Se acaba de publicar el nuevo disco de Eleven Pond, del que avisábamos en nuestra entrevista al grupo de hace unos meses. Drive es rupturista, moderno y muy, muy oscuro, mantiene las señas de identidad de la banda, pero a la vez, actualiza el sonido, incorporando nuevas referencias y facetas del grupo. El disco, quinta obra de la banda de Jeff Gallea, se centra en la obsesión por los vehículos, pero también en el impulso de buscar el amor, como avanza el título en un juego de palabras imposible de traducir al castellano. En la grabación han participado Garey Spider y Asa Fox y se puede escuchar y comprar aquí.
El tema titular, “Drive” es un pildorazo electro, uno de los temas más cañeros y oscuros del disco. Ya había avisado Jeff Gallea que este era un disco aterrador, y no ha defraudado. Imágenes de carreteras infinitas que atraviesan ciudades destruidas vienen a mi mente mientras escucho el tema. Continúa “Headlock”, otro tema potente, esta vez, casi EBM, que nos puede recordar a unos Front 242. El electro vuelve en “So Far Away”, tema impregnado de esa melancolía que tan bien le sienta a la banda. En “Miss Wonderful” bajan las revoluciones y suben las guitarras mientras viajamos por el mundo persiguiendo a una mujer perfecta.
¿Qué sentido tiene hacer otra versión de la Velvet Underground? La respuesta es “Venus In Shells”, original toma donde tanto la interpretación de Jeff Gallea como el uso de la mandolina le dan una inimaginable nueva vida a una de las obras maestras de la banda de Lou Reed y John Cale. La influencia de New Order sobrevuela casi todo el disco, y es evidente en temas como “Black Keys” del que ya conocíamos una versión en directo. El trabajo de sintetizadores en “Dream Within A Dream”, donde le ponen música a un poema de Edgar Allan Poe, es de lo mejor que hemos escucha en mucho tiempo. Sin duda, el mejor tema del disco para este humilde juntapalabras. Vuelve la melódica y la melancolía en “Tangerine” donde Jeff canta dolorido sobre un ácido fondo de sintetizadores. Me gusta el contraste entre esa interpretación triste y apasionada y esa música que te invita a la fiesta. La sensualidad siempre ha estado presente en la música de Eleven Pond, desde aquel “Watching Trees” y protagoniza la final “When She Asks For More”, tema cuyo génesis data de 1989 y donde la guitarra vuelve a cobrar un inesperado protagonismo.
A veces la vida pasa demasiado velozmente ante nosotros y necesitamos cosas para detener el tiempo y poder saborear el momento. Drive se escucha y se vive, te emociona y te enriquece y, sobre todo, te hace recordar que había un tiempo en el que un disco era mucho más que un conjunto de archivos.