Como no podía ser de otra forma, conocimos a Roberto Vilela en el Specka, la sala que marcó sus comienzos en la música electrónica. Roberto, con su programa de radio, sus fiestas y su sello, ha promovido la música más experimental y publicado discos de artistas como Maurizio Bianchi. Como amantes de la música industrial, los caminos de El Garaje también se han acercado a sonidos más arriesgados como los que han caracterizado a Música Dispersa. Roberto se ha llevado temporalmente su proyecto a Tbilisi y ya ha anunciado su primer evento para diciembre de este año.
―Conozco tu pasión por el techno de los noventa. ¿Cómo lo descubres y qué es lo que te interesa de él?
―El techno de los 90 es mi forma de entrar en la música electrónica porque un poco antes de eso me gustaban Nirvana y los grupos de Grunge de la época. Más o menos por el invierno de 1995, fui por primera a vez un club de música electrónica y tuve la gran suerte de que ese club fuese el Specka. Allí descubrí la música electrónica y sentí que era lo que llevaba buscando toda la vida.
Recuerdo el primer día que fui al Specka, que recorrí esa cortina de plástico (era una de esas cortinas de los congeladores) y fue como entrar en otro mundo, recuerdo la música que sonaba (Quench– “Dreams”), la oscuridad, cómo bailaba la gente… fue un amor instantáneo.
Íbamos bastante al Specka dónde se podía aprender mucho.
Un día, por ejemplo, ponían música EBM y escuchabas a Nitzer Ebb y Front 242. Si no los conocías, ese día los descubrías, después llegabas a casa y te ponías a investigar y eso te derivaba a la música industrial y al final acababas encontrando a Throbbing Gristle.
Era la época de descubrirlo todo, en esa época en Specka, pinchaba también Rafis. Yo alucinaba, pinchaba un trance muy rápido a muchos bpm mezclado con clásicos del synth pop de los 80s. Y por supuesto mis queridos Rosy y Santo también me influyeron mucho. Además, recuerdo lo bien que me trataban.
Siguiendo un poco con el techno de los 90, habría que mencionar el SOMA que fue un local superimportante para los que estábamos en Madrid en esa época. Allí pinchaban dos de mis DJs favoritos, Waje y Elesbaan, aunque el primero se fue pronto para fundar Robotique con Fake y se pusieron a pinchar en el Galax, aun así, puedo decir que le vi pinchar allí unas cuantas veces.
En esa época es cuando llega Xpansul y por supuesto sigue Elesbaan además de Silvania Djs y HD Substance y empezaron a traer a DJs internacionales experimentales como, por ejemplo, Neil Landstrumm. Luego ya empiezan a traer a todos los TOP, Richie Hawtin, Jeff Mills, James Ruskin y casi todos los de Detroit, además de los grandes nacionales Mulero, Cristian, Molina…
Por comentarte un poco así más de locales de la época pues te comentaría también el Space cuando abrió por las mañanas, que dentro de ser un local más comercial ponían muy buena música. Yo pillé la época cuando ya estaban Rafa Navarro y Álvaro Espinosa. Así descubrí el House, Techno House y todo eso.
De esa época también el Voltereta (aunque no iba, pero las cassettes que me llagaban me hicieron descubrir muchas cosas) y todos los clubs pequeños de la época. Voy a destacar al Goa en Mesoneros Romanos al que íbamos después del SOMA.
Me pegó muy fuerte todo el techno de los 90s, para que te hagas una idea, cuando traje a Andrea Parker al Specka la primera vez le pedí hacer una sesión con clásicos techno de los 90.
También superimportante fue el programa de radio de Sonia Briz que se llamaba Zona 3 en Radio 3. Eran 6 horas, ponía sesiones de 3 Djs, sesiones de hora y media. De 1 a 7 de la mañana, creo recordar, con todos los grandes del momento, Richie Hawtin, gente de Detroit, Óscar Mulero, Cristian Varela, y otros artistas menos conocidos. Ahí aprendí un montón de música, de lo que era la música techno, Dave Clarke, Ben Sims, James Ruskin… toda esta peña del Techno de los 90 los descubrí a casi todos en el programa de Sonia. Ella murió hace ya años y todos la echamos mucho de menos. Su forma de hablar era pura poesía y tenía un corazón enorme. Recuerdo que tenía muy buena relación con todos los DJs y yo siempre esperaba las sesiones de Rosi del Specka, con quien Sonia tenía una gran relación. Solía poner sesiones suyas e incluso la llamaba al Specka para entrevistarla.
Era algo que Sonia solía hacer con los DJs nacionales, los llamaba donde estuviesen pinchando esa noche, a Pepo, a Mulero, a Cristian…
Recuerdo que todos, cuando salíamos el sábado por la noche, dejábamos las casetes grabando en casa. Yo al principio dejaba una casete de 90 en una pletina y otra en la otra, ambas con el auto reverse.
Unos años después ya tenía ordenador e internet y era posible escuchar la radio en el ordenador y grabar directamente las 6 horas.
―¿Qué piensas del rollo “remember” que se lleva tanto ahora? ¿Te interesa?
―Depende. Hay algunos que me parece que van siempre a lo mismo.
Hay que decir que en los años 90 salió una barbaridad de música. Por poner un ejemplo, escuchas sesiones de The Omen y hay cientos y cientos de temas que se ponían entonces.
Me gustan los remembers donde tratan de mostrar música más rara y traer DJs que cuesta ver pinchar. También me gustan los remembers que son fieles al club al que hacen el homenaje.
Hablando de este tipo de eventos sin duda quiero destacar los que organiza Daniel Diez mensualmente en la sala Specka. Ahora tienen el nombre de Temática y creo que él es el que más se lo trabaja, con más amor y sin pensar en los beneficios económicos, si no en educar al público a través de estas fiestas temáticas.
Ya en eventos más grandes, también destaco la fiesta anual Over Drive y a su promotor Ricky (desde 1993).
―¿Cómo pasas de esos estilos que apuntas a movidas más experimentales?
―En el SOMA escuchaba cosas más experimentales pero que seguían siendo Techno, digamos Techno Experimental.
Creo que fue por las tiendas de discos. Empecé a comprar en Rotor, los primeros discos los compraba en CD y recuerdo comprar el Consumed de Plastikman nada más salir.
Hay un momento en el que no sé por qué razón Andrés me sacó otro tipo de música. Supongo que es en ese momento cuando descubro Esplendor Geométrico en Rotor gracias a Andrés Noarbe y además coincide con el comienzo del festival Experimentaclub de la Casa Encendida. Ahí es cuando ya empezó a gustarme mucho la música experimental y a querer descubrir más y más. Ya te digo que conocía a Throbbing Gristle y cosas EBM, pero esto fue a partir de ahí, de Esplendor Geométrico y de ir a Rotor.
Al señor Andrés le debemos todos mucho aquí en Madrid.
Hablando de tiendas de discos, sin duda, debo destacar también en esa época a Flavio, que trabajaba en Discorder (hoy en día lleva la tienda Palma39) y ¡cómo no! Clemente en Mad House (pero con estos dos descubría música Techno, Electro)… todo el rollo experimental me entró a través de Rotor.
―¿Compartías gustos con tus amigos o simplemente te decían qué cosas más raras escuchas?
―En el Specka, nos juntamos un grupo de amigos que estábamos obsesionados con saber más de música y con enseñarnos cosas unos a otros. Comentábamos lo que habíamos descubierto durante la semana. Recuerdo también estar allí en Specka siempre preguntándole a la pobre Rosy los títulos de los discos o darle vueltas a la cabeza para ver el título del vinilo.
Algunas veces Rosi se enfadaba porque estaba concentrada en la mezcla y nosotros allí preguntando qué disco era ese ya que no lo podíamos leer en la galleta.
Teníamos todos mucho interés en aprender y en saber cosas. Compartíamos mucho entre todos los que nos juntábamos, nos alimentábamos unos a otros con información sobre música.
En cuanto al rollo más experimental siempre tuve también amigos con los que compartir la misma pasión.
―Empiezas Música Dispersa en el 2012 en Londres, ¿por qué te vas allí a vivir?
―Yo ya llevaba mucho tiempo en la escena, pero como un fan de la música, como un clubber que salía mucho a clubs y festivales de techno y de música experimental, pero la verdad es que nunca había organizado nada ni me había planteado nada de eso. Me fui a Londres por temas de trabajo. Era 2012, comenzaban los Juegos Olímpicos en Londres y decidimos irnos allí para probar.
Londres es una ciudad muy dura, vivir allí es muy complicado. No es como en España que aquí puedes tener mejor o peor trabajo, pero tenemos una forma de vivir a la que se junta el buen tiempo que hace… Es más fácil ser feliz, aunque tengas tus problemas te puedes ir a tomar unas cañas el fin de semana y olvidarte un poco de todo. Pero Londres es muy duro, es todo carísimo, en los trabajos estas muchas horas. Cuando llegué allí, a Londres, mi chica y yo teníamos nuestros sueños, pero llegó un momento en el que me pregunté qué estábamos haciendo allí si lo único que hacía era trabajar muchas horas y tener poco dinero. La única felicidad eran los ratos de tiempo libre con mi chica.
Me dije a mí mismo que si seguía así en Londres me iba a dar algo. Tenía que hacer algo que me gustase, algo que me hiciera tener mi propia burbuja de felicidad.
Mi chica en aquel momento, Aya y la menciono porque ella me empujó bastante a comenzar diciéndome que tenía que hacer algo con todos los conocimientos que tenía de música. La primera cosa que empecé a hacer fue el programa de radio en diciembre de 2012 y así comienza música Dispersa.
―¿Por qué el nombre de Música Dispersa, alguna influencia del grupo de Sisa?
―No tiene nada que ver con él, la verdad. Cuando yo puse el nombre de Música Dispersa, era solo un programa de radio simplemente. No tenía ninguna intención de hacer nada más y me vino el nombre a la mente. Recordé que había un grupo que se llamaba Música Dispersa, pero me pareció que encajaba perfectamente con lo que yo quería hacer porque era eso, era música dispersa por todas partes del mundo que íbamos a ir juntando.
Como aparte tenía el nombre ‘’Radio’’ después tampoco me pareció una copia. Según los proyectos iban creciendo usé el mismo nombre, parece que no tenía más imaginación.
Cuando empecé con el sello, seguí con Música Dispersa Records y los eventos Música Dispersa Experimental Events.
Un poco fue por eso, el nombre me encajaba muy bien para la radio.
―¿Cómo era el programa al comienzo? Hablabas de la historia del Techno ¿no?
―Había dos tipos de programas: en algunos hablaba de la historia de la música electrónica y constaban de diferentes partes. Están todos aun en Soundcloud, hice sobre la historia de la música electrónica en Japón desde los años 40 (Jikken Kobo, las primeras marcas, los estudios de la NHK), sobre el programa de Berlín DT-64 (Marusha), monográficos de sellos y cosas así.
Por otro lado, al ver que había un montón de artistas jóvenes que hacían música experimental en Londres y otros sitios, pero que no tenían sellos, no publicaban ni se les escuchaba porque no tenían nombre, hice un programa de radio en el que sacar música nueva de estos artistas. Conocí a mucha gente como, por ejemplo, Leonie Roessle, una artista de La Haya superinteresante que está en Música Dispersa desde el principio y ha estado en mis eventos en todas las ciudades (Londres, Madrid, Paris y Barcelona). Me pasó casettes con piezas hechas a piano y grabaciones de campo. La conocí a ella, para pedirle música para este programa de radio en el que buscamos música experimental de artistas jóvenes que tenían poca difusión y dársela.
Otra artista que ha estado en Música Dispersa desde el comienzo es Alessandra Zerbinati.
En esa versión del programa de radio como te digo era una búsqueda de artistas experimentales internacionales que no tenían mucha difusión
―El programa de radio, ¿lo grababas en español o inglés?
―Era un poco de todo, pero más o menos era en español. Tenía mucha difusión aquí en España. También alguno lo hice en inglés por los artistas que salían. Los que eran de descubrir nuevos artistas era más música y la parte hablada era presentar el artista, decir el nombre, dónde estaba ubicado… Pero básicamente eran en español, aunque lo hacía allí en Londres.
Después estuve colaborando, esta vez era todo en inglés, con una emisora de Londres que se llamaba Sonica FM que me dieron la oportunidad de llevar un programa de radio, como parte de Música Dispersa. Lo hacíamos en un sitio muy chulo que se llama Hundred Years Gallery, El sitio era superbonito y estuvimos mucho tiempo colaborando con Sonica FM, hacíamos entrevistas y también eventos juntos.
Recuerdo mucho a una artista chilena (Alejandra aka Elpueblodechina) y Cao (artista peruana) que colaboraban conmigo en la radio y los eventos que hice con Sonica FM.
―¿Cómo pasas del programa de radio a organizar fiestas?
―Gracias al programa de radio conseguí muchos contactos con artistas nuevos con los que hacer cosas. Surgió la idea del sello que vino después de la radio. Sacamos un recopilatorio donde junté desde artistas con más nombre como Esplendor Geométrico y Miguel Ángel Ruiz junto a los artistas que estaban colaborando conmigo ya en Londres en la radio, como Ewa Justka, Fe<male Fou… Así surgió sacar el primer CD del sello y después me dije que me gustaría hacer una fiesta de presentación de ese recopilatorio. La idea era solo hacer simplemente una fiesta y así es como entré en contacto con un local de Londres que se llamaba The Castle que estaba en Commercial Road. Era el típico pub inglés antiguo, con todo el mundo abajo bebiendo pintas, y además tenían la planta de arriba con pasillos y con habitaciones donde se podían hacer cosas de música experimental. Recuerdo hablar con el chico que lo llevaba, hicimos este primer evento y salió bastante bien porque aquí ya vinieron todos estos chicos que estudiaban el curso de arte sonoro en Londres que participaron en este evento. Entonces sin comerlo ni beberlo y sin intención de hacer más eventos, el tío que llevaba esto me dijo -“oye esto ha molado, ha estado guay la gente que has traído. Si te apetece hacer otro evento el mes que viene lo puedes hacer”. Y acepté. Cuando hice el segundo evento me di cuenta de que eso me gustaba mucho y que era lo que quería hacer. El segundo fue el último que hicimos en The Castle, pero a partir de ahí se me dio bien encontrar otros locales y seguir haciendo cosas en Londres.
―Cuando sacas el primer recopilatorio, ¿ya tenías la idea de seguir publicando más cosas?
―Empecé con la idea de los recopilatorios, de hacer una mezcla de muchos artistas de diferentes partes del mundo. Lo que pasa es que con un sello siempre empiezas con mucha ilusión, también con la ilusión de no perder dinero, ya no tanto de ganar. Sí que es cierto que en esta primera edición nos gastamos mucho dinero, porque hicimos mucho trabajo manual porque el CD iba en unas bolsas hechas a mano y todo lo remasterizamos. Al final no salimos muy bien económicamente, pero fue una experiencia genial.
Los siguientes recopilatorios los saque en digital. Quería seguir trabajando, publicando música de todos estos artistas que conocía, pero me salía un poco caro sacarlo en físico. Luego ya se fueron dando oportunidades distintas con diferentes artistas en donde se podían hacer otras cosas como, por ejemplo, con una artista japonesa que se llama Afasia, que se creó un Aka solo para mis eventos A.Y. Con ella sacamos también una edición en CD que fue la cuarta. Antes saqué dos recopilatorios en digital que tenían un total de 40 artistas de todo el mundo. Lo siguiente fue con esta chica que es un CD bastante interesante de música rollo IDM. Luego se ha ido un poco alternando entre CD y digital, siempre con la idea de llegar al vinilo, pero todavía no hemos podido. La idea era un poco recopilatorios con muchos artistas y luego publicar álbumes de artistas que me gustaban y que no tenían mucha difusión.
―También llegaste a crear un subsello dedicado a las casetes. ¿qué te interesa del formato?
―En ese momento flipé bastante porque estaba investigando música y recuerdo cuando Minimal Wave empieza a publicar cosas de artistas de los 80 que casi nadie conocía en aquellos momentos y que ahora son grandes referencias, como Das Ding y artistas así. En esa investigación, me di cuenta de que veía grupos que habían sido reeditados en Minimal Wave y que lo único que tenían era una casete, que la habían sacado igual en el año 82. Un grupo superdesconocido del cual había a lo mejor 50 copias y que no hicieron más, pero ese germen estaba por ahí, esas casetes estaban. Me gustaba mucho esa idea de poder hacer cosas muy experimentales en casetes, hacer pocas copias, pero saber que estaban por el mundo, poder mandar una Japón y otra a Estados Unidos.
La idea era un poco esa, parecerse a esos sellos, dejar como un germen por ahí puesto con artistas interesantes, muy experimentales y quién sabe si en el año 2050 alguien lo descubriría y lo querría reeditar. Eran artistas muy experimentales que no podíamos sacar en vinilo porque no podíamos gastar dinero. El tema de la casete era muy económico y fácil porque compraba todo el material que necesitaba, las cajas, las cartulinas para las carátulas y todo y luego ya lo grababa en casa con una doble pletina o varias pletinas. Era una forma supereconómica de llevar un sello en el cuál públicas lo que te da la gana, lo más experimental y no tienes que estar pensando en recuperar ningún dinero. Te da esa libertad de ir a lo más experimental.
En Discogs se puede ver bien todo lo que editamos en Música Dispersa Tapes, unas 28 cassettes (de momento) de diferentes artistas de todo el mundo.
―Dentro de los artistas españoles que has publicado en el sello, me gustaría hablar sobre UHF y Alex Martin. ¿Cómo surgieron estas colaboraciones?
―En el caso de UHF yo conocía a uno de los miembros, David Aragón, que ha pinchado en eventos míos. Es un DJ muy conocido en Madrid desde los años 90. Un día hablando con él, nos encontramos en el Specka y me habló de este proyecto que tenía con un amigo. De ellos salió un track en uno de los recopilatorios
En el caso de Alex Martín, tengo que decir que cuando yo he estado en Barcelona, que han sido dos años allí viviendo en los cuales hice tres o cuatro eventos, es la persona que más me ha ayudado y quien me puso en contacto con la gente de la escena.
Desde el primer día que llegué a Barcelona, se preocupó de que yo estuviese bien conectado con la gente que tenía que estar y que no me faltase información. Ha colaborado conmigo en eventos en Barcelona y también vino aquí al Specka. En un artista superinteresante, uno de los pioneros aquí en España porque en los años 93-94 ya hacía sus directos con las Rolands, la 101, la 808, la 909 tocaba en el Sónar y ya publicaba en el sello de Laurent Garnier, F:Communications en esa época, en el 94. Siempre ha sido un artista que me interesaba y cuando llegué a Barcelona y le pude conocer y colaborar con él flipé bastante.
También reeditamos una casete que salió hace muchos años que era un directo suyo en el Nitsa del año 95 y lo reeditamos con el diseño original y todo.
―En cuanto a tu faceta compositiva, has publicado material como A Wise Man Once Said Nothing, Monotron B/DL y RVi2, ¿qué nos puedes contar de estos proyectos?
―Si te gusta la música y haces música en casa de vez en cuando haces algo que te gusta y que lo quieres publicar. Esos dos primeros nombres han sido para algún track, pero están un poco medio desaparecidos.
El otro, RVi2, lo quiero volver a usar. No sé si el año que viene o en qué momento cuando cambie un poco mi estudio y las máquinas que tengo.
Ahora estoy viviendo en Tbilisi y las maquinas están en España.
Con ese nombre he tocado varias veces en Specka, y la idea que hay tras ese proyecto es volver a lo clásico, usando solo máquinas analógicas, que no haya ningún ordenador de por medio. Usar las máquinas clásicas del Techno, House y Acid. Las Roland 808, 909, 303 y 101… (en su versión Boutique)
Es el proyecto que más he movido y el proyecto que voy a mantener, aunque debo aclarar que el nombre ha cambiado y actualmente es Surreal Number.
También hago cosas de visuales a partir de videos VHS dañados y este proyecto se llama VHS.RV.
―¿Cuándo comenzaste a componer?
―Creo que fue básicamente en Barcelona y fue sobre todo por conocer a Alex Martín. También me influyó bastante en eso porque era además la época en la que salieron las Rolands Boutique. Estábamos siempre muy flipados y a él le gustan mucho las Roland. Él las tuvo todas en su momento.
Entonces, cuando salió la Boutique nos pusimos muy contentos y se la pilló. Todo fue por ir a su casa y ver cómo funcionaba una Roland 909.
Como me gustaba la electrónica, al final me picó el gusanillo y empecé a comprar máquinas. Y un poco aprendí autodidácticamente en casa y en mi estudio. Luego tuve la oportunidad de poder montar las máquinas en el Specka y tocar allí, que es algo que agradezco bastante. Han sido 3 veces y hay una gran evolución desde la primera amateur y en la que perdí la sincronización del directo hasta la tercera que quedó bastante bien.
Espero volver a ponerme con ello.
―Volviendo a lo que comentabas antes, ¿cuándo te fuiste a Barcelona, antes o después de Londres?
―Justo después de Londres. Tras los cuatro años y medio en Londres ya fue lo de Barcelona. Se vivía una situación política que yo creo que era un poco rollo. Yo no quiero saber nada de política, quiero saber de música, pero a veces influye en tu situación personal el lugar en el que vives.
De Barcelona, sobre todo, te puedo hablar de Hangar, (hangar.org). Con esta gente fue increíble. Tienen un espacio brutal, con muy buen sonido y me abrieron las puertas desde el principio. También Llums de Tunguska que es un programa de radio de allí, me apoyaron bastante. También, por supuesto, Alex Martín y bastante gente más. Algunos nombres se me van ahora… Pablo, un artista de Madrid que usa el nombre de Stauffer en sus sets en directo me acogió en su casa varias semanas hasta que encontré piso.
Hicimos lo que pudimos y salieron tres eventos bastante chulos.
―Volvamos a tus eventos, ¿era difícil programar en Londres?
―Mi impresión es que era facilísimo. En cuanto me se me acabaron los eventos en el The Castle, tardé un día en encontrar el siguiente local. Estaba cerca y se llamaba La taberna de George, era también un pub de estos antiguos. Aparece en novelas de Charles Dickens, fíjate tendrá más de 400 años y fue muy fácil con ellos, pero hicimos el evento y no les gustó porque era todo noise experimental y la gente que iba allí era gente de rock y no lo supieron entender. Fueron gente que solían ir allí y que se quejaron, pidieron el dinero de vuelta de la entrada y tuvimos que devolver dinero e incluso insultaron a algún artista que estaba haciendo puro noise. Ya después de ese evento no hicimos más ahí, pero encontrar el siguiente fue facilísimo también.
Era muy fácil tener siempre artistas para tus eventos porque Londres es una ciudad en la que hay artistas de todas partes del mundo, de todas las edades y de todos los estilos. Era muy fácil encontrar artistas para esos eventos y era también fácil encontrar los clubs. En general me parece que era bastante más fácil allí de lo que sería aquí en Madrid donde te puede costar mucho encontrar locales en los que organizar eventos experimentales.
―Y en cuanto al público, ¿lo ves más receptivo aquí o allí?
―En general lo que yo veía es que en Londres había más público. Quizá el público de aquí también es muy receptivo, el que viene, pero siempre es menos numeroso. Yo recuerdo que allí los eventos experimentales no salían mal. Podría venir más menos gente, pero siempre teníamos al menos 50 o 60 personas.
Aquí te puede pasar en Madrid que hagas un evento de música experimental y vengan diez personas o incluso ocho.
Por otro lado, en Madrid los lugares con ayudas públicas desde mi punto de vista funcionan con el amiguismo y los enchufes.
―Uno de esos eventos fue la gira de Galcid. ¿Cómo recuerdas la experiencia?
―Porque tenía mucho interés estaba siempre tratando de encontrar nuevos artistas y nueva música. Recuerdo que descubrí a Galcid cuando publicó en el sello Detroit Underground y me gustó bastante porque era una movida de electro supermoderna que estaba superbien. Coincidió con un viaje que tenía a Japón, así que quedé allí con ella. Le escribí en plan “me gusta tu música soy un promotor de aquí”. Entonces vivía en Barcelona y estaba interesado en organizar algo con ella. Me dijo que sí, que le apetecía venir y me preguntó si en caso de venir sería posible abrir el abanico un poco y tocar en más sitios. Entonces me empecé a mover un poco y al evento que ya teníamos en Barcelona le añadimos el del Specka en Madrid y también un evento en Londres con otros artistas experimentales de la ciudad. En el de Barcelona además estuvo con Annie Hall, Alex Martín en directo y Leonie Roessler. En Madrid fue en el Specka y estuvo también Waje mientras que en Londres también actuaron Xname y Suso Flores entre otros.
Lo recuerdo como una gira en la que aprendí un montón de cosas, cosas que las aprendía sobre la marcha. Aprendí también que cuando haces un tour con un artista que realmente estás en la misma frecuencia y estáis haciendo algo juntos con interés es genial, las cosas salen bien y ya puede venir el problema que venga o la situación que venga que juntos la sacáis adelante. Me parece que fue muy bonito en ese sentido de aprender. Para ella era la primera vez que venía a Europa, vino sola desde Japón y al final le surgieron muchas cosas cuando estuvo aquí. Recuerdo por ejemplo que en Londres la contactaron de Designer Republic que hacían los diseños para Warp Records (ahora solo es uno). La contactaron para aparecer en un libro que estaban escribiendo sobre modulares (un libro de fotografías de artistas que trabajan con sistemas modulares) y salió en el libro. La verdad es que lo recuerdo muy positivo, aunque salió mal económicamente, pero aprendí mucho y estoy muy orgulloso de ese tour como también lo estoy del último tour que organicé con las chicas del proyecto Women in Experimental.
―¿Es difícil organizar eventos en varios países?
―La parte difícil es que como no te conocen la parte de la publicidad, del marketing es más complicada. Por el resto, el tema de hacer eventos en muchos países ya depende de los contactos que tengas. Por ejemplo, en ese Tour, eran contactos que ya tenía en Barcelona, en Madrid… llamé a Londres. Otras veces he hecho eventos en otros países en los que no conocía absolutamente a nadie como, por ejemplo, en París que hemos hecho cinco eventos. Los hicimos cinco años seguidos y todo esto yo lo hago con los artistas. Siempre hay un artista que está en la ciudad que te puede poner en contacto con la gente y con los clubs. En el caso de París fue Meryll Ampe que es una artista que ha venido también a tocar mucho aquí a Madrid, creo recordar que estuvo también en el Museo Reina Sofía y en algún sitio más, es bastante conocida. Yo la conocía porque me interesaba mucho, sacó una casete en mi sello y fue ella quien me pasó un contacto de un local de París. Una vez que hablas con ellos, les enseñas tu propuesta y ves las condiciones. Yo siempre he funcionado con artistas que están en mi órbita, siempre envío e-mails de grupo a los artistas que veo que se sienten como parte de Música Dispersa y que forman parte de esta mailing list, les escribo y les digo: -“mira se puede hacer esto, a ver a quien le interesa y tiene posibilidad”. Luego necesitas también buscar artistas de la misma ciudad, son los que te van a mover gente al final.
―Y otros eventos que dices que guardas especial cariño son los de Experimental Mechanics. ¿Qué nos cuentas de ellos? ¿Cómo reaccionaba el público?
―Experimental Mechanics es la serie de los primeros doce eventos de Londres. Le guardo mucho cariño por muchas cosas. Por una parte, por los artistas que conocí que colaboraban. Yo iba a buscarlos cada curso al London College of Communication, ahí tienen un curso de arte sonoro que es bastante interesante e iba allí a ver a los artistas y contactaba con ellos. Les comentaba lo de mis eventos y venían a tocar. Le guardo mucho cariño a esos eventos por todas estas cosas, pero también por los locales donde lo hacíamos. Por ejemplo, hubo uno en un local de Londres que se llama Anatums Abode que fue genial. Era como una casa ocupada en el centro de Londres en la que se juntaban como varias casas abandonadas con unos patios interiores con muchos árboles por ahí sueltos. Era un espacio como de cuento en el que hicimos una movida con una zona con directos de música experimental, otra zona con un bar con DJs, otra zona con instalaciones, otra zona con visuales. Montamos una brutal en este sitio. Los artistas que tocaron en esos eventos, por decirte algunos, fueron Carlos Garate que es un artista de aquí de Madrid, Teknocannibaal que es un chico de Perú, Paloma Pyip, Cao que era una artista peruana con bastante nombre ahora, Tony Quiroga, la italiana Lametafisica…. Tuvimos a Shelley Parker también pinchando y a Yngryd que vino de Vitoria, es una DJ muy conocida ahora en España. También estuvieron Ewa Justka, Lutfi Othman, Purpura… en fin un montón de artistas que colaboraban en estos eventos y que nos llevábamos muy bien.
También añadir a Bioni Samp que es un artista de Londres que está relacionado con las abejas. Él es apicultor también y los directos los hacía con el traje de apicultor y todos los sonidos lo sacaba de grabación que hacía de las abejas en los panales con micrófonos de contacto y bueno, era una pasada. Y no quiero olvidar a Blanca Regina que es una chica de aquí de Madrid que estaba por allí. Les guardo mucho cariño a estos eventos.
Me dejo a muchos pero es imposible nombrarlos a todos.
Uno que lo llamamos Experimental Sunday, que era también de esta serie, fue en el que pegamos el pelotazo porque eso lo hice en un sitio que era enorme y fue un montón de gente y allí hicimos una movida superexperimental y la peña se quedaba con la boca abierta por los artistas que había. Tuvimos a Marlo Eggplant, Phantom Chips, Xname, Hyperstasis, Anthony Elliot e hicimos un montón de instalaciones allí con puramente noise. La verdad que ese evento salió muy bien y ahí ya vino lo siguiente, que fue nuestro “peak” en Londres, en el local Power Lunches que era un local mítico de la escena punk y hard rock. Con un bar en la parte de arriba y abajo con un sótano muy oscuro donde se hacían conciertos de punk, de música agresiva de música metal y todo esto.
Y allí empezamos a hacer nuestro evento Música Dispersa y fue genial. Teníamos la parte de abajo con los directos experimentales lleno hasta arriba y luego la otra parte también la teníamos muy bien. Se dio una casualidad y es que cuando estamos en nuestro máximo “peak” y quería hace el cuarto evento que era en enero, por problemas con los vecinos el local cerró. Era un local mítico, llevaba abierto más de 20 años y lo cerraron y creo que unos tres o cuatro meses después de cerrarlo fue cuando en Londres salió esta ley que es muy interesante, que si el local estaba antes que los edificios ya no puedes poner denuncias ni puedes hacer nada para cerrar el local. Eso está por ley ahora mismo en Londres. Pero en ese momento, tres meses antes no estaba esta ley. Salió a partir de las quejas de la peña porque era un sitio muy conocido y justo después ya lo cambiaron, pero claro yo ya me fui de Power Lunches y acabamos haciendo esta serie de Experimental Mechanics en New River Studios que ahora mismo es el punto más importante de música experimental en Londres dentro de lo que es más amateur como digo yo, no de los locales así más top que pueden llevar a artistas muy conocidos. En esos momentos también empecé a trabajar con IKLECTIK, que ahora es un sitio TOP en experimental (han pasado Monolake, Hiro Kone o Scanner) y aun colaboro con ellos. Juntos hicimos los streaming de Women in Experimental durante el confinamiento del Covid.
Yo lo pillé en el principio cuando acababan de abrir y entonces claro pues pasamos de este pico de Power Lunches de tener el evento lleno a los siguientes Música Dispersa, a los que ya vino bastante menos gente. Luego he seguido con River Studios, lo de Galcid fue allí e iba superbien. Pero ya pillé esos últimos eventos que no llegaron a cuajar allí tampoco y aparte ya me empezó a afectar el estar tanto tiempo en Londres. Hicimos también una serie de eventos con Music Hackspace que uno de los que lo llevaban, es un chico de Madrid que se llama Tadeo Sendon.
¡¡Los hacíamos en un container!! y allí hicimos cosas brutales, superexperimentales, después cambiaron a otro local. Trajimos a Lydia Kavina que es una eminencia del theremín. Es nieta de León Theremin, el creador del instrumento y ella aprendió a tocarlo con su abuelo de pequeñita. Pero bueno, ya llegó un momento en el que me di cuenta de que ya estaba cansado de Londres, había hecho ya mis primeros eventos en Madrid y abandonamos Londres.