Nic Hamersly, con su proyecto Ortrotasce lleva más de quince año demostrando que tiene una especial sensibilidad para componer temas bailables a la vez que emotivos. Su música suena moderna a la vez que nos remite a décadas pasadas. Así, no es de extrañar que fuese un sello que conoce bien el pasado, como es Dark Entries, el que publicase su último álbum Dispatches From Solitude, que contenía ocho joyas para bailar con lágrimas en los ojos. Es uno de los artistas que no queremos perdernos en el festival Ombra, que se celebra este mismo fin de semana en Barcelona.

—¿Qué te llevó a comenzar Ortrotasce en 2009? Ya tocabas en otras bandas como Resi Noth, ¿verdad?
—Correcto. Durante ese período de mi vida, me sentía cada vez más atraído por los pioneros de la música electrónica, a pesar de haber crecido tocando la batería en varias bandas punk. Cuando me mudé a Portland, Oregón, en 2008, aún no conocía a muchos músicos en la zona, así que decidí empezar mi propio proyecto. Experimenté con varios nombres antes de llegar al de Ortrotasce.
—Dijiste que te inspiraste en el sello Three One, y a partir de ahí comenzaste a escuchar música electrónica. ¿Podrías contarnos más sobre esto? Honestamente, nunca he escuchado ningún disco de Three One G.
—En realidad eso ocurrió en el instituto. Era un sello basado en San Diego, California, conocido por su catálogo de noise rock, powerviolence, experimental y no-wave. Bandas como The Locust, Arab on Radar y Holy Molar se convirtieron rápidamente en algunas de mis favoritas. Muchos de estos artistas incorporaban una fuerte presencia de sintetizadores en sus grabaciones, lo que desempeñó un papel importante en moldear mi interés por la música electrónica underground.
—Con el AKA Warmline lanzaste un álbum titulado Sad en 2011. La música es más post-punk. ¿Qué puedes contarnos sobre este proyecto?
—Este fue otro proyecto en solitario que desarrollé mientras vivía en Portland. Quería crear algo más centrado en la guitarra y el bajo, y siempre he tenido una energía creativa naturalmente inquieta. Me aburro fácilmente, y hacer música es todo para mí, así que explorar cada rincón de lo que amo musicalmente me parece lo normal.
Escribí todas esas canciones en una pequeña habitación debajo de las escaleras de la casa donde vivía, pagando 150 dólares al mes por el espacio. Solo estaba yo, un saco de dormir, una guitarra acústica, un bajo y un laptop. Fue un período indiscutiblemente bajo en mi vida, y eso moldeó tanto el ambiente como la inspiración detrás del proyecto. La producción es horrible, y en este momento, no es un lanzamiento que me guste demasiado, pero algunas de las partes de guitarra aún resuenan conmigo. “Calling Out” y “Empty”, en particular, todavía evocan algo significativo. Son melancólicas, de una manera que siempre he apreciado.
—¿Cuál es el significado de Ortrotasce? Debería pronunciarse Or-tro-task, ¿no?
—¡Correcto! Es tanto una bendición como una maldición. El nombre no tiene un significado oficial y es completamente inventado. Es fácil de encontrar, difícil de pronunciar. Para mí, conlleva interpretaciones cambiantes. “El que se desliza entre significados”, o, “el que despierta en otras versiones de sí mismo”. Depende de la noche.
No fue algo que planeara o analizara cuidadosamente. Surgió simplemente, llegó por sí solo, o quizás nunca haya llegado del todo.
—En el álbum Past and Present, recopilaste tus tmemas de 2010 a 2012, ¿verdad? La música es oscura y sombría. ¿Cuáles eran tus influencias en ese entonces? ¿Estabas escuchando mucho rock gótico (aunque bueno, tenías otro proyecto post-punk en ese momento)?
—Past and Present compila temas de ese período, cierto. En ese momento, me sentía más atraído por un sonido electrónico experimental/minimal synth que por el rock gótico tradicional. Aunque tenía un proyecto post-punk, la atmósfera más oscura y centrada en sintetizadores de estas pistas fue moldeada principalmente por mi interés en los sintetizadores y las máquinas de ritmo en lugar de por algún género específico. Escuchaba a artistas como Staccato du Mal, Opus Finis, Felix Kubin y Doxa Sinistra. Puede ser obvio, ¡ja, ja, ja! pero siempre me ha atraído la melancolía. Siempre y para siempre.
—Después publicaste 11/13 y Phase Four, supongo que estas compilaciones reflejan tu evolución instrumental y tu movimiento hacia un material más bailable. ¿Cómo fue esa evolución durante esos días, según tú?
—La mayoría de esos temas fueron creados en torno al mismo período que Past and Present. Regresé a Florida en 2013, que fue cuando grabé las composiones para Phase Four directamente en cinta. Aunque la producción es cruda y dura, todavía tengo un fuerte apego a ese trabajo. Estoy constantemente creando y explorando nuevos sonidos para mantener el proceso atractivo tanto para mí como para el oyente, aunque principalmente para mí. A pesar de esto, creo que mi sonido general ha permanecido consistente a lo largo del tiempo.
—Lanzaste un split con Silent EM, quien también es tu amigo y también actuará en Ombra. Ya le preguntamos sobre ti, así que es tu turno de contarnos qué te gusta de su música.
—Jean se ha convertido en un amigo cercano y valioso. No tengo muchas conexiones personales profundas dentro de la escena synth, pero tuvimos una conexión inmediata.
Desde una perspectiva musical, es un artista subestimado. ¡ES UNA FUERZA! En términos de composición, estado de ánimo y contenido lírico, su trabajo es completamente original, simultáneamente nostálgico, auténtico y rebosante de energía cruda. También estaré tocando la guitarra para Silent EM en Ombra y luego en fechas en Europa/Reino Unido. Es un honor ser parte de sus actuaciones. Es un intérprete excepcional. NO TE LO PIERDAS.
—En tu primer álbum y en Monument of Existence, compones en una amplia gama de géneros musicales, desde cold wave, post-punk, EBM, a ambient… Siendo un artista que ha trabajado en tantos géneros diferentes, ¿cuáles son, según tú, los elementos que siempre puedes encontrar en un tema de Ortrotasce?
—A lo largo de mi trabajo, independientemente del género, creo que los elementos definitorios de una composicion de Ortrotasce son la atmósfera, la honestidad emocional y la profundidad textural. Ya sea cold wave, post-punk, EBM o lo que sea, siempre estoy enfocado en crear un sentido de espacio y estado de ánimo, superponiendo sonidos para evocar sentimientos, y manteniendo una consistencia en tono y energía que refleje mi visión personal.
—De 2017 a 2022 no lanzaste nada. ¿Estabas trabajando en un proyecto diferente?
—Tengo muchos proyectos, subproductos de mi naturaleza inquieta, con TDAH. Gran parte de mi tiempo lo dedico a no escribir música convencional, sino a profundizar en los instrumentos electrónicos. Eurorack y la síntesis modular son mi principal campo de juego. Incluso en momentos de aparente quietud, estoy creando. Construyendo temas para otros apodos, explorando rincones ocultos.
Tengo algunos otros proyectos que exploran diferentes caminos. Skinner Follie, Hinkie Pearl, Mr. Service. Cada uno es un experimento distinto, un fragmento del mundo siempre cambiante que estoy creando musicalmente.
—Tu EP de “regreso”, I Remember My Past Life In Great Detail, es un poco más post-punk/wave. ¿Puedes contarnos más sobre este enigmático EP?
—¡Ah, sí! Realmente amo esos temas. Originalmente las interpreté en vivo bajo mi apodo Skinner Follie, pero elegí publicarlas como Ortrotasce para cambiar deliberadamente las expectativas y llevar a los oyentes en una dirección completamente diferente. Mi objetivo era crear algo más primitivo, terrenal, exótico/oscuro y misterioso, con texturas orquestales y sonidos poco convencionales entrelazados. Quería que cada pista fuera única, que existiera como su propio mundo sonoro distinto.
—Tú último álbum ha sido publicado por Dark Entries, un sello famoso por sus re-ediciones de los 80. ¿Eres también fan del sello, te interesa el material antiguo?
—Siempre he sido fan de Dark Entries. Josh es fantástico y es un verdadero placer trabajar con él. Tiende a atraerme la música más antigua y tengo una preferencia genuina por ella.
—Dispatches from Solitude es más synth pop. ¿Qué te ha llevado en esta dirección?
—Simplemente necesitaba avanzar y explorar diferentes direcciones. No lo llamaría synth-pop. ¡Ja, ja! Pero en general, el material es un poco menos sombrío que mi trabajo anterior.
—Tu música tiene una vibra nostálgica. ¿Crees que hoy en día estamos viviendo en una sociedad demasiado nostálgica?
—Aprecio que digas eso, de verdad. Sin sonar demasiado duro, siento que muchos artistas modernas de synth y góticos carecen de un sentido de nostalgia. Me atrae la sensación y la energía de la música del pasado. Hay profundidad y carácter que a menudo falta hoy en día. Demasiado a menudo, la música contemporánea se siente excesivamente pulida, sin conectar con lo que vino antes. Quizás eso se aplica incluso a mí en ocasiones. Sin embargo, concedo todo el crédito y respeto a la música del pasado. De allí proviene gran parte de mi inspiración.

—Dispatches from Solitude se grabó en parte durante el Covid, ¿cómo influyó la vida aislada en la composición del álbum?
—Ese período me ayudó mucho tanto creativamente como emocionalmente. El Covid fue un tiempo extraño y desorientador, pero el aislamiento me dio el espacio para realmente enfocarme. Terminé escribiendo y grabando prácticamente todas los temas durante ese período. También me concentré en la producción. Sin embargo, todavía siento que me falta algo en ese departamento.
—Algunos teclados me recuerdan a Martial Canterel, ¿fue él una influencia en tu música?
—¡Ja, sí! Incluso durante mis primeras grabaciones. Sean demuestra un uso excepcional de la síntesis modular, así como un fuerte sentido de la melodía y estructura.
—Creo que la influencia del italo disco es más evidente en este álbum, aunque ya estuvo presente antes. ¿Qué encuentras interesante en el género?
—Las melodías cautivadoras y las ricas armonías vocales.
—¿Qué tipo de equipo utilizaste para el álbum?
—La mayoría fue creado utilizando Eurorack y el ARP 2600M para las secuencias, líneas de bajo y elementos rítmicos texturales. Las baterías fueron principalmente samples y programadas en Ableton. Para pads, leads y otros sonidos, dependo bastante del Korg Wavestate, que amo por su versatilidad y su colección basada en samples de todo lo que podrías querer.
—Dijiste que “la libertad de estar solo es gloriosa” al hablar de trabajar por tu cuenta. Pero también tocas en una banda llamada Chlorinefields. Con ellos has lanzado algunos singles y un álbum. El estilo es bastante diferente de la música que haces bajo el nombre de Ortrotasce. ¿Qué puedes contarnos sobre esto?
—Ese fue un proyecto dirigido por un amigo mío del sur de Florida. Era una banda completa, y yo contribuía con guitarra y sintetizador. El proyecto tuvo una vida corta, y la música se inclinaba más hacia el indie, con un ambiente similar al de Stereolab. Coordinar una banda completa en esta etapa de la vida es un desafío, ya que todos tenemos diferentes compromisos, pero realmente disfruté la experiencia de tocar con ellos.
—¿Cuáles son tus planes para el futuro?
—Solo vivo en el AHORA.
—¿Qué puede esperar el público de Ombra de tu concierto?
—¡ROMANCE + GUERRA!
