Me comentaba Sergio Aguilar, amigo y guitarrista de G.G. Quintanilla, que este este nuevo disco era “muy punky” y sí, es verdad que las guitarras cobran más protagonismo, ya desde “Impuesto Progresivo”, tema instrumental que abre el disco. Además, para el directo, que tuvimos la suerte de presenciar en un ensayo abierto a los amigos y fans, cuentan con un segundo guitarrista. Así que podemos decir que este disco es el disco punk de Quintanilla del mismo modo que el anterior, Oscuros Presagios era su disco gótico, y La Reconstrucción su obra techno pop. Aunque no sabemos si será lo suficiente punk para que suene punk-rock en la noche de León
Una parte importantísima en el universo musical de Quintanilla son las letras y aquí, como en cualquiera de los discos en los que ha estado involucrado, son extraordinarias. Por su afilada pluma pasan temas de actualidad, siempre desde la perspectiva Quintanilla como por ejemplo los problemas con el turismo en “El turista”. ¿Es el verdadero comunismo una utopía? Para algunos no, pero el disco dedicado al libro de Marx contiene dos temas relacionados, uno sobre la novela de ciencia ficción de B. F. Skinner, “Walden dos” y otro directamente llamado “Utopía” con una de las mejores melodías del disco y mi tema favorito de los doce presenta el álbum. El Manifiesto continúa con el tema más punk del disco, “Revolución” que te puede recordar ligeramente a los Stooges. Seguimos con otro tema inspirado en “El Calor de la Navidad” y a una muestra del, a veces poco mencionado, sentido del humor de Quintanilla en “El Plan” donde los problemas domésticos son solucionados por la santísima trinidad del comunismo.
Nos tomamos un descanso para pensar sobre lo que hemos escuchado con la instrumental “Viva el primero de mayo”, que viene seguido de “Propiedad intelectual”, donde reflexiona sobre las miserias de ser músico. Llegando al final nos encontramos con otro de los mejores temas del disco, la larga “Arrufat y el gran teatro (U.N.I.R.)” basada en la propia experiencia en la docencia del autor. Y terminamos con el otro tema punk: “Manifiesto” donde Quintanilla, doctorado en filosofía, nos lee a Marx.
Quizás este disco no nos salve, si siquiera salve a G.G. Quintanilla, o le dé de comer, pero es de agradecer esta clase de discos, sinceros e inteligentes que periódicamente nos entrega el autor de La patronal por todas partes. Y esperemos que le llegue su merecido reconocimiento, a ser posible antes de su 200 aniversario.
Estará presentándolo en directo en Madrid en la sala Fotomatón el 28 de febrero y esperemos que algún otro concierto caiga en un futuro cercano.