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Crónica del W Festival

por François Zappa

Durante cuatro largas jornadas hemos retrocedido en el tiempo hasta los años ochenta y asistido, no solo a conciertos de algunas estrellas pop de la época, sino que hemos podido ver a varias leyendas del EBM, uno de nuestros estilos favoritos. Pero además hemos conocido muchas bandas nuevas de diversos estilos. Todo esto en el W Festival, donde en dos carpas, la mayor parte del tiempo alternas, hemos podido ver más de cuarenta bolos, con apenas unos pequeños solapes. Nos ha parecido un festival muy cómodo en el que hemos aprendido un poco más sobre la música belga y disfrutado mucho. ¡Y cómo no!, ya hemos comprado el abono para el año que viene.

Jueves

Empezamos con The Christians: reconozco que no soy un fan de la banda, pero fueron muy profesionales y nos hicieron pasar un buen rato. Salieron con un pequeño retraso, y tocaron entre otras, “Forgotten Town”, la archifamosa “Words” y “Hooverville (And They Promised Us the World)”. Jocosamente el cantante se quejó de que era demasiado temprano para ellos y cuando les dijeron que tenían que terminar dijo -“No, somos The Christians, nadie nos va a avasallar. Vamos a tocar otra.” Respeto.

Las bebidas y la comida (con precios normales de festival, cuatro euros la cerveza o la sidra, cinco la hamburguesa), se compraban con tokens, así que pillamos unos cuantos y justo cuando pedíamos la bebida sentimos los primeros acordes de “Everyone thinks he looks Daft” de The Wedding Present, banda que no nos cansaremos de decir que cada día nos gusta más. David Gedge reconoció que no pegaban mucho en el festival, pero a los pocos que estábamos allí no nos importó nada. Clásicos como “Brassneck”, “You Should Always Keep in Touch with your Friends”, “My favorite Dress” o “Kennedy” sonaron con la típica fuerza del grupo. Nos quedamos con ganas de más.

De allí, fuimos por primera vez al escenario llamado Cave, donde tocaba un grupo muy interesante: los belgas Roza Parks, cuarteto after punk que podía recordar a veces a unos The Sound. Abrasivos y muy directos terminaron con una versión del “Transmission” de Joy Division. Nos apuntamos el nombre.

Volvimos al escenario Synth para ver unas leyendas del país, Machiavel, banda que empezó en el progresivo pero que, en los ochenta, como muchas otras bandas coparon las listas de éxitos con temas más pop. Así fueron alternando temas más progs con otros más poperos para disfrute del cada vez más numeroso público. No estuvo mal.

Unas sirenas introdujeron a una de las bandas que más ganas teníamos de ver, Parade Ground. Son un dúo belga que sacaron varias interesantes referencias de EBM/Cold Wave en los ochenta. Con un orondo cantante y un muy divertido teclista que saltaba e hizo el loco todo el concierto, nos hicieron pensar que la B de EBM debería ser por belga. Sonaron “Moans”, y “Strange Word”, sus temas más famosos, siempre con vídeos de desfiles y tanques.

En la carpa Synth era ya el turno de Wang Chung, grupo de pop ochentero que personalmente no conocía y que hicieron la banda sonora de la peli To Live and Die in LA de la que tocaron el tema titular después de comenzar con “Space Junk”. Terminaron con “Everybody Have Fun Tonight”, no sin antes tocar su gran éxito “Dance Hall Days”. Entretenidos.

Volvimos a nuestra cueva para ver a Pro Patria, trío belga que hizo un par de discos de EBM en los noventa y que gracias a su buen hacer y un volumen atronador animaron al público. Sonaron “Kr- The End of the World”, “H-Stronger than you” y “Quid Taces” (algunos de sus discos llevan nombres en latín) y nos ganaron. A seguir.

Roland Gift de los Fine Young Cannibals (nombre de una peli sobre Chet Baker) fue el siguiente. Entre sus temas sonaron un par de versiones, la enorme “Suspicious Mind” y una versión reggae del “Ever Fallen in Love”.  Y los esperados temas hits: “Johnny come home”, “She drives me crazy” y la final “Good Thing”. Roland canta muy bien, pero los cincuenta minutos con los que contó se nos hicieron largos.

A Split-Second dieron para el que subscribe el mejor concierto del festival. Sonaron muy potentes y aprovecharon el tiempo asignado para soltar temazo tras temazo: “Burn out”,”The Colosseum crash”, “Backlash”, “Scandinavian Bellydance”, la bakala “Vengeance C.O.D.” (me entraron ganas de cantar, Esta sí, esta no..) y “Mambo Witch”. Para recordar.

Estábamos ya cansados, pero nada nos impidió disfrutar de la clase de Axel Bauer. No todo el mundo puede tocar “Voodoo Child” y salir airoso. Sonaron temas suyos como “00 Zen” o “Alligator” para terminar con una alargada “Cargo” en la que hizo virguerias. Muy bien.

Covenant podría cantar el clásico de los Focomelos, “Mami me he tragado el disco de Depeche Mode”, pues suenan como una versión sin Martin Gore de los autores del Violator. Pero temazos tienen para aburrir, desde la inicial “Like tears in Rain” hasta la increíble “Lightbringer”. Dieron un gran concierto que solamente fue ensombrecido porque durante él nos enteramos de la muerte de Aretha Franklin

Midge Ure, contra todo pronóstico, estuvo fantástico. Se centró en sus temas con Ultravox, y hostias, cayeron nada más y menos que “Love´s Great Adventure”, “I Remember (Death in the Afternoon)”, “All Stood Still”, “Passing Strangers” y un final que nos encantó con “Vienna”, “The Voice”, “Hymn” y “Dancing with Tears in my Eyes”. En medio metió su “Breath”, el “Face to Grey” de Visage y su tema “If I was”. Increíble de voz y setlist perfecto. 

Bastante cansados llegamos a The Chameleons Vox. Los habíamos visto unos meses antes tocando el primer disco y ahora queríamos hits. Desde la inicial “Swamp Thing” nos sumergieron en esa especial atmósfera tan propia. Durante “Soul in Isolation” intercambiaron un poco de “Eleagnor Rigby”, y durante “Second Skin” unos pedazos de “White Riot” y de nuevo, “Transmission”. Fue una hora perfecta, pero tuvimos que irnos en medio del último tema para ver a DAF.

DAF era una de nuestras razones para ir al festival y nos defraudaron un poco. No tocaron mi tema favorito (“Mein Herz Match Bum) y el setlist fue un poco bajón. Como tercer tema sonó “Der Mussolini”, su gran éxito que fue seguido por “Sato Sato”, ambas del disco por el que los conocí, el clásico Alles ist Gut, del que no sonaron muchos temas. Tocaron un tema en español y una de mis favoritas casi al final, “Was zoehst Du an heute Nacht”. Gabi Delgado estuvo muy simpático y Robert Görl tocó bien la batería, pero…

Exhaustos (y encima empezó a llover) nos fuimos al camping, no sin reconocer que había sido una de las mejores jornadas festivaleras de nuestra vida.

Viernes

El segundo día, más descansados, dimos una pequeña vuelta por Orroir, el pequeño pueblo donde se realiza el festival y bebimos unas cervezas en el único bar del lugar. Bebidos, a la una vimos nuestro primer concierto, de Flesh and Fell, trío belga que cuenta ahora con nueva cantante y que tuvo algún éxito durante los ochenta. Rock oscurete con toques electrónicos, aunque en directo suenan más rock. Tocaron algunos temas nuevos como “Salome” o “Something In Between”. Nada mal para empezar.

En cambio, los jóvenes Me the Tiger no nos gustaron nada. Pop electrónico comercial que no nos convenció. 

Volvimos a los ochentas para ver otro gran concierto, esta vez de Altered Images, que empezando con su hit “I could be Happy”, siguieron con “Don’t talk to me about love” y nos hicieron bailar sin parar. La cantante, Clare Grogan, ahora tiene una banda solo de chicas, que sonaron de lujo. Siguieron “See Those Eyes”, dedicada a John Peel, “Don’t give Up Girl”, “Dead Pop Stars” (que contó que había sido publicada el día que John Lennon murió), “Change of Heart”, “Bring Me closer” y una final “Birthday” que fue una fiesta.

La gran diversidad del festival se demostró esa tarde con el siguiente concierto, el de la banda de metal progresivo de Israel, Orphaned Land. Con voces guturales o épicas, abrieron con “The Cave”, que fue acompañada de otros temas de su último disco Unsung Prophets and Dead Messiahs. Sonaron muy contundentes en su mezcla de metal y músicas orientales y contaron con una bailarina de danza del vientre en un par de temas.

En la carpa ochentera nos esperaba Peter Godwin, o para ser exactos, le esperamos nosotros ya que empezó un poco tarde. Tocó la guitarra al principio, para dejarle enseguida a su guitarrista esta labor. El resto de los instrumentos fueron todo pregrabados. Pop elegante ochentero. Tocó su primer single, “Torch song for the Heroine”, el tema de Metro, banda en la que militó y que lo hizo famoso, su gran éxito “Criminal World” (que Bowie versionaría) y recorrió su discografía con temas como “The art of Love”, “Emotional Disguise” y “Imagines of Heaven”. Bien.

Echoes of Yul también empezaron con un retraso, esta vez de casi 14 minutos. Son un trío polaco de drone, doom metal muy ambiental con samples de voces. Fue un concierto difícil, que quizás hubiera pegado más en un ambiente menos festivo. Eso y el no saber si estaban teniendo problemas de sonido o de verdad querían sonar así.

Todo lo contrario que A Flock of Seagulls, que salieron con el escenario prácticamente lleno. A nuestro lado se encontraba Uri, el bajista de Orphaned Land, que no dudó en grabar algunos de los temas. Abrieron fuego con “Modern Love is Automatic”, que fue seguida de “Hands on fire”, “Rainfall”, “The more you live the more you love”, “Telecommunication”, “Space Age Love Song”, y terminaron con una tremenda “I Ran”. De lo mejor del día.

Solo, salió Dick Ivens, el artista llamado Dive, que se mueve entre el EBM y la música industrial, con algún tema ligeramente bailable y que fue miembro de los pioneros The Klinik. El año pasado volvió con un disco llamado Underneath del que tocó entre otras “Sacred Skin”. No estuvo mal.

Annabella’s Bow Wow Wow tuvo un gran comienzo con “C-30 C-60 C-90 Go”, que fue seguida entre otros temas por “Baby, Oh No,” “Louis Quatorze”, “The Man Mountain”, una versión de “This Boots Are Made for Walking” y algún tema suyo no tan conocido. Me pareció el concierto un poco irregular, con momentos un poco de bajón. De todas formas, fui imposible no animarnos con las finales “Do you wanna hold me?” y”I want Candy”.

Otros que teníamos ganas de ver era a Die Krupps, grupo que no se suele ver mucho por España. Queda el cantante y el teclista de la banda original. Nos volvimos locos con temas como la inicial “The Dawning of Doom”, “To the Hilt” “Robo Sapien”, “Nazi auf Speed” o “Germanica” que dijeron que no la habían tocado en diez años. Muy grandes.

ABC consiguieron mezclando temas de los ochentas y algunos nuevos crear un momento muy especial. ¿Qué hay más divertido que corear el estribillo de “Poison Arrow”? Pocas cosas. Con una gran banda y muy alegres tocaron “That Was then but this is now”, “The Night you murdered Love”, “(How to be) a millionaire”, “The Singer not the song” o “King Without a Crown”. Y tremendo otra vez el final con “When Smokey Sings” y una genial “The Look of Love”.

Con la primera canción empezada, pillamos a Project Pitchfork, un cuarteto renovador del EBM. Bailamos sus clásicos, como la tremenda “Rain”, “Timekiller” o “Rescue”. Como Covenant, no han inventado nada, pero son muy disfrutables. Después de ellos, nos fuimos a dormir. 

Sábado

Aprovechamos para ver un pueblo cercano llamado Oudenaarde e intentar comer algo que no fueran patatas o hamburguesas. Fracasamos en el intento.

El festival comenzó para nosotros con Department S, grupo que tuvo un par de éxitos en los años ochenta y que me hacía especial ilusión ver. Tras una espera que parecía no terminar, empezaron con temas de su último disco, como “Kings of the world”, “On My Own Again” o la que titula su último disco “When all is said and all is done”. En medio tocaron una versión del “Sonic Reducer” y terminaron con dos versiones algo distintas de las originales de “Going Left Right” y “Is Vic Here?.” Todo aderezado con grandes guitarrazos.

Otro grupo que no conocíamos, los belgas Charcoalcity nos esperaba en el otro escenario. Se consideran Industrial Wave Metal y sacaron un disco a finales del 2016 del que tocaron temas como “Democracy”, “There is No God”. Nos gustaron.

Modern English estaban en el otro escenario. Gracias al festival, descubrimos su fantástico primer disco Mesh and Lace del 81 que fue seguido por el más comercial After the Snow del que tocaron “Someone´s Calling” y “Tables Turning”. Miraron atrás en el tiempo para tocar “Gathering Dust”, uno de sus primeros singles pero también tocaron cosas de sus disco del 2016 como “Moonbeam” o “Trees”. Terminaron con su gran clásico: “I melt with you”. Bastante bien.

Seguimos con otro grupo que no conocíamos, los griegos Marsheaux, cuarteto con dos chicas cantantes de pop electrónico ochentero con algún tema más EBM. Mejor en sus temas más oscuros.

El grupo francés Nouvelle Vague fue el siguiente. Con sus dos cantantes de sensuales voces, nos ofrecieron versiones de clásicos como “A Forest”, “Blue Monday”, “Masters and Servants”, “I wanna be sedated”, el “Ever fallen in love”, “I Can’t Escape Myself” de The Sound, “Too Drunk too Fuck “de los Dead Kennedys (curioso sentirlo cantado por chicas), “Human Fly” de los Cramps y para terminar se unió el cantante de los Modern English para un “Melt with you” bastante distinto del que habíamos escuchado unas horas antes. Nos gustó.

Otra buena sorpresa fueron Devil and the Universe, un trío con dos chicos a la percusión/guitarras y teclados, que, vestidos con túnicas y máscaras de cabras al comienzo, me parecieron un grupo perfecto para cerrar un festival. Con temas que a veces pueden recordar a unos Carpenter Brut menos ochenteros y otros más oscuros y ambientales terminaron con un “The Church of The Goat” que nos mandó con una sonrisa al siguiente escenario.

Heaven 17 dieron otro gran concierto con temas antiguos como ese “(We don’t need this) Fascist Groove Thang” que fue el primer tema que escribieron y cosas de su segundo disco como como “Crushed by the Wheels of Industry”. Siguieron “Geisha Boys and Temple Girls”, “Come Live with me” y otras con perfectas ejecuciones. Llevaban camisetas del festival y nos contaron que “Play to win “fue el primer tema que tocaron en Top of the Pops justo antes de arremeter con ella. El final del concierto fue una gran fiesta con una versión del “Let´s dance” de Bowie, su famosa “Penthouse and Pavement” y, cómo no, “Temptation”. Terminaron con el “Being Boiled” que escribieron cuando todavia estaban en la Human League. Muy recomendable

Nos fuimos a la Cave a ver a los turcos She Past Away. Son una de las bandas de música “oscura” del momento. Este dúo guitarra y batería electrónica nos maravilló con sus temas con sabor clásico (a veces recordando a The Cure) como “Sanri”. Seguíamos con la racha de buenos conciertos.

De allí volvimos a la carpa Synth para ver a Limalh que nos sorprendió gratamente. Al no tener muchos temas conocidos, tocó mitad versiones (“Stepping Out” de Joe Jackson, “It’s my life” de Talk Talk, “Save a Prayer (till the Morning After)” de Duran Duran) y temas suyos como “Only for love” (su primer single) y de los Kajagoogoo. Hizo bromas sobre su famoso pelo y terminó con “The NeverEnding Story” y “Too Shy”. Decente.

Otro de los conciertos que más esperábamos, el de Front Line Assembly superó de nuevo nuestras expectativas. Fue una brutal muestra de EBM. Desde “Eye On You” a maravillas como “Neologic Spasm” nos hicieron felices a todos los fans de género. Dedicaron un tema a Jeremy Inkel, recientemente fallecido y dieron caña para aburrir. De lo mejor del festival.

Domingo

Llegamos a la una justo para Struggler del que habíamos estado escuchando el disco It was a Very Long Conversation but at the End with Didn’t Shake Hands en los últimos días. Post punk belga que nos sentó muy bien como comienzo. Mucha energía y temas como “Night Fever” (su primer single de 1980), o “Don´t Care” de su disco del 2017 “The Gap”.

Vimos un ratito de Captain Sensible que sonó más rockero de lo que pensaba por vídeos que había visto de los años ochenta. Vimos como tocaba su éxito Wot! y algún tema más antes de volver a el escenario Cave. Divertido.

Se cayeron Far y los remplazaron con Lizard Smile, un trío after punk rollo Bauhaus, pero un poco más ambientales. Me gustaron. A destacar el tema “I was wrong”.

De ahí a Dole que todavía estaban con las pruebas de sonido (los horarios no respetados serían la mayor nota negativa del festival). Buen post punk belga ochentero. Tocaron “The dream”, “Rumroad” (que podría ser un buen tema de los Echo and the Bunnymen) y algún tema nuevo como “Snowflakes”. Bastante bien.

De ahí pasamos a Red Zebra, quinteto punk relativamente famoso en Bélgica y entre los fans del género. Era la segunda vez que tocaban en el festival y descargaron temas como “Spit on the City”, “Polar Club”, “Kill Me before I kill again”, o “Shadow of a Doubt” (que mezclaron con un pedazo de “This is not a love song”), y su hit “Agent Orange”. Tuvieron que salir para un bis. Muy bien. 

Por los horarios solo pudimos ver un pedazo de Antipole, grupo oscurillo de coldwave/ post punk con cantante femenina. Sacaron disco con el sello español Unknown Pleasures hace un año. No estuvo mal.

Por un cambio de última hora el concierto de Shriekback se solapaba completamente con el de Trisomie21, y siendo estos uno de los grupos que más queríamos ver, nos quedamos sin ver a los belgas. El trío, voz bajo, guitarra, programaciones dio otro concierto memorable. Temas como el clásico “The last Song”, “Breaking Down” de su primer disco o la instrumental “La Fête Triste”. Arrasamos con el merch.

Hicimos tiempo para los Clan of Xymox, de los que solo pudimos ver unos diez minutos por el solape con Marc Almond que ese mismo día había cambiado el horario para tocar antes, solapándose casi completamente con los siniestros.

Marc Almond fue nuestra gran desilusión del festival, no sonó muy bien y su setlist no fue muy acertado. Empezó con “Adored and Explored” de Fantastic Star, y entre “Bedsitter” y “Jacky” (el tema de Brel) tocó su versión de “Russian Roulette”, una del Tennement Symphony, “Demon Lover” y “The Idol”. Quizás un setlist con el que no llegamos a sintonizar. El final estuvo bien, claro, con “Torch”, “Tainted love/ Where did our Love Go” y “Wave Goodbye Say Hello”.

Fuimos a ver al escenario Cave, ya un poco cansados después de tantos conciertos para ver a Suicide Commando, que nos dieron justo lo que necesitábamos. Sonaron brutales desde la inicial “The Gates of Oblivion”, continuando con “The Pain that you like”, “Schiz[o]Topia” o el merecido bis. Geniales.

Volvimos para un poco de Düel, antes llamadas Propaganda y que nos resultaron un poco aburridas para la hora que era, o quizás fue el fuerte contraste con lo que vino antes y vendría después. 

Volvimos a la caña con Lords of Acid, que aparecieron también con retraso y sonaron un poco bajo al inicio. Tocaron burradas como “Worship the Lords”, o el clasicazo “I sit on Acid”. Lo gozamos.

Bastante cansados vimos una media hora de Vive la Fête que estuvieron divertidos como siempre, pero nosotros no dábamos de más. Nos esperaba una larga noche, y un puto avión a las seis de la mañana que nos devolvió a la aburrida cotidianidad.

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