Cuando utilizas al personaje principal de Crimen y castigo para nombrar a tu banda, no puedes responder a una entrevista con síes y noes. Y eso lo sabe muy bien Mathieu Pawełski-Szpiechowycz, fundador de la banda de coldwave Raskolnikov que nos deleita con unas respuestas elaboradas e interesantes. Podremos disfrutar de su directo en el Liège New Wave Festival que tendrá lugar el próximo 18 de septiembre.
—¿Por qué has elegido el nombre del personaje principal de Crimen y Castigo para tu grupo?
—La lectura de Crimen y Castigo de Dostoyevski me ha afectado profundamente, en parte por las cuestiones filosóficas despertadas, la descripción psicológica de los diferentes personajes, la fragilidad de la salud mental y la ruptura entre el sentido común y la locura.
Es la cuestión del punto muerto moral, de la culpabilidad y de la búsqueda de la redención. Lo irreparable está al alcance de todos. No existe ningún ser superior o perfecto. Eso es lo que marca, a la vez, la belleza y la tragedia del Ser. El personaje de Raskolnikov me evoca esto.
—El grupo se formó en 2015 en Ginebra, aunque al comienzo solo estabas tú, ¿no? ¿Qué nos puedes contar de este periodo? ¿Has dado algún concierto en solitario?
—Comencé Raskolnikov en Annemasse, que se encuentra en la Alta Saboya, y ensayábamos en los estudios Château Rouge en septiembre del 2015; yo tocaba la guitarra y cantaba, Laurent a la batería y Amélie al bajo. Después yo me he puesto al bajo y Emmanuel se nos ha unido a la guitarra con su sublime Dusenberg bleue. “Stockholm”, “Fire Bombing”, “3:00 am” ya existían. También hacíamos versiones de Joy Division, New Order, The Cramps y Grandaddy, si mi memoria no me engaña. Desafortunadamente, nunca dimos conciertos con esa formación.
He dejado de vivir en esa zona y digamos que las ambiciones tiraron por sitios distintos. He intentado numerosos ensayos con otros músicos en Constanza, sin éxito. Después, le he propuesto a Jérôme y Pablo -con los que ya tocaba en un grupo Berlin Velvet de montar este proyecto de una forma más concreta. Jérôme se ha venido a Constanza, Pablo acababa de mudarse a Paris para tener más oportunidades profesionales como gambista y violinista barroco.
Nunca me ha tentado el tocar solo.
—En ese momento has grabado tu primer EP. No lo he encontrado en Discogs, así que ¿nos puedes contar algo de la grabación y qué sonido tenía la banda en ese momento?
—Se trata de una versión demo de nuestro primer disco: exactamente los mismos temas. Las baterías eran los loops pregrabados que se pueden encontrar en el software de MAO. Los temas tenían entre muy pocas y ninguna parte de sintetizador. He grabado el bajo y la guitarra directamente a través de una interfaz digital en casa. Era una buena base, pero hacía falta volver a trabajar en ella. Jérôme ha aportado muchísimo, en parte por su forma de tocar muy energética, y por sus influencias más “wave”. Era el verano del 2016, en los Taurus Studio de Ginebra, propiedad de Claude Lander, Jérôme y yo hemos corregido algunas voces, bajos y guitarras, grabado las baterías y sintetizadores, remezclado y hecho todo el mastering, con la mano experta y los consejos de Claude. Por esa época estaba deprimido; eso me ha sentado bien.
—Como comentas, los tres habéis tocado en otro proyecto entre el 2013 y 2016. ¿Nos puedes contar algo más de él? ¿Es ahí donde os habéis conocido?
—Sí. Berlin Velvet. Por esa época yo tocaba con Laurent, que se encargaba de la batería. Ensayábamos al Château Rouge en Annemasse. Yo vivía en Cluses (estaba pasando una mala época), Laurent cerca de Thonon, Pablo en St Julien y Paolo en Ginebla. Julien, el responsable de Studs’, nos ha puesto en contacto, Paolo y Pablo querían encontrar un bajista y un batería para montar un proyecto darkwave, rock-wave. Paolo era el líder, cantante y teclista. Es teclista profesional y ha apartado ideas de composición y textos, bastante inspiradas en Midge Ure (Ultravox). No era precisamente mi rollo, pero no había tocado en grupos desde el 2009. Lo echaba de menos, así que me he implicado en el proyecto, aportando dos composiciones una de ellas la primera versión de “Fire Bombing”.
Jérôme ha reemplazado a Laurent à la batería un poco antes del fin del grupo.
Hemos grabado un EP de seis temas que no hemos editado nunca. Y tocamos unos tres conciertos en tres años. Había algo de desánimo y, entonces hemos decidido parar Berlin Velvet al fin de diciembre del 2016. Hemos ensayado en enero del 2017 en Paris con Pablo y Jérôme, para tocar los tres primeros conciertos de Raskolnikov en La Chaux Fonds, Lausanne y Ginebra, a finales de febrero del 2017. Hemos sido invitados por Tisiphone, una gran formación dark experimental y post punk de Lyon y que son buenos amigos.
—¿Cómo cambió el sonido de la banda con la llegada de Jérôme y de Pablo?
—Jérôme ha apartado los sintetizadores wave, los efectos que dan más profundidad a los temas, y también las baterías más enérgicas. ¡Una verdadera máquina! ¡Golpea sin moverse! Una delicia cuando haces la base.
Pablo ha aportado muchos sonidos nuevos a la guitarra, notablemente en las composiciones del segundo disco: “Faut pas faire chier Albert Roche”, “Montauk Point Lighthouse”, “Don’t want to see the doctor today” y “Stockholm II”.
Muy rápidamente nos hemos compenetrado perfectamente, en los ensayos, en directo y de fiesta. Somos muy buenos amigos.
—Después Pablo se ha ido y Quentin Allamand se ha unido a la formación, ¿verdad? ¿Qué ha pasado?
—Pablo es una “Estrella Barroca” antes de un roquero underground. Vive en Paris, está muy ocupado con el violoncello y el violín de gamba. Ha debido tomar una decisión, porque le faltaba el tiempo. Igual no es definitivo. Pero no podía más. Entonces, después de grabar el segundo disco, nos ha hablado de su agotamiento, de sus dificultades de compaginar el grupo, sus obligaciones profesionales y su vida personal. Lo comprendo, lo acepto, le ha dolido mucho el tener que parar y a nosotros también. Siempre será un buen amigo.
Quentin ha tocado mucho tiempo con Jérôme en otros proyectos. Se ha mostrado interesado en la idea de salir de gira con nosotros y se ha convertido después en el nuevo guitarrista. Además de su talento como músico, también es grafista y ha realizado las portadas de Lazy people will destroy you y Don’t want to die of boredom today.
Ya que Quentin también tenía el calendario bien repleto, es Jaime, quien ha producido nuestro segundo disco y nuestro disco en directo, que se ha puesto voluntariamente a tocar la guitarra.
—¿Cómo habéis entrado en contacto con Manic Depression Records? ¿Qué otros grupos del sello os gustan?
—Me parece que eso fue al comienzo del 2017. Estábamos en el Petit Bain de Paris con Pablo. Le había mandado el master de “Hochmut kommt vor dem Fall” a Jean-Louis unas semanas antes. Le he reconocido y he ido a hablar con él. (Aparentemente no le he dado mucho miedo). Me ha hablado de su interés, y también del de Vincent. Lionel estaba aparentemente menos entusiasmado por nuestra estética. Todavía tenían que hablar entre ellos. Nos hemos visto algunos más tarde, en la Loco (Machine de Moulin Rouge) tras un concierto de Trisomie 21, y entonces hemos hablado de diferentes puntos de la edición de nuestro primer disco en Manic. Pablo se ha unido a nosotros más tarde en el Supersonic, acompañado de un amigo. Tenía un aire muy contento también, y se fue haciendo eses.
En Manic como en Icy Cold, hemos tenido la ocasión encontrarnos, por las tardes, en Berlín, en Paris, y es una bonita constelación de artistas. Hemos tenido bonitos encuentros. Nos hemos hecho muy amigos de Dear Deer, Tisiphone. Lula de Venin Carmin (Seja records) acaba de unirse a Midnight Computers; es una muy buena amiga, con quien hemos hablado mucho sobre el booking y la promo. Conoceremos, dentro de poco a la gente de otros grupos en nuestro próximo concierto en Lyon. Emmanuel de Tétines Noires ha venido a vernos a Berlín en febrero del 2020; conocerle ha sido muy agradable. Hemos tocado con Crying Vessel en Zurich, con Second Still en Paris, con Traitrs en Ginebra.
Nos gustan también Blind Delon, Velvet Kills, Bleib Modern, Varsovie, Frustration (antes estaban en Manic).
—Habéis descrito vuestra música como melancólica. Y cómo personas, ¿os consideráis así?
—Todo depende del humor con el que me enfrento a una composición. Efectivamente eso se puede decir de una buena parte del repertorio. ¡Pero a veces estoy bien! También se encuentran elementos psicodélicos, o al menos hipnóticos (No safety word): « too weird to live, too rare to die ».
Tenemos algunos temas más rock, incluso más punk.
Un tema como “Vij” tiene, especialmente, una atmósfera de ansiedad.
También hay mucho sarcasmo en nuestras letras. Estoy pensando por ejemplo en “Sisyphos”, o al tema que comparte nombre con nuestro segundo álbum “Lazy People Will Destroy You”.
Es verdad que tengo una tendencia fácil a la depresión, pero me encanta convertir el drama en burla. Creo que nuestra música encaja con mis ciclos de depresión y de hipomanía.
—Ya que estáis relativamente cercanos a Francia, ¿os ha influenciado la coldwave clásica?
—Somos muy jóvenes para haber conocido esa época, no vamos a decir mentiras: hemos descubierto a Joy Division gracias al film Control de Anton Corbijn del 2007. New Order gracias a Joy Division. Killing Joke y The Cure gracias a Tonton Zegut. The Sound es también un gran grupo que he descubierto tarde. Se trata, desgraciadamente de un grupo de los años ochenta que formó parte de la familia demasiado numerosa de artistas descubiertas de forma póstuma y que han influenciado a muchos grupos de los años 2000. En cuanto a la coldwave francesa, he descubierto a Trisomie 21, Guerre Froide y Deux igualmente en los años 2010, más precisamente en julio del 2015. Estaba en Estocolmo. Me han enviado una bonita playlist, con bastante coldwave, post punk, post rock…
Al llegar a Alemania, también he descubierto unos cuantos artistas de los años 80 del Berlín de oeste, de la Soviet wave también. He descubierto muchas cosas gracias a las personas que me rodean o que me han rodeado, ya sea de música, de literatura, de pintura o de lugares a los que vale la pena viajar.
—Habéis confesado también que os gusta el rock alternativo de The National, o Interpol. ¿Crees que esa influencia se puede sentir en vuestra música?
—Sí, sin que me tiemblen las rodillas, reconozco estar muy influenciado por Interpol, The National, Ghinzu ( “au dessus y’a rien, en-dessous y’a rien non plus”, cita del film belga Dikkenek), Bowie y los mismos Placebo. En mi post adolescencia era bastante fan de los tres primeros discos. Es al leer las entrevistas de estos artistas que descubres sus influencias. Esas influencias raramente te desagradan.
Jérôme es incluso más joven. Y extrañamente él está mucho más ducho en wave. El revival de los años 2010 ha jugado cierto rol en ello.
— En vuestro primer disco hay canciones con temas con nombre en polaco y en alemán. ¿Por qué habéis elegido estas lenguas para los títulos?
—El título del disco Hochmut kommt vor dem Fall significa “el orgullo precede la caída”, en alemán. ¿Por qué en alemán? Vivo en Constanza desde el 2014. He necesitado mi tiempo para aclimatarme, y eso resume el estado mental y psicológico en el que estaba durante ese periodo. “Poddanie bezwarunkowe” podría traducirse del polaco como “rendición incondicional”. Para aquellos que conocen el tema y la música, no hace falta decir que estamos muy lejos del rollo de Babylon Circus o Sinsemilia… hay algo para cada gusto.
En el segundo disco, encontramos igualmente temas con los títulos en francés y en ruso. Hasta ahora he escrito mis textos en ingles. Pero no considero imposible que acabe cantando también en francés, alemán y ruso.
—En It’s going to be fine, after all, encontramos influencias del post-rock. ¿Tenéis pensado hacer más temas experimentales?
—¡Sí! ¡Absolutamente! Por una parte, he comenzado una nueva composición de 19 minutos. Jérôme me dijo que quizás haría falta que me relajase. Hoy la tendencia es a los temas fáciles de escuchar de 2:32… consume rápidamente, muere rápidamente. Pero la ventaja de ser underground, y sobre todo, de tener clase, es que haces lo que quieres.
El post-rock me gusta bastante, hay discos de Mogwai, Godspeed You, Black Emperor, God Is an Astronaut, y Russian Circles en mis playlists y en mis estanterías.
—En Lazy People Will Destroy You aparecen dos nuevas versiones de “Stockholm”, uno de los temas de vuestro primer disco. ¿Por qué la habéis querido hacer de nuevo?
—Es un poco como un disco dentro de numerosos discos… Habrá otros sin duda: temas post rock, wave, cold. Los tres temas actuales se podrían encadenar: tienen la misma tonalidad.
— Sold Dead Soul proviene del inacabado libro de Gogol Almas Muertas, también referenciado en un tema por Joy Division. A su vez, Vij Вий está basada en una obra del escritor ruso. ¿Por qué habéis usado estas dos referencias?
—Me gusta mucho Gogol; describe con mucha ironía y sátira la mediocridad y la banalidad del mal que que acompaña al ser humano en su miserable frenesí, su obsesión del “siempre más”, sin preocuparse de ir directo hacia el uro, y de arruinarlo todo. Las almas muertas es una obra convertida en farsa, es atemporal y todavía se lee bien.
Vij es la adaptación de Gogol de una vieja leyenda ucraniana, que habla del reencuentro de un joven estudiante de filosofía y teología con una hechicera. La adaptación para la pantalla de Constantin Erchov y Gueorgui Kropatchev de 1967 me gustó mucho por su estética que correspondía con la cultura batcave. Hemos utilizado imágenes de la película para acompañar la música. Se puede encontrar en YouTube.
—Con un nombre tan literario ¿ha sido la literatura una gran fuente de inspiración para vuestras letras?
—Leer alimenta el alma (no es una cita mía), de la misma forma que todas las formas de arte. Aprender a hablar varias lenguas y viajar también lo hacen. Yo leo, tomo notas, fotos, vídeos cortos y al interpretar esas palabras, esas imágenes, esas ideas, con mis demonios y mis experiencias personales, puedo comenzar a escribir. A veces cito las obras en los títulos o en las rimas.
Estoy trabajando actualmente en convertir en canción de un texto de Baudelaire (en francés) y de Maiakovski (По русски – po russki). En estos momentos estoy leyendo el Fausto de Goethe, después de haber leído El Maestro y Margarita de Bulgákov -¡una obra extraordinaria!-, El proceso y El Castillo de Kafka. He vuelto a leer recientemente El retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde (fue en el tren de las 19:00…). En cuanto a obras más recientes, he leído Crénom, Baudelaire! de Jean Teulé; esta me ha gustado mucho. Por otra parte, es gracias a esta lectura que he deseado trabajar en « l’irréparable ».
También leemos, Jérôme y yo, lecturas más ligeras, tanto de comics, incluso a veces desviados, como “Le guide de l’effondrement”, “Paul Lamploix et les quatre Hubert”, hábilmente co-escrita por dos genios de Grenoble, pero también las polisemias estúpidas de « d’Un faux Graphiste », artista belga.
—¿Por qué habéis decidido publicar un disco en directo (Don’t want to die of boredom today)? ¿Quizás la respuesta se encuentra en el título? ¿Cómo se ha desarrollado la grabación?
—Bueno, el tiempo ha pasado muy lentamente a partir de marzo; habíamos ya comenzado nuevos temas en casa con Jérôme, pensando en un tercer disco. Y al ver a los compañeros hacer directos en streaming en la cocina, el salón, el baño… pero un grupo amplificado y con batería en apartamento, ¡eso no funciona! Puedes ensayar, pero te puede pasar cualquier problema. Al final hemos contactado con la Mottattom en Ginebra, un lugar que reagrupa varios estudios de artistas, uno de ellos una increíble sala, la Mine, que se usa principalmente para los ensayos del teatro.
Jérôme se ha encargado de la organización, su hermano Quentin, que estudia realización audiovisual, ha trabajado con Yoann Schott, con el que ya hemos ya realizado el video clip de “Montauk Point Lighthouse” en el 2019. Con Yoann, para el encuadre, un segundo cámara estaba ahí, Loïc. Con él, teníamos dos cámaras en movimiento y uno fijo en Jérôme. Para tener bastante material en términos de imagen, y para tener varios planos fijos, hemos tocado el mismo set tres veces.
En cuanto al sonido, es la segunda toma la que se puede escuchar. Jaime se ha ocupado de las tomas, de la mezcla y del mastering, como en el segundo disco.
Hacía un calor de muerte, era mitad de agosto, y tocas 40 minutos tres veces. Nos hemos cambiado tres veces de ropa (aunque eran vestidos idénticos).
Al final, ha habido una escena surrealista: un tipo ha entrado quejándose. Al comienzo pensábamos que era no sabía lo que decía; ¿Qué es este follón? ¡No consigo escuchar mi televisión! O ver mi radio… Nos hemos reído, pero eso le ha encendido más. Entonces ha afirmado que lo que hacíamos no era TRABAJO y que no teníamos nada que hacer allí. Entonces Jérôme ha perdido la paciencia y le ha mandado a la mierda… es un chaval, pero un chaval de 1.92m. El anciano quizás medía 1.70m. Y si hay una cosa que puede enfadar a Jérôme es sentir que la música, el arte en general, no es un oficio. Brevemente, no se debe molestar a Jérôme, y no hemos vuelto a ver a Jean-Jacques en toda la tarde.
Hemos dejado a Yoann y Jaime trabajar sobre el montaje imagen/sonido. En noviembre todo estaba preparado. Podéis encontrar el concierto entero o fraccionado en YouTube, o en audio, o donde vosotros sabéis. Nos quedan algunos cds, los vinilos llegarán, quizás, algún día (ya han sido pedidos).
Dos temas extras se han añadido a la versión audio. Se trata de dos canciones que teníamos bastante avanzadas, y por añadir algo más de interés a este disco en directo, Jean-Louis y Vincent nos han animado a añadir nuevos contenidos.
—¿Cómo ha vivido el grupo la pandemia? Supongo que habéis tenido muchos conciertos cancelados.
—Al comienzo había un stress en crescendo: había cancelaciones todos los días, para nosotros, nuestros compañeros. Luego se cerraron las fronteras, hubo restricciones de movimiento.
Los periódicos mostraban las tablas de víctimas por país, un poco como el medallero en los juegos olímpicos… Para mí son todos unos gilipollas; los primeros de la clase en dar clases de moral, mientras que los tocados adoptan teorías conspiratorias.
Había una reja, después dos, para separar Constanza de Kreuzlingen (Alemania – Suiza). Una jodida reja doble, ¡con los lloros de cada lado para vigilar! ¡Revival del estilo Berlín! ¡No importa a quién! ¡Surrealista! Hemos aprendido que en Francia y en Bélgica, estaban peor o al menos no mejor.
En Suiza, todo ha estado cerrado en todas partes, pero podías salir por e día o por la noche (puesto de éxtasis, como dijo Philippe) en grupos de cinco como máximo… no nos podemos quejar demasiado, peor han estado nuestros colegas en Paris y Lyon.
Hemos podido tocar una decena de conciertos de diciembre a febrero con Dear Deer y Tisiphone.
Nuestro último concierto ha sido en Berlín. Siempre es una fiesta el tocar en Berlín. ¡Los conciertos están siempre llenos y te llaman para que vuelvas a tocar una vez, dos y hasta tres veces!
Lazy people will destroy you ha sido publicado el 20 de febrero. Nos han cancelado una buena veintena de fechas en el 2020. Las estamos retomando ahora y todavía tenemos que reemplazarlas en el 2022.
Hemos trabajado con Charlotte en lo relativo a la prensa y ella ha hecho un buen trabajo, a pesar de las circunstancias. Publicar un disco en estudio, luego en directo, en pleno periodo muerto, ¡es valiente!
—¿Qué planes tenéis para el futuro? ¿Un tercer álbum?
—Tenemos muchas oportunidades de tocar en el 2022 y por otra parte, algunas composiciones más o menos avanzada. Tenemos todavía bastante trabajo, pero habrá un tercer disco que presentar.
Esperamos también tocar nuestro repertorio actual en directo.
— ¿Qué nos puedes adelantar de vuestro próximo concierto en el Liège New Wave Festival?
—Vamos a tocar el set que íbamos a tocar el año pasado. Quizás tocaremos un poco más de lo previsto, es un placer para nosotros, y esperamos que sea igualmente un placer para el público presente.
Es para mí un verdadero placer venir a la tierra de nuestros vecinos, primos y compañeros belgas. Me gusta mucho Lieja; Le Pot au lait, el restaurante La maison du Peket, la Zone, la baraque de fraiture en la ruta de Lieja à Luxemburgo y por supuesto los Rouches del Standard (incluso si antes era mejor).
Nos encanta la escena de rock belga: Ghinzu, Deus, Girls in Hawaï, Mintzkov, Le Prince Harry…
Queremos darle las gracias particularmente a Jean-François, Pascal y todo el equipo del LNWF por su abnegación, su paciencia y su energía, sin la cual no puedes emprender nada. Si la situación actual es delicada para los artistas, no lo es menos para los organizadores tanto de eventos benéficos como profesionales.