La darkwave inglesa y la coldwave escandinava se unen en A Haunted Place, el disco grabado a medias entre Kill Shelter y Antipole. En Kill Shelter nos encontramos al multiinstrumentista Pete Burns mientras que Antipole es el proyecto de Karl Morten Dahl. Ambas formaciones grabaron sus discos de debut en el sello franco-español Unknown Pleasures y tras haber trabajado conjuntamente en algunos proyectos, se encontraron en el Manic Depression Festival, evento del sello que publica al escocés y que además ha publicado este disco. Además, ambos suelen contar con vocalistas invitados en sus discos, aunque aquí es Pete Burns el que coge el micrófono.
He aprovechado la publicación del disco para comprarme también el último trabajo de Antipole, Radial Glare, una gran obra donde las guitarras de Karl Morten Dahl unifican un conjunto de temas cantados por Paris Alexander, Eirene y Marc Lewis. Así que me he enfrentado a este A Haunted Place con muchas expectativas. El trabajo de guitarra de Karl, aquí reforzado por el de Pete Burns, brilla a lo largo de estos ochos temas de un disco profundamente melancólico. Una obra madura, que necesita su tiempo para ser disfrutada, sin necesidad de estribillos fáciles y con la profunda voz de Pete Burns que se revela como un gran cantante.
Comenzamos con la potente, oscura y con un toque bailable “Raise The Skies”, primer single del disco donde brillan las potentes guitarras y un riff de esos que se te quedan grabados. “Burn Bright” tiene un comienzo inquietante y sigue con unas guitarras arrebatadoras. Es, además, uno de los temas en los que Lynsey Burns hace coros. “A Kiss in the Rain” es un tema lento, melancólico con un nombre que verdaderamente describe lo que te vas a encontrar. “Into the Fire” continúa la senda del tema anterior, pero es, sin duda más pegadizo y tiene unas atmósferas deudoras de The Cure. “All for Nothing” es el tema más rock gótico del disco y es, sin duda, otro de los bombazos del disco. En “The Edge of Reason”, destacamos la gran línea de bajo y la sensación de soledad que consigue transmitirte el tema, con gran coro y sentida interpretación. Vuelve la potencia en “Of Roses and Thorns”, un tema más darkwave. Terminamos con otra lenta “Every Waking Hour” un tema fantasmal y evocador, también de lo mejor del disco. La edición en CD trae un corto tema final de frágiles guitarras que comienza tras casi medio minuto de silencio.