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Entrevista a Collection d’Arnell-Andréa

por François Zappa

La conexión entre los años ochenta y la música del siglo XIX se llama Collection d’Arnell-Andrea, máximos representantes de la escena Neoclassical Darkwave. Hemos entrevistado a Jean-Christophe Arnell, (Pascal Andréa, co-fundador, abandonó la banda tras su primer concierto, permaneciendo solo en el nombre) compositor principal y pianista de uno de los mejores grupos “oscuros” salidos de Francia. Han publicado hace poco su décimo disco en estudio, titulado Another Winter y tocarán un set acústico diariamente en el W-Festival en el escenario VIP. 

¿Cuáles eran vuestras influencias al comenzar a tocar? ¿Fueron Dead Can Dance importantes para vosotros? 

–Nuestro principal deseo consistía en presentar una música que pudiera integrar instrumentos electrónicos (cajas de ritmos y sintetizadores) e instrumentos más acústicos, como percusiones o el violonchelo. Por supuesto que el descubrimiento del primer álbum de Dead Can Dance no podía más que entusiasmarnos y sobre todo incitarnos a seguir ese camino, camino que todavía no estaba muy presente en los medios de comunicación a finales de los años ochenta. Nuestro primer maxi (Autumn’s Breath For Anton’s Death) que incluía cuatro temas fue además producido por un sello inglés…

¿Cómo era la escena Neoclassical Darkwave francesa de los años ochenta? Solo conocemos a Ordo Equitum Solis.

–Es a partir de nuestro álbum Tristesse des Mânes, publicado en el 2002 (composiciones para viola, violonchelo, piano y voz) que nuestra pertenencia al seno de la escena neoclásica pareció evidente. La escena dark wave, a la que siempre hemos estado vinculados, estaba dividida en diferentes corrientes: el postpunk y los comienzos de la escena electrónica.

–Dead Can Dance han estado siempre influidos por las músicas barrocas y medievales europeas, ¿creéis que vuestras influencias clásicas son más modernas? Encuentro más referencias a los últimos años del siglo XIX en vuestra música.

 –Efectivamente, nuestras referencias pertenecen mayoritariamente a la música de finales del siglo XIX: Fauré, Gounod, Debussy, Duparc…

–¿Por qué creéis que a mitad de los ochenta surge este interés en músicas tan lejanas en el tiempo y en cierta forma olvidadas?

Quizás por cierta forma de nostalgia y por la necesidad de hacer caer las barreras que existían hasta entonces entre los diferentes estilos de música. 

–¿Qué influencias tenéis al escribir las letras? ¿Simbolismo? ¿Alain-Fournier?

Siempre he intentado hablar del Hombre, de sus sentimientos, de sus angustias por el prisma de la Naturaleza. Como si la Naturaleza y la Humanidad no fueran más que uno. Yo doy igualmente mucha importancia a la forma de los textos, siempre escritos bajo la forma de poemas, a menudo en verso, ya estén escritos en inglés o en francés. Intento que mis textos puedan ser leídos independientemente de su música, como auténticos poemas.

–Un Automne à Leroy es vuestro primer disco, publicado en 1989, ¿cómo fue la grabación? ¿Fue difícil plasmar vuestro sonido en disco?

–Este primer álbum fue grabado en un pequeño estudio de 12 pistas. Sabíamos que nuestro deseo de mezclar los sintetizadores y el violonchelo sería delicado, pero hemos sido ayudados por nuestro ingeniero de sonido, Sylvain Leboucher (con el que hemos grabado los dos discos siguientes) y todavía me gusta el sonido del disco. Con este disco hemos fichado con New Rose/Lively Art (mítico sello independiente francés de la época).

–Au Val des Roses de 1990 os dio a conocer a un público más amplio. ¿Crees que vuestro sonido más clásico nace en este disco? 

Ese disco es un poco la continuidad del anterior, de hecho, ha salido solo un año después. Efectivamente hemos tenido buenas críticas, especialmente en Melody Maker y Liberation. Creo que es más Dark Ethereal Wave que Neoclassical aunque el violonchelo y la voz ce Chloé tienen siempre un lugar importante. Pero hay muchos sintetizadores y cajas de ritmos.

Les Marronniers de 1992 es uno de los discos donde mejor se aprecian vuestras influencias clásicas, ¿cómo se llega a la música clásica desde el rock? 

Tienes razón, en ese disco hemos comenzado el proceso de incluir algunos temas de música de cámara. Pero yo no tenía verdaderamente la impresión de pasar de un universo a otro: todas esas influencias (música clásica y rock) formaban parte de la inspiración de todos los del grupo. Hemos grabado todas las partes de piano en un hermoso salón del siglo XVIII en un castillo. En fin, la ambientación estaba ahí para acompañarnos.

–Villers-Aux-Vents de 1994 es un álbum conceptual sobre la Primera Guerra Mundial. ¿Prestasteis especial atención a alguna otra obra conceptual? ¿Diríais que todos vuestros discos son en esencia conceptuales?

Sí, prácticamente todos nuestros álbumes son conceptuales. En todos he intentado siempre impregnarme de una idea fuerte para la escritura. A veces es el destino el que me provoca:  para Villers-aux-Vents, es el descubrimiento de una serie de fotografías estereoscópicas, que databan de cierto periodo (1914-1918) que me ha llevado a escribir todos los textos alrededor de ese evento mayor de nuestro periodo predilecto (finales del XIX, principios del XX). Esta vez, la Naturaleza está presente, pero en la forma de trincheras, de tumbas, de árboles calcinados. Para la música, con las guitarras más desoladas, más afiladas, el tema general nos ha parecido igualmente muy adecuado. Ese disco marca igualmente nuestra colaboración con Gilles Martin (Tuxedomoon, Minimal Compact, Bel Canto, Breath of Life…) al que hemos conocido en un concierto en Bruselas.

–Cirses des champs de 1996 es, en cambio, una pastoral. ¿A qué se debe un cambio tan radical en temática en solo dos años? ¿Os fue más fácil crear este ambiente o el bélico?

Siempre está la inspiración de la Naturaleza, pero esta vez, una naturaleza más serena, más calmada. Era muy interesante para nosotros hacer ese cambio de color musical, pero conservando el mismo productor. Este disco es, en apariencia, ¡mucho menos sombrío que Villers-aux-Vents!

–En cambio, vuestro disco del 2002, Tristesse des Mânes, tiene una formación completamente clásica y se inspira en los músicos franceses de finales del siglo XIX.  ¿Cómo surgió la idea del disco? Siete temas son versiones de temas ya publicados, como “Aux Glycines Défuntes” ¿preferís estas versiones?

–Queríamos reanudar las influencias más clásicas y sobre todo volver a encontrar el sonido original del violonchelo, de la viola y de permitir a la voz de Chloé tomar un puesto más importante (al nivel de la mezcla principalmente). Entonces la forma de melodías como del siglo XIX nos ha parecido evidente. Ese disco se compone solo de composiciones para el piano, viola, violonchelo y voz. ¡Como una especie de pequeña orquesta de música de cámara! Pocas veces tocamos con este formato (WGT Leipzig en el 2008) porque hace falta un sitio adaptado (teatro, iglesia) y un piano. Este disco marca nuestro reencuentro con P.E. ingeniero de sonido y el debut de una larga y fructuosa colaboración.

–The Bower of Despair aparece en el 2004 y es vuestro único disco con el título y todas las canciones en inglés. ¿Algún motivo, quizás porque mira más a la música inglesa de los ochenta? Hay un acercamiento a un sonido siniestro más tradicional, como Siouxsie and the Banshees, ¿verdad? Un gran cambio respecto al disco anterior. 

Sí, ese disco tiene unas referencias claras, de ahí, quizás su título en inglés. Pero notarás que la Naturaleza sigue estando presente y al centro del álbum. Digamos que nuestras influencias más oscuras (góticas, Coldwave y electrónicas) aparecen de forma más precisa. Una obra claramente “oscura” con una gráfica acorde. 

–Exposition Eaux-Fortes et Méandres fue publicado tres años después, en 2007, ¿cómo surgió la idea de crear canciones inspiradas en cuadros?  He leído que os gustan el grupo Rachel’s, ellos tienes este disco llamado Music For Egon Schiele donde hacen algo parecido ¿os gustó? Vuestra música puede tener puntos en común, aunque ellos siempre tienen un acercamiento más cercano al post-rock, menos oscuro. Musicalmente se nota un cambio al incorporar influencias como Nine Inch Nails, ¿intentasteis sonar más actuales?

–Ahí la pintura nos ofrece un concepto perfecto, alrededor de obras en las que la Naturaleza y los tormentos del Hombre ocupan un lugar esencial: la vida, la muerte y todas las emociones derivadas. Me encantan Rachel’s pero NIN incluso más. Entonces, es lógico reflejar influencias tan fuertes, pero, hagamos lo que hagamos, y es mejor así, nuestra música suena siempre a Collection d’Arnell-Andréa. Efectivamente siempre hemos tenido la intención de tomar riesgos, de evolucionar, de experimentar, pero finalmente nuestras músicas siguen siendo muy identificables y es eso que contribuye por fuerza a construir nuestra propia identidad musical. 

Vernes-Monde, vuestro último disco, publicado en el 2010, supone una vuelta a vuestro sonido más clásico. ¿vais a seguir en esta dirección o probareis algo distinto en el futuro?

–Vernes-Monde es, quizás, una especie de continuación de Un Automne à Loroy. Nuestro último álbum, Another Winter, es más electrónico y eléctrico. Los ritmos están más presentes.

–No dais muchos conciertos, ¿cuál es la razón?

De hecho, solemos esperar que un promotor manifieste la intención de querer que toquemos. Nunca hemos hecho una gira, pero en general, aceptamos las propuestas de conciertos, mientras las condiciones mínimas se reúnan. Recibimos relativamente pocas propuestas, ya que no estamos en la red de conciertos, pero hemos tocado en Londres, Paris, Génova, Milán, Bruselas y Madrid.

–Tenéis dos formaciones, la de orquesta de cámara y la eléctrica, ¿tocáis los mismos temas, o hay temas que no soportan el cambio de formato?

–Ya que tocamos en formación orquesta de cámara, debemos adaptar algunos temas eléctricos, pero lo inverso no es siempre posible: ciertas composiciones acústicas no pueden ser interpretadas más que en versión clásica (piano, viola, violonchelo y voz). Algunos temas como “Aux Mortes Saisons”, “L’Aulne et la Mort” pueden ser tocados perfectamente de las dos formas.

–¿Habéis encontrado el sello ideal en Prikosnovénie?

–Han confiado en nosotros para el álbum Tristesse des Mânes y han tenido la buena idea de reeditar nuestros primeros discos en digipack.

–Hace un año vimos en directo a Kirlian Camera, grupo del que habéis hecho una versión, ¿estáis interesados en algún otro grupo italiano?

–Hemos participado en una recopilación en la que hemos aportado una versión de su tema “Drifting”. Tenemos un buen recuerdo, pero no tenemos verdaderamente ningún contacto con otros grupos italianos.

–¿Tocasteis en Madrid en el 2008?

–Sí, y guardamos un buen recuerdo. Fue nuestro primer concierto en España. Volvimos a tocar en el 2017.

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