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Entrevista a Bound by Endogamy

por François Zappa

Foto de portada: Titouan Massé

Si hubiéramos tenido que apostar por buenas actuaciones en el Ombra de este año, nuestro dinero hubiera ido al dúo suizo Bound By Endogamy. Quizás por su pasado punk o por la energía que ya consiguen transmitir en disco, nos pareció obvio que su concierto iba a ser una apuesta segura. Conocimos al dúo formado por Kleio Thomaïdes y Shlomo Balexer gracias al álbum que co-editó Màgia Roja y, con cada trabajo que han publicado después, no han dejado de sorprendernos. Tras su impactante actuación en el festival barcelonés, hemos querido saber un poco más de esta pareja que, sin duda, okupará vuestros corazones.

Foto: Gil Álvaro De Lemos

—El nombre de la banda (unidos por la endogamia) surgió de una especie de broma privada sobre la escena en Ginebra, en la que se conoce todo el mundo. ¿Es la escena EBM /synth punk igual de pequeña?

—Realmente no era una broma. Era más bien una observación irónica sobre la naturaleza de nuestra relación dentro del marco de la escena punk local. Cuando decimos que todo el mundo conocía a todo el mundo, lo decimos en el sentido bíblico. Todos se acostaban con todos dentro de un restrictivo círculo sociocultural (no hacemos ninguna clase de juicio moral sobre esto).

El aspecto decisivo en esta observación no es el tamaño de la escena, sino la homogeneidad de los individuos que la constituyen. La gente que se mueve alrededor de la escena EBM/synth punk de la que hablas, a esos, para esquematizar, los llamamos góticos. El ajustarse a una forma de vestir definida y apoyar una corriente musical y un imaginario estético son, obviamente, similitudes que los góticos comparten con los punks y otras tribus urbanas que emergieron a finales de los setenta y durante los ochenta.

Hoy en día, estas corrientes, que estaban claramente en compartimentos cerrados en su momento están siendo mezcladas en una corriente global “queer”. Todavía hay devotos incondicionales, puristas de las escenas punk y gótica, pero hablando en general, los entusiastas de la música pican de todos los lados. Y eso también hacen los artistas.

A simple vista, esta evolución podría verse como una corriente positiva hacia la apertura de miras y el intercambio de ideas, pero creemos que en realidad proviene, sobre todo, de una especie de oportunismo. Es parte de la obsesión del capitalismo inherente a la sociedad del entretenimiento de reapropiarse de cualquier cosa que pueda ser comercializada. Los tesoros de la contra cultura y de las culturas de manifestación son profanados, aplastados, vaciados de significado y vendidos a los consumidores por pseudo-artistas que visten los atributos y blanden los códigos de nuestros movimientos sin tener ninguna conexión con ellos. Las almas de estos movimientos se disuelven en un gran caldero en el que todos los gustos se confunden para formar un revoltijo poco interesante y sin gusto que nos sirven en cada comida.

Y este fenómeno, que todo el mundo ha señalado en la industria de la música mainstream, también está pasando entre artistas independientes, más o menos underground.

Sabemos por adelantado que no vamos a tener un consenso unánime en esta conclusión, pero creemos que los punks y los góticos están siendo despojados por un mecanismo de apropiación cultural, guiado por intereses comerciales, estéticos e ideológicos. Una espoliación de la herencia cultural moderna análoga a la que golpeó a los pueblos colonizados de América y África. Con, de forma implícita, la intensidad de la violencia relacionada específica de cada contexto histórico particular.

Y si no eres miembro de estas comunidades que están siendo expoliadas, nunca conocerás en tu propia piel cómo de doloroso es ver a payasos sin educación caminando por la calle disfrazados como tú, aunque tú no tengas nada en común con ellos 🙂

Finalmente, es quizás en este momento que hemos alcanzado un punto en el que el nombre de nuestro proyecto conlleva un significado relevante de forma inesperada. De hecho, los punks están ligados entre sí por vínculos invisibles de esencia animal, que les permite reconocer a los miembros genuinos de su sociedad y desenmascarar a los impostores,  yendo más allá de las apariencias, más allá de la ropa, más allá del discurso, posiciones y artilugios.

Entonces ¿cuál era la pregunta? 

Foto: Gil Álvaro De Lemos

—Continuando con vuestros origines punks, ¿cómo pasasteis de ahí a la electrónica?

—Es una vieja historia, que se remonta a los 2000s. Shlomo estaba viviendo en una casa okupa en la que varios ordenadores en red se compartían colectivamente entre los habitantes. Es estos ordenadores había instalado una estación de trabajo de audio digital de código abierto llamada Buzz. Shlomo tocaba en bandas de punk rock bastante convencionales en esa época. Por diversión, empezó a producir versiones electrónicas rudimentarias de los temas que había compuesto con esas bandas (uno de los propósitos de esta operación era la de grabar estas versiones electrónicas en mini-discs. Más tarde las reproducía con un pequeño amplificador para que le sirvieran de acompañamiento cuando se ponía a mendigar en la calle, cantando a capella canciones pedófilas).

Con unos amigos, continuó este proyecto en directo y produjo una especie de electro-punk durante unos diez años, sin tomar realmente un interés en la música electrónica. Fue solamente a mediados de los 2010s que tuvo la idea de escuchar algo más que punk, oi! o hardcore. Durante ese periodo, comenzó a pinchar discos en fiestas. Y, por supuesto, un tema de EBM siempre es mejor recibido en la pista que uno viejo de grindcore.

Al mismo tiempo, Kleio estaba organizando un montón de conciertos en Ginebra, y empezaban a surgirle actuaciones como DJ. Acabamos tocando juntos algunos temas, compartiendo nuestros descubrimientos y profundizando en un impulso común en nuestro conocimiento de las culturas electrónicas. 

—Y ¿qué visteis el uno en el otro para querer empezar un proyecto juntos?

Hay dos elementos que fueron importantes.

El primero fue nuestra trayectoria y referencias musicales similares. Compartíamos la misma experiencia, un conocimiento comparable y experiencia en los mundos del punk y de las casas okupas. Y entonces, nos sumergimos, al mismo tiempo, en el vasto campo de la música electrónica. Nos guiaba el mismo ansia de descubrir y nuestros gustos coincidieron.

El segundo elemento fue que compartíamos disponibilidad. Los trabajos con los que nos ganamos el pan no ocupaban demasiado tiempo de nuestras vidas. Teníamos tiempo para crear algo juntos.

—Habéis comentado que estáis influidos por la música de sellos como Vinyl on Demand, Minimal Wave, Dark Entries, Domestica o Mannequin. Estos sellos han ido reeditando material electrónico de los años ochenta de bandas que solo publicaron en casete. Yo también me considero coleccionista de todos estos sonidos, y me gustaría saber ¿qué encontráis interesante en estas bandas del pasado? ¿Su pureza? ¿Quizás su sonido?

—Ja, ja, ja, ¡es exactamente eso! ¡Su pureza, su inocencia, su sinceridad! Y su sonido artesanal.

Hablando en general, la música y el cine del pasado tienen el poder mágico de hacernos viajar en el tiempo. Están cargados con una atmósfera que las producciones actuales solo pueden intentar imitar. Desde un punto de vista formal, podemos enumerar unas cuantas características que distinguen a los artistas de los ochenta de los contemporáneos.

Para comenzar, no tenían acceso instantáneo a toda la música que se hacía en su época. Estaba menos sujetos a los efectos de las modas. Como resultado, sus composiciones eran más personales, más atrevidas y, a menudo, genialmente torpes, incluso imperfectas. Estaban también más limitados en sus medios de producción lo que favorecía la creatividad. Cuando solo cuentas a tu disposición con dos máquinas y una grabadora de cuatro pistas para crear un álbum, te ves forzado a mostrar un mínimo de ingenio si quieres que salga algo interesante.

Los músicos en los ochenta estaban obligados a madurar y desarrollar sus proyectos durante periodos de tiempo más largos antes de lazarse a la fastidiosa producción de un casete o un vinilo. Hoy en día, puedes subir a internet cualquier mierda que hayas producido en una sola mañana, mientras que en el pasado, los músicos se tomaban su tiempo para imprimir un legado singular en su existencia. Esta experiencia vivida impregnaba su música, dándole un sabor particular. ¿Qué cosa de interés puedes producir o contar si no te has tomado el tiempo para vivir experiencias o dramas existenciales?

También vale la pena considerar que, en la época, todavía estabas fuera de la norma cuando decías que eras músico y te embarcabas en la distribución independiente de tu trabajo. Necesitabas tener una cierta audacia y carácter, lo que inevitablemente se veía reflejado en tu producción artística. Ser un artista era realmente el camino a la marginalidad. Hoy en día, con la evolución de las costumbres y las democratización de los medios de producción y distribución, es algo completamente normal embarcarse en una “carrera” artística. En el 2024, todo el mundo es artista. No hay nada más banal o aburrido que un artista. Los auténticos raros en estos días son los matemáticos, granjeros y dentistas. El resto son postureros sin valor e impostores.

Y finalmente, uno de los factores que contribuyen en mayor forma a el encanto de estos músicos del pasado es que destilan una forma de romanticismo inherente a las historias de los artistas malditos. En su mayoría, fueron ignorados y vivieron en un misterioso anonimato, en el olvido. Y es solo tras varias décadas de indiferencia que algunas de sus producciones están siendo descubiertas, reconsideradas y elevadas al estado de música de culto por nuevas generaciones de amantes de la música que buscan autenticidad en un mundo de artificio. 

Foto: Olivier Jaquet

—Supongo que esa es una de las razones por lo que usáis equipo analógico. En el eterno debate sobre qué es mejor, digital o analógico, ¿cuál es vuestro punto de vista?

¿Hay realmente un debate sobre esto? Pensábamos que todo el mundo prefería el sonido analógico, ¡ja, ja, ja! Uno de los raros momentos en los que hemos dicho que preferíamos digital fue por un tema del soporte. Cuando tuvimos el mastering de nuestro disco epónimo listo para pasar a la fábrica, nos dimos cuenta de que era imposible mantener todo el estéreo del bajo por razones físicas específicas del formato del vinilo. Esto alteró ligeramente el sonido final del disco. Y si nos preguntas qué versión preferimos, te diremos que los archivos digitales del disco que fueron distribuidos en Bandcamp suenan mejor que el disco. Lo que es duro de admitir por parte de tontos amantes de los vinilos como nosotros.

—Volviendo a vuestros inicios, un concierto de DAF fue uno de los puntos de partida de la banda, y supongo que marcó también la forma en la que os presentáis en directo: uno de vosotros canta mientras el otro toca la batería. En el Garaje somos grandes fans de Gabi Delgado (como siempre comentamos, bautizamos a nuestro hijo en su honor). ¿Qué os impactó de su actuación y su música?

—Nos encantaba cómo Gabi llenaba él solo la parte frontal del escenario. No necesitaba nada ni a nadie más. Simplemente su energía y su interpretación hiper comunicativa. Y Robert que lo respaldaba a la batería.

Un amigo nos contó que, unos años antes, había visto un concierto en el que Robert salió al escenario con un maletín del que sacó un CD. Insertó el CD en un reproductor y todo el concierto consistió en él tocando sobre las pistas electrónicas del disco compacto. Probablemente no fue el proceso exacto que usaron en el concierto al que fuimos en el 2018, pero a grandes rasgos, eso es lo que presenciamos. Además, fuimos completamente seducidos por la increíble eficiente de su minimalista equipo. 

—Pasando a un terreno personal, comentáis que procedéis del entorno de las casas okupas, ¿cómo creéis que vivir en esas circunstancias ha modulado vuestras personalidades? ¿Es un entorno fácil para componer música?

Ambos empezamos a vivir en casas okupas cuando teníamos unos dieciséis años. Esa es una edad en la que todavía estás construyéndote la identidad. Así que te empapas de todo lo que experimentas y vives como si fueras una esponja. La gente más mayor con la que estuvo Shlomo terminaron con, o a menudo cortocircuitaron, la educación que sus padres le habían intentado dar. Resumiendo, la enseñanza básica consistió en el rechazo de toda autoridad y el intento de escapar de toda restricción por cualquier medio necesario. En un contexto de vida y supervivencia comunitaria.

Para Kleio, fue un poco diferente. Ella empezó a vivir en casas okupas en Lyon, con un grupo de chicas de más o menos la misma edad. No tenían a nadie que les enseñase cómo forzar las entradas de edificios o actuara en el rol de la hermana mayor rockera. Kleio luego se mudó a Ginebra, donde continuó viviendo en caravanas.

Tuvimos la suerte de que había un montón de casas okupas en Ginebra que llegaron a durar varios años. Como resultado de esto, tuvimos la oportunidad de planificar proyectos a medio plazo. Entre varias personas, siempre era fácil crear una sala de música. La mayoría de las casas okupas en las que vivimos o que frecuentábamos tenían o una habitación para ensayar o incluso una zona para conciertos lo que favorecía las inclinaciones musicales. Los amplificadores, las baterías, los sistemas de sonido y el equipo informático eran compartidos. E, incluso si no había sala de música en nuestra casa okupada, tenías acceso a las instalaciones de cualquier otra casa. La mayoría de ellas estaban conectadas en una especie de red llamada Intersquat.

Una de las otras ventajas de vivir en casas okupas es que tus vecinos directos se supone que son tus colegas, así que, en teoría, no hay muchas posibilidades de que llamen a la policía si el ruido que estás haciendo con tu música les molesta, ja, ja, ja. Por otro lado, con esta especie de estructura de vivienda, es a menudo más difícil prever las cosas a largo plazo. Todo lo que construyes está condenado a una especie de precariedad y impermanencia.

Y ahora que hemos montado un estudio casero con cierta cantidad de máquinas relativamente valiosas y frágiles, tenemos que admitir que preferimos tenerlos en un espacio alquilado seguro, con una temperatura y nivel de humedad más o menos constante, y la garantía de que ningún policía pueda venir a destrozar tu casa ni tirar tus cosas por la ventara cuando le apetezca.

Foto: Merlin Smrd

—Viviendo en Suiza, supongo que Lux Rec era la opción adecuada para publicar vuestro primer EP. Además, Kleio eras parte de Savage Grounds con Daniele Cosmo. Creo firmemente que Lux Rec, Detriti y Oráculo, entre otros, están publicando actualmente un montón de música interesante e innovadora. ¿Pensáis que estamos viviendo una edad dorada para esta especie de punk electrónico que se está haciendo?

No necesitas haber estudiado ciencias políticas para ver que el periodo en el que estamos viviendo comparte ciertos significativos puntos en común con los ochenta, la época que vio el nacimiento del post-punk, la new wave y sus distintivos sonidos electrónicos.

En términos geopolíticos, está el opresivo clima de la guerra fría (o, más bien, la templada), entre Rusia y la OTAN y la misma amenaza de apocalipsis nuclear. También vemos la misma preocupante especie de resurgir de los partidos de extrema derecha en cada país europeo. Como extra, hoy también tenemos la crisis climática, el Covid 19 que se ha ido y ha vuelto, un genocidio en Palestina que ya lleva casi un año y que nos deja impotentes a todos los observadores con corazón que no podemos hacer nada concreto para ayudar, una población occidental que cada vez es más estúpida porque la gente prefiere pasar su tiempo viendo basura en sus móviles antes que leyendo un libro y el modelo liberticida de la apisonadora china está acechando a la vuelta de la esquina.

Estos elementos, que contribuyen a la atmósfera altamente ansiogénica de nuestra época, conducen ciertamente a la producción de música pesimista, desesperada y desencantada, y podrían explicar el surgimiento de una posible segunda edad de oro para el post-punk actual con tendencias depresivas, del cual Lux Rec, Detriti y Oráculo serían los relevos.

Dicho esto, a un nivel más personal, hemos estado viviendo y sintiendo este revival del punk electrónico o post-punk durante, más o menos, los últimos diez años. 

—Vuestro primer single fue Walk with a Tumored Dog, y en él practicabais un melancólico minimal synth. ¿Era esta la dirección que queríais tomar al comienzo? Querías haber publicado un EP siguiendo esta línea, ¿no?

Al comienzo del proyecto, nos enfocamos en una dirección más EBM oldschool. Después, en el 2020, reparamos un viejo Casiotone 403 que el padre de Shlomo había comprado en los ochenta. Y cuando tuvimos ese sintetizador en nuestras manos, pensamos que era perfecto para producir la especie de minimal wave que escuchas en Walk with a Tumored Dog. Especialmente gracias a los patrones de su caja de ritmo integrada. Y sí, en el curso de un año, compusimos cuatro temas en ese estilo que nos hubiera gustado publicar juntos en un EP. Pero los sellos con los que trabajábamos tenían otros planes y tuvimos que aceptarlos. 

—Me gusta la idea de escucharos a los dos cantando el mismo tema. Me refiero, claro a “Lettre to Lauren”, ¿cómo se os ocurrió hacer esto?

—Se trata, simplemente, de que Shlomo había originalmente compuesto el tema él solo. Y había grabado las partes vocales. Pero para que fuese una composición de BBE, necesita la voz de Kleio. Así que regrabamos su versión. Esa es una de las ventajas de trabajar en un estudio casero. Puedes juguetear y experimentar con interpretaciones alternativas del tema. 

—Después grabasteis vuestro primer álbum (aunque publicado más tarde). ¿Qué pasó que tardó tanto en ser editado?

—Si quieres conocer todos los detalles de la historia, lo que pasó es que a comienzos del 2022, un sello colectivo nos pidió que grabásemos un álbum de ocho temas. En esa época, teníamos unas quince canciones, bastante trabajadas, disponibles que podían ser publicadas en disco. Junto a ellos, seleccionamos las que pensábamos que eran las mejores. El primer factor que complicó la creación del disco fue que en las versiones de estudio de nuestros temas, usamos cajas de ritmos. Nos gusta trabajar con esas máquinas y nos gustan sus sonidos. Pero la gente del sello quería que grabásemos esas partes con baterías acústicas, las que usamos en nuestros conciertos. Les dijimos que por qué no.

Llamaron a uno de sus amigos que tiene un estudio profesional, y lo alquilamos durante dos días para volver a grabar y mezclar los ocho temas. El problema es que el colega estaba acostumbrado a trabajar con baterías de rock psicodélico que dominan completamente sus instrumentos, así que hizo varias tomas rápidas en las que podías escuchar todos los elementos de la percusión en cada pista instrumental separada. Eso no es un problema cuando grabas la batería en una pista única. Por otro lado, no es muy conveniente para re-editar equivocaciones y recalibrar los distintos elementos percusivos para ajustarlos a los tempos regulares y mecánicos de las cajas de ritmos. Shlomo tuvo que volver a grabar la caja y los tambores de forma separada, pista a pista, en nuestra sala de ensayo y mezclar todo este lío con la tomas de estudio. Fue un jodido trabajo de chinos.

Otra parte que consumió mucho tiempo fue que, para que el álbum tuviera un sonido aproximadamente coherente, tuvimos que homogeneizar las mezclas de los ocho temas que habíamos grabado y compuesto en intervalos irregulares de tiempo durante un periodo de tres años. Shlomo hizo esto él solo con sus limitados recursos, y tardó más tiempo de lo que hubiera tardado un profesional en hacerlo. Pero sabíamos exactamente el sonido que queríamos, y no tenía ningún sentido pagar a alguien más para hacer un trabajo que no nos iba a satisfacer.

Una vez que el disco estuvo finalmente terminado, no pudimos llegar a un acuerdo con el sello sobre la parte visual de la portada. Quería obligarnos a usar un trabajo de un diseñador gráfico con el que suelen trabajar. Así que, al final del todo el proceso, decidimos por mutuo acuerdo cancelar la colaboración de este lanzamiento discográfico.

Unos meses después, quedamos para comer un kebab (vegano) con Cyril de Bongo Joe para hablar sobre la reedición en vinilo de nuestro EP publicado por Dead Channel en marzo del 2023. Y ahí es cuando nos pidió un álbum para publicar en su sello. Menos mal, ya que teníamos uno en preparación. Os ahorraremos los detalles de los siguientes problemas. Tuvimos que volver a hacer el test pressing tres veces… Pero al final, tras todas estas historias, conseguimos un disco que la gente parece disfrutar. 

—La cara A del disco tiene un sonido más EBM/industrial mientras que en la B encontramos, de nuevo el minimal wave de vuestro primer single. ¿Pensáis que cada cara es representativa de uno de vosotros o estáis interesados, más o menos, en la misma música?

No, básicamente nos gusta la misma música. Shlomo solo tiene un debilidad por producciones más poperas y horteras y por el estilo power electronics. Y Kleio es la guardiana del buen gusto que redirige el tiro cuando nos encaminamos a terrenos que son demasiado resbaladizos. 

—La interpretación de Kleio es bastante punk en los primeros temas. ¿Pensáis que esa influencia punk estará siempre en vuestra música? ¿Una vez punk, siempre punk?

—Sí. De hecho, nosotros estamos realmente haciendo post-punk en el sentido literal del término. Somos punks y siempre seremos punks. Pero después de veinte años escuchando solamente este tipo de sonidos y habiendo hecho todos los errores que un punk necesita poner en su CV, hemos probablemente llegado al final del camino. Así que intentamos explorar nuevas vías musicales con este bagaje identitario. Y Kleio continúa,  puramente por vocación, completando su CV punk con experiencias más o menos autodestructivas. 

—En ese disco, obstasteis por cantar en inglés. ¿Lo preferís a vuestra lengua materna, el francés?

—Los mecanismos de escrituras no son, obviamente, los mismos en nuestra lengua materna, el francés, que en alguna en la que nos desenvolvemos peor, como es el inglés. Pero no tenemos preferencia por una o por otra, usamos la que surge de forma más natural con la inspiración, el tema o el mensaje. Kleio también escribe a veces en griego, la lengua de su padre. 

—Vuestra música es bastante difícil de clasificar. No es tan directa y simple como la mayoría del synth punk y temas como “Nothing” pueden ser descritos como minimalistas, complejos y experimentales al mismo tiempo. ¿Tenéis algún objetivo al componer vuestra música? ¿Cómo de lejos os permitís ir con la música de Bound By Endogamy?

—En la mayoría de los casos, antes de comenzar un proyecto, tenemos en mente ya sea un tema existente, un artista o un estilo que sirven como punto de partida para guiar la dirección de nuestro trabajo. Y después, a lo largo del camino, nos podemos desviar del objetivo inicial y permitirnos otras influencias que se combinan con el proyecto. Esto nos puede llegar a grabar esa especie de tema polifacético que describes. Shlomo normalmente se deja llevar de forma bastante voluntaria mientas que Kleio intenta mantener el curso que nos hemos impuesto. Es interesante observar que nuestro comportamiento y nuestros roles tienen a invertirse en la vida diaria. 

—El año pasado en el Ombra, me encontré con Viktor de Màgia Roja. Estaba entregando sus últimos lanzamientos a los chicos de BFE y le pedí que me recomendase uno de los tres discos. Me mostró Huit Cauchemars D’une Machine Fêlée y siguiendo su consejo me lo acabé comprando. Habéis tocado con su banda, Dame Area y se ha creado una muy relación entre ambos proyectos, ¿cómo os conocisteis? Supongo que los cuatro tenéis además un montón de cosas en común.

Kleio organizó uno de sus conciertos en Ginebra, cuando estaban comenzando con el proyecto y todavía giraban con un batería. Nos volvimos a encontrar de nuevo las dos veces que vinieron a tocar a nuestra ciudad. Y después, en el 2023 Màgia Roja coprodujo la reedición en vinilo de nuestro primer EP, que había sido publicado en casete por Dead Channel.

Más tarde hicimos unos cinco conciertos junto a Dame Area a lo largo de un año, en Suiza, Países bajos, Suecia y Alemania. A lo largo de estos encuentros, Viktor y Silvia se convirtieron en verdaderos amigos. Siempre nos gusta verlos sobre el escenario y pasar un rato juntos. Solemos echarnos unas buenas risa. Nos gusta su humor, su humanidad y nuestros gustos musicales son obviamente convergentes.

Six Cauchemars D​’​une Machine F​ê​l​é​e presentaba una producción más elaborada, aunque habéis comentado que vuestra evolución es hacia un sonido más crudo. Estos seis temas fueron más tarde publicados, junto a dos nuevas composiciones por Màgia Roja y Les Disques Bongo Joe, como cementabais antes. ¿Nos podéis contar algo más sobre la época en la que compusisteis los temas?

—Esos seis temas fueron compuestos y grabados uno tras otro en el 2022. Al mismo tiempo, estábamos trabajando en las partes de batería y la mezcla de nuestro primer disco. Era agotador y aburrido. Así que, componer los nuevos temas nos sirvió como una especie de recreo, una tarea mucho más estimulante que reintrodujo el placer en nuestro trabajo. 

—”Autoreduction” muestra la influencia de bandas como Liliput/ Kleenex. Mientras preparaba la entrevista, me di cuenta de que también eran suizos, así que ¿eran una influencia de cuando erais más jóvenes? ¿Qué encontráis interesante en estas considerabas bandas de culto?

—En realidad, el álbum que usamos como referencia para “Autoreduction” fue el Penis Envy de Crass. Nos inspiraron sus famosos ritmos saltarines. Y añadimos una pizca de swing. El tema de la canción, el saqueo de tiendas de alimentos por parte de grupos organizados, también resuena con la actitud anarquista de Crass.

Pero también somos fans de Liliput/Kleenex. Siempre nos han gustado y hemos buscado bandas con voces femeninas. Quizás nos gustan porque son menos frecuentes. Aunque todavía estamos lejos de la paridad, hoy en día hay más mujeres y personas no binarias sobre el escenario. Desafortunadamente, no siempre es por las razones adecuadas. Nos parece que en el tema de las artistas femeninas, la popularidad está, demasiado a menudo, relacionada con la apariencia física. Este fenómeno es incluso más visible en el mundo de los DJs.

Y, por otra parte, hay intentos legítimos pero torpes de reequilibrar la representación por género en los eventos. Intentamos restaurar el balance a golpe de martillo, dándole más importancia a cuestiones como la proporción que a programar contenido, y acabamos con situaciones absurdas como cuando les piden a músicos masculinos como Anna Funk Damage que actúe, simplemente porque un promotor incompetente cree que es una mujer.

Al final, desde nuestro punto de vista, la discriminación positiva sigue siendo una forma inherentemente negativa de distinción reductiva. Pero esta tendencia a centrarse en la forma mientras se descuida la substancia es completamente sintomática de nuestra época, y está subordinada al culto a la apariencia. 

Foto: Merlin Smrd

—La caja de ritmos CR-78 fue usada en Huit cauchemars d’une machine f​ê​l​é​e e incluso aparece en la portada. ¿Hay algo que os una especialmente a esta máquina o a su sonido?

—Sí, cultivamos un amor especial por nuestras viejas cajas de ritmos. No sabemos por qué, pero reverenciamos más las cajas de ritmos que los sintetizadores. Quizás porque tienen unos sonidos más identificables, unas personalidades más distintivas. Y entre nuestra modesta colección, la CR-78 es la más bella y valiosa. Y, de paso, nos encanta los sonidos que produce, ja, ja ja. Otra caja de ritmos que tiene un lugar en nuestro corazón es la DRM16 de Electro-Harmonix. La puedes escuchar en nuestros temas “Lune” y “Killed By Shame”. Y es una parte inseparable del sonido de Bérurier Noir, la célebre banda de punk francesa que ha sido muy importante en la vida de Shlomo. 

—El tema “00010 01110 01100 01111 10100 10011 00000 10011 01000 01110 01101” es una crítica de la sociedad virtual, también analizada en “Nothing”. ¿Creéis que hay alguna forma de volver a una sociedad más “humana”?

—Desafortunadamente no lo creemos. Pensamos que, a pequeña escala, ya sea de forma individual o colectiva, es posible distanciarse de nuestra inhumana sociedad, estableciéndose fuera de las ciudades y favoreciendo modos de subsistencia que nos permitan ser tan autosuficientes como sea posible. Pero a escala global, los psicópatas al mando de las plutocracias autoritarias que forman nuestra sociedad no tienen ninguna razón para encauzarnos hacia sistemas más humanos. Sus estrategias y beneficios están directamente vinculados a la deshumanización de nuestra sociedad. Y todo indica que no están preparados para abandonar sus mecanismos de omnipotencia.

Consecuentemente, solo podemos aplaudir las iniciativas de los ciudadanos responsables que están intentado remediar esta situación insoportable. Pensamos especialmente en Luigi Mangione, el valiente joven que disparó y mató al director de United Healthcare el cuatro de diciembre del 2024 en la ciudad de Nueva York. 

—Como comentabais antes, también pincháis y hacéis programas de radio. ¿Qué habéis descubierto últimamente?

Everyday, el nuevo EP de Hayter publicado por KRI.

El último lanzamiento de Lux Rec: Schwarze Leidensleider de Abe Schwarz. 

Tir Groupé, el EP de Rixe publicado este año.

Real Life, el nuevo LP de Silent EM.

Friendly Fire, el 7’’ de Alan Harman publicado este año por Unrealistic Expectations.

DDE07, un 7’’ de SILF publicado este año por Dalmata Daniel.

Wage Of Wrath, el nuevo LP de Kommando (un proyecto paralelo de Thorofon) publicado por Ant-Zen.

Los álbumes Fragmented y Artiphon de Parallel Worlds, publicados este año por el sello inglés DiN y por el islandés Móatún 7.

El recopilatorio Kosmoloko 3, publicado esta año por Galakthorrö.

El EP digital de Acid Moustache, auto-editado esta año por Philipp Münch.

Lost Art, el LP de PRZ publicado este año por Cultivated Electronics.

Yacker, el último LP de Container LP, tan eficiente como siempre, publicado por Alter, el sello dirigido por Helm.

Los dos últimos EPs de L.F.T. publicados este año en Pinkman y Osàre! Editions.

La casete The Ready 2 Fog de Fog Man.

The Sky Is The Floor, el último disco de The Horrorist, que autoeditó digitalmente en bandcamp este año. Es nuestro disco favorito del 2024, y no podemos entender cómo es que nadie lo ha publicado en físico. Si tuviéramos un sello, estaríamos luchando para publicar este álbum en vinilo.

Y todo el mundo sabe que Dame Area ha publicado un fantástico LP, Toda La Verdad Sobre Dame Area, considerado el segundo mejor disco del 2024 por Pitchfork.

FrustrationLe Prince Harry también han publicado buenos discos este año. Hay muchos más, pero no podemos enumerarlos todos. 

—También habéis sido parte de uno de los últimos splits de la serie Acid Avengers, con un material algo más bailable. ¿Adaptasteis vuestro estilo un poco para sonar más acid en este lanzamiento? Aunque habíais comentado que esos tres temas fueron grabados entre el 2020 y el 2021, ¿verdad?

—No cambiamos completamente nuestro sonido, ya que habíamos trabajado ya en el pasado con un clon de la TB303 en algunos temas. Pero sí, prácticamente te obligan a usar ese sintetizador si te quieres sumar a la serie Acid Avengers, es tácitamente parte del contrato.

Y sí, esos temas fueron realmente compuestos y grabados, entre el 2020 y el 2021.

A propósito, siempre es frustrante tener que esperar tanto tiempo para que tu material sea publicado. Parcialmente porque hoy en día haríamos algo completamente diferente si tuviéramos que grabar unos temas para Acid Avengers. 

—Vuestro último EP, autoeditado, se titula Correspondances, y contiene unas letras que fueron escritas por mujeres durante un taller dentro de una residencia para artistas organizado por los servicios sociales de Ginebra. ¿Nos podéis contar algo más sobre esta experiencia?

—La experiencia está descrita con mucho detalle en el insert que acompaña el EP. Y lo puedes leer en nuestra página de bandcamp. Resumiendo, como parte de una residencia, Shlomo dirigió un taller de escritura para gente retirada.

Tres mujeres participaron en este taller. Les pidió que escribiesen una carta que fuese imposible de mandar a su destinatario. Una carta imposible de enviar o formular. Los textos serían después usados como letras para nuestras composiciones.

En el pasado, con BBE, ya habíamos compuesto dos temas catárticos cuya función era la de establecer una forma de comunicación utópica entres dos sujetos. “Lettre à Lauren” se dirigía a un asesor de la oficina de desempleo que atormentaba a Shlomo. Y “Tutor”, escrita por Kleio, estaba dirigida a uno de sus mejores amigos que cometió suicidio. Usando estos textos como ejemplos, una de las participantes en el taller le escribió al querido perro que tenía en su infancia. Su familia lo había abandonado cuando se habían ido de Portugal a vivir en el extranjero. El perro había sido atropellado por un coche y murió el mismo día que dejaron su hogar. Otra participante escribió una carta para la profesora de costura que la había traumatizado cuando era una niña.

Estuvimos encantados de recibir estos dramáticos textos, cargados de emoción. Ambientaron sus textos en universos teñidos con imaginería onírica, y evocaron imágenes específicas del mundo de la infancia. Eran perfectas para relacionar con nuestros sonidos.

Así que compusimos dos temas nuevos con estas cartas, los grabamos y publicamos en el EP Correspondances junto a otros dos temas nuestros que no habían sido todavía publicados en vinilo.. 

—Shomo, comentabas que estos mismos servicios sociales que organizaban la residencia te habían sido de ayuda en el pasado. ¿Qué nos puedes contar de esto?

—El Hospice Général es el servicio social en Ginebra que se ocupa de ti cuando tu prestación por desempleo se ha acabado. Básicamente, tienes a un asistente social que controla tu cuenta corriente y te da dinero para pagar el alquiler, para comida y gastos médicos.

En Francia, los músicos tienen el estatus de “trabajadores de entretenimiento intermitentes”, lo que significa que reciben un salario regular cuando han dado un cierto número de conciertos al año. Pero en Suiza no existe una estructura así para la asistencia de los músicos. Los suizos, que no andan cortos de recursos y siempre piensan que son más listos que sus vecinos, están en este área más de cincuenta año por detrás de los franceses.

En Ginebra para intentar salir adelante, tienes que montar una asociación legal con un comité, presidente, secretario y tesorero. Y solicitar los subsidios ocasionales de los diversos organismos de financiación durante el año. Es una cantidad infernal de trabajo administrativo que se suma al componer, grabar, producir, ensayar, buscarte conciertos, promocionarte y girar.

Y al fin, muchos músicos en el circuito profesional acaban dependiendo de los servicios sociales para sobrevivir. 

—En un cuadro de algunas de vuestras fotos promocionales, sostenéis una retrato de P. Jupiter. Habéis producido un tema con él para el recopilatorio de la tienda de discos Born Bad, “La Tour Dieu”. ¿Os gusta colaborar con otros músicos? ¿Hay algún artista con el que os gustaría trabajar?

—La colaboración con otros músicos es una extensión de nuestro trabajo que disfrutamos. Aporta algo de aire fresco a nuestro propio proyecto y nos pone en contacto con gente que queremos y cuya producciones apreciamos.

La última vez que pasó unas vacaciones con nosotros en Ginebra, empezamos a trabajar en un par de temas con Mathieu de Leroy Se Meurt. Pensamos llevar esta colaboración al siguiente nivel en cuanto nuestros calendarios se sincronicen, y publicar un mutante disco como resultado de la fertilización cruzada de nuestras dos bandas.

También queremos ampliar nuestra colaboración con P. Jupiter y publicar un EP con él.

Si pudiéramos organizar nuestro tiempo libremente, probablemente daríamos prioridad a estos proyectos. Pero, desafortunadamente, el acelerado ritmo de nuestras giras, el calendario de producción de la banda y los problemas en nuestras vidas personales tienden a postponer su realización. 

—Kleio, también te dedicas a la fotografía y al cine. Supongo que la portada de Huit Cauchemars D’une Machine Fêlée fue idea tuya. ¿Qué puntos en común encuentras entre tu producción artística y tu trabajo con Bound By Endogamy?

—En realidad, la portada de Huit Cauchemars D’une Machine Fêlée fue idea de Shlomo. Y él hizo la foto. Particularmente, no quería aparecer desnuda en la portada de nuestro álbum. Si alguien tenía que aparecer desnudo, hubiera preferido que fuese él, ja, ja, ja. Pero me convenció. La argumentación poética contrarrestó al resto.

En cuanto a mí, realicé la portada de nuestro primer 7’’, Walk With A Tumored Dog, publicado por Lux Rec.

Solo me gusta lo analógico. Esta foto fue tomada con una cámara Sinar, en un gran formato de 4-5 pulgadas, no como la de Huit Cauchemars, que es una foto digital.

Lo que mi trabajo artístico y BBE tienen en común es la materialidad de lo analógico, y mi sensibilidad al grano del cine y del sonido. Luego, claro, están los temas que abordo, que pueden encontrarse en ambos medios. Por ejemplo, la investigación de la presunta inferioridad cerebral de las mujeres en los círculos médicos y psiquiátricos al final del siglo XIX. 

—Kleio ya actuaste en el Ombra hace un par de años junto a Ombra con Savage Ground. Te uniste a la banda en el 2021 y has aparecido en los discos Hidden By The NightSeparation Shock. ¿Cómo describirías tu experiencia con la banda de Daniele Cosmo?

Mi experiencia con Savage Grounds representa un paso fundamental en mi trayectoria como frontwoman.

Daniele me había originalmente invitado a grabar voces en dos de los temas de su banda, y durante el confinamiento me pidió que fuese a cantar espontáneamente en uno de sus conciertos. Nunca habíamos trabajado juntos antes, así que me presenté allí, improvisaron, como siempre, sus temas en directo, y yo improvisé las voces encima de la música. Era la primera vez que hacía algo así. Al final del concierto, me propusieron que me uniera oficialmente a la banda.

Así que, de cierta forma, me uní al grupo simplemente siendo lanzada al ring. Y eso hizo que progresara enormemente, me forzaba a dejarme llevar. Ya que no sabía por adelantado lo que iban a producir, no podía entrenarme. Tuve que ser capaz de depender solamente de mis recursos y confiar en mí. Fue estresante, pero de esta forma hice cosas que no pensaba que lograría. Consecuentemente, creo que trabajar con SG ha sido un hito en mi carrera.

Con BBE, pasamos un montón de tiempo componiendo, trabajando los arreglos, escribiendo las letras y grabando las voces, mientras que con SG era justo lo contrario. Solía ir al estudio y grabábamos un tema en una tarde. Mientras componían, yo escribía las letras. Al final del día, grababan sus partes en directo y luego terminábamos con las tomas de voz. Era estresante el lograr tener algo preparado cuando ellos habían terminado grabando sus partes instrumentales, pero me impulsó a trabajar de una forma más libre, más urgente. Realmente me gusta esta forma de ver la música. Hay canciones que, de otra forma, nunca hubiera escrito. El resultado es muy crudo, a veces frágil pero completamente honesto. En concierto, nunca tocamos los temas que habíamos grabado. Todo era único con SG, así que nunca pude descansar en mis laureles.

Desafortunadamente, hemos dejado de trabajar juntos, pero fue una experiencia extremadamente valiosa. Y, aparte de este proyecto paralelo, de cierta forma, fue gracias a Daniele Cosmo que BBE surgió. Él publicó nuestro primer 7”, y sin su confianza nuestra banda puede que no fuese lo que es hoy en día. 

—En cambio, Shlomo, formaste parte de Grey Lips, ¿qué nos puedes contar de la época que pasaste con esta banda?

Realmente no hay mucho que contar. Era el proyecto de un cantante/compositor/guitarrista de Ginebra llamado Mathieu Hardouin. Me encargué de las partes de percusión que compuso para su primer álbum Masquerade. Toqué en directo con él y un segundo guitarrista durante un año o dos. Al principio, me gustaba ser solamente un intérprete, pero como la banda no estaba progresando mucho, me cansé de tocar siempre los mismos temas una y otra vez, sin que se me permitiera involucrarme en el proceso creativo del proyecto. Así que abandoné el barco para concentrarme solamente en BBE, en lo que ya llevaba un tiempo trabajando. 

—¿Qué planes tiene Bound by Endogamy para el futuro?

—Ya tenemos una docena de conciertos cerrados o esperando confirmación para el 2025. En Suiza, Francia, La Reunión, Bélgica, Alemania, Países Bajos, España e Inglaterra.

Y tenemos un nuevo LP de ocho temas casi terminado. Un sello holandés nos lo pidió el año pasado. Estamos esperando que el capo del sello aprueba los últimos temas que le hemos enviado.

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