Aunque ya han pasado algunas semanas desde la visita a la capital de la península, aún puedo sentir cierta la brisa de la libertad en mi piel, la adrenalina recorriendo mi cuerpo al escuchar un temazo y el calor de aquellos que nos reunimos en aquelarre alrededor de las llamas de la hoguera de la música.
Cuando vi el primer cartel de Bizarro por redes sociales, me enamoré al instante. El flyer con un toque retro, de tonos pastel y con escenas de cine de terror antiguo, me pareció sencillo pero conciso. Cuatro de mis palabras favoritas en el margen inferior: post-punk, coldwave, darkwave y EBM.
No pude evitar investigar un poco más. Bizarro sería una sesión que se repetiría todos los jueves, de 17h a 23h en la Sala Specka de Madrid.
Imanol Pagola, más conocido como Nöle, es el impulsor de esta bizarra propuesta. Aunque es más conocido en el ámbito de la electrónica (sobre todo del techno y del electro) y por ser residente de la mítica sala Stardust desde enero de 2015, desde muy joven le fascinaron estos estilos. Empezó su andadura en la música tocando en bandas de punk cuando era adolescente, y desde que escuchó en una de sus primeras raves electro, post-punk o EBM se sintió seducido por su sonido. En sus sesiones de electrónica y sus producciones hay una dosis reconocible de estos estilos. A día de hoy, aparte de compaginar su faceta de DJ con la de productor, y de llevar su propio sello Barro, en el que saca su propia música junto con la de artistas tanto emergentes como consagrados, buscando sonidos desde un electro oscuro a un EBM actual, ha decidido embarcarse en esta nueva aventura.
La sala Specka, situada en las tripas de una de las zonas más “pijas” de la ciudad, es el hogar de esta nueva propuesta. Más de 30 años de vida, cientos de horas de música y miles de buenos recuerdos. La sala abrió sus puertas en 1989, cuando los estilos del momento eran el industrial y el post-punk, así que Bizarro le va como anillo al dedo.
A esas alturas mi bizarro enamoramiento iba en un estratosférico aumento. Un Super Match en toda regla.
El jueves 11 de Febrero, el tema “GoodBye” de Apparat abrió esta sesión. Nöle cumple el papel de anfitrión de la velada, y entre sus invitados cuenta con artistas y personajes representativos de la escena de la música electrónica. De momento, nombres como Surit (más conocido por ser la mitad del dúo NX1) o Fabio Vinuesa (Distrito 91) han sacado sus rarezas y su lado más íntimo y menos conocido en esta sesión. La idea que hay detrás de Bizarro es que no se etiquete en un solo estilo ni se estanque en un único sonido. Se busca hacer honor a su nombre, y sea una sesión bien “bizarra”, variada y con personalidad propia. La perspectiva es mantener la sesión semanal todos los jueves, y mientras la situación por lo que respecta a las regulaciones sea como la actual, la música seguirá siendo de “escucha”. Más adelante, la idea sería ofrecer conciertos en vivo de bandas que estén de gira, sobre todo bandas locales y nacionales.
Como ya se sabe que no son lo mismo las redes que el “real world”, siete días después, el 18 de Febrero, allí me planté para vivirlo en primera persona.
A pesar de que quería estar allí temprano, en España somos de comer tarde, hacer sobremesa y llegar cuando la pista está calentita. Más de diez años habían pasado desde que pisé Specka por última vez. Tengo que confesar que si me hubieran llevado con los ojos vendados no tengo claro si hubiera reconocido la sala. Antaño, apenas había luz y en la pista se apelotonaban cuerpos sudorosos sin pudores. Hoy, mesitas altas con taburetes, aforo limitado y aperitivos con las consumiciones. Lo que no ha cambiado es el sonido, que sigue siendo de los mejores.
Cuando nos sentamos, sonidos de industrial y voces de ultratumba remoloneaban en el aire, invitándonos a mover las cabezas sentaditos en nuestros taburetes. Surit abría la sesión, y nos regalaba los oídos con un remix del mancuniano Andy Stott del “Concrete” de la banda de doom metal con influencias industriales Batillus. La selección musical fue evolucionando pasando por el industrial, sonidos experimentales, coldwave y darkwave. La música me mantuvo atenta toda la tarde y no dejo de sorprenderme. Aunque sonaron temazos de Blind Delon y Minuit Machine, el momento álgido de la tarde fue protagonizado con “Pain”, uno de los temas más conocidos de Boy Harsher. Los asistentes nos vinimos arriba y las ganas de mover el esqueleto se hicieron “incontrolables”. Poco después, se acabó la fiesta cuando estábamos en el mejor momento…
A pesar de que los eventos de hoy en día son una versión descafeinada del aquelarre que deberían ser, pasé varias horas rodeada de buena música, buen ambiente y esperanza. Esperanza en que podamos reunirnos en una pista de baile en un futuro cada vez más cercano.