con nuestra “terrible” música. Entonces consultamos un abogado especializado en legislación sobre patentes, que nada más empezar nos pidió que le pagásemos un 10% de la cantidad de la disputa para que pudiera hacer una valoración jurídica de los hechos. Después de pagarle, nos dijo concisamente que no había nada que él pudiera hacer legalmente y que solamente podía intentar conseguir un “buen acuerdo” para nosotros. Resumiendo: nos sacaron el dinero por partida doble.
—El sello discográfico PULS-BIT publicó una sola referencia, Forms Of Electronic Body Music II. ¿Qué os pasó para no continuar?
—Ya habíamos pedido un crédito a comienzos de 1991 para la expansión de nuestro estudio de grabación. Tras el problema con BMG Ariola, tuvimos deudas adicionales y tuvimos que pedir otro crédito, para poder financiar las producciones que ya estaban en marcha y aquellas planeadas para esa año. Desafortunadamente, el recopilatorio Forms Of Electronic Body Music II vendió muy lentamente y la compañía distribuidora AMV, que ya había recibido 1000 discos de nuestro recopilatorio Tekkno Tanz se declaró en bancarrota solo unas semanas después y eran insolventes. Los ingresos que esperábamos no llegaron, pero tanto hacienda como los bancos todavía querían su dinero de vuelta. A comienzos del 1992, finalmente nos declaramos en bancarrota y PULS-BIT fue historia.
—En ese recopilatorio, Forms Of Electronic Body Music II, la mayoría de las bandas sois vosotros, tú y Sasha, ¿no? Me refiero a Waveform, Digital Convention, Force Mission I y Section Terminated.
—Eso no es completamente cierto. De un total de nueve bandas, solo cuatro eran proyectos de estudio de Sascha y míos. La banda Dilemma, aunque yo la había apoyado técnicamente en el 100% de su producción, en el terreno estrictamente musical solo había colaborado en un 50%.
Debido a la situación de emergencia financiera en la que estábamos en esa época, habíamos reemplazado a cuatro increíbles bandas bien conocidas que ya estaban firmemente planeadas para este recopilatorio, con cuatro proyectos de estudio, por razones puramente económicas. Seguro que eso llevó a que Forms Of Electronic Body Music II fracasara.
—Y para terminar con todo lo relacionado con el sello, creaste un sub-sello llamado Tanz Puls, más relacionado con el techno. De nuevo, algunos de los temas publicados eran tuyos con distintos AKAs. ¿Qué nos puedes contar de esto? ¿Te querías mover en más direcciones o es que ya no te interesaba la EBM?
—Por supuesto, todavía estábamos interesados en la EBM, pero desde comienzos de 1991 se necesitaban unos ingresos regulares para llevar el sello y el estudio, los que no podíamos conseguir en esa época solo con EBM y sus derivados. Como ya he mencionado, realmente nos gustaba este “techno de Frankfurt” ya a comienzo de los 90s y en 1991 había un gran mercado para este estilo de música. Por esta razón, fundamos el sub-sello TANZ-PULS. Al comienzo, Sascha iba a Frankfurt regularmente para ponerse en contacto con otros sellos, artistas y productores musicales, mientras yo había comenzado a producir algunos temas para nuestro primer lanzamiento en nuestro sub-sello. Después de menos de dos meses, ya habíamos terminado la producción completa del recopilatorio Tekkno Tanz y lo habíamos publicado. Más tarde, junto a Kurt Mill, produje una versión moderna de su atemporal clásico de los 80s “Filmmusik”, que se suponía que iba a ser publicado como un maxi 12″ en nuestro nuevo sub-sello. Pero lo que Kurt y yo no sabíamos al comienzo es que ya había entregado los derechos completos de uso de este tema cuando lo publicó en el sello Originalton-West en 1982. Cuando contactamos a Matthias Becker para que nos lo clarificase, Kurt tuvo, desafortunadamente, que enterarse de que su “amigo” Matthias unos años antes había vendido los derechos de uso de todos sus temas publicados en Originalton-West a Bernhard Mikulski de ZYX Records. Por cuestiones legales, no te puedo contar lo que pasamos luego con ZYX.
—¿A qué te has dedicado durante este tiempo? Todavía compones música, ¿verdad?
—Después de todo esto, no solo estaba financieramente arruinado, sino que también psicológicamente. Tuve una gran depresión y perdí mi interés en hacer música durante mucho tiempo. No fue hasta siete años más tarde, después de que mi hermano contactara para mí con Kewer Video Productions en Düsseldorf que empecé a levantar cabeza. Gracias a mi pasión por la música industrial y mi experiencia en crear paisajes sonoros, me comisionaron la producción de la banda sonora para el vídeo promocional de una compañía dedicada a la fundición de metal. Hasta el 2010, hice unas cuantas producciones más en el campo del techno y Goa y desde el 2020 he estado publicando post-punk electrónico, EDM, electrónica minimal, industrial y paisajes sonoros en internet con varios seudónimos.